XXXVI
Creo que comi muchas chocolatinas, ayer tenía redactado un capítulo completamente diferente, aun tengo dudas en cuanto a si debí publicarlo pero ustedes diran, espero sus comentarios.
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Escuchar a su hijo adoptivo decir que no eran sus hijos y peor acusar a su Alexander sobre la paternidad de los bebes fue el detonante para que Maryse le diera una fuerte bofetada a Jace, ya estaba harta de que se comportara como la víctima cuando era culpable de todo lo que estaba sucediendo.
- No te atrevas a terminar esa frase, Alec no es como tu, el jamás te traicionaría imbécil si no quieres a los niños entonces solo dilo, no busques una excusa para desentenderte de ellos.
- No sabes nada madre, solo tienes que mirarlos, los dos se parecen a Alec, no hay duda que son sus hijos.
- ¿Los dos?; estupido hijo deberían ser tres la Dra. dijo que son trillizos, ¿es que no te preocupan en los más minimo?
Jace se quedó en silencio unos segundos pensando en las palabras de su madre pero había algo que le decía que no era su problema.
- No quiero verlos, me largo...
- Si eso es lo que quieres no te detendremos pero una vez que cruces esa puerta no solo habras perdido a Clary sino tambien a tus hijos - esta vez fue Tessa quien le hablo con la esperanza de que recapacitara.
Eso lo frenó, se paró a unos metros de la puerta de salida sin saber que hacer, su corazón le decía que Alec jamás le traicionaría y sobre Clary no tenía dudas, ella lo había amado más que a su vida se lo había demostrado en la guerra contra Jonathan, pero en su mente había un caos había una voz que le decía que fue engañado y ahi estaba la prueba, esos niños no eran suyos y esa mata de cabello negro sobre sus cabecitas lo demostraba.
Se llevo las manos a su cabeza ya no podia más, el dolor que sentía era intenso, estaba luchando contra su propia mente y de pronto sorprendió a todos - callate, ya callate, no quiero oirte - ¿a quien se estaba dirigiendo? nadie lo sabía.
Jace dio media vuelta de regreso a la habitación, algo estaba mal, corrió lo más rapido que pudo y al abrir la puerta encontró las cunas vacias y a un hombre que no conocia herido en el suelo. Se desespero, los niños no estaban, grito agarrando su cabeza y el intenso dolor desapareció de inmediato al mismo tiempo que una brillante sombra se desprendió de su cuerpo, no le dio importancia volteó hacía la cama en donde Clary había estado acostada recuperandose de la cesarea y afortunadamente ella aun se encontraba ahí pero los niños no estaban en ningún lado.
Cuando lo vieron correr a la habitación todos lo siguieron para impedir lo que sea que quisiera hacer, Jem se acercó a Clary para comprobar si estaba herida, afortunadamente ella estaba profundamente dormida ajena a todo lo que sucedía a su alrededor.
Maryse se acerco al desconocido y no tuvo que preguntar sabía quien era, rápidamente comenzó a trazar runas en su cuerpo pero no funcionaban se desavanecian rápidamente, fueron Magnus y Catarina quienes lo curaron, su herida fue hecha por un demonio; Magnus vio como sus brazos protegían un bulto rosa y con cuidado levantó un poco la manta para ver y se sorprendió, era una bebé, era pequeñísima y tenía una pelusilla dorada en la cabeza.
Le hizo una seña a Jace para que se acercará y cuando lo hizo señaló al bebé y el solo se lanzó al suelo para tomarla en sus brazos y llorar por lo estúpido que había sido. En ese momento una vez más apareció aquella sombra pero esta era diferente, tomo forma humana y era parecida a Jace, era Leviatán quien había despertado de su largo sueño, los sentimientos de Jace por sus bebés lo habían expulsado de su cuerpo. Fue Valentine quien cuando Jace era un niño realizó el ritual para introducir en su cuerpo una parte del alma del demonio con la esperanza que en un futuro su sangre de Ángel lo despertara y ahora estaba ahí frente a el con una sonrisa burlona.
- Dile a ese niño nefilim que si quiere a sus hijos de vuelta yo lo quiero a él y a lo que lleva en su vientre.
- ¿Quién eres?, ¿Por qué te los llevaste?, ¿Por qué lo hiciste? Devuelveme a mis hijos
- ¿Tus hijos? crei que no lo eran, dijiste que eran unos bastardos - Leviatán estaba riendo - esos mocosos con su excesiva sangre de Ángel serán un desayuno delicioso pero me interesa más el nefilim que lleva en su vientre luz y oscuridad, él es más exquisito que esos niños, mantendré a los engendros con vida por un tiempo, dile que lo quiero para mi el sabra como encontrarme.
Los nefilim y brujos intentaron pelear pero ni siquiera podían acercarse al demonio y antes de irse miro a Magnus con una siniestra sonrisa.
- Sobrino mío gracias por darme ese delicioso alimento, ¿quién diría que gracias a ti mi ambición más grande se haría realidad?, me volvere el demonio más poderoso y reinare en el cielo y el infierno.
- ¿De que hablas? cual es tu nombre
- ¡Oh!, lo siento ¿no te dije mi nombre? bueno ahora eso es lo de menos quiero que me regreses lo que me pertenece, ya no eres necesario así que muere - Leviatán alzó su mano y un fuego negro rodeo el cuerpo de Magnus - como regalo te dire un secreto, esos niños que tanto deseo son tus hijos y el hombre que tanto amas sera mio.
Solo un grito se escucho, Magnus estaba siendo quemado vivo.
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