XLIV
Otro enredo después de una semana desaparecida, espero disfruten del capítulo.
Posiblemente el dejar a Magnus semiinconsciente después de haberle dado de su energía a sus hijos era lo más difícil que había hecho en su vida, lo amaba, tal vez lo amaba más que el día anterior, pero era necesario hacerlo si no queria que confundiera las cosas y terminara pensando que podría haber una especie de reconciliación entre ellos, aunque pensándolo mejor lo más probable es que se estuviera comiendo la cabeza con supuestos ya que él en ningún momento mencionó algo al respecto.
Alec había acudido al brujo única y expresamente por sus hijos o eso es lo que su cerebro le decía a su corazón, sus pequeños necesitaban alimentarse y Magnus era la cena, claro que al verlo recostado y sin camisa había hecho que cada célula de su cuerpo diera un grito de necesidad, necesidad de nuevamente ser uno con aquel hombre, de que otra vez lo tomara en sus brazos y le hiciera el amor, pero todo ese deseo se esfumó cuando vino a su mente el recuerdo de la traición, aquella infidelidad que trataba de olvidar pero no podía; estaba ahí por y para sus hijos se recordó, pero al sentir su aroma y su calor no pudo evitar que sus labios rozarán la piel sobre su corazón robandole un suave suspiro.
Magnus había destrozado la habitación, los muebles y su ropa estaban quemados, no podía sacarse de la mente el rostro lleno de placer de Alexander, aún escuchaba sus gemidos y para rematar la voz de Clary como un eco diciendo que Alec era su esposo, se quitó el anillo que Alec le dió cuando se comprometieron y alzo la mano con la intención de aventarlo pero no pudo hacerlo, solo lo llevo a sus labios mientras su rostro se empapaba con sus lágrimas, fue Catarina quien lo encontró en medio del desastre y después de darle un sermón le ayudó a poner todo en orden y luego se retiró, era en esos momentos en que más extrañaba a Ragnor, aunque gruñón el era su mejor amigo y si hubiese estado vivo sabía que lo habría detenido de cometer la peor estupidez de su vida.
Horas después estaba tratando de distraerse leyendo un libro pero ni por muy interesante que fueran los hechizos prohibidos que ahi estaban era capaz de sacarse de la mente a Alexander, suspiro molesto con la intención de lanzar el libro cuando la puerta se abrió y vio la vision mas hermosa desde que su prometido se fue de su lado, dejo caer el libro sobre su vientre mientras un sonrojado Alec se acercaba a él para subir lentamente a la cama, su cuerpo se convirtió en un manojo de nervios ¿tal vez estaba soñando? pensó, hasta que sintió el suave aroma de su nefilim y sus labios acariciar su piel, entonces lo supo era mucho mejor que un sueño era la realidad, quiso decir algo, preguntar y pedir muchas cosas pero nada salia de sus labios hasta que sintio dos pequeñas presencias y todo quedo en el olvido los reconoció al instante eran sus hijos.
"Estan cansados, mi cuerpo no puede darles la suficiente energía para desarrollarse por eso te lo pido, solo un poco, ellos...", era algo que Alec no tenía planeado decir, el había ido a exigir la ayuda del brujo, pero se sorprendió cuando él lo tomo por la cintura como muchas veces lo había hecho en el pasado y lo jaló hasta mirarse a los ojos para luego besar su mejilla, eso lo desarmo por completo asi que solo se escondió en su cuello y sintió cuando la magia de Magnus lo envolvió y empezó a recorrer su cuerpo, era placenteramente electrizante y a sus dos pequeños soles les gustó tanto que por un momento se sintió extasiado en la calidez que los envolvió, fue increible sentir esa conexión, en el momento exacto en que padre e hijo se reconocierón chispas azules, doradas, junto a otros colores los rodearon por varios minutos, sintió un inmenso deseo de pertenecerle una vez más y se regaño por ello.
Intento levantarse, sentía que sus hijos estaban rebosantes de energía así que era hora de retirarse, pero conforme trataba de alejarse Magnus más se aferraba a su cuerpo, al final la debilidad en el cuerpo del brujo cobro factura y se desmayó, aprovecho esto para salir de los brazos de Magnus, no podía quedarse, no cuando la mujer a la que había hecho su esposa seguramente estaría esperando.
Salió de la habitación y efectivamente Clary estaba afuera apoyada en la puerta profundamente dormida así que estuvo a punto de golpearse, afortunadamente los reflejos nefilim de Alexander la salvaron de un buen golpe.
- Pensé que te quedarías con él
- ¿Por qué lo haría? Clary no hay nada entre Magnus y yo, nunca jamás habrá algo.
- ¿Lo dices porque estamos casados no es así?
- Principalmente..., eres mi esposa y no pienso faltarle, sería hacer lo mismo que ellos nos hicieron y también porque escuché a alguien decirme algo mientras él alimentaba a mis bebes, tal vez...
Justo cuando Alec iba a decirle a Clary a que se refería apareció Jace, estaba muy molesto con ellos pues Clary había anunciado los nombres de sus hijos y ni siquiera lo había conversado con él. Tal vez en otras circunstancias el mismo habría elegido el nombre de su parabatai para su hijo, pero ahora con todo lo que había pasado no era una opción.
- Vaya, al parecer no te basta con ella espero y te hayas divertido con Magnus
- No tienes idea de cuanto, pero jamás me satisfacera como mi esposa, así que tranquilo, no toque a tu amante como crees, puedes ir a comprobarlo y si nos disculpas nos retiramos a nuestra habitación no creo que sea necesario decirte para que.
Clary solo sonrió Alec era de muy pocas palabras y si esta vez había hablado seguramente es por algo que lo estaba molestando, se acerco a él para que la rodeara por la cintura mientras se alejaban y Jace los miraba lanzando dardos con los ojos.
Jace estaba pensando seriamente en cocerse la boca, estaba celoso y cuando estaba en ese estado era un estúpido elevado a la enésima potencia, ya se lo había dicho su madre hace solo unas horas, al paso que iba jamás recuperaría a Clary.
Cuando Alec se hubo calmado le dijo a Clary que ahora sus hijos estaban en perfecto estado de salud, estuvieron platicando por horas mientras miraban encantados a Alex y Adri tomar de la mano a su pequeña hermanita, agitaban sus manitas hacia él y el nefilim no pudo resistirse se acerco a ellos y los lleno de besos ante una sonriente clary que con camara en mano retrataba el cuadro mas hermoso que pudiese existir sobre la faz de la tierra
Cuando los bebes se quedaron dormidos puso la mejor cara de seriedad, primero porque su bebita aun no tenía un nombre y él quería que fuera Jace quien se lo diera y no sabía cómo decírselo a Clary, pero ella lo sorprendió le dijo que ya lo había pensado, después de todo él era su otro padre, luego le dijo del otro ser que habitaba en su interior pero al voltear encontro a su esposa con una sonrisa picara en el rostro, sabía lo que ella estaba pensando asi que enrojeció de la verguenza, recordaba absolutamente todo lo que había hecho y se sentía un infiel no solo con ella sino también con Magnus.
- Se lo que estas pensando y es mejor que lo olvides, no me fuiste infiel Alec yo sabía y estuve de acuerdo, somos adultos asi que..., ¿a quien engaño? no puedo olvidarlo, quiero detalles ¿tan bueno era el sexo con ese demonio?, quiero saber...
Alec alzó su mano y cubrió sus labios haciéndola callar
- Por favor..., olvidalo, no quiero...
- No seas timido, hasta te tengo envidia ha pasado tanto tiempo desde la ultima vez que he estado con alguien que creo que tengo telarañas ahi abajo, el que quiera meter su...
- Ya Clary, no me mires así y... ¿callate quieres...?
Mientras Clary ponía incomodo a alec con sus comentarios Rafael había llegado a casa, y no venía solo Asmodeo estaba con el y a su lado Raziel.
Asmodeo busco a su hijo, quería saber como estaba pero sintió su energía tan débil que de inmediato fue a su habitación y lo encontró profundamente dormido.
Todos ya estaban reunidos para cuando Magnus logro despertar, su padre había compartido su energía con él, había llegado el momento de dar muchas explicaciones mientras en Alacante la guerra había empezado demonios así como subterráneos aliados de Leviatán estaban luchando por derribar las barreras de protección de Idris, su objetivo principal era echar abajo las torres de los demonios, quería destruirlas a cualquier costo.
Catarina, Magnus y Adrián no podían estar frente a un ángel o morirían pero fue Alec quien haciendo uso de la magia los protegió ante la mala mirada que le dedicó Raziel.
- Al parecer tu corazón es tan bondadoso como hace miles de años hermano
Todos miraron hacia Alec quien estaba mirando a Raziel con ojos dorados y Magnus temió haberlo perdido así que sin permiso se acercó a él llevando sus manos al rostro del nefilim pero fue rechazado.
- Bueno será mejor que les haga un resumen de lo que acontece en estos momentos, Idris esta siendo objeto de un ataque, todavía resisten pero solo es cuestión de tiempo antes de que caiga ante el poder de Leviatán.
- Las torres...
- Pronto caerán, es el objetivo de Leviatán, la razón es Mihael aquel a quien tienes frente a ti por lo menos una parte de su alma.
Ante la sorpresa de todos Mihael se acercó a un espejo y les mostró la masacre que se llevaba a cabo, ríos de sangre teñían las calles de su ciudad de origen.
- La culpa no es mia Raziel, quise evitar esto pero él no me permitió hacerlo, hizo creer a Leviatán que si destruía las torres entonces yo sería libre
- ¿Quién dijo esa mentira?, quién es el autor de todo esto
- Lucifer
Mihael solo se acercó a Clary y tomando su mano se acercaron a Jace, Alec había vuelto.
- Tal vez no sea el momento pero hemos decidido que seas tú quien le de un nombre a nuestra hija
Jace se quedó quieto, estaba mirándolos con los ojos muy abiertos y un susurro salió de sus labios, un nombre para su princesa, Céline.
Alec y Clary solo sonrieron y se retiraron dejando a todos perplejos, no sabían que hacer si detenerlos o dejarlos ir.
- Mihael debe haberle contado a Alec todo lo que está pasando y el a su vez a esa niña, aún es temprano esperaremos a que vuelvan para seguir con nuestra charla.
- Pero mientras esperamos Alacante, nuestros amigos - interrumpió Izzy
- Nuestra prioridad es Alec si Leviatán se hace con él no sabemos que pueda pasar y más si Lucifer está involucrado.
- ¿Por qué Leviatán quiere a mi hijo? ¿Por qué un ángel vive en el?
- Hace miles de años Leviatán luchó junto a nosotros contra Lucifer y sus aliados, ganamos la batalla y dios expulso a los caidos del cielo, los castigo arrojandolos al averno, pasada la batalla reconstruinos nuestro hogar, no nos dimos cuenta en ese entonces pero...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro