Una nueva batalla y el llanto de las sirenas y brujas
Sin inspiración para nada, mi creatividad se fue de vacaciones y mi imaginación está de rumba, lamento no actualizar en mis otras historias, pero por más que intento no escribo nada que me guste.
Gracias a quien aún me acompañe, después de tanto tiempo ya perdí a más de la mitad de lectores, pero ustedes siguen aún aquí.
Un gran beso y abrazo a la distancia para ustedes 😘😘😘😘
Simon escuchó la historia de Clary hasta que se quedo dormida, en las últimas semanas había sufrido un verdadero infierno, no sólo había sido golpeada sino también casi abusada, tenía la piel de las muñecas abiertas y el cuello completamente morado por la cadena que usaron para jalarla como a un animal para que no escapara, supuso que bajo la ropa tendría más hematomas, quería regresar al aeropuerto para agarrar a esos tipos y hacerles lo mismo que le habían hecho a su amiga.
Contuvo sus instintos asesinos por el momento, tenía otras preocupaciones que eran urgentes, pero no podía atenderlas sin dejar a Clary desprotegida. Volteó y observó a Alexander que dormía profundamente siendo abrazado protectoramente por su madre, sonrió ante ello y luego trato de establecer comunicación con Asmodeo, pero nada parecía dar resultado.
Mientras tanto en el Instituto de Quito, todos estaban reuniéndose otra vez luego de recorrer las calles en busca de los niños y Simon. Entraron gritandose unos a otros, pero se callaron al ver a una mujer asiática cargando el capullo que Magnus no soltaba por nada del mundo, ella los saludó y al momento Asmodeo apareció junto a su hijo.
—Mi padre vino a ayudar
—¿Encontró algo? —Jace se acercó en un segundo, esperaba escuchar buenas noticias
—No, no puedo sentirlos, esa mocosa debe de estar protegiéndolos —Asmodeo suspiro frustrado, llevaba un par de horas intentando ubicarlos
Jace desordenó su cabello con desesperación y fue a sentarse al lado de Maryse, estaba cansado después de caminar por toda la ciudad y cada segundo que pasaba tenía más miedo por lo que su hijo y hermano podrían estar pasando — Maldito Lewiss, voy a matarlo cuando lo encuentre...
—Espera Jace, no sabemos si él fue el culpable, tal vez fue ese demonio —Isabelle no podía creer que su prometido hubiese huido con los niños.
Mientras una nueva discusión empezaba Asmodeo de pronto se quedo inmóvil deteniendo incluso su respiración —¿Qué pasa padre? —Magnus pregunto a la vez que todos dejaron de discutir y voltearon para verlos, los ojos verdes del demonio adquirieron un tono rojizo y una espeluznante sonrisa adorno su rostro.
—Un humano acaba de ofrecerme su alma
—No es momento para eso, primero está mi hijo —Jace recalcó cual era la prioridad —ese estúpido humano puede esperar, seguro que te llama otro día
—Por mi no hay problema niño teñido, todos los días recibo muchas de esas pecadoras almas —Jace asintió satisfecho y volteo para seguir discutiendo con su hermana —dejare al niño Lewiss para más tarde, ¿en que íbamos?
Todos volvieron su atención al demonio, y Asmodeo sin siquiera mirarlos se acercó a su esposa para acariciar el capullo como si nada hubiese pasado.
Después de unos minutos que todos gritaron que fuera por él, el demonio desapareció
—Asi que... ¿sólo haces caso si te ofrecen su alma?
—Asi es el negocio mocoso, ¿que quieres?, debe ser algo bueno para darme algo tan valioso
—No voy a darte mi alma —Simon estaba enojado, llevaba horas susurrando el nombre del demonio y ofreciéndole desde masajes hasta comida cacera y solo en una ocasión le ofreció una orgía en la zona rosa de Quito.
—Entonces me voy, no hago caridad, ademá los ...
El demonio recibió un coscorrón tan fuerte que despertó a Alexander —ve por nuestro hijo estúpido demonio, ahora —mamá Bane había aparecido segundos después que el demonio y había escuchado todo.
—¿Por qué dejaste a tu madre seguirme? —Asmodeo reprochó a su hijo nada más aparecer en el instituto.
—Ella evita que pierdas el tiempo ¿En dónde están?
Asmodeo parecía un niño regañado con puchero y todo — cerca a la frontera, pero solo el bebé, Simón y la mocosa pecosa
—¿Mocosa pecosa? —Magnus no entendió hasta que Adrián salto de su asiento
—¿Encontraron a Clary? ¿Ella está bien? —
Después de ello todos entraron a un portal y aparecieron en aquel hotel.
Clary aún dormía cuando todos llegaron. Jace fue el primero en abalanzarse a la orilla de la cama para observarla, sus largos rizos rojos estaban esparcidos sobre la almohada, tenía ojeras y sus labios estaban secos, la acarició en la mejilla y retiro un mechón de cabello que Alexander se había llevado a la boca, el bebé protestó enojado y aunque Jace trato de calmarlo Clary despertó por los balbuceos del pequeño.
Apenas vio a Jace tomo al bebé contra su pecho y retrocedió todo lo que podía, pegándose a la pared, estaba asustada, temía que les hiciera daño. Simon actuó de inmediato tomando a Jace y apartándolo —tranquila Claudia, todo está bien, no te harán daño, ellos son mis amigos y ese estúpido rubio estaba preocupado por Alexander, es su papá
—No me mientas, no se parecen en nada —Clary miraba de Jace al bebé, tratando de ver algún parecido
—Fisicamente no, pero su encantadora personalidad fue heredada —ambos, Jace y el bebé hicieron un puchero ofendidos y recién ahí Clary vio la similitud entre ellos.
Simon le presentó a todos sus amigos y ella les sonrió tímida, todos actuaron como si recién se conocieran, incluso Jace tuvo que reprimir las ganas de estrecharla en sus brazos, cuando de pronto Maryse se dio cuenta que la ropa que Clary llevaba estaba sucia.
—¿Que es esa mancha en el pantalón? O dios tienes sangre en el pecho ¿estás herida? —Maryse se acerco y levantó la sudadera mostrando la piel de su abdomen con moretones y también que no llevaba nada debajo.
—Isabelle ¿Puedes llevarla al baño?, ella necesita ducharse —apenas Clary dio dos pasos Alexander se desespero y estiró sus brazos exigiendo ir con ella, Jace se lo permitió y el bebé saltó feliz en los brazos de su madre, ambos desaparecieron de su vista.
Cuando Isabelle iba a ayudarla a desvestirse Clary retrocedió avergonzada, pero después de unos minutos y unas palabras de quien fuera su amiga permitió su ayuda mostrándole los terribles moretones en todo su cuerpo. Isabelle estaba furiosa, se juro ir tras aquellos que la habían lastimado.
—Ya se dieron cuenta que está lastimada, fue torturada... —Simon les contó como sus caminos se cruzaron hasta la pelea que tuvo con sus secuestradores —La mancha de sangre en la sudadera es del jefe del grupo no de ella.
—Simon ¿la mancha en su pantalón es...? —Maryse tenía una idea pero le costaba creerlo.
—Es lo que imaginas, ella me lo confirmó
Jace no entendía nada —¿Que pasa?, ¿Qué fue lo que te dijo Clary? Simon, responde.
No quería decirlo, sabía que Jace se volvería loco al enterarse, pero era peor guardar silencio —es semen... — El rostro de Jace cambió, la furia que expresaba podría asustar a los mismos demonios —pero no fue ultrajada, eso me dijo ella al menos, parece que uno de los tipos se masturbo delante de ella y luego intentó forzarla, el jefe de ellos lo descubrió y ordenó limpiarla así que la llevaron al baño, fue cuando ella escapó y nos encontramos.
Jace pateó una silla haciéndola pedazos, justo en ese momento Clary salió del baño vistiendo solo una toalla, mostrando todas las laceraciones en su cuello, brazos, manos y piernas. Todo sucedió en segundos, Jace la abrazo y Clary al sentirse protegida rodeo su cintura con sus delgados brazos y luego se puso a llorar.
Unos minutos más tarde, cuando todos estaban mas calmados, Simón le explicó sobre el mundo de las sombras y Clary le dijo que ya tenía conocimiento de ello, también les contó que su amigo Rafael fue capturado y que ella tenía que ir a rescatarlo.
— Nos encargaremos más tarde, ahora tenemos que curarte esos hematomas, Magnus se encargará de hacerlo, no tengas miedo — Maryse acababa de cambiar a Alexander y ahora iba a ayudarla a ella cuando Clary se levantó y dio dos pasos atras.
—No hay tiempo, el le hará daño, hoy iban a llevarnos con ese demonio, mi amigo Rafael es un ángel y Amón quiere sus alas y sangre para hacer un hechizo y encontrar a un tal Alec.
Toda la habitación se sumió en silencio, después de tanto buscar, no solo Clary había aparecido si no que también Alec había sido mencionado.
Todos se pusieron en marcha, Clary les dio la dirección a donde la iban a llevar y Jace junto a Simon, Robert y Asmodeo fueron en rescate del ángel mientras Maryse, Isabelle y Magnus y su madre se quedaron en el hotel para cuidar de Clary y Alexander.
Llegaron justo a tiempo, Rafael aún estaba en manos de un grupo de subterráneos que lo tenían encadenado dentro de un contenedor de basura, listo para su transporte. Asmodeo solo paso entre ellos, no ocultó su poder demoníaco y eso fue suficiente para dejarlos paralizados de miedo, jamás imaginaron que uno de los demonios más poderosos apareciera para enfrentarlos.
Asmodeo vio con profundo dolor el estado de su hermano, no podía creer que se hubieran ensañado tanto con el, estaba sucio y desnudo, lleno de laceraciones que dejaron su carne expuesta y sus antes hermosas alas estaban quemadas, sus plumas habían sido arrancadas y su sangre casi drenada.
Rugió lleno de furia y no pudo contener su ira, un portal se abrió y demonios atravesaron, era su ejército, sus fieles subalternos que estaban ahí para protegerlo y tomar venganza en su nombre, justo en ese momento Amón se hizo presente y al ver su única oportunidad de encontrar a Alec en manos de su tío también abrió un portal para traer a su ejército.
La cuidad se transformó en un campo de batalla, muchos inocentes estaban en la línea de fuego y fue por ello que el ángel Miguel apareció junto a su ejército para detenerlos, los mundanos vieron entre maravillados y aterrados a los seres celestiales, intentaron huir de la batalla, pero aún asi, muchos perdieron sus vidas ese día.
Simón había encontrado a un par de los secuestradores de Clary y arremetió contra ellos, está vez estaba dispuesto a matarlos pero ellos estaban acompañados por subterráneos que los protegían, Jace también participó de la batalla sin saber que esos tipos eran los que habían lastimado a la madre de sus hijos hasta que —y... ¿dónde está la perra que nos robaste? seguro ya terminaste de divertirte con ella, la queremos de vuelta, aunque de seguro nuestro jefe ya llegó a ese hotelucho donde la llevaste —apenas escuchó aquello, Jace enloqueció y arremetió contra ellos, no los mató al momento, los hizo sufrir para luego lanzarlos a los pies de los soldados de Asmodeo, quienes los tomaron para llevárselos directo a Edom.
—Tenemos que volver, Clary y mi hijo estan en peligro.
—Calmate Jace, tu madre y hermana están ahí, ellas no permitirán que nada les pase, además a esta hora Jem, Adrián y Mike ya deben de estar con ellas sin contar a los brujos y a ese par de locas maniáticas, esos imbéciles van a una muerte segura. Nosotros debemos proteger a los mundanos y acabar con los demonios, esa es nuestra misión, debemos ir con nuestros camaradas —Jace volteo a donde su padre estaba señalando y vio un portal abriéndose y una docena de nefilim con Jia Penhalow pasar por el.
La batalla duró más de dos días, dos días menos en el plazo establecido para encontrar a todos sus amigos.
Mientras Amón era llevado encadenado por Miguel, Asmodeo se llevó a su hermano Rafael a Edom, Raziel ya lo esperaba y juntos empezaron con el proceso de regeneración de sus alas y heridas. Los gritos de dolor del ángel se escucharon no solo en Edom si no que también en el cielo así como en la tierra.
—¿Qué pasa, quién es? ¿Por qué la ciudad llora?
—Son las sirenas que viven en el oasis y las brujas de Cachiche, algo muy malo debe de haber pasado, solo lloran cuando la vida de un ángel se pierde —Max observó entre las dunas, de entre algunos árboles de huarango emergían mujeres que llevaban pequeñas almohadas sobre las cuales habían plumas, Yezalel lo jalo de la mano y le señalo al oasis donde un grupo de sirenas se estaban quitando escamas para luego transformar su cola de pez en dos piernas.
Unos hombres aparecieron a paso lento sobre las calientes arenas acercándose al grupo de mujeres, uno de ellos recogió aquellas escamas junto a las plumas que las brujas le ofrecieron y luego extendió sus alas y desapareció, pero el que se quedó llamo la atención de Max.
—Lo encontramos —Grito Yezalel.
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