¿Levi?
—Levi...
Apenas Simón regañó al adolescente, las miradas de todos se dirigieron a él. Lo observaban atentamente hasta que Jace y Magnus lo reconocierón, era más joven pero no había duda, era él
La espada Serafín brilló cuando su nombre fue pronunciado, mientras la magia del brujo se mostró como hilos de energía azulada. Ambos hombres atacaron a Levi, nadie tuvo tiempo de reaccionar salvo uno, en un movimiento inesperado Simón se colocó delante del adolescente recibiendo así los ataques destinados a él.
—No..., es mi hermano, no lo toquen... —Fue lo último que pudo decir antes de caer en un charco de su propia sangre
El rostro horrorizado de Jace al ver el daño que le había causado a Simon cambió a uno fúrico cuando Levi se acercó corriendo y gritando
—Sheldon..., hermano... — Levi volteo a Simon para luego protegerlo con su cuerpo, estaba temeroso de que quisieran herirlo nuevamente, Jace volvió a levantar su espada e intentó atacarlo, pero no pudo moverse, Asmodeo uso sus poderes para inmovilizarlo al igual que a su hijo.
—Porque... ¿por qué proteges a ese monstruo —jace estaba furioso tratando de liberarse
—Como yo lo veo... los únicos que se comportan como monstruos son ustedes dos que atacan a un niño desarmado
Magnus usó su magia y logró liberarse, tantos años de vida lo prepararon para controlar sus impulsos —¿Acaso no te das cuenta? no sólo es su nombre sino también sus facciones, es él, es ese malnacido que hizo miserable nuestras vidas
—Me he dado cuenta de quien se trata, pero él parece no saber, además recuerda que también es una víctima y por sobre todo él también es mi hermano y no permitiré que nadie le ponga un dedo encima..., ni siquiera tú hijo —Magnus se sorprendió ante sus palabras, jamás pensó que Asmodeo pudiese querer proteger a alguien.
Catarina actuó de inmediato y se acercó a curar a Simon mientras todos discutían con el demonio. Levi escuchaba sin comprender y aunque quería preguntar no lo hizo, prefería quedarse al lado de la cama de su hermano hasta que despertara.
Una hora después Simon abrió los ojos y revolvió el cabello de Levi al ver sus ojos vidriosos, el niño se lanzó a sus brazos y lloró varios minutos aferrado a su camisa, había sido terrible ver como lo querían asesinar, pero fue el mismo infierno ver a su hermano siendo herido
—Estoy bien..., tranquilo..., estoy bien —Simon consolaba a su hermano ante la mirada de Maryse, ella no podía apartar la vista de aquel niño.
Mientras aquello sucedía en la enfermería, afuera los gritos de Jace y Magnus resonaban en todos los pasillos, ellos querían acabar con la existencia de aquel demonio que acabó con sus vidas. Culpaban a Leviatán de la pérdida de sus parejas.
Pasaron dos días en los que Simón se reintegró nuevamente a las filas de los nefilim, no había sido nada fácil para él convencer a Jace y Magnus de aceptar a su pequeño hermano, pero de alguna manera se calmaron un poco cuando él les dijo que probablemente Levi fue revivido para resarcir los errores cometidos, pero lo que los convenció de no matarlo, por ahora, fue cuándo les dijo que tal vez él podría llevarlos con Alec y Clary.
Lo miraban con odio y eso hacia que Levi se encogiera con miedo cuando se cruzaba con ellos. Afortunadamente Isabelle parecía encantada con el adolescente, siempre estaba atenta a él y lo cuidaba de cualquier comentario hiriente que su hermano o amigo quisieran decirle.
Pasaron varias semanas y Simón ya comenzaba a portar runas una vez más, y no era el único, Levi en su inocencia queriendo ser como su hermano mayor un día tomó su estela y trazó una runa en su piel, luego de ello cayó inconsciente.
Simon estaba desesperado al igual que Isabelle, Maryse estaba derramando silenciosas lágrimas sin saber porque, mientras Jace daba vueltas sumido en sus pensamientos, debería sentir alegría, un mundano sin preparación seguramente moriría o por algún milagro solamente caería en la demencia, pero por algún motivo estaba muy preocupado, dejo de dar vueltas y empezó a caminar de un lugar a otro. De rato en rato miraban a la puerta esperando que alguien salga para informarles.
Magnus también estaba dentro de la enfermería ayudando a los hermanos silenciosos con sus poderes, no podía sacarse de la mente la imagen de Alexander llorando la pérdida de Levi, debería enfurecerse, sentir celos por ello, pero en su lugar sentía que era algo natural, sentía que no debía de permitir que la vida de ese mocoso como él lo llamaba se perdiera.
Mientras seguía recitando antiguos hechizos uno de los hermanos intentó hablar con Levi, deseaba decirle que sea fuerte, que todo estaría bien, pero en su lugar vio una imagen muy nítida y no solo él, Magnus también la visualizó, ambos se miraron sin saber que decir.
Después de toda una noche de arduo trabajo, Levi estaba fuera de peligro y Magnus salió en busca de la familia para avisarles de ello. Jace fue el primero en entrar y respiró aliviado cuando pudo comprobar con sus propios ojos que él estaba respirando con normalidad.
Maryse se acercó junto a su hija y se sentaron a su lado, ninguna apartaba la mirada del frágil cuerpo de Levi, todos observando en silencio.
— Hay algo que deben ver, no estamos seguros que está pasando, pero... —Todos estaban esperando a que el hermano silencioso hablara pero él solo les mostró lo que vio.
—Hermano cárgame
—Oye mocoso, deja de ser mimado, ya eres grande camina por ti solo
—Jace, déjalo en paz aún es un bebé —una pelinegra lo miraba con reproche.
—Deja de decir eso Izzy, ya tiene seis años, la edad suficiente para...
Un sollozo, el pequeño niño miraba a Jace con su pequeña manito tratando de limpiar sus ojitos inundados en lágrimas—¿no me quieres hermano?
Su recuerdo terminó con un puberto Jace llevando sobre sus hombros a un niño muy parecido a Robert Lightwood, un niño que reía feliz mientras a su lado iba Izzy subida en la espalda de un encantador y jovencísimo Alec.
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