¿Indicios del futuro?
Recuerden que las letras en cursiva son fragmentos de un libro que Jem está leyendo
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Desde el día que Simon volvió, magnus visitaba diariamente la Torre central de Idris, aquella en donde el cuerpo de Alec había desaparecido, en el fondo de su corazón la esperanza se instaló una vez más.
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Jem cerró el libro por unos segundos mientras frotaba el puente de su nariz, que diferente era de la realidad, Magnus era uno de sus mejores amigos y en ese preciso momento de seguro estaba ahogado en alcohol, desde que Alec murió y por ende sus hijos, se había encerrado en su loft dejándose morir. Pensó unos segundos en su amigo y pidió al ángel por él, luego continuó con la lectura.
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—No es que no esté feliz de verte Simón pero Clar..., ella..., ¿por qué ella no volvió? porqué tu si... —Jace reflejaba tristeza.
—No lo sé, no se cuales sean los planes de Dios para nosotros, lo siento me gustaría decirte más pero no se nada.
Pasaron unos días y Simón fue a visitar a su hermana quien al verlo lo golpeó con todas sus fuerzas estampándolo en la pared para luego correr a sus brazos y asfixiarlo, al inició pensó que era una alucinación pero ahora estaba segura, era su hermanito, aquel por el que lloro noches y días enteros.
—Eso me dolió Becks, eres una salvaje
—Callate idiota, que más me dolió a mi sabiendote muerto
Isabelle solo los observaba con una sonrisa mientras alzaba a su pequeña sobrina de tres añitos, hija de su cuñada.
Desde que Simón volvio Isabelle no se despegó de el más que para dejarlo ir al baño y eso que el primer día insistió en acompañarlo.
Después fueron con Mike quien estaba en su tienda, él había vuelto a su vida normal, Michael se había ido, pero dejo los símbolos que lo catalogaban como un nefilim, runas eran visibles en su piel y ahora tenía la visión, conversaron hasta muy entrada la noche cuando decidieron volver, esta vez llegaron a un abandonado Instituto, todos los nefilim habían vuelto a su ciudad de origen, eran pocos así que estaban en el lugar más seguro para ellos dejando el trabajo de protección a los submundo, grupos como el clan de Lily o la manada de Maia eran los que se encargaban de proteger las leyes y a los mundanos.
Jem había empezado a escribir en una libreta, no podía ser que el escritor supiese sobre Michael, nadie más que los involucrados lo sabían, y también estaba la hermana de Simón. Hasta el momento pensó que el escritor o escritora era un vidente y por ello sabía del mundo de las sombras, pero ahora lo estaba dudando.
Fueron felices, Simón vivía con Isabelle, eran una pareja comprometida pero Izzy decidió no casarse, no si su hermano no estaba presente, pero su esperanza moría día con día cuando iba a visitarlo a aquel pilar donde Magnus lo vio por última vez y él no estaba.
Unos meses después dieron la mejor noticia en años, Isabelle estaba esperando, una nefilim embarazada, el primer embarazo después de la guerra, hubo una gran celebración en todo Idris y mientras los adultos levantaban sus copas haciendo brindis, tres niños escaparon de la atenta vigilancia de su padre.
Los pequeños se escabulleron hasta llegar a un campo lleno de flores, una juguetona voz los atraía haciendoles correr hasta llegar a la base de una de las inmensas torres, sobre la fresca hierba encontraron un hada pelirroja, así la llamo Celine nada más verla y cuando sus hermanitos se acercaron no pudieron retener su llanto, ellos la reconocieron al momento.
—Es mami, es mami gritaban mientras lloraban.
La desesperación de la familia era evidente, Jace pasó toda la tarde buscando a sus hijos sin descanso, estaba asustado, no había rastro alguno, aún con toda la ayuda recibida no logró encontrarlos, fueron horas hasta que la oscuridad de la noche empezó a despedirse para dar paso a los primeros rayos de sol, toda una noche que le estaba volviendo loco pensando en todas los peligros a los que sus hijos estaban expuestos y encima con las heladas temperaturas del invierno que podrían...
—No pienses en ello estúpido teñido, no les va a pasar nada, en lugar de perder el tiempo espabila y has gala de ese instinto de padre del cual siempre presumes y piensa, ¿a dónde podrían haber ido? —Simon estaba cansado de ver la cara de Jace retorciéndose a cada instante por pensar en quien sabe que cosas, despúes de darle unas palmaditas en la espalda para darle ánimos se fue hacia el bosque para seguir buscando
Jace se permitió una pequeña sonrisa y decidió seguir con la búsqueda, uno de los rayos de sol alumbró una de las torres y el reflejo de su luz lo cegó, fue entonces que corrió dirigiéndose a ella, ¿cómo no lo pensó antes? era el único lugar a donde sus hijos se dirigirían si estaban perdidos, esa torre en particular era preciosa para ellos, ahí fue la última vez en donde vio a Clary y sus hijos lo sabían.
Corrió presuroso, cayó dos veces por no fijarse en el camino y a lo lejos vio un brillo rojo, al inició no supo que era así que se acercó con cuidado hasta que distinguió un menudo cuerpo y su corazón se aceleró.
Corrió aún más rápido y al llegar los vio, sus tres hijos estaban acurrucados junto a una mujer que el conocía muy bien, los tres envueltos en una especie de luz mágica, una runa en el brazo de ella estaba activa protegiendo a sus hijos.
No podía creerlo, era Clary y estaba inconsciente, con cuidado acarició sus mejillas mientras lágrimas eran retenidas, trataba de no hacer ruido para no despertar a sus hijos pero aún así los tres pequeños escucharon el suave sollozo de su padre
—Papi mira, mira, es mami, es mami, es mami —gritaron los tres al mismo tiempo mientras se lanzaban a sus brazos —Todas las ganas de darles unas buenas nalgadas se desvanecieron y los apretó fuerte contra su pecho para besarlos.
Después tomando a su mujer en brazos caminaron un poco, la familia reunida de regreso a casa antes de que Robert y Simón los encontraran y lo ayudaran llevando a los niños.
Una vez más Catarina fue requerida y al revisarla no encontró nada raro en su salud, es más, se encontraba en perfectas condiciones, pero aún asi estuvo una larga semana dormida recuperando sus energías lentamente hasta que una mañana abrió sus ojos y lo primero que vio fue a Jace recostado a su lado mirandola fijamente.
Nada más volver a ver los verdes ojos de Clary hizo que olvidara como respirar, estaba feliz pero también temeroso, tenía miedo de que lo rechazara, pero se sorprendió cuando ella alzó su mano pidiéndole silenciosamente que la tomara y así lo hizo, tomo su mano y no sólo eso, sus labios buscaron los de ella y Clary se lo permitió, fue un roce suave y lento, era un beso en donde se demostraban cuanto se habían extrañado.
Unas horas después fue ella quien despertó a sus hijos, tantos años habían pasado tantos momentos perdidos, pero no se arrepentía de nada, gracias a ello sus tres tesoros estaban viviendo una vida tranquila, una vida muy diferente a la de su visión y fue feliz por ello, pero también la embargo la tristeza por él, por aquel hombre que le dio más que amistad.
Jem se preguntaba si Clary fue capaz de perdonar a Jace después de su traición, esperaba que así fuera, ellos, Jace y Magnus, no tenían la culpa, fueron usados por demonios en su juego de poder y venganza.
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—El no volverá, se que estas aquí por noticias pero no puedo decirte mucho, lo siento Magnus, no pude hacer nada, lo intenté, lo juro, pero ellos consideraron que era un peligro para todos, sus hijos aunque aun no habían nacido eran la llave luego de las torres de los demonios —Magnus la miró sin entender así que Clary usó otras palabras —la otra forma de acceder a Dios eran esos niños.
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Jem soltó el libro de la impresión, hace poco Asmodeo les dijo que los niños que Alec esperaba eran tan poderosos que podían abrir un portal hacia el cielo, aún mas que eso, su poder podía llevarte ante la presencia de Dios. Esto ya no era coincidencia y no podía tratarse de un vidente como pensó al principio, Jem pensó en la posibilidad que alguno de sus amigos estuviese con vida.
Pero también pensó en otra posibilidad, ¿podría ser posible que fueran indicios del futuro?
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