Busqueda frustrada
Aquí empezamos con los nuevos capítulos. Gracias a todas las maravillosas personitas que volvieron a leer desde el capítulo LI y también a las que leyeron toda la historia nuevamente, así como a los nuevos lectores.
Solo espero que la historia no esté tan enredada y se deje entender.
Todos se retiraron a sus respectivas habitaciones, Maryse estaba acomodando a Máx en su cama tratando de hacerle dormir, a pesar de que su hijo ahora tuviese trece años aún lo trataba como un bebé.
—Mamá es muy temprano para dormir, déjame leer el libro que me dio Jem.
Después de una pequeña discusión, que Max ganó, ambos se acomodaron en la cama para leer juntos, Maryse tenía temor que nada más descuidarlo desapareciera.
Mientras tanto, Magnus estaba en la soledad de su habitación con la mirada perdida, muchos recuerdos venían a su mente cuando estaba solo y es por ello que se refugiaba en la bebida, de alguna manera le hacía olvidar y rememorar solo aquellos momentos felices. Se levantó de golpe sintiendo la ansiedad de beber, pero en su lugar tomó el segundo libro para continuar con la lectura, había muchas interrogantes y quería respuestas pero tenía que esperar a que los demás leyeran.
A media noche terminó de leer y aunque le picaban los ojos le costaba conciliar el sueño así que hizo aparecer una poción para dormir, pero Presi pensando que era alcohol volteó el vaso con sus patitas. Magnus se hubiese molestado pero sabía porque su mascota lo hacía, hace unos meses que el pequeño gato ya no salía de cacería, siempre estaba pegado a él, atento a cualquier oportunidad para deshacerse de sus bebidas alcohólicas, lo malo es que no sabía diferenciar entre el whisky y el té.
Lo tomó en sus brazos y fue directo a la biblioteca, no podía esperar más, tenía que encontrarlo aún si Alec no lo quería en su vida.
Apenas llegó escuchó la voz de Jace, y no solo era su voz, todos estaban con Jem, estaba seguro que ni siquiera habían terminado de leer y ya estaban haciendo preguntas.
—Esto no puede ser posible, no hay manera que un mundano sepa sobre los acontecimientos de nuestro mundo.
—Creo que alguno de nuestros amigos lo escribió, esa es una de las posibilidades
—¿Estas seguro?
—No puedo asegurarlo, pero ¿quién más sabría detalles exactos de lo que ocurrió en la guerra?..., Aunque Asmodeo me dijo que también podría tratarse de un demonio, esa es otra posibilidad.
—No sólo es eso, también tiene detalles de la guerra con los angeles, el autor tiene que ser uno de nuestros amigos —Simón aún continuaba leyendo.
A los pocos minutos una niña entró, ella les relató los sucesos ocurridos aquella noche que encontraron el libro, Magnus no podía seguir escuchando, tomó a su gato y salió buscando un lugar tranquilo donde pensar en silencio.
Robert y Maryse se quedaron, le habían pedido a la niña que fuera por Miguel, el actual director del instituto, un niño a su parecer, pero un niño con la capacidad latente de un líder, él les dijo que por ordenes de la clave no podía brindarles ayuda en la búsqueda de su hijo y amigos, Jace que hasta ese momento se había mantenido al margen decidió intervenir, él no entendía porque estaban perdiendo él tiempo solicitando ayuda cuando bien podrían buscar ellos mismos.
—No conocemos este país, aparte creo que no hablas el idioma, además de que la ciudad ha sido tomada por clanes de hombres lobo y vampiros, sin los recursos del instituto sera muy difícil obtener información —Jem lucia calmado ante la interrupción de su rubio tataranieto, años de tratar con su fallecido parabatai lo habían preparado para ello, pero Isabelle estaba apunto de explotar de furia.
Mientras ellos continuaban su reunión Magnus escaló la más alta torre del instituto, Presidente Miau estaba ronroneando feliz en sus brazos y se tomó unos minutos para acariciarlo mientras recuerdos venían a su mente, recuerdos hermosos de sus días al lado de su nefilim y también aquellos recuerdos dolorosos de su separación, un par de rebeldes lágrimas escaparon y presidente maulló y se alzó para limpiarlas.
Solo fueron unos minutos de debilidad, aunque esos minutos eran muy frecuentes, presi bajo de sus brazos cuando los ojos de su amo se tornaron dorados, se sentó a sus pies mientras el brujo ponía en marcha un hechizo de rastreo, una intensa luz azul brillaba en el cielo nocturno invisible a la vista humana. Lo intentó por cuarta vez y aún no conseguía resultados en la búsqueda que estaba realizando, se disponía a intentar el hechizo una vez más cuando su pequeña mascota maulló alertándolo del grupo de subterráneos que se estaba reuniendo a las afueras del instituto. De inmediato suspendió la búsqueda y bajo corriendo para avisar sobre el ataque.
Justo cuando Jem iba a explicarles por décima vez que necesitaban la ayuda de aquellos nefilim para abarcar más territorio, una pequeña castaña entró corriendo haciendo que todos dirigieran su mirada hacia ella
—Monica ¿Cuántas veces te he dicho que toques antes de entrar?
—Es una emergencia —fue lo único que dijo mientras tomaba un poco de aire y Magnus llegaba —los subterráneos..., sus lideres están en nuestra puerta, las protecciones se han activado, pero son demasiados no vamos a poder con todos.
—En un momento como este...¿por qué ellos...? —Miguel se puso pálido por unos momentos, pero se recompuso apenas su hermano apretó su hombro
—Tranquilízate director, tenemos que...
Maryse no le permitió continuar, años llevando la dirección del instituto de Nueva York la hicieron tomar el mando de inmediato
—¿Dónde esta el cuarto de armas?, necesitamos abastecernos... —no terminó de dar ordenes cuando palideció, había recordado a dos miembros del grupo ausentes —pequeña, dime que ese duo no esta afuera en este momento
—Bueno; ellas se dirigían hacia la salida, dijeron algo como "No te preocupes nosotras nos encargaremos"
Todos palidecieron, a pesar de ser líderes del concejo no tenían mucha paciencia, la diplomacia no iba con ellas y era por ellos que antiguamente Alec siempre iba acompañándolas a cada misión. Dejaron a Max y a presidente al cuidado de los bebés y todos los demás miembros del instituto salieron a la batalla.
Cuando llegaron a la calle vieron a Maia desgarrar el cuello de un vampiro con sus dientes, estaba completamente trasformada mientras Lily tenía en manos una katana enterrada en el pecho de su adversario.
—Asi que es cierto, nuevos nefilims habitan el instituto, y también traidores a la sangre, está vez acabaremos de una vez por todas con...
—¿Dijiste algo? —Jace le cortó el cuello, fue un corte limpio que no dejo salir una gota de sangre hasta varios segundos después.
Tal vez lo hubiese escuchado hablar, lo habría hecho si Maia no hubiese gritado y señalado a un grotesco hombre lobo —Ese hombre tiene impregnado el olor de Clary
Jace se abrió paso, necesitaba hacerse con ese desconocido.
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