Amón
La pequeña niña seguía aferrada a Max, causando los celos de Isabelle que la miraba con molestia cuando escondía su rostro en el pecho de su pequeño hermano. Era un ser frágil, con un aura angelical y hermosa como una flor, sin duda, un peligro para los pobres jovenes mortales. La pequeña ni siquiera la miraba a ella, sus grandes ojos azules miraban a Asmodeo con fascinación, como si viera muy dentro de él al ángel que una vez fue, pero el demonio ni siquiera se percató de ello.
— ...Esos bastardos buscaban al querubín pero no sabían que ya lo tenían en sus manos, fue una fortuna que Max la encontrara y ustedes los rescatarán.
— ¿Por qué está aquí? Se supone que ellos jamas bajan a nuestro mundo —Jem observaba al pequeño ser celestial echar vistazos rápidos a todos lados.
— Gabriel piensa que vino buscando a Max, en el paraíso ellos eran muy unidos, tanto que padre pensó... —Asmodeo dejo de hablar por breves segundos mirando fijo a la pared, como si pudiese ver más allá de ella, luego desapareció sin decir nada.
No pasó mucho tiempo cuando las armas seraficas brillaron, todos se pusieron alertas esperando el ataque mientras Maia y Lily corrieron a la habitación de los trillizos por pedido de Jace. Un fuerte estruendo hizo temblar los cimientos del instituto, después todo fue silencio hasta que magia oscura se sintió en el ambiente, las protecciones habían caído y una horda de demonios irrumpía junto a un viejo brujo que Magnus había tenido el disgusto de conocer.
— Vladimir...
— Pequeño príncipe, quién diría que nuestros caminos volverían a cruzarse —el brujo miraba a Magnus con una sonrisa
— ¿Quién es ese? — Robert pregunto a la vez que encajaba su guisarme en un demonio
—Hace trescientos años estuve a punto de morir en sus manos, es un brujo muy poderoso, Vladimir para los humanos pero su verdadero nombre es Amón, hijo de Lucifer.
— Si que me recuerdas querido primo, han sido muchos años extrañándote, deseando tenerte en mis brazos para beber de ti —Magnus se estremeció y por primera vez retrocedió con miedo provocando una sonrisa llena de satisfacción en el brujo — pero hoy no será ese día, quiero a ese par de críos, denme a esos niños y les garantizaré una muerte rápida y sin dolor.
— Antes tendrás que matarme —grito Robert al lado de su esposa —no permitiré que te lleves a mi hijo y por supuesto el entregarte a la niña está fuera de discusión
— Si así lo quieren entonces que así sea —Amón hizo un ademán con las manos indicándole a sus demonios atacar.
Fue una dura batalla y casi nada pudieron hacer para que un demonio les arrebatará a la niña y la llevará con su amo. Ella lloraba tratando de soltarse pero el demonio solo la observaba con interés, estudiándola por todos los ángulos —eres hermosa y tan inocente, afortunadamente ese par de imbéciles no corrompieron tu alma, seras una buena mujer y me darás la oportunidad de reencarnar, me llevarás en tu vientre y renaceré como un demonio libre, por fin me libraré de la maldición de ser un débil brujo, gobernaré el averno en lugar de mi padre, pero antes necesitamos un sacrificio, la sangre de un renacido —Amón miró a Max mientras seguía conversando consigo mismo.
De pronto un par de demonios salieron expulsados por el ataque de Magnus llamando la atención de Amón, rayos de electricidad azul mezclada con chispas doradas y plateadas hicieron que sus ojos se abrieran con sorpresa para luego sonreír y carcajearse mientras lanzaba a la niña sin cuidado alguno hacia uno de sus subordinados
— Tengo tanta suerte, incluso Dios está de mi lado. Si por alguna razón mis planes no funcionan entonces el alma de esos no nacidos me viene bien, es una suerte tenerlos a mi alcance —en eso miró a Magnus, y esta vez dirigió toda su atención a él —¿Sabes querido primo?, cambio de planes, tú también te vienes conmigo, esos mocosos serán útiles en mis planes
—De que mierda hablas ¿ya te volviste loco después de todos estos años?
Amón aún podía oler el miedo provenir de Magnus y eso le encantaba —no lo sabes..., esto es ridículo y también conveniente —lanzo un ataque directo pero Magnus reaccionó a tiempo pudiendo defenderse a pesar del miedo que sentía —tú vendrás conmigo así no quieras, esta vez jugaremos sin interrupciones, tu patético padre no intervendrá, lo tengo muy entretenido tratando de salvar a su hermano, mis aliados lograron hacerse con Rafael —Amón levantó su mano esperando que el brujo aceptara —Ven conmigo Magnus, conviertete en mi subordinado y se mi mano derecha, juntos gobernemos el averno y traigamos el infierno a la tierra —Magnus no tomo su mano rechazando así su oferta —cometes el peor error, estás solo, mira a tu alrededor, toda esa bola de inútiles están vencidos.
Magnus escaneó la habitación y vio a todos en el suelo sin poder defenderse, mientras Max estaba al lado de la niña siendo retenidos por unos demonios —Este será tu fin, no es necesario llevarte vivo, tengo un par de horas para extraerlos....
Una gran esfera de energía se acercaba a Magnus y su magia no pudo detenerla, todos gritaban que se quitará pero no podía mover sus piernas, un par de cadenas lo sujetaban al suelo. De pronto a solo centímetros de recibir el impacto una intensa luz salió de su cuerpo protegiéndolo del ataque.
Todos estaban con los ojos cerrados, la intensidad de la luz los había dejado ciegos y solo contaban con el sentido de la audición, escucharon un gruñido y luego maldiciones dirigidas a Magnus. Catarina logró pararse y atacar a uno pero no fue suficiente, a cámara lenta vio como Magnus se protegía con los brazos del inminente ataque cuando otro resplandor iluminó toda la habitación.
Cuando todos lograron abrir los ojos vieron un revoltijo de plumas quemadas en torno a donde debería estar Magnus, a la vez que tres ángeles hacian su aparición.
—Amón, hijo de Lucifer te enfrentaremos en nombre de nuestro padre —los ángeles se lanzaron contra él, acabando con los demonios que estaban en el camino. Isabelle y Simón se pararon y corrieron a ayudar a los demás y todos juntos vieron sorprendidos que ese montón de plumas se agitaban y abrían en un par de blancas alas.
Al principio pensaron en un ángel, pero no era así, se trataba de Asmodeo que había dejado salir sus alas para proteger a su hijo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro