Capítulo 40
Capítulo 40
Kagura entendió una cosa.
No había nada que pudiera hacerla cambiar de parecer y nadie podría evitar que su creador llevara a cabo sus malévolos planes, sin importar las artimañas que tuviera que utilizar.
Ella estaba de acuerdo, estaba dispuesta a llegar hasta las últimas de las consecuencias, con tal der ver a esos dos separados... así tuviera que matar a Sesshōmaru lo aria.
Lo iba a hacer.
Aun después de escuchar la canallada de Naraku.
...
Irazue suspiro, cerrando los ojos con aire de impaciencia.
No podía ser tan difícil.
1, 2, 3, 4...
Aome rio nerviosa mientras trataba de memorizar cada uno de los pasos, giro una, dos veces elevando con gracias las manos... volvió a tropezar y caer sobre su trasero, echo un bufido maldijo en voz baja.
–"No puede ser"- murmuro la demonio, al verla desde arriba e hizo un ademan con la mano y el sonido del arpa se detuvo al instante.
Las siervas vieron asustadas a su reciente ama, temiendo que Irazue pudiera volverse loca e intentara atacarla, ya que la danza seria de suma importancia para la miko, de esta forma demostraría ser digna reina del oeste y evitaría dejar en ridículo a Sesshōmaru ante los demás lores de la región.
Era una danza de pasos sencillos, pero cargados de emoción, no era nada de otro universo... solo que la sacerdotisa tenia pies torpes.
–"Ponte de pie y hazlo de nuevo"- ordeno severa, Aome le dedico una obscura mirada.
Estaba exhausta y hambrienta, llevaban horas haciendo la misma cosa y no resultaba, bailar nunca fue su punto fuerte...
–"¿Podemos tomar un descanso?"- sugirió la azabache, mirando con suplicia.
Irazue frunció el entrecejo y respondió con un ligero movimiento de cabeza, comprendiendo que nada bueno saldría de una miko exhausta.
–"Descansaras mientras comes y repasas los modales durante la cena"
Aome siento la urgencia de rodar los ojos, eso no era descansar, era trabajar. Sin embargo, asintió decidida, dispuesta a soportar todo el entrenamiento, con tal de no dejar mal a Sesshōmaru el día de mañana.
Vio de mala gana el centenar de utensilios y copas sobre la mesa.
¿Por qué carajos tenían que ser tantos? ¡Acaso no les bastaba solo con uno!
Suspiro.
Aome prefería comer con la mano, aunque luciera como un cerdo, lo prefería, hasta juraba que a comida sabia más deliciosa de esa forma.
Rio ante su propio pensamiento, hasta que sintió la mirada de la suegra sobre ella, se acomodó los ropajes y tomo su lugar en la mesa, se sentía nerviosa pero por suerte había memorizado gran parte de las cosas.
–"¿Y bien?"-Irazue inquirió levantando una fina ceja, Aome carraspeo, sentada derecha con la barbilla en alto, tomo la servilleta para colocarla sobre su regazo desdoblada.
La demonio asintió y la miko sonrió victoriosa.
–"Los cubiertos deben permanecer en su sitio, hasta que comience la comida"-le recordó–"No agarre cualquiera de los cubiertos antes de que sirvan la comida, bien sea para juguetear, para limpiarlos con la servilleta, para utilizarlos con otro fin"
–"Entendido"
Una de las siervas alcanzo el primer platillo.
Aome llevo el primer bocado a su boca, pero lo arrojo de un escupitajo, Irazue tuvo que hacerse a un lado ya que el trozo iba directamente hacia ella.
–"Es-ta amargo"- balbuceo la miko entre toces.
Irazue arrugo el gesto, con desagrado–"Los alimentos que se llevan a la boca no se escupen o se devuelven al plato de forma evidente"-remarco con cierta ironía, logrando que la joven se avergonzara-"Si algo tiene mal sabor o no le ha gustado, debe retirar este bocado de la forma más discreta posible, dejándolo a un lado del plato"-Aome soltó un bufido, pero hizo caso a las palabras, ocultando muy bien las sobras, mientras revolvía los trozos con el tenedor–"Si un plato no le gusta, no lo "desarme" para dar la impresión de que lo ha comido"- regaño.
Aome la observo enardecida, esta mujer hacia que el comer fuera un completo dolor de cabeza.
El siguiente plato le fue dado y esta vez la joven miko lo degusto tranquila y sin escupir nada.
–"Esto esta delicioso"- chillo emocionada, pico un trozo con el tenedor–"Pruébelo"-animo extendiéndole un bocado.
La dama negó con suavidad, aunque su rostro no era el más amigable–"Los alimentos no salen de su plato y la bebida no sale de su copa o vaso, no para dárselas a otros"
–"¿En verdad es necesario todo esto?"
La dama asintió.
–"Totalmente"
Aome le mostro la lengua, e Irasue sonrió incrédula.
...
Sesshōmaru percibió el aroma a Sangre mucho antes de que Jaken, llagara corriendo hacia él y le advirtiera de la presencia de Kagura y Naraku en sus tierras, pues el hedor de aquel maldito lleno por completo todo el territorio del Oeste.
Voló con rapidez hacia donde su nariz lo guiaba, pero jamás pensó encontrarse con aquella escena, Kagura siendo atravesada por los tentáculos de hibrido, mientras intentaba sin fuerzas, liberarse de él.
El cuerpo de la mujer cayó casi sin vida, mientras el preciado líquido rojo, brotaba de ella sin dificultad.
Naraku rio a carcajadas, desde el interior de su recién formado campo de energía, mirando con total desprecio a la moribunda mujer–"No volverás a traicionarme"-susurro este irónico, mientras preparaba un nuevo ataque, para acabarla de una vez por todas.
Sesshōmaru se interpuso entre ambos y Naraku puso su atención sobre él, reaccionando con sorpresa, porque evidentemente no se lo esperaba.
–"Señor Sesshōmaru que alegría volver a verlo"–saludo con burla, ganándose una feroz mirada por parte del susodicho- "Lástima que llegue en un mal momento"– sonrió de manera espeluznante.
–Se-sess-"–Kagura gimió adolorida, para segundos después comenzar a toser sin control, brotando sangre a través de los labios.
El aludido la observo de reojo, desde el aire.
En ese mismo instante aparecieron, Inuyasha y los demás, quienes también habían sentido la presencia del hibrido que tantas desgracias les había traído a sus vidas.
–"¡Que hiciste maldito!"-grito el mitad bestia estupefacto.
–"Es Kagura"- aseguro Miroku.
Aome fue la primera en correr hacia Kagura, con intenciones de ayudarla, porque a pesar de la rivalidad, que había entre ambas, la joven miko no podía dejarla morir.
–"No te muevas"-pidió, deteniendo con sus propias manos la hemorragia.
La demonio dominadora del viento, perdió a conciencia minutos antes de que fuera cargada sobre el lomo del dragón de dos cabezas, mientras tanto eran protegidas por las espadas de los hermanos Taisho, ya que Naraku estaba dispuesto a matarla.
Ya en el castillo la Higurashi pidió ayuda a los siervos, quieren contactaron con la curandera personal de la casa de la luna, esta apareció de la nada, como por arte de magia, ya que era un bruja, muy anciana y llena de sabiduría.
Con tan solo un poco de magia e ungüentos, logro detener la pérdida de sangre, Kagura despertaría en un par de horas, pero cerrar las heridas y cicatrizar le llevaría días.
...
Por otro lado Naraku había terminado escapando como siempre, después de verse acorralado por todo el grupo, dejo atrás una nube de polvo y veneno, sumamente peligrosa para los humanos, como Sango o Miroku y muy desagradable al olfato para híbridos y demonios, los dejaba mareados, desorientados.
–"Ese maldito, la próxima vez no escapara"-gruño el Hanyou tapando su olfato con ayuda de su traje rojo-"¡Voy a acabar con el!"
–"Se ha vuelto más fuerte"-Sango afirmo.
Miroku asintió–"Es muy probable que ya tenga la perla casi por completa"
Sin perder más tiempo regresaron al castillo.
...
Aome observo intranquila, el semblante pálido de la demonio, quien estaba recostada sobre la cama durmiendo con tranquilidad.
Toco la frente de la mujer–"Que bien, no tienes fiebre"- dijo mas para si misma que para alguien más.
–"¿Aome?"- Kikyo hablo desde la puerta, la aludida volteo el rostro hacia ella–"Inuyasha y los demás ya han llegado"-Informo y la joven se alejó caminando a toda prisa, estaba muy preocupada por Sesshōmaru y sus amigos.
Finalmente pudo respirar aliviada, al verlos sanos y salvos, bueno tenían alguna que otra herida, pero nada de que temer.
–"¿La señorita Kagura?"-
–"Se encuentra bien, las heridas son profundas pero logramos detener la hemorragia, ahora solo es cuestión de tiempo para que despierte"-informo la miko con calma, aunque podía apreciarse cierta preocupación en su mirada.
El hibrido se cruzó de brazos intranquilo–"No entiendo porque Naraku trataría de matarla"-razono.
–"Kagura siempre ha sido la oveja negra de todas sus extensiones"-Sango respondió pensativa-"En más de una ocasión nos ha ayudado a costa de Naraku"
Aome asintió.
–"todo esto es muy extraño"- Inuyasha dijo desconfiado–"Naraku pudo haberla matado, sin atacarla ya que él tiene en su poder el corazón de Kagura"
–"Es verdad"- Miroku respondio.
–"Se equivocan"- Sesshomaru dijo captando el interés de todos-"Esa mujer ya tiene su corazón"
La sorpresa se pintó en el rostro de todos.
Inuyasha movió las orejas y estas captaron un nuevo latido–"Es verdad, ahora puedo oírlo"- aseguro con seriedad.
–"¿Por qué Naraku le daría su corazón? Acaso para poder matarla a sangre fría"
La pregunta floto en el aire, para nadie estuvo dispuesto a dar una segunda opinión, la mente de Naraku era obscura y macabra, jamás podrían adivinar que siniestros planes tenía en marcha, pero algo era seguro, Kagura tendría que responder a sus cuestiones en cuanto despertara.
La presencia de Irazue, irrumpió en la sala esta sonrió al ver el aspecto desaliñado de su hijo y demás seres –"Veo que el hibrido ha causado molestias"- Expreso con diversión.
–"La próxima vez no se escapara"-Inuyasha respondió entre dientes.
La dama asintió.
Aome se retiró del salón yendo a la habitación, seguida por Sesshōmaru.
–"Tenía miedo de que te sucediera algo"- la morena dijo suavemente, consciente de que él estaba ahí, no lo veía a la cara ya que sentía pena de sus propias palabras.
–"Nada puede pasarme"- él respondió arrogante.
Aome ladeo el rostro para verlo, con una sonrisa pintada en el rostro.
–"Demonio tonto"
La armadura con untas cayó al suelo y la morena arqueo una interrogante ceja.
El demonio rompió sus labios en una sonrisa pervertida.
–"Miko tonta"
Aome jadeo avergonzada.
–"¿Q-que?"-balbuceo ahogada con el propio aire.
El Youkai sonrió malicioso–"Ven aquí tendré que castigarte"- susurro al mismo tiempo en que de deshacía de la parte superior de su kimono.
–"¡Sesshōmaru!"- exclamo incrédula, aunque por dentro, aquellas palabras la habían encendido de una forma impropia para una dama.
Aome chillo, cuando los brazos de su esposo la cargaron como un costal de papas, el demonio ignoro por completo sus reclamos y de un ágil movimiento la arrojo sobre la cama.
¿Alguien encendió la calefacción?
Porque el ambiente aquí comenzaba a calentarse.
...
La mayoría de los que habitaban en la casa de la luna, se fueron a sus respectivas habitaciones, para descansar, se lo merecían después de una tarde agitada para todos, pero sobre todo para Aome y Sesshōmaru, aunque este último permanecía con los ojos cerrados y consiente de todo lo que sucedía a su alrededor.
Capto un sonido proveniente de la habitación en la cual Kagura se encontraba, se levantó con sumo cuidado, para no despertar a la miko, para así poder investigar y al mismo tiempo cerciorarse de que todo estuviera en orden.
Una vez en la habitación se encontró con la demonio, sentada al borde de la cama, esta levanto el rostro asustada pero se tranquilizó al reconocerlo.
–"¿Sesshōmaru?"
El Youkai la estudio desde su posición en la puerta, las heridas, aun frescas tenían manchas de sangre seca, pero ella a pesar de eso contaba con su eficiente movilidad, tanto como para poner de pie tambaleante.
-"¿Qué estoy haciendo aquí?"- pregunto confundía.
–"¿Recuerdas lo que sucedió?"
La mujer permaneció en silencio, meditando las palabras, uniendo hilos hasta encontrar una respuesta–"Quiso matarme"- susurro esta con cierto tono de rabia, la mirada interrogativa de Youkai cayó sobre ella -"Trate de apoderarme de los fragmentos, necesitaba mi libertad"-fue su corta explicación, llevándose la mano sobre el pecho, podía sentir su preciado órgano palpitar acelerado.
Ella cerró los ojos por un instante, sentía que todo a su alrededor comenzaba a dar vueltas.
Se inclinó sin fuerza hacia atrás y luego hacia adelante, Sesshōmaru la sostuvo con ayuda de su brazo derecho.
–"No deberías moverte"- él dijo sereno.
Entonces Kagura levanto la vista y el demonio se sorprendió al encontrar aquellos ojos color rubí, repletos de lágrimas.
Ella sonrió débilmente y Sesshōmaru no pudo moverse.
La sintió temblare inclinarse aún más sobre él, los labios de la mujer estaban sobre los suyos.
Sobre los suyos.
Y él...
–"¿Qué significa esto?"
Una tercera voz se escuchó, Sesshōmaru la conoció de inmediato.
Continuara...
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