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Capitulo 34

Capítulo 34

Anteriormente....

-"¿Qué ocurre?"- el murmuro con el rostro tranquilo y demasiado cerca.

No supo en que momento los habían dejado a solas, pero se sentía expuesta bajo aquel brillo dorado, que la detallaban silenciosos y lentamente.

Como una pequeña presa bajo las garras de un gran depredador, solo que no sentía miedo de ser atacada, el temor, era más para sí misma, carraspeo y trato de mantener la distancia entre ellos, tenerlo tan cerca no la dejaba pensar, y más ahora que necesitaba reunir el valor para decirle, lo que por tanto tiempo había estado pensando.

Aunque tal vez fuera una mala idea, ya no había vuelta atrás.

Sino lo hacía, sino confesaba lo que tanto le había costado aceptar, Iba arrepentirse toda la vida.

-"Sesshōmaru yo..."-callo en silencio mientras detallaba cada una de las finas facciones del rostro del Youkai, lucia fresco y relajado, con cierto brillo de curiosidad en sus orbes. Sabía que no era el momento para admirarlo, pero le fue inevitable ¿Por qué tenía que ser tan llamativamente guapo?-"Yo - Yo"- grandioso ahora había olvidado todo lo que había planeado decirle.

-"¿Y bien?"-inquirió el demonio, ya que comenzaba a disgustarle el titubeo de la muchacha; Aome dio un paso hacia atrás, Sesshomaru comenzaba a pensar que tal vez la miko le temía, en otro tiempo eso le hubiera complacido de sobremanera pero ahora, el solo hecho de pensar que ella huía a su presencia, lo fastidiaba.

Porque de una extraña manera quería tenerla cerca.

Quería sentir el aroma de su cabellos, quería poder rosas con sus manos la nieva y suave piel de la muchacha... deseaba hacer tantas cosas con ella, pero que ahora no venían al caso, porque Aome lucia asustada.

Sesshōmaru inconsciente mente frunció el ceño.

Aome paso saliva, mientras recobraba una firme y decidida postura-"Sesshōmaru yo te a-"

-"¡Amo Sesshōmaru, su santa madre quiere hablar con usted!"-grito el demonio verde desde la puerta, la mirada que le dedico su amo, fue suficiente para dejarlo aterrado y pálido como un fantasma, mientras pequeños espasmos de terror corrían por todo su pequeño cuerpo, porque si las miradas matasen probablemente Jaken, estaría mucho más que muerto.

Tan muerto que ni colmillo sagrado podría revivirlo.

Jaken desapareció tal como llego, corriendo.

Aome sonrió entre, lo que podía notarse como la vergüenza y el desencanto, el momento se había roto, al igual que todo el valor que fue capaz de reunir, desapareció en el mismo instante en que Jaken apareció.

Ahora Aome tan solo quería salir de ir, sin que Sesshōmaru le preguntase nada. -"Me retiro no debes hacerla esperar"

Estaba a punto de marcharse cuando sintió que las garras del Youkai se apoderaban de una de sus muñecas, la sorpresa se notó en sus ojos, jadeo girando el rostro por completo, el demonio no estaba dispuesto a dejarla ir tan fácil, Aome lo sabía, tiro tratando de zafarse, Sesshōmaru gruño aumentando la presión.

Tanta fuerza ejercida en su brazo comenzaba a dolerle, un quejido broto de sus labios y él de manera instantánea la libero, Aome se froto un par de veces.

El Youkai volvió a gruñir, pero estaba vez dándole la espalda, su atención ahora estaba sobre unos pergaminos.

-"Sesshōmaru..."-lo llamo, pero el parecía reacio a mirarla.

Él no había querido herirla, sin embargo-"Vete"-... ahora ella tendría un moretón.

Aome suspiro, analizo detenidamente las palabras siguientes-"Acerca de lo que quería decirte"-la observo por encima de su hombro-"Hablaremos luego"- lo último sonó como una súplica mientras sonreía, tratando de darle tranquilidad.

Se fue dejando a solas al demonio.

.................

Ella era como una estrella, la más lejana y brillante de todas, las más hermosa y anhelada, había días en que Koga se sentía completo, totalmente absorbido por su luz, le daban esperanzas... y otras veces parecía quedar alejado, en la oscuridad, esos eran los días que más triste se sentía.

No hallaba las esperanzas, por eso se alejaba de todos, para pensar... para recordarla.

-"Aome"-su estrella se encontraba de espaldas, pero su melena azabache y aroma eran inconfundibles- "¿Que estás haciendo aquí tan lejos del castillo?"- inquirió preocupado mientras veía a su alrededor, buscando algún signo de amenaza, se tranquilizó al no hallarlo.

-"Joven Koga"-saludo-"Solo estaba pensando, este lugar es muy tranquilo, además, se puede apreciar la puesta del sol"- respondió la susodicha sonriendo, mientras este tomaba lugar a su costado.

-"Ya veo, con que es por eso"- murmuro pensativo, su vista se posó sobre el cielo que comenzaba a teñirse de colores naranjas.

Ella asintió sonriendo-"¿Pero tú que haces aquí?"

-"Vine porque necesito tomar una decisión"-Aome observo curiosa, Koga tenía una ligera sonrisa -"Pero el verte aquí me hace dudar aún más"-la mirada marrón se posó sobre el azul de sus ojos- "Aome tu eres la razón por la que estoy aquí, eres el motivo por la cual deje mi anterior vida"-manifestó con voz pausada, sin embargo su rostro ahora lucia triste-"Y soy consciente de que sientes un gran cariño hacia mí, y me siento muy feliz por ello pero... no es suficiente"-una molesta sensación, le crecía, en el pecho-"Necesito mucho mas de ti, lo deseo con todas mis fuerzas"-sonrió, reprimiendo las repentinas ansias de querer llorar –"Sé que no voy a obtener nada más, ese es el motivo por el cual debo tomar una decisión"-Tomo las manos de la miko entre las suyas, y como hace tiempo no lo hacía, la abrazo con fuerzas -"Aome te amo y por eso voy a dejarte ir"-la escucho sollozar, él aun la tenía entre sus brazos.

Lloro por no poder amarlo, se sentía culpable.

Lloro también, porque sabía cómo se sentía dejar ir, a la persona que uno ama

-"Todo estará bien"- ella seguiría brillando, pero solo en sus recuerdos.

.................

Mientras en un estreno del castillo el ambiente se veía triste, en otros la situación se tornaba bizarra y gracioso, bueno solo para uno de los presentes: Irazue.

-"No me parece"- respondió el demonio, sintiendo como un nuevo dolor de cabeza, amenazaba con salirle.

-"No comprendo cual es el problema, si es una tradición, que se mantuvo en nuestra familia por cientos de generaciones"- expreso con entusiasmo notable, a diferencia de su primogénito, quien lucía, como si hubiera visto al mismo diablo.

-"No seré obligado a nada, lo are cuando lo crea correcto Madre"- respondió este con firmeza, y sin esperar más reclamos se retiró.

-"¡Agh, este muchacho a veces es muy testarudo!"-Resoplo con desgano-"¿Qué tiene de malo procrear en su noche de bodas?"-suspiro afligida- "¡Es que acaso no piensa darme nietos!"

El resto de la tarde, la pasó encerrado en su oficina, no tenia deseos ni el ánimo de ver y hablar con nadie. Su mente se mantuvo en cuanto pergamino encontró, aunque no fueran de gran importancia, aunque no fuera una urgencia, se centró en documentos, cuyas páginas estaban cubiertas ya de polvo, no había mucho sentido en lo que estaba haciendo... pero si había un motivo.

Una humana de mirada marrón y cabellera azabache, cuyo rostro se manifestaba sin permiso alguno, atravesaba la barrera, que por tantos años había mantenido intacta.

Comenzaba a inquietarle la frecuencia con la que pensaba en ella-lo cual hacía, la mayor parte del tiempo- Y sobre todo de la manera en que lo hacía... su mente siempre estaba imaginando escenas, donde él se las ingeniaba, para mucho más que solo poder tocarla.

Sesshōmaru quería mucho más que solo un beso, quería varios, incluso morder hasta que sus ansias fueran saciadas.

Quería mucho más que tocarla de una manera superficial, deseaba explorara cada milímetro del cuerpo de la miko, y...

Y era momento de detenerse.

Algo, o mejor dicho alguien interrumpió -por suerte- sus descabellados pensamientos.

-"Sesshōmaru necesito hablar contigo"- el demonio se limitó a sentir.

Ella no le estaba facilitando las cosas, no si aparecía de esa forma, luciendo un bonito vestido color cerezo, y estas horas de la noche, donde ningún alma se encontraba de pie.

Dejo a un lado el papel que estaba leyendo, -realmente le importaba poco lo que decía-, su atención ahora solo estaba en la joven mujer de pie frente a él.

-"¿y bien?"- la animo luciendo tranquilo. Aome era la única digna de que sus ojos, anhelaran verla, desde su anterior encuentro en la tarde, se mantuvo a tan solo un pie de distancia, esperando interesado en lo que ella pudiera decirle.

Ella se encogió de hombros, expulsando todo el aire que había retenido inconscientemente en sus pulmones-"Sesshōmaru te amo"- soltó sin medidas, logrando sorprender al Youkai, quien lo demostró cuando sus ojos se abrieron fuera de lo normal.

Aome espero impaciente a que este dijera algo, pero tan solo se mantuvo en silencio mirándola con el ceño levemente fruncido.

-"Mientes"- sentencio.-"Tu amas al hibrido"- afirmo.

-"No, deje de amar a Inuyasha hace mucho tiempo"- respondió muy segura de sus palabras, y con toda la sinceridad que logro reunir, para que el demonio pudiese ver que no mentía.

Sesshomaru la observo escéptico, Aome lo noto.

-"Te amo"- repitió avergonzada-"¡Te Amo Sesshōmaru!"- grito, y el mencionado relajo sus facciones.- "No estoy mintiendo, finalmente te dije lo que sentía"-se animó a sonreír, incluso aun, de no haber obtenido una respuesta, pero tampoco un rechazo-"y aunque no correspondas mis sentimientos, quisiera permanecer a tu lado"- unió sus manos formando una súplica, cerrando los ojos con fuerzas, seguramente estaría más roja que un pimiento.

-"Si te atreves a dejarme, te matare"

Aome abrió los ojos con sorpresa.

Sesshōmaru sonrió con naturalidad, por primera vez en cientos de años y Aome le devolvió el gesto.

La había aceptado muy a su manera.

Continuara....

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