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Capitulo 13

Nota:(En esta historia, Sesshomaru tiene sus dos brazos)

Improviso un campamento muy cerca de las tierras del Oeste, en una cueva junto a un rio, el lugar perfecto para descansar, por una larga temporada. En estos momentos no estaba interesado en Naraku, ni en sus planes, no, su objetivo ahora era una joven de cabellera azabache y ojos marrones que estaba, en compañía de un perverso demonio.

-"No puede estar pasando esto..."- el moreno murmuro apretando los puños, con clara molestia y frustración.

Ginta apareció entre los árboles, cargando consigo algunos peces-"Koga, conseguimos algo de comer"- vio con un sonrisa satisfecha a su general, pero este solo lo ignoro.

Hakaku, comprendió, que el humor del joven peli negro no había mejorada aun-"Déjalo aún está preocupado por la Señora Aome"- arrojo algunas ramas que utilizaría para hacer una fogata.

Es que el solo estaba ahí, con la mirada clavada en el suelo, como si fuera lo más interesante del mundo-"¿Pero va a comer?"- comenzaba a preocuparlo

-"No lo sé, pero por el momento es mejor no molestarlo"

""Tengo que hacer algo, Aome no puede casarse con ese sujeto""

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Si alguien alzase la vista en ese momento no sería vista, ya que el blanco color de la gigantesca pluma se confundía a la perfección con el de las nubes.

Le extrañaba la actitud de su padre ¿Por qué de pronto ese interés por ella y Sesshomaru?, sin duda alguna se traía algo entre manos, y lo peor de todo es que le daba una mala sensación.

Entre sus garras lleva aquel frasquito, cuyo contenido aún era un misterio, se sentía muy tentada a abrirlo, pero las palabras de Naraku resonaban en su conciencia.

-""No debe ser abierto a menos que sea necesario, de lo contario no funcionara""- advirtió con vos calma, pero en aquellas palabras se resguardaba una amenaza latente.

-""¿Qué es y qué hace?""-lo alzo hasta la altura de sus ojos, sin notar nada extraño, parecía vacío.

Cerro los ojos por unos segundas.-""Lo sabrás cuando veas a Sesshomaru...""

-¿En verdad este inútil frasco serviría de algo? Para ella no era más que locuras de su creador-""¿Porque tanto misterio? Solo dímelo de una vez""

-""Te ayudara a acercártele""

-""Puedo hablar con él, sin necesidad de tus trucos""- le arrojo el recipiente a los pies, quien dudosamente no se hizo trizas.

Se masajeo la cien, como para contener las ansias de ahorcarla, estaba siendo muy terca-""No me refiero a ese tipo de acercamiento""

-""Ah-""- se mostraba perpleja, ¿Qué significaba eso?

-""Deja de perder el tiempo, vete de una vez""-esta vez si la asusto, pues había levantado un poco la voz y cargaba consigo una cara de pocos amigos.

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Un panorama no muy diferente se notaba en el grupo de Inuyasha.

Este se había reusado a comer desde que Koga se había aparecido, si seguía así terminaría convirtiéndose en un debilucho, sus amigos ya habían intentado de todo para animarlo, bueno solo Miroku, ya que Sango y Shippo pensaban que se lo merecía.

Solo que preocupaba, el hecho de que no comiera bien.

Se debilitaría y en el peor de los casos Naraku podría parecer, y matarlo.

-"Ya Inuyasha puedes dejar de lamentarte Tienes a Kikyo al fin y al cabo eso es lo que querías"- comento ya harta del comportamiento del peli plata.

-"Lo que ganaste por lastimar a Aome"- se animó a agregar un pequeño zorrito de colita esponjada.

A lo que el Hanyou gruño la respuesta-"Fhe, no sé de qué tanto hablan"

-"Es que es muy notable, que extrañas a la Señorita"- agrego un perspicaz monje.

-"Solo estoy preocupado por ella, eso es todo"

-"Aome está bien, si le hubiera ocurrido algo malo, ya nos habríamos enterado"-respondió con calma mientras serbia un tazón de sopa al monje y al zorro.

-"¿Cómo pueden estar tan seguros? les recuerdo que se fue con Sesshomaru"

-"Son pareja, tu hermano no la lastimara"-la exterminadora dijo señalando lo obvio, para los ojos del medio demonio.

-"Medio hermano"-escupió con rabia, saltando a la rama, más alejada de un árbol

-"Es suficiente ¿vas a comer sí o no?"- Sango pregunto mostrando su enfado, y lo cansada que esta de la actitud de su perruno amigo.

-"¡¿Que no tengo hambre?!"

-"Como quieras"

-"¿Es que piensas matarte de hambre?"- El houshi pregunto frunciendo sus delgadas cejas.-"Como algo Inuyasha no necesitamos retrasos, de un demonio debilucho"- este lo dijo con la intención de que se molestara.

Absolutamente nadie le decía así.

Pero tenía hambre, en verdad tenía hambre.

Sonrió de lado.

Mitad bestia salto y le arrebato de las manos aquel tazón, para seguidamente regresar al árbol.

Miroku sonrió internamente- "Gracias"- susurro.

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El paseo actual, no era diferente al anterior, el silencio y su acompañante eran los mismos, sin mencionar que nuevamente no sabía a donde iban.

Esta vez ella opto por ir, tal vez, unos cuantos pasos tras él, no a su costado, como era de costumbre, lo más sorprendente de todo es que no emitió palabra alguna.

Se preguntaran ¿porque?

Había una única y simple respuesta.

Por aquel insignificante beso de mejilla.

Si, por eso solamente, Aome estaba actuando como una tonta. Inmadura.

No podía controlar la vergüenza se sentía al verlo a la cara, Se ponía más roja que una huerta de tomates maduros, e incluso Sesshomaru la miraba extraño, de una forma que la intimidaba.

Estaba siendo más frio. ¿O era su imaginación?

Suspiro con pesadez, justo cuando las cosas entre ellos parecían mejorar, sin exagerar claro está. Aun así era una pena, lo peor de todo es que se sentía responsable de ello.

No era ningún tonto, sabía que algo extraño pasaba con esa mujer, iba demasiado callada, y en el mundo de los humanos eso, significaba una mala señal.

¡Estamos hablando de esa mujer!

El mutismo no era bueno tratándose de ella, que no hacía más que gritar, ser una charlatana la mayor parte del tiempo, ni si quiera había consultado a donde la llevaba.

Por una extraña razón su actitud, comenzaba a molestarle, a decir verdad no era del todo malo, solo que no sabía exactamente como tomárselo, la odio por eso, porque él jamás se sintió inseguro por algo, y mucho menos por causa de una humana.

Hecho un vistazo por encima del hombro, ella lo noto, y de manera rápida volteo el semblante a un lado. ¿Qué comportamiento más ridículo era ese? Lo estaba ignorando, y no tenía idea de los motivos, por el cual lo hacía. ¿Por qué estaba haciendo tanta bulla por eso? A él no le interesaba, ni debía, si quiera perder el tiempo pensando en tonterías.

Si la sacerdotisa no emitía palabra, era excelente para él.

Al cabo de unos minutos la noche se hizo presente, y aún no habían llegado a su misterioso destino; Sesshomaru detuvo su andar, la señal era clara pasarían la noche en el bosque, Aome desmonto del caballo y lo ato a un arbusto, seguidamente recogió algunas ramas e hizo una pequeña fogata, estaba arrodillada frente a este, con la mirada fija, curiosamente le resultaba sumamente interesante el centellar del fuego.

Dos manzanas rodaron por el suelo hasta chocar con ella, que el Dai Youkai había traído consigo entre sus prendas.

­-"Gracias"- murmuro despacio la joven azabache, sin verlo aun a la cara.

Las comió en silencio

El frunció el ceño, aun así no dijo nada, tan solo se recostó sobre el tronco de un árbol, y la contemplo.

Las miradas de reojo por parte de la miko iban y venían a cada instante, lo cual comenzaba a fastidiar la inmutable paciencia de Demonio

-"¿Qué ocurre?"- cuestiono, sin quitar sus dorados ojos, de la figura femenina.

-"¿Con que?"- indago tensa, anticipando el motivo de esa pregunta.

-"Has estado, callada"-no sintió ningún cambio en su voz, sonaba igual que siempre.

-"Creí que te gustaba el silencio"- Aome respondía sin mirarlo, pues cada vez que lo hacia el calor se apoderaba de su rostro.

-"Me gusta, pero me molesta tu incomodidad"

Arrugo el entrecejo -"Pues vaya, creí que te hacia feliz el que no hablara"

Sonaba altanera y desafiante, pero todo esto lo hacía sin verlo directamente, estaba poniendo de mal humor al Youkai, no comprendía la actitud de la muchacha-"No"

Aome suspiro cansada-"Iré a dormir"- se puso de pie, entre sus manos tenía una pequeña colcha de piel.

Se vio interrumpida por la complexión del peli plata-"No he terminado aún"- siseo irritado.

¿Cómo tenía el descaro de dejarlo hablando solo? Debería de sentirse agradecida y afortunada, que pusiera un mínimo interés en ella.

Y esta vez sí lo estaba viendo de una manera muy sorprendida-"Pero yo sí, y estoy cansada"- e intento escabullirse por un costado.

Sometió con su mano derecha, el brazo izquierdo de la joven azabache, antes de que ella pudiera reaccionar, ya se encontraba atrapada en las extremidades de Sesshomaru.

Definitivamente Aome, no se esperaba eso.

Y estaba segura de que el Youkai, tampoco.

Vio con recelo a aquel par de soles, con la respiración agitada, y el temor a flor de piel.

""Va a matarme""- pensó moviéndose inquieta, tratando de escapar de aquella cárcel de músculos.

El rostro del demonio estaba demasiado cerca, era peligroso, ya que se veía muy enfadado, con las cejas ligeramente fruncidas, su boca apenas era una línea. El dorado se obscureció, Aome tembló por dentro.

""Oh, dios si va a matarme""- si esta iba a ser su última noche en la tierra, no le demostraría su miedo.

-"Suéltame"- pidió con voz dura, viendo fijamente al contrario.

-"¿Qué harás si no lo hago?"- aquellas palabras salieron con el claro deseo de hacerla enojar, no había nada que esa mujer pudiera hacer, la diferencia de fuerzas era notoria.

-"Te purificare"- respondió segura de sí misma, aunque no de sus poderes, estos no eran lo sufrientemente poderosos aun.

Lo peor es que Sesshomaru era consciente de eso, por ello sonrió.

Aome se sintió repentinamente perdida, nunca antes tuvo la oportunidad de admirar esa sonrisa de cerca.

Especulo, que era bonita-""Es muy apuesto, no lo voy a negar""- todo el, llamaba la atención.

De una forma y otra no sentía miedo, en ese momento, todo el temor se esfumo. Lo cual era bastante bizarro, porque estaban discutiendo.

Los ojos de Sesshomaru iniciaron un recorrido, que iniciaban desde el marrón de los contrarios, y se detenían en un rasgo en particular, la cabellera azabache, el espacio entre el cuello y el hombro, o los labios de la joven miko.

Pudo apreciar aquello que todos los demás, hombres veían en ella.

Solo que él, se reusaba a creer.

Era atractiva.

Una fragancia que nunca antes, había percibido en ella, comenzó a envolver su sentido del olfato, el perfume perfecto, aunque no lograba asimilar, de que estaba elaborado.

La incomodidad crecía para la joven miko, verse observada de esa forma, la avergonzaba -"Sesshomaru, ¿no piensas soltarme aun?"-al final de aquella oración, dibujo una tenue sonrisa, a lo que el susodicho gruño e hundió su nariz en la melena azabache, se llenó de su aroma, Aome estaba estática, paralizada, sin comprender del todo lo que estaba pasando, su mente buscaba respuesta a este hecho tan irreal, ¿o solo estaba soñando?, pero la calidez provocada por la respiración de Sesshomaru se sentía tan real ""¿Qué le pasa?"", se preguntó a sí misma, con el color carmín aumentando en su rostro.

No era consciente de sus actos, algo más fuerte que su propia voluntad y orgullo, lo empujo a hacerlo, a perderse en tal exquisito aroma, embriagador -"¿Q-Que haces?"- finalmente la escucho balbucear confundida, lo trajo de vuelta a la realidad, él se alejó soltándola con brusquedad.

Solo se podía percibir la ira aquellos ojos dorados.

¿Qué le había hecho esa mujer? Este no era él.

Continuara...

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