Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 40. Final.

— Gracias por dejarme quedar.

— No seas tonta, no es nada. — Lidia señala la habitación de invitados en su casa y dejo caer mi mochila al piso.

— Siéntete libre de echarme si me vuelvo una carga para ti o para John.

— No lo eres, ahora instálate mientras termino esas deliciosas crepas que tanto te gustan.

— Gracias.

Abro las cortinas de la ventana para que la luz de la tarde ilumine la habitación, sencilla y limpia pero comida que me albergará por algún tiempo porque no le siento segura estando sola en mi departamento.

Pongo mi ropa en el pequeño armario y me acuesto sobre el edredón con el móvil en la mano para enviar un mensaje de texto.

*Tienes razón, me siento más tranquila en la casa de mi hermana.*

Becca responde un momento después.

*Lo sabía. Tómate tu tiempo, estoy segura que a tu hermana le encantará tenerte cerca.*

*Gracias, te veré después.*

Paso los siguientes 20 minutos mirando el techo de la habitación, totalmente aburrida y un poco ansiosa por los cambios que estoy haciendo. ¿Y si esta se convierte en mi nueva vida? ¿Si me quedo sola?

Carajo, no quiero repetir los errores del pasado, pero tampoco quiero quedarme sola. Tal vez solo tomaré pasos pequeños, muy pequeños.

— ¡Las crepas!

— ¡Ya voy!

Bajo las escaleras para encontrarme con mi hermana, Mickey se sienta en su corralito con una sonaja llena de babas y ella lleva un delantal de olanes que me recuerda al de mi abuela.

— ¿Cuándo te convertiste en mamá?

Lidia pone los ojos en blanco.

— Cuando parí a Mickey.

— Me refiero a nuestra madre, ¿Cuándo te volviste tan parecida a ella?

— No entiendo por qué te sorprende cuando soy la más hogareña de las dos, sin mencionar que tengo el sazón de la abuela.

— ¿Tú? ¿La chica que golpeaba a los niños que me llamaban Campanita?

— Aún puedo patear traseros... ¿Alguno que te esté dando problemas? — Su ceja se arquea cuando me mira.

— Uno o dos, pero quiero patearlos yo misma.

— Esa es mi chica.

Sacude mi cabeza revolviendo mi cabello y deja el plato con una crepa frente a mi, fresas y crema pastelera de vainilla para decorar.

— ¿Tienes algo planeado para estás semanas?

— Traje un montón de libros de mi lista de pendientes, eso me mantendría ocupada por lo menos un par de años.

Lidia deja de cortar su crepa para mirarme con los labios presionados.

— Me refería a otras actividades nuevas, algo que siempre quisieras hacer y no pudieras, ¡Ahora tienes tiempo!

— Quiero leer. — Mis hombros de encogen. — Tal vez podría hacer ejercicio, salir a trotar por ahí o inscribirme en un gimnasio.

— ¡Uy! ¡El gimnasio! Apuesto que ahí encuentras un entrenador sexy, tatuado y sudoroso que pueda hacerte feliz.

— No estoy lista para una relación. — Le recuerdo.

— ¡Entonces hazme feliz a mi y trae fotos de esos chicos para tu hermana! — Hace un puchero que me hace reír.

— No. No voy a explicarle a John por qué el teléfono de su esposa está llena de pornografía ligera.

— ¡Leila! — Chilla, pero la ignoro.

Como mi postre lanzando vistazos a mi pequeño sobrino en su corralito, demasiado tiempo entretenido con su sonaja como para prestarnos atención.

Al día siguiente, me levanto temprano para ir a correr a los alrededores del silencioso barrio de mi hermana. No es un lugar de lujo como en el que viven los padres de Ethan pero es bastante decente y cercano al hospital donde trabaja John.

Algunos kilómetros y estoy lista para volver a casa a tomar una ducha. Voy a la cocina esperando tomar un vaso de leche cuando encuentro ahí a mi hermana.

— Buenos días, veo que saliste. — Me señala. — ¿Tienes hambre?

— Siempre, pero yo puedo hacerlo si tú tienes que preparar el desayuno de John y Mickey.

— Puedo hacerlo, siéntate.

Apenas ocupo un puesto frente a la barra del desayuno cuando un ligero llanto suena a través del monitor de bebé.

— Voy por él.

La habitación de mi sobrino está justo a lado de la de Lidia, me aseguro de cambiarle el pañal antes de levantarlo en mis brazos. Luego lo acurruco contra mi mientras su madre hace el desayuno.

— Este niño es un reloj suizo, lo juro. — Lidia me pasa la botella de leche. — Espero que siga así por al menos 10 años más.

El bebé luce tan feliz que me encargo de alimentarlo y hacerlo eructar antes de instalarnos en la sala frente al televisor.

Después de eso, sigo manteniéndome ocupada jugando, bañándolo, mostrándole un libro y haciéndolo dormir la siesta.

— Mi vida gira de nuevo en torno a un hombre. — Susurro mientras lo arrullo. — Pero no importa, tú nunca romperías mi corazón, ¿Verdad?

Mickey toma mi pulgar con su pequeña manita y sonríe sin abrir los ojos. Beso su cabecita y me aseguro de que está bien dormido antes de dejarlo en la cuna.

— Creo que eso es exactamente lo que voy a hacer, voy a mantener mi atención en ti hombrecito.

Acaricio la pequeña cabeza de mi sobrino amando el olor de su shampoo de bebé. Si pasar el tiempo con mi sobrino es lo que necesito para sacar de mi mente las preocupaciones, es lo que haré.

El lunes en la mañana que llego a la estación me siento más tranquila y relajada que en días anteriores, habiendo dormido y comido lo suficiente como para mantenerme en movimiento dos días.

Veo a Christian y Ana bajar de su auto para entrar al edificio, saludando brevemente a Luke que permanece en la esquina con un cigarrillo en la boca.

— Buenos días, rub... Leila.

— ¿Quieres decirme qué rayos pasó contigo el otro día?

— ¡Nada! — Presiona con fuerza el cigarrillo para no soltarlo. — ¿Cuál día?

— El día en el bar, me dejaste ahí sola.

— Ah, si. Tenía algo qué hacer y lo recordé, es todo.

— Bien, porque no quiero verte cerca de mi amiga Becca.

Su ceño se frunce ligeramente.

— Eso será difícil porque ella sirve tragos en un bar, y yo amo los tragos y ese bar. ¿Ves mi dilema?

— ¡No me importa! ¡Aléjate de mi amiga! — Grito un poco demasiado alto.

— ¿De verdad piensas tan mal de mi? — Su expresión de ofensa me causa gracia. — No contestes eso.

— Solo aléjate. Es la única amiga que tengo además de Ana, no quiero que me odie por tu culpa cuando la deseches al día siguiente.

Si ceño sigue fruncido, pero no responde mis palabras y lo tomo como un acuerdo. Mi vida por fin empieza a encarrilarse y no permitiré que nada lo arruine.



Fin.

(Por ahora)

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Holis, he venido aquí a aclarar algunas de sus dudas.

Primero: Si, éste es el final de la historia.

Dos: No, Leila y Ethan no pueden estar juntos aún porque no están listos. No puedo darles un final feliz porque en este momento del proceso de Leila, sería un retroceso para ella.

Lo que viene para Leila es difícil y le tomará tiempo. La historia continua pero ahora desde la perspectiva de Luke, ahí se enterarán de muchas cosas más.

Tres: Si, aún hay asuntos inconclusos sobre Ana y Christian que continúan en el libro 3. El propósito de este libro ya se cumplió y el hecho de que Leila se haya encontrado a si misma es un final feliz para mí.

Entiendo que aún es confuso pero esperen a que el libro de Luke comience para que vean que solo es continuación de lo mismo.

No sé si se entendió 😅😅 Pero si hay más dudas, intentaré responderlas sin dar más spoilers. (Aunque los amo 😍)

Bueno, solo uno:

En el libro 3 hay alguien para Leila, una cita y muchas sorpresas. 🤐

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro