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Estaba decidido, iba a declararse y confesar sus sentimientos, ya no se lo iba a callar más. No le importaba que Jimin ya tuviera alfa, solo esperaba sacarse el peso que sentía de encima.

Ahora se encontraban los dos viendo una película en su habitación pero Min no le prestaba atención ya que estaba viendo el hermoso perfil del bello omega junto a él.

–Jimin... –murmuró en voz baja. El menor no lo escuchó por lo que tuvo que llamarlo nuevamente.– Jimin.

Cuando la mirada del susodicho se poso en él, su lobo se puso contento y nervioso a la vez.

–¿Qué sucede, hyung? –preguntó con voz suave.

–Eh, sé que lo que te voy a decir a continuación te va a sonar un poco loco pero... –soltó un ligero suspiro antes de continuar,– Espero, no te alejes...

Ya se encontraba nervioso, y temía que su aroma lo delatase. No sabía como empezar y la mirada curiosa del omega, no le ayudaba en nada.

–Tranquilo hyung, se nota que es importante para usted. –le sonrió,– Tome su tiempo.

Luego de varios suspiros e intento de soltar palabra alguna, se levanto y se colocó en frente de Jimin, se arrodilló y soltando un último suspiro, comenzó a hablar.

–Tu, tu me gustas, no, perdón, tu me encantas. –dijo lo primero.– Y sé que ya tienes alfa pero no puedo aceptarlo, no solamente porque tengo sentimientos por ti más que una amistad, sino que me duele verte llorar por él. –cayó, sus nervios iban a hacer que dijese alguna tontería hacia kim y no quería que el omega se indignase por maldecir a su alfa.– Perdón por decir esto pero, él... no te merece... No merece que tus ojitos derramen lágrimas, no por alguien que te trata mal.

»Yo tengo todo el cariño y amor que mereces, puedo hasta darte mi vida entera... Porque estoy enamorado de ti, de todo de ti. Es muy tarde decírtelo ahora, pero iba a hacerlo antes de que nos dejaras... No intento culparte...

–No, detente...

–El día de tu cumpleaños, cuando me pediste perdón por algo que no... Ejem, me sentí feliz, porque volvías a hablarme. Pero luego tú volviste a hacerlo, te alejabas y me alejabas para nuevamente volver... –continuó, necesitaba sacarlo. Se estaba haciendo pedazos por esos sentimientos y no podía derrumbarse por alguien, no de ese modo.– No preguntabas por mí, solamente liberabas tus dolorosas lágrimas por un imbécil y no podía hacer nada más que consolarte.

–Hyung, por favor, basta. –la voz rota del omega le hizo levantar la vista.– Yo... No se que decir, lamento todo lo que pasó y causé en usted. Sabe que es alguien muy importante para mí pero... No puedo, lo siento mucho...

Se levantó, agarró la pocas cosas que tenía y antes de que se vaya, habló nuevamente;

–Te amo y no me arrepiento de estos sentimientos... Solo te diré una última cosa, –tomo aire y continuó.– Para él, eres uno en el mundo pero para mí, tú eres mi mundo.

Luego de ello, se escuchó el ruido de la puerta ser cerrada con fuerza, también el como su lobo bajaba las orejas y cola mientras aullaba un lastimero canto de tristeza, y, a la vez, el como su corazón y alma se partían en pedazos.

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