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Extra: cocinando

Bueno este extra lo pidieron ustedes y como soy buena...
y sepan que Lu es una mala cocinera 🙈😂 lo único que cocino son postres, así que...

* * *'

[Extra: cocinando]

POV ALEC

No se por qué le muestro esa quemadura, generalmente me avergüenza que la vean porque eso siempre lleva a que me tengan lástima y no hay nada que odie más que eso.

Pero, por alguna razón, me siento cada vez más libre a su lado...

Y luego él lo dice: -¿Quieres cocinar algo ahora?

No puedo evitar la burla y la incredulidad en mi voz. Nunca he visto a Magnus, no lo conozco lo suficiente, pero lo poco que sé de él me hace imposible imaginármelo en la cocina. Manchado de harina u alguna otra cosa... -¿Tú sabes cocinar?

Tengo que morder mi labio para impedir la enorme sonrisa que lucha por salir.

-¡Por supuesto, Lightwood! -su tono me hace reír-, abre esa puerta y te lo voy a demostrar...

Empieza a presionarme para que abra, no puedo dejar de reír. -Magnus...

Casi lo siento vibrar a mi alrededor, imaginarlo dando saltitos como un niño, y sus ojos brillando emocionados.

La maldita llave no entra de tanto que mi mano tiembla con mis risas. Hace tanto no estaba así de feliz.

-A ver, yo lo hago...

Intenta quitar mi mano. -No, Magnus...

Las llaves caen en algún momento entre él tratando de tomarlas y yo quitando su mano.

Debería enojarme con él, pero parece imposible.

-Lo siento -se apresura a decir y sólo para mi satisfacción digo con fingida voz molesta "Dame las llaves y ya no hables".

POV MAGNUS

Entramos a su casa, lo sigo hasta la cocina y nos quedamos un momento en silencio. Es Alexander quien lo rompe: -Siento que esto no es una buena idea.

-¡Oh, claro que lo es! -yo ya no me iría de aquí sin vivir, y disfrutar, esta experiencia-. Dime qué quieres cocinar.

-¿Un pastel? -dice más como una pregunta.

-¿Un pastel? ¿De qué? -y sé su respuesta antes de que lo diga con una gran sonrisa que intenta ocultar rápidamente.

-De chocolate.

Su favorito.

-¿Tienes los ingredientes?

-Creo que sí... Hace tiempo pensé en hace uno y compré las cosas...

Harina. Azúcar. Polvo para hornear. Cocoa en polvo. Bicarbonato. Leche. Vainilla. Huevos. Mantequilla...

-¿Falta algo? -pregunto, luego de buscar las cosas donde él me indicó, omitiendo el pequeño detalle de que yo nunca he cocinado un pastel de chocolate...porque siempre lo tuve a él o mi magia.

-Creo que no... Uumm... -él saca un batidora de la alacena. Va a conectarla cuando yo me acerco.

-Yo lo hago.

-No, Magnus...

Empezamos a discutir. Trato se quitársela. No me deja. -¡Magnus, basta! -su amenaza no suena como tal porque se está riendo-, si se cae como las llaves, me voy a enojar...

-Bien -no me ve, pero hago un puchero.

-No hagas caras. Soy inmune, tengo dos hermanas, por si no recuerdas...

Conecta la batidora, después de acomodar cada pieza y la enciende una vez para probar. Miro maravillado como su mano la sostiene y su pulgar se desliza hasta dar con el botón de encendido.

-Bien -se voltea hacia mí y agradezco que no pueda verme porque seguro tengo la boca abierta. Me pide los primeros ingredientes.

Una taza de harina. 3/4 de taza de azúcar. 1/4 de taza de cocoa en polvo. Una cucharadita de polvo para hornear y una de bicarbonato. Una pisca de sal.

Él vierte todo con cuidado en un tazón. Estoy a su lado cuando enciende la batidora. -¿Puedo?

-¿Puedes qué? -empieza a mezclar los ingredientes. A baja velocidad.

-Ayudarte.

-¿Cómo...? -empieza a preguntar, pero ya estoy tras él, una de mis manos sobre la suya, la otra en su hombro contrario. Mi respiración a un lado de su cuello. Mi corazón acelerado.

Él se aclara la garganta unos minutos después, puedo ver su cuello y sus mejillas teñidos de rojo. -¿Puedes traer una taza de leche, mantequilla, un huevo y algo de vainilla? -su voz demasiado...

Sacudo mi cabeza y hago lo que me pide. Él no deja de batir, me pide agregar uno a uno el resto de los ingredientes. Mi mano vuelve a la suya y, un par de minutos después, la mezcla esta lista.

-Se ve bien -digo y al instante me siento estúpido, pero él sólo se ríe y dice "Huele bien y sabrá mejor".

Me pide que vaya calentando el horno mientras él toma un molde y lo unta con harina. Yo definitivamente miro idiotizado como una de sus manos sostiene el molde y con la otra, uno de sus dedos, recorre el mismo por dentro, lento, como si estuviera contando o midiendo algo. Después hace lo mismo, pero con la barra de mantequilla. -¿Para qué haces eso?

-¿Qué? Estaba midiendo para saber...

-No. Lo de la mantequilla.

-Ah. Para que después pueda despegarse fácil el pan, ya sólo hay que poner algo de harina y sacudir los excesos...

-Suenas como todo un chef -hay orgullo, absurdo, en mi voz.

Él se ruboriza. -Magnus, eso tomo mundo lo sabe... Hazlo tú.

-Aamm... Ok... -tomo una taza de harina y la echo en el molde-, Bien... ¿está bien?

Él se ríe a carcajadas. -Esto es como cocinar con Izzy. No tengo idea que hiciste. Tienes que ser más específico.

-Ah -creo que me ruboricé yo y empecé a tartamudear una disculpa-. Yo... Eemm... Eche una taza de harina ahí... -señalo el molde y vuelvo a sentirme estúpido.

Él lo toma y dice: -¿Está en el centro toda? Tienes que moverlo, la harina tiene que estar sobre toda la mantequilla. Dime cuando este listo.

Me pasa el molde y se quita un mechón de cabello de la frente, manchándola con mezcla color chocolate y restos de harina.

Se ve adorable y besable y... ¡El molde, Magnus!

Cuando creo que ha quedado, eso espero o Alexander nunca volverá a confiar en mí, vertemos, ambos por insistencia mía, a pesar de sus "Yo puedo solo", la mezcla en el molde.

Es él quien lo mete al horno y lo programa. -Bueno, ahora necesito tus ojos. Esto suele durar media hora, pero ya que tú estás aquí...

Yo me pierdo en cómo sus labios se mueven mientras me explica cómo saber si el pastel está listo, cómo el pan se verá dorado, y después de meter un cuchillo si sale limpio significa...

Se ve adorablemente experto.

Y el primer intento se nos quema. -¡Todo es tu culpa! -me grita.

Empezamos de nuevo. Esta vez me deja hacer todo como castigo. Él se ríe cuando uno de los huevos se me cae, y me dice que tendré que limpiar yo, se ríe cuando algo de harina salta cuando la vierto mal a la batidora y brinca a mi rostro, haciéndome estornudar, se ríe cuando logro engrasar y enharinar yo solo el molde...

...no se ríe cuando le pido que pruebe la mezcla, no se ríe cuando finjo acariciar su rostro y después se da cuenta que esta lleno, más, de harina.

Pero sonríe ampliamente cuando el horno timbra a los treinta minutos y le digo que ¡el cuchillo ha salido limpio!

Y no se queja cuando lo abrazo. Feliz y orgulloso de haber hecho yo solo un pastel. Y no me importa cuando veo nuestras ropas, manos y cara, llenas de harina, mantequilla, y mezcla de chocolate, y pienso que debimos ser más cuidadosos.

-No es un pastel de chocolate sin cubierta de chocolate-me dice sonriente luego de que sacamos el pan y lo dejamos enfriar.

Me dice como hacer el glaseado. -Sólo mezcla chocolate y mantequilla hasta que se derrita, después ve agregando azúcar glass y agua hasta que quede como te guste.

No sé cómo me gusta, pero hago lo que puedo. -¿Quieres probar? -pregunto, dudando de mi mezcla. Puede que fuera mi voz lo que lo hace aceptar, puede que yo manchara fuera de su boca a propósito para limpiarlo con un beso.

Y puede que lo dejara ahí, ruborizado y balbuceando, mientras cubría el pastel con el glaseado. Esto sí sabía hacerlo.

Mi primer pastel de chocolate no se veía tan bien, pero Alexander tenía razón...

Hubo un breve momento de comprensión mutua, y cariño, de sensación de hogar, cuando me dijo: -Cierra tus ojos -su pulgar acarició mis labios y cuando los abrí, él metió una cuchara con un trozo de pastel en mi boca.

Y sí, el pastel sabía mejor de lo que se veía. No todo era la vista. Las apariencias suelen engañar. El resto de los sentidos no. El corazón no... Y eso Alexander lo sabía mejor que yo.


CONTINUARÁ...

Hasta mañana con el día 27! gracias si leyeron ❤

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