-Eres… todavía muy joven —dijo  Magnus—, lamento si  algunas veces  parece como si no recordara eso. Es  extraño para mí, siendo inmortal  significa ser joven y viejo, es extraño para mí. Sé que debo parecerte extraño algunas veces.
Alec asintió, pensativo y no herido.
—Lo pareces —dijo, y se inclinó con una  mano agarrando el lado de la cuna, tocó  el cabello de Magnus, y le dio un beso  suave como la luz de la luna—, y no  quiero algo más que esto. No quiero un  amor menos extraño.
—Pero no tienes que temer que alguna vez te vaya a dejar —dijo Magnus—, no tienes que temer lo que le pasará al bebé o que estaré lastimado por el bebé… es un brujo, y no era deseado. No tienes que sentirte atrapado. No tienes que  tener miedo, y no tienes que hacer esto.
Alec se arrodilló en las sombras y en las  tablas desnudas y llenas de polvo del ático, junto a la cuna y frente a Magnus. —¿Qué pasa si lo quiero? —preguntó—.
(Nacido para la noche eterna)

* * *

EXTRA: amanecer feliz

Como cuando esperas el final del día 20 y seguir llorando y Lu sale con un extra ,😅 sorry not sorry, andaba de humor para uno. Como siempre, ya saben, si quieren leer o esperar al capítulo de mañana...

* * *

Era de madrugada, antes del amanecer, el sol ya no tardaba en alumbrar a través de la ventana...

El brujo y el nephilim estaban enredados, exhaustos, cuerpo a cuerpo, bajo una suave sábana blanca.

Magnus fue el primero en despertar. Sus ojos de gato se abrieron lentamente, un gemido de cansancio escapando de su garganta, viajando al instante al cuerpo unido al suyo. Delineando con la mirada cada ángulo de su ángel, cada curva, la forma en que su cabello desordenado caía sobre su rostro, cubriendo esos ojos celestes que él tanto amaba...

Se acercó más, si eso era posible, al cuerpo de su novio, el padre de su hijo, trazando ahora con su mano, la que no estaba atrapada bajo Alexander, las líneas de su rostro, ahora tranquilo por el sueño, aunque con el ceño levemente fruncido como si incluso dormido se preocupara...

Una sonrisa se apodera de los labios del brujo, que se acercan al cuello de su nephilim. Besa suavemente, casi sin hacerlo, todavía sin perder la sonrisa. Y, después, empieza a recorrer con la nariz, en una caricia tierna, la piel pálida de su novio.

Alec empieza a removerse, todavía medio dormido, sonriendo también cuando entiende lo que está pasando. Las sensaciones que le provoca Magnus. El amor de su vida, el padre de su hijo, su familia.

-Buenos días -murmura, adormilado, sin abrir los ojos, llevando una de sus manos al cabello de Magnus y la otra a su cuello, deslizando su índice de arriba a abajo.

-No quería despertarte -los labios de Magnus van a los de Alec, buscando un beso que es más un choque de sonrisas.

Eran plenamente felices...

.. a pesar se todo...

-No me importa despertar así cada día de mi vida -contesta Alec, sus labios ya separados, pero sus frentes unidas. Sus manos ahora entrelazadas, un signo más de la unión que tenían, ahora y para siempre.

-Te amo -Magnus hace un poco de presión en sus manos, aferrándose a sentirlo ahí, saber que es real, que siglos después encontró al correcto, a alguien que no le rompería el corazón, al contrario, lo hizo volver a latir.

-¿Me amas? -la pregunta de Alec sale como un suspiro, sus ojos azules, brillando, inseguros, buscando la verdad en los verde dorado-. ¿A pesar de todo lo que hemos pasado? Tantas complicaciones, tanto esperar, Edom, y ahora...esto...

-"Esto" es lo más hermoso que pudo pasarme -en los ojos de gato no había más que amor, adoración, sinceridad-, TÚ eres lo que yo siempre busqué y no encontraba, eres lo que le hacía falta a mi vida para estar completa...

El ceño de Alec se frunce. ¿Y entonces Max?.

-...déjame terminar -Magnus podía leer clara y fácilmente su rostro, sus pensamientos-, tú eras la pieza que faltaba en mi vida, tú y todo lo que eso conlleva. Incluido, ahora, Max, porque sé que sin ti esto no estaría pasando, no sería real, yo nunca habría sido padre...

Su voz y sus ojos se van apagando un poco. Alec lo nota, él también sabe leer al amor de su vida. Ejerce algo de presión, ahora él, en sus manos, regresando a Magnus a la realidad.

-Serás el mejor padre, tú mereces esto...

-No mejor que tú -un beso fugaz, como si no pudieran estar mucho tiempo sin demostrarse su amor así, con besos inocentes, caricias sutiles, miradas furtivas.

La sonrisa y la mirada de Alec se iluminan tras el beso, como si su alma, su corazón, su felicidad, se alimentaran de Magnus. -Seremos los mejores juntos.

Las manos del brujo sueltan las del nephilim y lo atraen en un abrazo. -Eso suena bien.

-¿Juntos? -pregunta Alec, acomodándose contra el cuerpo de Magnus. Feliz, completamente feliz. Nada le faltaba...por el momento.

-Juntos -confirma Magnus, besando su sien.

...y un pequeño pero potente llanto los interrumpe. Ambos suspiran, pero sonríen al separarse.

-¡Te toca! -le canturrea Alec.

Y agrega, cuando Magnus hace una mueca: -Te haré café mientras tanto...

Alec deja un último beso en los labios del brujo, eliminando el puchero que comenzaba a formarse y Magnus se levanta feliz, a buscar a Max, tenía más de lo que merecía, tenía amor, un hijo, una familia, un camino feliz por delante...

CONTINUARÁ...

¡Gracias a quienes decidieron leer! ❤ Hasta el siguiente...