Día 22
Te adoro; nada en mi deja de adorarte, nada en mí puede decirte que no te quiero. Y aunque lo calle, aunque no te lo diga, aunque me mate, aunque no lo oigas ni nadie lo sepa niilo mire, esa es la verdad.
(Jorge Volpi)
***
[Día 22]
POV ALEC
Volvíamos a empezar, volvía a tener el corazón roto y cero ganas de salir de la cama. Quería poder quedarme aquí para siempre. Morir aquí en mi silencio, mi oscuridad, mi soledad.
¿Por qué había tenido que conocer a Magnus así, en estas circunstancias, y enamorarme de él cuando iba a ser efímero en mi vida?
¿Por qué me había besado y mentido?
Yo sé que mentía, lo sé porque lo recuerdo, recuerdo el primer beso y las sensaciones. Por supuesto con el segundo todo se intensificó, pero habían estado ahí ya desde el primero y eso no es algo que simplemente pudiera imaginarme, todo lo que me hacía sentir no parecía posible, real, pero lo era.
Lo sabía cuando cerraba los ojos, y sentía en mis labios el fantasma de los suyos, mi sangre burbujeaba en mis venas, ardía, mi piel quemaba por sentirlo cerca otra vez. Y no sabía cómo iba a hacerlo, cómo me iba a enfrentar hoy a él…
Si mis cuentas no fallaban, hoy era el día veintidós. Nos quedaban nueve días juntos. No podía aplazarlo y faltar hoy por simple cobardía. No podía evitarlo para siempre y no podía alargar su estancia en mi vida.
Magnus, siempre lo supe, iba a ser temporal en mi vida.
¿Y ahora, que ya había probado sus besos, cómo iba a hacer para estar frente a él y no lanzarme a sus labios de nuevo? ¿Cómo limitarme a sentarme y escuchar su historia? ¿Cómo no morir mientras me hablaba de su pasado, aquel donde fue feliz y yo no estuve?
Aunque eso no importaba. El pasado y el futuro no eran míos. Teníamos sólo el presente. Tenía este momento y nada más. Podía hacerlo, vivir el día a día y olvidar lo que pasó ayer, podía amar en silencio a Magnus Bane el tiempo que nos quedara…
-¿Alec, quieres que te espere? –suena la voz de Izzy al otro lado de la puerta.
-¿A dónde vas? –pregunto sólo por molestar. Ya sé a dónde va.
-A trabajar –contesta de mala gana.
-Izzy, ya que le di una oportunidad a Max, por Esperanza, he aceptado conocerlo un poco. Quiero que me presentes a tu jefe…
-¿A m-mi j-jefe para qué? –empieza a tartamudear. Mala señal. O buena.
-Tú sabes para qué –salgo de la cama por fin, no puedo hundirme otra vez. Claro que el amor es importante en la vida, pero no lo es todo. Muchos viviremos sin amor gran parte de la nuestra y no por eso será mala. No por eso podemos dejarnos morir. Así no funciona esto.
-No sé nada. ¿Quieres que te espere o no?
-Dime al menos su nombre –abro la puerta y ella se sobresalta.
-¡Eres imposible! ¡Me voy! –escucho su taconeo al alejarse-, te quiero, cuídate, y quiero detalles de lo que sucedió ayer.
Pff. Ojalá pudiera olvidar de verdad los besos. Ambos.
POV MAGNUS
-Así que –dice Tessa, Max ya se ha adelantado a buscar a su novia, iba muy nervioso, y Cat se ha imitado a echarme una mirada entre asesina e incrédula-, besaste una vez, hace días, a Alexander y borraste su memoria. Lo cual es estúpido, por cierto. Ayer él, de alguna manera, recordó el camino a su habitación, buena señal, lo besaste de nuevo y él recordó. Eso debería sorprenderme pero la verdad es que no lo hace, su amor es el más fuerte que yo haya visto en mi vida. Y bueno…
-Cuando él te enfrento, tú te limitaste a decir –habla Cat, definitivamente molesta, usando un tono que no es el mío cuando intenta imitarme-, “¿Qué beso?”. ¡Tú, lo repito, eres un idiota! Yo no sé cómo esperas recuperarlo así. Él te correspondió, no te alejó, y quiere saber del otro beso. Probablemente sí, lo confundirá si confiesas la verdad, pero, a estas alturas, no va a huir por eso. ¡Simplemente enfréntalo, Magnus Bane! ¿Desde cuándo eres un cobarde?
Desde que lo perdí una vez. Desde que la muerte me lo arrebató y ahora no sé cómo recuperarlo, cuando es libre de elegir, sin un pasado a cuestas que lo obligue a estar conmigo.
Pero no lo digo. Simplemente, bajo mi mirada sin saber qué responder.
-No seas cruel, Cat… -empieza Tessa.
-Digo lo que es. Claro que duele, Magnus, los tres aquí hemos amado y sufrido, ya sea que nos acepten o nos rechacen. Pero no dejes pasar la oportunidad, no por miedo arruines esto. Enfréntalo como siempre has hecho, arriésgate a que tu nephilim te ame otra vez.
Dicho eso se levanta y se va. Tessa hace una mueca.
–No hagas caso. Está en un mal día. Pero en algo tiene razón. Tú eres Magnus Bane, no me hagas repetir cuántas locuras y actos rebeldes has cometido. Ahora ve y enfréntate al destino. Demuéstrale a la vida y a las leyes del tiempo, que hay amores irrompibles, inmortales, para siempre. Que vas a hacer que este Alexander quiera estar contigo, o al menos vas a morir en la línea, metafóricamente claro…
-Hoy están muy…intensas.
Tessa ríe un poco. –Tal vez. Pero tenemos razón. Ve y habla con él, explícale del primer beso, pregunta si se arrepiente del segundo. Arriésgate a un tercero.
Me guiña y se va también, dejándome esa última idea en la cabeza. ¿Podría hacer eso?
El amor nos vuelve débiles y fuertes, a la vez, Alexander Lightwood. Tú eres mi antídoto y veneno.
Y con esa idea, hago el portal.
CONTINUARÁ…
Hey! día 22 comenzando…me sorprendió que preguntaran si faltan 9 días 😂 creí que ya estaba claro. Creo que esta será la historia que más me duela terminar, pero es inevitable…o no sé. Podríamos seguirla… En fin, voten que luego me dicen que no termine la historia y la aman y son lectores fantasmas, así no se sabe si les gusta o no 💔🙈
Bueno, he actualizado un Alternativo, Amor entre libros y una nueva historia (Un ángel muere y un ángel nace) de mi bebé Alec embarazado donde no van a sufrir…o sí, puede que sufran un poquis, igual léanla! Les dejo la sinopsis y hoy (domingo) empiezo a actualizar mis historias empezando por El favorito.
“Durante la guerra contra Sebastian, Alec murió, como sólo él podía hacerlo: un sacrificio de amor. Por dicho acto, llega directo con el Ángel Raziel. Raziel le da una segunda oportunidad de vivir a cambio de que acepte llevar a su hijo en su vientre: un ser con sangre pura de ángel. Pero, siempre hay un pero, Alec tendrá el tiempo contado: sólo lo que dure el embarazo, nueve meses de vida. Ya que un ser así absorberá toda su energía, vital, poder angelical, para poder nacer, es decir, Alec morirá al dar a luz…al menos que alguien lo salve. Alec no lo duda, él quiere, necesita volver. A despedirse de su familia y del amor de su vida: Magnus Bane. Y así es como Alec regresa a la tierra, con una nueva vida creciendo dentro de él.”
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