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Día 19 (continuación)

Alec lo miró. -¿Robaste este té?
Magnus ignoró su pregunta. –Así que –dijo-, ¿por qué estás aquí?
Alec tomó un trago del té robado. –Quería agradecerte –dijo, cuando tomó algo de aire-, por salvar mi vida.
(Extra: El beso)

* * *

[Día 19]

POV ALEC

-Hola, novia –le digo con sarcasmo, cuando Izzy (que viene más feliz de lo normal) y yo llegamos al Destino.

Ni siquiera pregunta a qué me refiero, mientras que Esperanza sólo suelta un gemido lastimero, ella sólo dice: -Alec, vendré al rato por ti… Tengo una cita…eh…profesional…con mi jefe…

-“Profesional” –repito, haciendo las comillas con mis dedos. No le creo nada. Pero, por el momento, sólo por el momento, prefiero no preguntar.

-¡Exacto, hermanito! –deja un sonoro y húmedo beso en mi mejilla, que tengo que limpiar después, y empieza a irse-, ¡Tienes que contarme qué pasa! –le grita a Esperanza, su voz ya lejana.

-¡Tienes que contarme qué pasa! –intento imitar su voz, antes de ponerme serio-, quiero saber exactamente de qué se trata esto, Esperanza. ¿Cómo es eso de que Max…el hi…el…pariente de Magnus, es tu novio?

Casi se me sale decir “hijo”. Esperanza no entendería eso. Ni yo lo hago completamente. Y, ahora que lo pienso, si esto es verdad, y Max es un brujo…

¿Estaban engañando a Esperanza? ¿Jugando con ella? Yo NO iba a permitir eso. Nunca.

-Alec… -empieza ella, nerviosa y temerosa, como nunca la había escuchado-, …por favor no cuestiones mis sentimientos. En el corazón…no se manda. Sólo sucedió. Por favor…sólo dale una oportunidad. Él es un gran chico…

-No sé, Esperanza. Tú realmente no lo conoces, no sabes nada de él… -me sentía un traidor al decir esto, y no sabía por qué. Tal vez porque era alguien tan querido para Magnus. Pero es que ella era mi Esperanza, era mi deber cuidarla, como a Izzy.

Estaba entre la espada y la pared.

-Por favor… -sus manos se aferran a las mías y en su voz se adivina un puchero.

Lo que me hace sonreír. –No te veo, Esperanza. No funciona conmigo.

-¡Por favooorr! –siento mis manos moverse cuando ella empieza a saltar sin soltarme.

-Eres como una niña –me quejo aunque sin poder evitar reír.

-¡Ahí vienen! –dice, deteniéndose-, actúa normal y sé amable, por favor. Alec sé amable, no sólo con Magnus, que, hablando de eso, el otro día vi algo de lo que quiero hablar contigo, señorito.

Su dedo índice se clava en mi pecho y no entiendo nada. ¿Qué pudo haber visto entre Magnus y yo que necesite una explicación?

Siento mi rostro enrojecer, pero no puedo recordar nada de lo que Esperanza dice…

POV MAGNUS

Llegamos y vemos a Alexander y a la mes… a Esperanza saltando como niños pequeños. Alec sonríe feliz, de verdad feliz, y ella sigue sin caerme bien. Y, para colmo, volteo a ver a Max y me lo encuentro sonriendo bobamente. Quería pensar que era mentira eso de que eran novio, pero esa sonrisa…

-Podrías disimular un poco –le digo molesto, sonando como Alexander cuando un Max adolescente nos presentó a su primera novia. ¡Oh no! ¿Me había convertido yo en un padre celoso?

Y Max ni siquiera me escucha. Mira a Alexander y a…Esperanza…como si fueran la octava maravilla.

Mi ceño se frunce y Max se adelanta a saludar a…su novia.

-Hola –mi hijo, sonando tímido, se acerca a ella, que está diciendo algo que hizo sonrojar a mi Alexander, lo que no es tan difícil, aunque eso no evita que me pregunte qué será.

-Hola –contesta ella, con la misma voz y la misma sonrisa boba.

-Sigo aquí –les dice mi Alec, aparentemente también molesto, y no puedo evitar pensar en la ironía. Justo ahora Alexander piensa proteger a su Esperanza de las garras de mi hijo, cuando antes habría sido justo lo contrario.

Max va a decir algo cuando ella lo jala. –Ahora volvemos, tengo que hablar algo con mi…eh…novio. No tardamos.

Yo los veo con sospecha, pero una voz hermosa pronunciando mi nombre me hace dejar de mirarlos.

-Magnus –su voz entre un suspiro y un jadeo, que me hace estremecer.

Y su rubor se extiende un poco más. Mi mano recorre, con delicadeza, sus mejillas calientes. Y lo siento temblar ante mi toque. Tal vez me he ido ganando, poco a poco, su corazón.

-¿Qué te provocó esto? –le pregunto sin contenerme. Mi pulgar inmóvil sobre su piel enrojecida.

Alexander por fin se aparta y empieza a caminar hacia su árbol. Y, justo cuando creo que no contestara, voltea y dice: -No sé a qué te refieres.

-¿No? –corro un poco para alcanzarlo-. Sé que sí, dime qué te estaba diciendo tu amiga justo cuando llegábamos…

Mi mano se entrelaza y la suya, su rubor aumenta, pero no se aparta. Suspira y, si lo conozco, sé que ya he ganado. –Es la verdad. No sé. Ella dijo algo…que había visto algo… Entre tú y yo –lo último apenas y logro escucharlo-, pero no sé de qué hablaba…

Llegamos al otro lado de la avenida y Alec, aprovechando mi aturdimiento, se suelta de mí y se sienta.

¿Sería posible? Ella no pudo haber visto… ¿o sí?

-¿Magnus? –Alexander sonando un poco divertido y preocupado.

-Lo siento… ¿qué decías?

-Te preguntaba sobre Max y Esperanza… Pero…mejor sigue contando tu historia antes de que ellos vengan…

Me es casi imposible dejar de pensar en esa fatal posibilidad. Pero lo hago. –Uumm… ¿en qué me quedé ayer? –pregunto casi sólo para ganar tiempo.

-Él resultó herido. Y me decías que eso fue… -con su mano derecha hace un movimiento como de duda. Como invitándome a seguir.

-Eh…cierto. No sé si tú creas en amor… -estoy a punto de decirlo cuando me doy cuenta de mi estupidez.

-¿A primera vista? –me dice con una sonrisa que no entiendo-, no te preocupes. Dilo –se sonroja antes de decir lo siguiente-, hace poco Izzy me habló sobre eso…

Hago una nota mental de preguntar más adelante sobre eso, pero por ahora, más tranquilo, sigo. –Bueno, no te contaré algo cliché sobre que me enamoré de él a primera vista. Pero, definitivamente, algo removió en mi corazón con esos ojos azules, tan inocentes, tan anhelantes… Algo provocó que yo quisiera conocerlo más, saber más de él. Me dejó una primera impresión de esas difíciles de olvidar. Una sensación de haber encontrado algo que siempre me faltó, y ahora que sabía lo que era…lo necesitaba, y mi necesidad tenía nombre y rostro. Así que imagina lo que sentí al verlo ahí, al borde de la muerte…

CONTINUARÁ…

Ya ni preguntaré si notaron mi ausencia…
Lo siento, pero, para compensar, actualicé El favorito del rey y Mi inmortalidad por ti…
Y, como les conté allá, ya tengo empleo, así que no sé cómo seguirán mis actualizaciones. Espero seguir teniendo el tiempo y las ganas de actualizar como hasta ahora…

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