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Día 17 (continuación)

La boca de Alec era suave y segura, el beso lento, sus fuertes manos sosteniendo cerca a Magnus, presionando contra la cálida línea de su cuerpo. Detrás de los párpados cerrados de Magnus, la mañana pasó de gris a dorada.
(Nacido para la noche eterna)

* * *

NOTA: sé que quieren que Magnus empiece ya la historia, y este capítulo no es un extra, pero pueden saltarlo y esperar el siguiente… Algo no planeado sucedió aquí. Gracias a quienes decidan leerlo…
Spoiler: si fuera un extra se llamaría "Beso" o "Te amo" 😅

* * *

POV MAGNUS

No puedo evitarlo. Tenerlo tan cerca y no querer besarlo, si por mí fuera desde el primer día me habría lanzado a buscar sus labios… Pero la vida tiene extrañas formas de obrar. Seguro que vale la pena la espera…

Pero un beso inocente, de saludo convencional, en la mejilla, no está prohibido. Así que aprovecho su distracción para hacerlo, posar mis labios suavemente sobre su piel… Mi cuerpo y mi corazón recordando tantas cosas…

Un suspiro rebelde se me escapa mientras Alec se voltea, tratando de que no vea el rubor que ni en sueños podría ocultar. –Sigues haciendo eso –me dice.

-¿Qué cosa? –me siento frente a él, tratando de bajar de mi nube de sensaciones nunca olvidadas, para enfocarme en el presente y mis recuerdos.

Y él balbucea, de un modo adorable, un “besarme”. Y no quiero asustarlo, pero me sale demasiado fácil es decirle: -Eso no es un beso, Alexander. Cuando te bese vas a sentir el universo explotando dentro de ti, desgarrándote por dentro, cada célula tuya revolucionando…

Mi corazón se permite tener esperanza cuando lo veo perderse un momento. ¿Y si él anhelara tanto un beso como yo?

Pero entonces vuelve a ser el Alec de siempre y me apremia con la historia, “No estamos aquí para hablar de besos y reacciones...”, parecía que volvía a ser el nephilim retraído que tiene que ocultar sus deseos y sus sentimientos. Pero yo lo haría volver a ser libre de nuevo, o me dejo de llamar Magnus Bane.

Así que empiezo, con mi dificultad para llamarlo Gideon y su insistencia en que “Los gatos no se llaman Presidente…”. –Los míos sí. Gideon era un shadowhunter, perdona mi mala memoria pero no recuerdo si ya te hablé de él…

-Tampoco recuerdo –y hay algo en su voz que no logro identificar.

-¿Alec…me…uumm…me harías un favor?

-Eemm… -se remueve incómodo antes de continuar-, si puedo…

-¿Podrías quitarte las gafas mientras te cuento mi historia? –no dice nada-. Por favor.

POV ALEC

¿Por qué me pide eso? ¿Por qué hay tanta súplica en su voz? ¿Y por qué me cuesta tanto negarme?

Suspiro y empiezo a tragar con dificultad, buscando una respuesta.

-Por favor –vuelve a decir con una voz que me parte el corazón.

-¿P-por qué?

-Me gustaría… Ver en tus ojos tu reacción a mi vida…a mi amor, a mi dolor, a mis palabras… Ver el reflejo de tu alma y corazón en ese azul tan puro…

-Magnus –su nombre como un suspiro-, soy ciego, mis ojos…mis ojos han perdido brillo, han perdido la capacidad de percibir y reflejar cosas…

Duele, pero es así. Es algo que yo nunca podré darle. Si los ojos son la ventana del alma, la mía está atrapada, condenada a la oscuridad eterna. Aunque no siempre fue así, me hubiera gustado conocerlo antes, cuando podía ver…

-Alexander –él parece nombrarme del mismo modo-, tus ojos nunca, ni en mil vidas, créemelo, podrían perder su capacidad de brillar. Es extraño porque en verdad pareciera que ven, están demasiado…vivos,  hay mucho reflejado en ellos. Tal vez no dejan entrar nada, y no sabes cómo me duele eso, pero sí dejan salir mucho, tú, tus ojos nunca dejarán de ser expresivos. Déjame, por favor, mirarlos, perderme en tu cielo, mientras yo te abro mi corazón. Por favor…

¿Por qué Magnus tiene que decir cosas tan bellas, cuando a mí me cuesta tanto un simple “me gustas”? Nunca olvidaré aquella vez que, a la semana de conocernos, me dijo: “Tal vez tus ojos no me ven, pero tu corazón puede sentirme, fue por eso que tomé tu mano izquierda, la que va conectada al corazón. Deja que tu corazón sienta al mío, y que no te importe, ahora ni nunca, que tus ojos no puedan verme, porque puedes sentirme, y para mí eso es lo importante”.

Y seguramente es por eso, mi corazón sintiéndolo y hablando por mí, que sale de mis labios un “Ok” y con lentitud bajo las gafas oscuras de mis ojos, éstos centrándose, simulando mirar fijamente a Magnus Bane.

Pero no es más que eso simular, siento las lágrimas acumularse porque nunca podré ver al hombre perfecto frente a mí.

POV MAGNUS

No podría estar más feliz, más ansioso, mi corazón acelerado, queriendo salir de mi pecho, cuando una simple palabra, un OK, detona la bomba de felicidad en mi interior. Unos ojos que conocí hace casi dos siglos, que cautivaron mi corazón, estarán de nuevo frente a mí. Podré mirarlos libremente, perderme en ellos mientras él escucha mi versión de nuestra historia, ver en ellos su reacción…

Su mano toma las malditas gafas, que la mayor parte del tiempo me impiden verlos, y las baja con una deliberada lentitud que me enloquece, no sé si mi corazón se detiene o empieza a latir acelerado. Hasta que por fin ese azul es libre.

Una sonrisa de esas que duelen se instala en mi rostro, podría morir feliz, en cualquier momento, si lo último que mis ojos ven son los suyos. No puedo evitar acercarme, atraído a él como un imán, dos viejos imágenes separados por un siglo, a él y acunar su rostro con mis manos.

Sus ojos empiezan a brillar demasiado, y no puedo evitarlo, un “Te amo, Alexander”, bastante sonoro se me escapa. Veo, y siento, su cuerpo congelarse, su boca se abre, y veo una lágrima rodar, la primera, y entonces entiendo que sus ojos brillaban por eso y yo perdido en mis sentimientos no lo noté.

Parece que he perdido el control de mi cuerpo, cuando mi rostro se acerca al suyo, mis labios limpiando el rastro de lágrimas y lo repito: -Te amo. Demasiado.

Sus lágrimas empiezan a caer descontroladamente y él logra susurrar un: -No, por favor.

Esto fue un error.

Llevo mis labios a los suyos, mis dedos índice y medio van hasta sus sienes, “Te amo”, le repito antes de juntar brevemente, casi sin hacerlo, nuestros labios, y soltar una chispa en su mente.

No era el momento.

Su memoria borrada hasta hace un momento. Hasta el “ok” que será lo último que recuerde.

<<Pero aun así te amo, más que a mi vida, Alexander Gideon Lightwood Trueblood>>.

CONTINUARÁ…

Perdón por este capítulo raro. No sé qué pasó. No es que esté retrasando el inicio de la historia, yo sólo quería que Magnus viera sus ojos…luego pensé en un Te amo que Alec no podía recordar y bueno… Gracias a los que decidieron leer, el siguiente juro que empieza la historia y vuelven Esperanza y Max.
Oh, ¿quieren saber que sintió Alec o nee?

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