…Por ser mi padre amado
Y enseñarme la caridad.
Sentimientos nobles te cubren.
No conoces la maldad.
Caballero noble y parco,
Me enseñaste a luchar.
Aspirando siempre a lo más alto
Y a mis sueños no renunciar.
Por aborrecer todo lo malo.
Por tus celestiales valores.
Por guiarme de la mano…
(Mario Benedetti)

* * *

[Día 15]

POV MAX

El día anterior había empezado a atardecer, cuando noté que mi padre no me estaba prestando absolutamente nada de atención. Cuando le reclamé, simplemente se levantó del sofá y dijo que tenía algo que hacer y se rehusó a que lo acompañara. Le pregunté si se estaba viendo con alguien y entonces tía Tessa y Cat dijeron que tenían algo que contarme y él aprovechó para irse, quedando en hablar conmigo cuando regresara…

Tía Cat me contó que habían conocido a unos chicos en un café de aquí cerca, con un nombre curioso, “Destino”, no supe realmente a qué venía esta plática, no es que yo tuviera nada contra los mundanos pero… ¿eso qué tenía que ver conmigo?

Me quedé pensando en si sólo trataban de entretenerme para que mi padre se fuera… O tal vez estaba haciendo un trabajo para estos chicos y yo estaba pensando mal…

Pasaron unas horas para que mi padre volviera, con una sonrisa boba en el rostro, una maldita sonrisa que hacía un siglo no le veía… ¡Cómo puede ser posible! Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas contenidas que no soltaría por nada en el mundo y menos frente a él…

Cuando los suyos de gato chocaron con los míos y su sonrisa se borró: -Max…

Levanté una de mis manos para callarlo, negué con la cabeza y me fui, salí azotando la puerta, sonriendo amargamente al recordar cómo nos reñía papá Alec cuando hacíamos eso Rafa o yo…

Caminé hasta dar con el dichoso café que a estas horas ya estaba siendo cerrado, iba tan perdido en mis pensamientos y recuerdos que no me di cuenta que una chica estaba también parada frente al café hasta que choqué con ella.

-Lo siento –dijimos los dos a la vez. Sus mejillas pintándose levemente de rosa, sus hermosos ojos azules apenados.

-Fue mi culpa –le digo después de aclarar mi garganta. No puedo volver a sentir algo por una mundana, por un mortal-. Venía distraído…

Ella me da una hermosa sonrisa. –No, yo no debería estar obstruyendo el paso. Es sólo que…a veces todavía no puedo creer que haya logrado un negocio así…

-¿Es tuyo el Destino…? –pregunto sorprendido. ¿Podrá ser ella una de las personas de las que hablaban Cat y Tessa?

-Esperanza –se presenta, extendiéndome su mano, la cual hace que me recorra una corriente eléctrica cuando la toco-. Y Sí, es mío…

* * *

Estuve un rato conversando con Esperanza, me habló de un amigo suyo al cual le debía haber abierto el Destino y prometió presentármelo si algún día volvía. Así que cuando regresé a casa, mi padre ya estaba dormido.

Y hoy muy temprano, yo pensando en ir a buscarla, nos topamos en la sala. Él tenía la misma sonrisa de ayer, lo que me hizo hervir la sangre de nuevo. -¿Sabes hace cuánto no tenías esa expresión tonta? –le pregunto con un gruñido-. No puedo creerlo. Sé que somos inmortales y es algo difícil, pero tú prometiste serle fiel a su recuerdo, ¡lo prometiste! –y ahí están las malditas lágrimas de nuevo.

-Max –dice intentando acercarse-. Hay…hay una explicación, si me dejarás…

-¡Pues dímela! ¡Explícame! ¿Cómo quieres que entienda cuando prácticamente ya no sé nada de ti? Me has mantenido alejado tantos años y ahora regreso, pensando en recuperar el tiempo perdido, en superar la pérdida juntos, creyendo que te encontraré destrozado, ¡y lo que me encuentro es esto! Tú siendo feliz con quién sabe quién…

-Max, lo haré, sólo…sólo dame tiempo…

-¿Por qué no ahora?

-Es… Es complicado…

-No puede ser tan complicado, ¿por qué no simplemente me dices que conociste a alguien y te olvidaste del que siempre dijiste fue tu gran amor? ¿Por qué no me dices que olvidaste a mi papá Alec?

-Max, no es así… Yo nunca…

Otro gruñido se me escapa. –Sólo vete a dónde ibas, no quiero saber de nadie…y no quiero conocerlo o conocerla…

La mueca triste de mi padre casi me hace arrepentirme. Casi.

Y me paso las horas sintiéndome culpable. Hasta que decido llamarle:

<<-¿Hola? –contesta con voz baja. Agh, seguro está con alguien y por eso habla así.

Y es por eso que de nuevo hablo enojado yo. –¿Vas a tardar en volver?

Lo escucho respirar profundamente antes de decir: -Sí… ¿necesitas algo?

-¿Dónde estás?

-En un café…

-¿Del que me hablaron tía Cat y Tessa? –tal vez podría ver a Esperanza después de todo o…-. ¿Estás con alguien?

-… -no dice nada.

-… -y yo tampoco.

Así que agrega: -Max, por favor…

¡Por supuesto que está con alguien! Pues cambié de opinión, quiero conocer a la persona. –Iré por ti…>>

Y, sin esperar más respuesta, cuelgo. Y hago un portal después de cubrirme con un gran glamour para que nadie me vea o escuche, esto es entre mi padre y yo.

Cruzo el portal y lo primero que mis ojos captan es a mi padre abrazando y mirando con ternura y preocupación a un mundano, un simple mundano, sus manos recorriendo un rostro que yo no puedo ver.

Y no puedo evitar que toda la ira se acumulé y salga de mí: -¡Magnus Bane! ¿Me puedes explicar…?

El chico aquel se separa de mi padre y le pregunta con voz temblorosa: -¿Qué pasa?

Y me congelo en mi lugar por dos razones. Primero, él no debería poder escucharme. Y segundo, esa voz era… No podía ser.

-¿Escuchaste? –le pregunta mi padre, sus ojos buscando los míos un momento, aparentemente pensamos en lo mismo.

-Por supuesto. Soy ciego, no sordo.

Esa voz definitivamente es… ¡No! ¿Qué está pasando? ¿Y cómo que ciego?

Tengo que verlo, así que obligo a mi cuerpo a avanzar de nuevo. Mi padre levanta una mano como pidiéndome que me detenga. Como si eso fuera posible. –Max, por favor…

Entonces él se gira, su rostro se muestra por fin, esos ojos azules que hace tanto se habían cerrado para siempre. -¿Max?

Siento mi cuerpo paralizarse de nuevo. No puede ser. No. No es posible. Y sin embargo, de algún modo, lo es. Él está aquí, frente a mí, justo ahora. ¿Y por qué no me dice nada? ¿No me reconoce? ¿Por qué parece que sus ojos…?

<<Ciego>>. La palabra retumba en mi mente.

-¿P-papá? –pregunto en cuanto recupero mi voz. Y lo último que veo antes de lanzarme a abrazarlo, es a mi padre Magnus cubrirse el rostro con ambas manos.

POV ALEC

-¿Max? –me giro con el ceño fruncido, y un extraño sentimiento en el pecho, es obvio que no es mi hermano, no puede ser. Él murió aquel día, pero entonces, ¿qué es esto que siento? No puede la simple mención de su nombre provocarme esto.

Escucho al que supongo será Max contener la respiración y después jadear definitivamente sorprendido. -¿P-papá? –pregunta casi en un sollozo que me estruja el corazón. Puedo sentir que el chico está sufriendo y, por alguna razón, esto me afecta.

Entonces siento su cuerpo chocar con el mío, empujandome con tanta fuerza que terminó sintiendo a mis espaldas a Magnus. Sus manos me sostienen para no caer. A la vez que siento los brazos de este desconocido rodearme. Siento su rostro ocultarse y sollozar cerca de mi cuello y no sé por qué le regresó el abrazo y pasó mis manos por su espalda intentando controlarlo. No lo conozco y es como si me creyera capaz de hacer lo que sea para eliminar su dolor…

-Ey, tranquilo… -susurro sin comprender nada, y menos cuando a mis espaldas escucho a Magnus sollozar.

Giro mi rostro aún más confundido, y llevo una de mis manos a mis espaldas tratando de encontrar su rostro, y me siento obligado a detenerme cuando este desconocido me aprieta un poco más. –E-es-tás a-quí –sigue sollozando…

¿Qué está pasando? ¿Y qué es esto que siento?

¿Quién es este Max? ¿Y qué es de Magnus?

CONTINUARÁ…

Pidieron todos los puntos de vista, ok…los daré porque yo también quiero saber qué piensan todos. Lo que sí es que no será en un solo capítulo, no me presionen que no puedo escribir tanto aún…

¿Sintieron la emoción del pobre Max? ¿Y ahora qué pensará la loca cabecita de Alec?

Y en un rato subo El favorito del rey porque resulta que soy una irresponsable que rompió su reposo y ahora sufre las consecuencias, lo cual básicamente quiere decir que muero de dolor 💔😢