El amor era como China: sabías que existía y debía ser muy interesante, y algunas personas iban allí, pero yo no iría. No iría jamás en la vida a China.
(Philip Pullman)

* * *

[Día 13]

POV ALEC

Estaba sumamente dormido, muy muy profundamente dormido, cuando el teléfono en el buró al lado de la cama sonó, sacándome de mi sueño. En parte lo agradecí porque estaba soñando con…con…

El sonido era insistente. Izzy ni de broma contestaría a esta hora. Debían ser las…

¡Agh! Terminé por estirar mi mano y tomar el teléfono para llevarlo hasta mí, mi rostro enterrado en la almohada y ahí seguiría. Tenía sueño…

-¿Hola? –contesté con un bostezo, y la voz medio amortiguada por la almohada.

-Buenos días, Alexander –una maldita sonrisa se me escapó con sólo escuchar su voz-. Perdón la hora…

-Uumm… -pero no estaba tan despierto como para encontrarle sentido a esta llamada-. ¿Mag-nus?

POV MAGNUS

No podía no verlo. No podía. No quería. Pero Max quería pasar el día conmigo, los días conmigo, y aún no sé cómo contarle lo de Alec.

No podía dormir. Anoche me fui a la cama con una enorme sonrisa en mi rostro, pero luego no pude dormir. Ahora eran las 6 am y yo estaba despierto. Me levanté, intentando no despertar a nadie, ya que esto parecía la residencia Bane para brujos sin hogar, y fui a preparar un café…

Me quedé a media cocina, recordando, casi podía verlo ahí, terrible y hermosamente concentrado en preparar un café, a mi Alexander tratando de adaptarse a mí, de ser parte de este hogar…aunque fuera sólo usando la cafetera…

De repente, me encontré sonriendo, como hace más de un siglo no lo hacía y pensé ¿por qué no?

Tomé e teléfono y marqué el número. Después de varias veces sonando, por fin la voz adormilada de Alec se escuchó al otro lado: -¿Hola?

-Buenos días, Alexander –enorme sonrisa lista, ¡cómo te amo, mi Alec!-. Perdón por la hora…

Un sonido adorable de su parte me interrumpe. –Uumm… ¿Mag-nus?

Se nota que lo desperté. Pero intenta no quedarse dormido de nuevo. –Creo que fue mala idea. Discúlpame, es sólo que…

-¡No! –me interrumpe de nuevo, sonando ya más despierto, y agrega con voz más controlada: -Es decir, no hay problema. Estaba por levantarme de todas maneras…

Sé que miente.

POV ALEC

Magnus empieza a disculparse y seguro está por colgar. Lo que me despierta del todo.

-¡No! –“No cuelgues”, estoy a punto de decir. Entonces me recrimino a mí mismo, ¿qué estás haciendo, Alexander? Intento sonar despreocupado: -Es decir… No hay problema… Estaba por levantarme de todas maneras…

-…

No suenes desesperado. No suenes interesado. Cuenta hasta diez. Respira. Vuelve a intentarlo. -¿Necesitas algo? ¿Pasó algo? ¿Estás bien? –hasta entonces me doy cuenta que normalmente nadie llama a estas horas, sea la hora que sea-. ¿Magnus, estás bien?

Él hace un sonido extraño, parece complacido. Después lo escucho aclararse la garganta. –Eemm…sí, digo… me refiero a que sí estoy bien, no pasó nada… Sólo que tengo la tarde ocupada y no me gustaría perder otro día sin ti…

No puedo evitar un suspiro… Triste. Lo acepto. No debería, pero me pone triste… ¿Por qué? Si antes todos mis días eran así, sin Magnus… No debería extrañarme que no pueda o no quiera… Lo que sea…

Vuelvo a enterrar mi rostro en la almohada para ahogar un grito de frustración. No me entiendo…

POV MAGNUS

Escucho un sonoro suspiro de Alexander justo cuando le estoy explicando que tengo la tarde ocupada, y me atrevo a pensar que fue un suspiro triste. ¿Será posible?

Se escucha algo de interferencia, como el teléfono chocando con algo, y finalmente la voz de Alexander: -Entiendo. Ve…cuando puedas… Ten un buen día, Magnus…

-¡No! ¡Espera!

-…

-No, te llamaba para… Por lo mismo de que tengo la tarde ocupada, para… ¿invitarte a desayunar?

-…

¿Qué estoy haciendo? Son las seis. ¿Cómo se me ocurre? Nadie en su sano juicio aceptaría, y menos este Alexander renuente a dejarse sentir algo… -Pero… ¿sabes qué? Olvídalo. No son horas para…

-¡Sí quiero! ¡Acepto!

Se me corta la respiración. Y un hermoso dejavu llega hasta mí, haciendo saltar mi corazón e inundando mis ojos de lágrimas. Esas mismas palabras, pronunciadas frente al altar, con nuestros amigos y familiares, incluyendo a nuestros hijos, como testigos. El día de nuestra boda…

POV ALEC

Soné desesperado. Lo sé. Pero, no entiendo, no pude contenerme. No quiero otro día más sin él… Quiero… Quiero…intentarlo…

Quiero gritar, o llorar, o reír. No entiendo estas nuevas sensaciones. Pero quiero intentarlo…

Escucho una especie de sollozo por parte de Magnus y me preocupo. -¿Magnus? ¿Estás llorando?

-N-no… Creo que me estoy resfriando…

-¿Seguro? Si te sientes mal…podemos dejarlo para otro día.

-No. No. Estoy bien, Alexander…

Alexander. Me gusta cuando dice mi nombre completo. Lo prefiero. Pero no es algo que pueda decirle… ¿o sí?

-Está bien…

-Paso por ti. Dame tu dirección…

-… -¿sería correcto darle mi dirección a Magnus?

-¿Hay algún problema, Alec?

Suelto un gruñido involuntario. Todos me llaman Alec. No me gusta que él sea como todos… -No.

-Está…bieeen… ¿tu dirección?

-¿No prefieres que nos veamos en…no sé, el “Destino”?

Se escucha una risita que hace vibrar algo dentro de mí. –No creo que esté abierto, querido.

Mi cara arde, arde demasiado, y duele, duele la maldita sonrisa extendiéndose ahí…
-Está bien, anota…

CONTINUARÁ…

¡Empieza el malec!
No sé si este día dure dos o tres capítulos. No me gusta alargarme tanto porque luego los aburro. El siguiente capítulo será el desayuno malec. Podría seguir con  el día de Magnus y Max, pero no sé si quieran leer de ellos…
¿Y creen que ya es hora de que le cuente de su historia con él a Alec?
¿Quieren saber de su boda?

El extra del accidente tal vez lo suba este fin...

Ya dije en la otra historia, los leo hasta el jueves…
(Y perdón por la triste despedida, de verdad lloré escribiendo) 🙈