
Capítulo 27
¡Dios mío!
¿Qué me está sucediendo con este hombre?
Debo de estar como un cencerro. Sí, eso debe ser, porque otra explicación no tiene a todo lo que me sucede cuando noto su presencia.
Es una sensación extraña que no puedo contenerme cuando estoy cerca de él, es como un bichito que entra por mí cuerpo provocando un fuego del cual me resulta difícil de apagar, sin contar ese nacimiento que hay dentro de mí, como si se tratase de una sensación tan agradable que hasta miedo me da de crearme ilusiones las cuales no me llevarán a ninguna parte.
Alexis es un hombre casado, aunque esté separado de su mujer, siento que estoy cometiendo un pecado al fijarme en él, incluso siento que estoy traicionando ese amor del cual se expresa de una manera tan especial y con tanta intensidad de su esposa que hasta envidia estoy teniendo.
Porque aquí estoy, tumbada en la cama sollozando tocando mi vientre pensando en el mal rato que estoy viviendo.
No sé quién soy, ni quién es mi familia aunque Sabino me ha prometido que va ayudarme con ese tema siento que estoy encerrada en un frasco de cristal y el aire comienza a faltarme.
Solo sé que estoy embarazada, que me llamo Patricia y poco más.
Acepto la ayuda de Alexis porque me ha dado buena impresión.
Lo peor de todo es que si sigo pasando mucho tiempo a su lado, yo misma me voy a lastimar por haber puesto mis cinco sentidos en un hombre que ama por encima de todas las cosas a su esposa.
Por eso, decido de pasar de él aunque muy difícil lo tengo, tengo que verlo en el ascensor, en la entrada del bloque, o incluso cuando salgo de casa me lo tengo que encontrar hasta en el pasillo donde hablamos olvidando que me he hecho yo misma una promesa.
Estar sola para continuar con mi vida a pesar de tener que tropezarme con este bello hombre del cual me estoy volviendo adicta.
Tanto como para quedarme de pie hablando con él del tiempo que hace. Sí, trato de salir huyendo por miedo a quemarme en mi propio fuego de falsas esperanzas, por temor a crear en mi un mundo de fantasía donde nada de lo que piense va ser cierto.
Alexis se porta como todo un caballero de armadura blanca el cual solo le falta su corcel y yo subida delante disfrutando de su compañía, el segundo paso sería besarlo, y tercero dejar de pensar en cochinadas porque me acabo de dar cuenta que me estoy creando una película porno en mi cabeza.
— Bueno Alexis debo de dejarte tengo que... planchar. Ya nos vemos después. — Trato de escabullirme de su presencia sin mucho éxito.
— Espera un momento Patricia, me gustaría llevarte a bailar esta noche. ¿Tienes planes? — Dudo si responder o no. Lo que se dice que si tengo algo que hacer esta noche, no es que tengo nada que hacer, pero irme con él, sería entrar en el mundo de las maravillas donde yo no soy la protagonista. Por lo cual le digo que sí tengo planes.
Alexis parece no darse por vencido y sigue insistiendo, trato de inventarme cualquier cosa para así poder demostrarle que ya las cosas han cambiado porque aunque quiera huir de él, siento como una especie de imán presionando me el pecho empujándome hasta él.
Soy consciente de que yo para él soy una amiga y por eso no me atrevo a explicarle lo que me sucede, debido al miedo que estoy sintiendo y esta angustia que me mortifica por no saber nada sobre mí misma.
Además, ¿qué voy a explicarle?
Puede parecer muy simple contarlo, sin embargo, prefiero guardar silencio y aceptar su invitación para no levantar sospechas y porque me apetece a distraerme un poco con Alexis.
Habíamos acordado que se pasaría sobre las siete para ir a cenar y después ir a tomar una copa y bailar.
Había salido esa misma tarde a comprarme un vestido sencillo con el dinero que me ha prestado Sabino.
Al verme en el espejo sonrío sin saber exactamente porque me siento tan feliz.
Solo lo pude saber cuándo me encontraba sentada cenando con Alexis el cual me miraba de una manera tan especial y tan única haciendo que mis ilusiones vayan agradándose dentro de mí formándose una interminable ilusión cargando una emoción desconocida para mí.
La cena ha estado deliciosa y entretenida.
Me gustaba mucho estar con Alexis y más cuando me lleva a un pub para tomar una copa y bailar.
Dentro del pub me pido una copa sin alcohol poniéndole como pretexto que no tomo alcohol.
Por supuesto, no voy a contarle nada sobre mí embarazo. Creo que sí se lo cuento estaría perdiendo esta magia que he comenzado a conocer junto a él, y aunque Alexis me hable de su esposa con la intención de una posible reconciliación yo quiero seguir disfrutando de su compañía mientras pueda.
La música suena, Alexis me invita a bailar en la pista, mientras bailamos veo como varias mujeres hacen lo posible por captar la atención de mi acompañante.
Lo que me gusta de Alexis, es que no presta ni el mas mínimo interés por esas mujeres. Toda su atención es para mí.
Sus manos agarran con delicadeza las mías llevándola hasta su nuca para que lo envuelva con mis manos y poder pegarnos más.
Los nervios me hacen de sentirme torpe y las hormonas además de estar descontroladas quieren que lleguemos a más.
Tal vez esté loca, pero quiero arriesgarme y aunque después me lamente de lo que he hecho, hay algo en su aura que me hace de querer besarlo.
Despacio me voy aproximando hasta él poniéndome de puntillas para robarle un beso.
Como ya me imaginaba sus labios son suaves y dulces.
Él me mira en silencio siguiendo bailando al son de la música.
De momento no me ha dicho nada, y yo estoy en duda si continuar arriesgándome para que este bello hombre me haga saber que se siente cuando te hacen el amor.
De nuevo saboreo sus labios, nuestras lenguas empiezan una batalla de ardor y deseo, mi cuerpo se pega más a él, su mano me sujeta por mí cintura puedo notar su dureza.
No puedo ni creerme que esté tan excitado como yo.
Sigo provocándole más, necesito decirle a través de gestos lo que no boca no se atreve a decir.
Al abrir los ojos me doy cuenta que todo ha sido producto de mi imaginación, alterada con un leve dolor de cabeza me disculpo con Alexis para irme al baño. Necesito con urgencia lavarme la cara y saber porqué demonios he tenido esa visión de Alexis y yo.
Llego al lavado, casi me cuesta respirar, creo que me va dar un ataque de ansiedad.
Me lavo repetidas veces la cara, estoy totalmente nerviosa y al mirarme al espejo veo de nuevo una imagen imaginaria de un hombre con una máscara.
Creo que debo de irme a casa, necesito estar sola y pensar si Alexis tiene alguna relación conmigo.
Logro tranquilizarme un poco, o al menos en apariencia.
Camino hacia donde se encuentra Alexis hablando por teléfono con su ceño fruncido. Por su semblante tan serio diría que algo ha debido de ocurrirle.
— Lo siento mucho Patricia pero debo de irme, tengo que estar mañana a primera hora en una reunión importante en la empresa.
—Ya, entiendo. Es tu trabajo y debes de atenderlo. Y una pregunta: ¿Volverás a ver a tú esposa? — Balbuceo— Digo, porque quiero animarte a que sigas insistiendo en tratar de reconciliarte con ella. — Maldición, ¿Porqué me he tenido que irme de la lengua?
— Por supuesto que seguiré insistiendo, no voy a darme por vencido.
Patricia quiero decirte que cuando existe una mínima oportunidad de hacer las cosas bien y sobre todo poder ser feliz, hay que arriesgarse enfrentando tanto lo bueno como lo malo. La vida es corta, y ya que estamos de paso, hagamos o al menos intentemos hacer las cosas correctamente para poner una sonrisa en nuestros corazones reflejándose en nuestro rostro.
— A veces uno no puede ser feliz por completo. Le pasan tantas cosas malas que parece que haya nacido para el sufrimiento. — Alexis pone su mano ligeramente encima de la mía, clavando sus ojos claros en mí se expresa de una manera tan triste que hasta sus palabras me hacen de qué pensar.
— Patricia debes saber que en esta vida se nace con un libro en páginas blancas. Cada día se escribe unas líneas expresando nuestros hechos. Aunque nosotros pensamos que estamos destinados al sufrimiento no es totalmente cierto. Dios está ahí aunque no lo podamos ver, pero se siente y nos ama y debemos amarlo igual sin perder la fe cuando creamos que es injusto todo lo que nos sucede.
Yo perdí a una persona que amaba, esa fue mi primera esposa, no voy a negar que me sentí frustrado y llegué a odiar todo. Pero entonces ocurrió el milagro de conocer a mi segunda esposa. La mujer que en estos momentos amo tanto que hasta el alma me duele por esta distancia, por no poder expresar lo que en verdad me enamoró de ella y no supe valorar.
Quisiera decirle que no pierda su esencia, que da igual si su cuerpo cambia, su piel se arruga, su pelo se vuelve blanco. Para mí eso no importa, me interesa saber que han pasado muchos años y síguenos estando juntos porque Dios aún quiere que sigamos caminando por el camino que nos mostró por mucho más tiempo.
Me quedo pensando en sus palabras, en lo hermoso que debe ser conocer a esa persona tan especial en la cual te llegues a enamorar y conforme los días vayan transcurriendo a pesar de esos altos y bajos sientas que aún esa flecha sigue clavada en tu corazón.
Sonrío ruborizada y apenada por sentir algo tan bonito dentro de mí y no poder expresarlo.
Alexis me acompaña hasta la puerta de mi casa, nos despedimos en vernos en su regreso.
Al parecer el tiene que marcharse ha Milán por motivos de trabajo.
Dos días han pasado desde que se marchó Alexis y aunque Sabino viene a ver cómo sigo, en mi mente se cuece la idea de querer investigar por internet sobre Alexis.
Sabino me entrega un móvil y cuando se ha asegurado que estoy bien se marcha ha su trabajo dejándome sola
me voy hacia la cocina para colocar los alimentos que me traído Sabino. Me preparo algo de picoteo para comenzar con mi idea de averiguar cosas sobre la vida de Alexis.
Sentada en la alfombra con mi bandeja de comida le pregunto al sabiondo de Google quién es Alexis Montenelli.
Al ver en la pequeña pantalla del teléfono fotos mías junto Alexis me quedo to' loca.
Espera un momento, esto no puede ser cierto.
Yo soy la mujer de Alexis.
No puedo creer lo que me acabo de enterar. Pongo mi mano en mi boca viendo asombrada las fotos que hay publicadas y todo lo que hay escrito sobre nosotros.
Comienzo a leer lo que ponen en los medios de comunicación y al parecer Alexis y yo estamos divorciados.
No puede ser. Pero es cierto, él mismo me ha dicho que quiere reconciliarse con su esposa. A ver Patricia, que su esposa soy eres tú pedazo de taruga, pero entonces...¿Porqué no me ha dicho la verdad?
Comienzo a darle al coco, recordando que Sabino me dijo algo como que me podría pasar malo si llegase a enterarme de la verdad tan rápido, incluso estaría poniendo en riesgo la vida de mi bebé.
Y hablando de mi bebé. ¿Sabrá Alexis que voy a darle un hijo?
¡Ay señor! Qué lío tengo en mi cabeza ahora mismo.
Bueno como no tengo nada mejor que hacer, busco información sobre mí.
De verdad este Google te cuenta todo. Como para fiarse de él.
Pero como no me queda de otra, comienzo a buscar información en internet, llegando a leer cosas sobre mí, y mi matrimonio.
Según puedo leer no ha sido un matrimonio perfecto, de hecho veo fotos donde visto con vestidos caros llevando bolsos de mano a juego con dos kilos de maquillaje tapando de algún modo la expresión en mi mirada triste.
Después de estar horas investigando decido llamar a Sabino para que sea él quien me cuente qué es lo que está sucediendo.
Pero antes de hacerlo alguien toca a mí puerta.
Al abrir me encuentro con una muchacha más o menos de mi edad, inmediatamente la reconozco porque la he visto en las fotos.
— Hola soy Anne su compañera de piso. — Vale, encima de tener amnesia va resultar que me van a tratar como una idiota.
—Adelante pase. — Le sonrío haciéndome a un lado para que entre mi supuesta compañera de piso.
— Disculpa que venga así, creo que Sabino le habrá hablado sobre mí, yo renté hace meses el apartamento pero como viajo mucho no vengo más que cuando lo necesito. Bueno y también porque dejé de pagar la renta. En fin, acabo de venir de viaje y si no es molestia me puedo quedar.
Me quedo callada un rato pensando que hacer. Anne debe saber cosas sobre mí, y si está aquí en este preciso momento es por algo.
— Sí, claro. Por mí no hay ningún problema que se quede. De hecho, pienso que me va venir muy bien tener una amiga. — Anne me mira con una mezcla entre asombrada y queriendo seguir con la falsa.
Dejo que hable, la escucho con atención todo lo que me comenta sobre su trabajo. Al parecer es organizadora de bodas, justo lo que leído por internet que era mi trabajo.
Según Anne está trabajando en una boda de la hija de una cantante muy famosa.
Tomando asiento en el sofá habla conmigo como si nos conociéramos de antes y eso me hace de cuestionarme que en verdad hayamos sido amigas.
Y estoy en lo cierto, después de haber visto una foto de ella y mía abrazadas por la cintura sonriendo.
Esta noche no puedo pegar el ojo, me encuentro nerviosa, las náuseas no me dejan en paz, mi cabeza me duele horrores y al cerrar los ojos veo imágenes de Anne y yo, incluso veo un hombre con un antifaz negro.
— Paty, Paty responde por favor. — Escucho que alguien me llama, intento abrir los ojos pero no puedo me siento muy agotada, el dolor de mi cabeza no se va y apenas puedo hablar.
— Buenos días señora Zabat, soy la doctora Blaster. — Estoy confundida y desorientada. Yo anoche estaba hablando con Anne, ¿Qué hago aquí en una habitación del hospital?
— Vamos hacerle unas pruebas para evaluar su estado y el de su bebé. Anoche fue ingresada por amenazada de aborto. — ¿Cómo? No entiendo nada de que me dice.
— Pero sigo teniendo a mi bebé. — Pregunto al borde de las lágrimas.
— De momento lo estamos controlando, pero cabe la posibilidad de que lo pierda.
— Dígame que no por favor, yo quiero tener a mi bebé.
— Mi recomendación es que permanezca lo máximo posible tranquila debido a que inmediatamente se le sube la tensión y eso llegaría a que tuviera un aborto espontáneo. Le recomiendo que no se altere y manténgase lo máximo posible tranquila evitando cualquier sobre salto.
— De acuerdo. — Respondo bajito, temerosa con la idea de que pudiera perder a mi bebé.
La doctora se marcha dejándome sola y preocupada con todo lo que me está sucediendo.
En este momento pasa Anne preocupada, se para a pocos metros de mí observándome preocupada me pregunta cómo me encuentro.
Exactamente no sé cómo estoy, estoy tan afectada, tan desorientada que para salir de este laberinto de dudas le lanzo una pregunta esperando que sea sincera conmigo porque esta angustia de saber algo y no saber nada respecto a mi vida me está axfisiando.
— Anne, dime la verdad. ¿Tú qué tienes que ver conmigo? He visto fotos en internet donde tú y yo salimos muy sonrientes. — Anne respira hondo mientras toma asiento en una silla.
Clava sus ojos en mí, me cuenta que somos amigas desde hace muchos años y socias en nuestro trabajo.
— Anne, sé por médicos que no puedo alterarme demasiado, pero entiende mi preocupación.
— Paty, te comprendo perfectamente. Pero...nos aterra la idea de que algo te pudiera ocurrir y más en tú estado.
— Vale. Solo contéstame a un par de preguntas. ¿Sabe Alexis que estoy embarazada? ¿Y estoy divorciada de él y cuál fue el motivo? — Anne abre sus ojos como platos. Al parecer no se esperaba que le lanzase esas preguntas.
— ¿Has comenzado a recordar?— Ella me pregunta sin salir de su asombro.
— En parte si y no. Lo poco que sé es porque lo he averiguado por internet.
— Vaya, no habíamos caído en eso. En fin.— Anne respira hondo antes de contarme lo que por tanto tiempo llevo esperando saber la verdad.
— Mira Paty, tú Alexis no estáis divorciados, solo le propusiste separarte de él por un tiempo para pensar en vuestro matrimonio. Al parecer Alexis se la ha pasado las últimas semanas dedicado a su empresa en vez de pasar tiempo contigo. Y de un tiempo a esta parte os la pasabais discutiendo. Diríamos que no era lo que tú esperabas de tu matrimonio debido a que Alexis trataba de que tú te adaptases a su círculo de vida dejando atrás quién eres en realidad. Y eso provocó que tú te dieras cuenta de que Alexis debe amarte por quién eres y no moldearte a su antojo.
Y ahora él está muy arrepentido y quiere pedirte perdón para que todo vuelva a ser como antes.
— Su versión ya me la sé. El mismo me la ha contado. Pero sabes, no quiero que de momento él sepa nada de todo esto. Necesito averiguar si en verdad Alexis me ama como dice, o solo quiere disculparse y después las cosas volverán a ser como antes.
— Paty, no le hagas eso. Además estás esperando un hijo de él. Pienso que necesitáis hablar y así llegar a un entendimiento.
— Lo haré. Pero más adelante. No está de más darle una pequeña lección para que vea cómo se siente que no siempre hay que hacer lo que uno quiera. Un matrimonio es de dos, y ambos debemos de ceder compartiendo nuestras ideas de mutuo acuerdo.
— No sé Paty si es buena idea. — Anne se queda pensativa con cara de circunstancias me dice que me guardará el secreto con la condición de no demorarme en contarle toda la verdad a Alexis.
Le hago la promesa de no tardar en confesarle la verdad a mí marido, pero antes quiero saber si es cierto todo lo que él me ha confesado, porque tan solo de pensar que en verdad pudiera existir la probabilidad de un divorcio se me parte el corazón.
Aunque quiera darle un escarmiento, por nada del mundo quiero alejarme de Alexis.
A pesar de no haber sabido quién era en realidad, no puedo negar que nuestros caminos siguen unidos y no quiero romper ese lazo que hemos construido con nuestro amor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro