Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Reiji Sakamaki [El Mayor?No se que ponerle :(]

《¤》《¤》《¤》《¤》《¤》《¤》《¤》《¤》《¤》

Juego Prohibido

La mansión Sakamaki estaba impregnada de una quietud inquietante, sus pasillos largos y sombríos nunca dejaban de evocar una sensación de desasosiego. Reiji Sakamaki, el mayor de los hermanos, siempre mantenía una fachada de control absoluto, como si fuera incapaz de sentir la misma desesperación que acechaba a quienes lo rodeaban. Aquel aire de frialdad que lo envolvía solo aumentaba la tensión en su presencia.

Era una tarde más, o al menos eso pensaste, mientras te encontrabas en la biblioteca, hojeando un libro sin mucho interés. El sonido de unos pasos resonó en el corredor, y antes de que pudieras girarte, Reiji apareció en la entrada, su silueta erguida, como siempre, como si fuera un rey que llegaba a su castillo.

—¿Sigues aquí? —dijo, su tono de voz casi despectivo, pero con un dejo de curiosidad.

No contestaste, pero sentiste un escalofrío recorrer tu cuerpo. No necesitaba palabras para que su presencia te invadiera.

—No te preocupes —continuó él, acercándose con pasos firmes—. No has hecho nada malo. Solo… te observo.

Su mirada era penetrante, casi demasiado para tu gusto, pero, al mismo tiempo, no podías apartar los ojos de él. Había algo en su forma de moverse, en la sutileza de sus gestos, que te atraía más de lo que estabas dispuesto a admitir.

Reiji era… diferente. Un hombre cuya calma era tan fría como su alma, y, sin embargo, algo en su interior te quemaba, algo oscuro, algo peligroso que te hacía sentir vivo, aunque temieras la próxima jugada que pudiera hacer.

—¿Sabes? —su voz se suavizó un poco, aunque aún conservaba su tono dominante—. Siempre me he preguntado por qué sigues aquí.

Te giraste hacia él, sin atreverte a responder. La distancia entre los dos se redujo lentamente, hasta que estuvo lo suficientemente cerca para que su aroma, a madera y a algo más, te envolviera.

—Lo sabes, ¿verdad? —preguntó, su rostro ahora a unos pocos centímetros del tuyo, sus ojos fijos en los tuyos con una intensidad perturbadora—. Eres mío, aunque aún no te des cuenta.

El aire se volvió espeso, pesado, como si el mundo entero estuviera suspendido en ese instante. Su aliento rozó tu piel, y un sudor frío comenzó a formarse en tu frente.

—Nunca has sido tan fácil de manipular —continuó Reiji, sus labios curvándose en una sonrisa que no llegó a ser amable—. Eso es lo que me atrae de ti.

Una parte de ti quería apartarlo, huir, desaparecer de su alcance, pero otra parte, una parte mucho más oscura, te pedía quedarte, aceptarlo. Sabías que sus palabras, su proximidad, su juego de dominación, todo eso te afectaba de una manera que no podías controlar.

Sin advertencia, sus dedos tomaron tu mandíbula con firmeza, forzándote a mirar sus ojos.

—¿Qué harías si te pidiera que te quedaras? —susurró, su voz ahora un susurro bajo, cargado de una amenaza velada—. ¿Me obedecerías?

El miedo se mezcló con el deseo en tu pecho, y el aire entre ambos se volvió denso, casi insoportable. Estaba jugando contigo, como siempre, pero, de alguna forma, sabías que este juego tenía una única salida. Y esa salida, aunque dolorosa, te atraía más de lo que te gustaría admitir.

Antes de que pudieras responder, sus labios encontraron los tuyos en un beso, no uno suave, sino uno exigente, reclamante. Reiji no te dio espacio para respirar, sus manos se aferraron a ti con fuerza, como si no quisiera dejarte ir.

Era un beso cruel, lleno de control y poder, una marca de posesión. Reiji Sakamaki no estaba interesado en el amor suave o en los gestos tiernos. Él deseaba lo que podía tener bajo su control, y tú, sin saber cómo ni por qué, eras su objetivo.

Cuando finalmente se separó, te miró con esa misma sonrisa fría, como si supiera exactamente lo que había logrado.

—Este será nuestro pequeño secreto, ¿de acuerdo? —dijo en voz baja, su tono oscuro y peligroso—. Nadie más debe saber lo que sucedió aquí.

Sabías que, en ese momento, te habías adentrado en su mundo, un mundo de sombras y tentaciones. Y, aunque deseabas huir, algo en ti, algo profundo, te decía que te quedarías, atrapado en su red de oscuridad y deseo.

Porque, al final, era exactamente lo que Reiji quería.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro