✨Au:Normal

🎀Pedido:Black-laura Aquí esta tu trío

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Interferencias y Sonrisas

El Hotel Hazbin siempre tenía su propio caos, pero esta noche, el aire estaba especialmente cargado. No por peleas, ni por gritos o apuestas peligrosas. No, esta vez la tensión venía de otra fuente.

—¡Ja, ja, ja! Qué divertido, Vox, ¿sigues con ese ceño fruncido? Te arrugarás más rápido de lo que ya lo hiciste en vida —Alastor se reía, apoyado en la barra del bar, con esa sonrisa amplia que nunca desaparecía.

Vox, sentado a tu otro lado, apretó los dientes, su pantalla parpadeando con interferencias leves.

—Cierra la boca, radio vieja —espetó, cruzándose de brazos—. No necesito tus comentarios de abuelo.

Observaste la escena con una mezcla de diversión y resignación. Se suponía que solo querías una noche tranquila, pero con estos dos alrededor, la paz era imposible.

—Si van a discutir toda la noche, al menos que sea por algo entretenido —interrumpiste, dando un sorbo a tu bebida.

Los dos se quedaron en silencio por un segundo, y fue Alastor quien habló primero.

—¡Oh, claro que sí! Deberíamos discutir algo más… interesante.

Su mirada se posó en ti con ese brillo malicioso que siempre tenía. Vox, notando el cambio en el ambiente, también te miró con una expresión más calculadora.

—Vaya, vaya… parece que tenemos un punto en común después de todo —dijo el demonio tecnológico, su voz vibrando con estática.

Alzaste una ceja, sin apartar la vista de ninguno de los dos.

—¿Y qué punto sería ese?

Alastor se inclinó más cerca, su sonrisa tomando un matiz más afilado.

—Bueno, querida compañía, parece que ambos tenemos un… particular interés en ti.

Vox chasqueó la lengua, pero en lugar de negarlo, simplemente ajustó su corbata.

—No lo digas como si fuera algo en lo que estemos de acuerdo, radiohead.

—Oh, pero lo estamos —respondió Alastor con un brillo burlón en los ojos—. Solo que la diferencia es que yo no tengo miedo de jugar con la presa.

Te reíste, apoyando el codo en la barra mientras los mirabas con diversión.

—¿Presa? No recuerdo haber aceptado ser el premio de nadie.

Vox sonrió de lado, sus píxeles brillando con una leve distorsión.

—Oh, créeme, cariño, no estamos hablando de un simple premio.

Alastor dejó escapar una carcajada, apoyando su barbilla en una mano mientras su otra mano jugueteaba con la sombra de su bastón.

—Exacto, mi estimado rival y yo tenemos estilos muy diferentes. Pero… hay algo en lo que podríamos coincidir.

—¿Y qué sería eso? —preguntaste, con la sospecha de que la respuesta no sería nada normal.

Ambos demonios se inclinaron un poco más cerca, cada uno a un lado tuyo. Alastor con su energía caótica y siniestra, Vox con su presencia fría pero tentadoramente peligrosa.

—No nos importa compartir —dijeron casi al mismo tiempo.

El escalofrío que recorrió tu espalda no fue de miedo. Fue pura emoción.

La noche prometía ser mucho más interesante de lo que imaginaste.