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¿Prólogo? ¿Piloto? Lo que sea

Pequeña aclaración: Obviamente sé que terminó la obra, pero voy a hacer una rápida recapitulación del canon en el que se desarrollará ésta historia.

-Durante sus pasantías con Nighteye los sucesos de Chisaki y Eri no ocurrieron, pero Sir Nighteye sí murió.
-Izuku sí pasó por su arco de vigilante, pero regresó a la UA.
-Se graduó y pasó a segundo año, derrotando a AFO con ayuda de la clase A.
-Nunca perdió el OFA.
-EL PAR DE IDIOTAS NO SE HA VUELTO NOVIOS (Pinche Horikoshi, yo quería mi Izuocha canon >:[) pero son mucho más cercanos.
-La historia se va a desarrollar durante el tercer año. (Mirio es un héroe muy famoso dentro del top 5, se volvió el encargado de la agencia de Nighteye)

Y creo que es todo :b

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-¡RÁPIDO, NO DEJEN QUE ESCAPE!- Ordenó desesperado tras tropezar. -¡IDIOTAS, NO ME AYUDEN, VAYAN TRAS ELLA!- Reclamó a quienes se quedaron atrás.

Ese pequeño retraso ayudó a que quien estaban persiguiendo les tomara una pequeña ventaja, escabulléndose en un callejón lleno de botes de basura y escombros.

-¿Vieron en dónde se metió?- Preguntó uno de los captores.

No recibió respuesta.

-... Vaya mierda.- Musitó el jefe del pequeño equipo, aquel hombre que se tropezó. -Chisaki nos va a matar si no le traemos a esa niña de regreso.- Completó mientras se rascaba la nuca.

Se levantó y sacudió los pantalones.

-Bien muchachos, no podemos dejar que Chisaki se entere de que falla- -

-¿Enterarme de qué?- Preguntó una sombra al fondo del callejón.

-¡¿CH-CHISAKI?!-

-No creyeron que no los vigilaría personalmente al dejarles capturar a mi espécimen principal para experimentación de balas anti-don, ¿O sí?- Su tono era calmado, pero se notaba a kilómetros de distancia la rabia contenida. -Les toleré muchos fallos. Pero éste no va a ser pasado por alto.-

-P-Por favor Chisaki, da-danos otra o-o-oportunidad.- Intentó replicar el jefe.

Hubo un silencio abrumador en el callejón. A pesar de ser de día, aquel sitio era oscuro.

Sin decir una palabra, Chisaki se quitó un guante blanco y apoyó su mano contra la pared. Varias estacas salieron del suelo, atravesando los cuerpos de sus lacayos.

En cuanto retiró las estacas los cuerpos inertes cayeron al suelo, dejando grandes charcos de sangre.

-Les dije que no lo pasaría por alto...- Musitó en un tono monótono mientras se colocaba de nuevo su guante.

Mientras tanto

Aquella niña aún corría, presa del miedo. Algunos de los vendajes que cubrían sus brazos y piernas se rasgaron. Sintió una punzada en su muslo derecho y tropezó, raspándose con la caída.

Como pudo se escondió entre unos botes; lloraba desconsolada, intentando soportar el dolor.

-¡EEEEEEEEERIIIIIIII!-

La niña reconoció esa voz al instante. Su llanto paró y sus ojos se abrieron en shock. Lentamente el pánico la estaba consumiendo. El miedo era agravante, sentía que su corazón iba a explotar.

Intentó levantarse, pero sus piernas súbitamente perdieron fuerza. Comenzó a lagrimear de nuevo, ésta vez rogando a sus piernas reaccionar.
Escuchó pasos de unas cuantas personas acercándose. Se rindió... Se pegó lo más que pudo a la pared y escondió su cabeza entre sus piernas, rogando que esto fuera una pesadilla.

-¿Estás bien?- La pregunta la agarró desprevenida, era extrañamente paternal y a la vez preocupada.

Lentamente abrió los ojos y dejó de esconder su cabeza entre sus piernas. Había un chico de cabello verde extendiendo su mano hacia ella.

La peliblanca tomó su mano, dejándose cargar entre los brazos de aquel misterioso chico. Escuchó que alguien corría hacia ellos, por lo que escondió su cabeza en el cuello del peliverde asustada.

-¿Deku-kun? ¿Qué es lo que- ¡Oh por Dios!- Se interrumpió a sí misma impresionada al ver a la pequeña en el deplorable estado que se encontraba. ‐¡¿Estás bien?! ¿Quién te hizo esto?- Preguntó igualmente preocupada.

Antes de siquiera responder algo, sintió un aura oscura y amenazante proveniente del fondo del callejón en el que se encontraban, aferrándose con todas sus fuerzas al pecho del chico. Los extraños también lo sintieron, tensándose al instante.

-*¿ también lo sientes?*- Preguntó la chica en un susurro.

-*Mi sensor de peligro está completamente loco.*- Contestó.

-Vaya, veo que encontraron a mi hija.- Chisaki habló aparentando amabilidad. -Muchas gracias. Anda Eri, vamos a casa.-

-Oiga, disculpe la pregunta pero ¿Por qué tiene tantos vendajes?- Preguntó el peliverde con un tono amable en un intento de ganar tiempo en lo que pensaba en algo.

-No se preocupe, es bastante entendible esa curiosidad, después de todo no es común ver una niña llena de vendajes. La verdad es que juega mucho y varias veces ha terminado lastimada por ello, jaja.-

Pronto quedó a pocos metros del par de chicos.

-(¿Qué hacemos....?)- Se preguntó a sí misma desesperada.

-(... No quiero dejarla con este sujeto, pero no creo tener muchas opciones....)- Pensó analizando la situación.

El chico se arrodilló. -Bueno, pequeña, ve con- -

-*P-Por favor, no me d-deje...*- Susurró aterrada aferrándose todo lo que podía.

-*Hey, te prometo que volveré por ti. Necesito que mientras tantos seas fuerte y resistas. Por favor.*- Le respondió decidido al sentir el miedo de la niña.

Esa respuesta... Esas personas. Ella no tenía idea, pero de alguna forma le generaban mucha confianza en ellos, sabía que lo que decía era verdad. Sin decir nada, la pequeña lentamente dejó de aferrarse y se separó, siendo detenida ligeramente por la chica.

-Hey, la próxima vez si te pierdes no dudes en acudir a un héroe.- Aclaró mientras disimuladamente acomodaba un pequeño broche de un planeta rosado. -Toma, para que me recuerdes.- Le dio una sonrisa gentil.

La peliblanca caminó lentamente junto a Chisaki.

-Muchas gracias por su ayuda, héroes. Hasta luego.- Se despidió en un tono amigable, perdiéndose de nuevo entre la oscuridad de los callejones adjuntos.

Sin decir nada, ambos se retiraron del sitio.

-Él... Se veía sospechoso, tenía algo extraño... Creo que lo he visto antes...- Lo último lo dijo con cierta duda, no podía recordar dónde.

-La niña estaba aterrada....- Musitó Izuku perplejo.

-No pudimos hacer más por el momento.- Habló con algo de lástima la castaña mientras apoyaba su mano en el hombro del chico. -Si te sirve de consuelo, le puse un rastreador al broche que le regalé.-

-¡Ochako, eres una genio!- Replicó emocionado. -Vamos a salvar a esa pequeña niña a como dé lugar.... Por ahora regresemos con Mirio-senpai, a ver si de casualidad sabe algo.-

-Claro.-

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