Parte única
Tukuha se encontraba en estado de shock, presenciando con horror cómo su querida hija, Sylveon, conocida en el mundo terrenal como S30-5, fue sometida a torturas casi mortales por una desalmada humana obsesionada con el dinero, sin importarle la vida de inocentes Pokémon. Ahora, la veía agonizar en un sórdido basurero, luchando por respirar entre sus propias heridas
Tukuha, destrozado, apenas podía articular palabras entre sollozos.
Tukuha: No... Toruku... *suplicaba, desesperacion* No te vayas así, por favor".
Con el corazón destrozado, observó impotente cómo los ojos de su hija se cerraban lentamente, mientras su corazón dejaba de latir y su respiración se extinguía.
Tukuha: No, por favor, ¡no me hagas esto!" *desesperacion* ¡Todo es culpa mía! No debí descuidarlos a ambos. Ahora no puedo hacer nada, no quiero verte morir hoy. ¡No quiero verte morir hoy! Perdón... ¡Perdón, Toruku, perdóname hija!"
Lo más cruel era que Tukuha, siendo un fantasma, se encontraba completamente impotente. No podía comunicarse con su hija, solo podía observarla en su desdicha.
Pero........ No siempre fue asi, todo tiene su inicio antes, de que siquiera pasara esto
Hace unos 5 años antes
Adentrémonos en un pequeño poblado en una isla llamada Yujo, ubicada en la región de Katerna, específicamente en el Pueblo Madera, un encantador lugar habitado por alrededor de 89,000 Pokémon. En una acogedora casa de estilo Eveelutions, reside una familia especial: Nuri Tukuha, un Papa Vaporeon de clase media, conocido por su amabilidad hacia los vecinos, y su esposa, Nuri Kibo, una hermosa Jolteon. La pareja, felizmente casada, dio la bienvenida a una adorable Eevee, pero decidieron esperar hasta que cumpliera cinco años para darle un nombre, siguiendo una tradición local. Mientras tanto, Tukuha ya la llamaba cariñosamente "Toruku", en honor al amor que ella representaba para él y su madre Kibo.
A pesar de los buenos momentos, los problemas surgieron cuando Kibo quedó embarazada nuevamente. Tukuha pensaba que su irritabilidad era temporal y que todo volvería a la normalidad después del nacimiento del nuevo miembro de la familia. Sin embargo, la actitud de Kibo empeoró; estaba constantemente inquieta y parecía desinteresada en cuidar a su hija y al futuro huevo. Las discusiones con Tukuha, especialmente sobre dinero, se volvieron frecuentes.
Un día, vemos a Tukuha regresando del trabajo en la fábrica de materia prima con un ramo de rosas y una botella de vino en su bolso, planeando tener un día especial a solas con Kibo al día siguiente para resolver sus problemas. En su camino a casa, su compañero de trabajo, Ai, el Decidueye, lo felicita y le anima con optimismo sobre la reconciliación con Kibo.
Ai: *Feliz* Me alegra que estés arreglando las cosas con Kibo, Tukuha-chan.
Tukuha: *Suspira* Gracias. Solo espero que le gusten las rosas. Son sus favoritas.
Ai: Seguro que sí. No te preocupes, pronto volverán a ser la encantadora pareja de antes.
Tukuha sonríe cálidamente, agradeciendo a su amigo por el apoyo.
Mientras, en casa de los Nuri
Observamos a una Jolteon con gesto melancólico mientras guarda sus pertenencias en una maleta. Una vez termina, cierra la puerta con discreción y al girarse hacia la sala, encuentra a su hija, Toroku, viendo tranquilamente la televisión junto al Huevo.
Kibo: *Suspira* Espero que estén bien. Adiós.
Con cuidado, Kibo cierra la puerta para evitar ser notada.
Veinticinco minutos más tarde, Tukuha regresa a casa, radiante de alegría, y se dirige primero a saludar a su hija y al huevo.
Tukuha: *Feliz* Hola, Toroku. ¿Cómo estás?
Eevee (Toroku): *Feliz, moviendo la cola* ¡Hola, papi! Me alegra que hayas llegado. Te he echado de menos. *Orgullo* Cuidé muy bien a mi hermanito, tal como me pediste. *Sonríe tiernamente*
Tukuha: *Alegría y ternura* Me emociona que te preocupes por tu hermano. *La acaricia con su pata* Serás una gran hermana. Por cierto, Toroku, ¿dónde está mamá?
Eevee: Está en tu cuarto, papi. Dijo que estaba ocupada con cosas de adultos, cosas aburridas.
Tukuha sonríe ante la situación y se dirige a su habitación. Al entrar, se sorprende al encontrarla vacía, excepto por una pequeña nota. Perplejo, se acerca y decide leerla. La carta decía lo siguiente:
Querido Tukuha:
Lamento haber desaparecido de repente. Sé que debería habértelo dicho hace tiempo, pero es que tengo a alguien más en mi vida, alguien que, francamente, puede proporcionarme una seguridad financiera que tú no puedes ofrecer. Por favor, cuídate de nuestros hijos y críalos para que se conviertan en Eeveeluciones de bien.
No me busques.
Atte: Kagame Kibo
Tukuha se sintió abrumado por una mezcla de enojo y tristeza al enterarse de que Kibo le había sido infiel debido al dinero.
Tukuha: *Triste y enojado* ¡Como si el dinero pudiera comprar la felicidad!
El dolor embargó a Tukuha, quien había amado con todo su corazón a Kibo. Pero ahora, parecía que ella ya no correspondía a ese amor. Con pesar, Tukuha arrojó la nota de su exesposa al cajón.
En ese preciso momento, su hija Eevee entró en la habitación de su padre con una mirada de hambre en su rostro.
Eevee: *Con apetito* Papi, tengo hambre.
Tukuha: *Saliendo de su ensimismamiento* Oh, mi querida hija, no te preocupes. Prepararé la cena en un momento. Aunque no cocino como tu mamá, al menos no morirás de hambre.
Eevee: Oye, papi... ¿Y mamá? ¿Dónde está?
Tukuha, sintiéndose nervioso, no sabía cómo explicarle que su mamá los había abandonado, ya que no tenía el corazón para decirle la cruda verdad.
Tukuha: *Con nerviosismo y suspiro* Mamá se fue a un lugar muy lejano y no podemos encontrarla. Pero me pidió que siempre seas una buena niña y te comportes bien, ¿de acuerdo?
Eevee, algo confundida y entristecida, aceptó aunque no comprendía del todo por qué su mamá los había dejado.
Han pasado aproximadamente dos meses desde que Kibo se divorció de Tukuha, y este último ha tenido que asumir el rol de padre y madre para su hija, al mismo tiempo que cuida del huevo, que está a punto de eclosionar en un mes. Tukuha decidió cambiar de trabajo, dejando la fábrica de materia prima para convertirse en recepcionista en un hotel de lujo, donde le ofrecían un mejor salario, con la esperanza de brindarle un futuro más prometedor a su hija y al futuro huevo, al cual decidió llamar Satoshi.
Aunque ahora Tukuha tenía más dinero y la vida de su pequeña familia mejoraba gradualmente, surgía un problema importante: su exigente jefe lo sometía a jornadas laborales extenuantes que apenas le dejaban tiempo para sus hijos, e incluso para comer. Como no quería contratar una niñera debido a una mala experiencia en su infancia, Tukuha solía dejar a sus hijos al cuidado de la familia de Ai, su mejor amigo. Sin embargo, dado que todos estaban ocupados trabajando, la situación se volvía aún más complicada.
En una semana muy específica, el 23 de febrero de 2010, Tukuha se encontraba sumamente estresado. El cumpleaños de su pequeña hija estaba a menos de 15 días, y se sentía muy nervioso porque quería organizarle una fiesta sorpresa. Sabía que no había pasado suficiente tiempo con ella, así que planeaba hacer de esta celebración algo memorable, según sus propias palabras.
Para lograrlo, aceptó horas extras y turnos nocturnos en el trabajo, una idea que sonaba bien solo en su mente. Eevee, su hija, le reprochaba cada vez que salía tarde, y con razón. Ese mismo día, 23 de febrero, Tukuha salió de nuevo a trabajar por la noche y regresaría a casa alrededor de la 1 de la tarde, cubriendo el turno de un compañero. Como siempre, Eevee hacía un drama porque no quería que su papá se fuera.
Eevee: *Llorando* Por favor, papi, no te vayas. Tengo miedo de quedarme sola.
Tukuha: *Tranquilo* No te preocupes, Toroku. Tu hermanito puede hacerte compañía.
Eevee: Pero no es lo mismo sin ti. Por favor, papi, me portaré bien y seré obediente.
Tukuha solo suspiró profundamente algo molesto, evitando pelear con su hija.
Eevee: Por favor, papi, no quiero que seas como mami.
Esto enfureció a Tukuha, sintiéndose comparado con Kibo.
Tukuha: *Enojado* ¡SILENCIO, TOROKU! ACASO TU SABES LO QUE YO ME TENGO QUE MATAR PARA DARTE ALGO DE COMER PARA QUE TU ME LO PAGUES SOLO CON TUS BURDOS BERRINCHES? NO! NO LO SABES! ASI QUE CIERRA EL MALDITO HOCICO QUE NO SOY COMO TU MAMA!
Eevee quedó atónita ante la reacción de su padre, bajó las orejas y se acurrucó en señal de sumisión.
Tukuha, al darse cuenta de que había gritado a su hija, se sintió repugnado consigo mismo, reconociendo que en parte era culpa suya.
Tukuha: *Suspira* Solo asegúrate de cerrar bien la puerta y... No le habrás a nadie.
Con un peso en la conciencia terrible, Tukuha salió de su casa, cerró con llave y se dirigió al trabajo.
Al llegar al trabajo, Tukuha recibía a los huéspedes con una sonrisa forzada, perceptible para su compañera de trabajo, Shiroi, una Absol.
Shiroi: *Angustiada* ¿Estás bien, Tukuha? ¿Todo en orden en casa?
Tukuha, al notar que le hablaban, reaccionó de inmediato.
Tukuha: *Suspira, con tristeza* ¿Por qué te digo que sí si no lo está? Desde que mi esposa se divorció, las cosas se han vuelto más difíciles. Me está costando mantener el equilibrio, y por eso hice algo que no debería haber hecho. *Apoya la cabeza en la mesa* Le grité a mi hija. Me siento terrible, como un monstruo. Sé que también es culpa mía, pero quiero darle un futuro estable a mi hija, Shiroi, y no sé cómo explicárselo. *Suspira* Me siento como el peor padre del mundo Pokémon.
Shiroi: *Poniéndole la pata en la espalda* *Empática* Tukuha-san, conozco a pocos padres tan dedicados y preocupados por sus hijos como tú. A veces cometemos errores, pero lo importante es no rendirse y brindarles amor y cariño, algo que el dinero no puede comprar.
Viendo a Tukuha cansado y abatido, Shiroi propuso una solución.
Shiroi: *Feliz* Tukuha-san, tengo una idea. ¿Qué tal si nosotros cuidamos a tus hijos cuando no puedas hacerlo por el trabajo? Mi hijo Senahu tiene la misma edad que Eevee, y siempre hay alguien en casa, ya sea mi esposo o yo. Así, no tendrías que preocuparte tanto y no estarías molestando a Ai. ¿Qué te parece?
Tukuha levantó la cabeza con una expresión de alegría y alivio.
Tukuha: *Moviendo la cola emocionado* ¡Claro! ¡Muchas gracias por la ayuda, Shiroi-san! ¡No sabes cuánto nos ayudarías!
Así que empezaron a hacer planes para dejar a los hijos de Tukuha en casa de Shiroi, previa aprobación de su esposo.
Para Tukuha, era un alivio saber que sus hijos estarían bajo el cuidado de adultos responsables. Tenía la esperanza de que esto trajera estabilidad a su vida nuevamente. En ese momento, nada podría salir mal.
https://youtu.be/HXEife8Oor8
De repente, una alarma de emergencia sonó, sorprendiendo y alterando a todos.
Tukuha: *Asustado* ¿¡Qué está pasando!?
El jefe de Tukuha, un Blaziken, bajó rápidamente, instando a mantener cerrado el hotel.
Shiroi: Jefe, ¿qué sucede?
Jefe: ¡Es un ataque de humanos armados hasta los dientes! Están secuestrando Pokémon, especialmente hembras jóvenes.
En ese momento, Tukuha recordó a sus hijos y sintió un escalofrío de miedo recorrer su cuerpo.
Tukuha: *Alarmado, desesperado* ¡TOROKU, NO!
Desesperado, Tukuha salió corriendo del hotel hacia su casa, ignorando las advertencias del jefe de quedarse adentro debido al peligro.
Tukuha salió corriendo, oyendo explosiones que destruían casas y ráfagas de balas. Varias veces tuvo que esconderse de los humanos que abrían puertas para llevarse a Pokémon inocentes. ¿Para qué? No lo sabía, pero en ese momento, solo pensaba en su familia.
Llegó rápidamente a su casa y vio la puerta destrozada. Con miedo, buscó desesperadamente a sus hijos.
Tukuha: *Con temor* ¡TOROKU, TOROKU, ¿DÓNDE ESTÁN?!
Entró en la habitación de su hija y se dio cuenta de que ella no estaba. Al revisar más, descubrió que su hija había escondido al huevo en un cajón del armario.
Tukuha: *Histeria* ¡NO, ¿DÓNDE ESTÁ TU HERMANA?!
Eevee: *Gritando* ¡AYUDAAA, PAPÁ!
En ese momento, la casa explotó con Tukuha y el huevo adentro. Afortunadamente, sobrevivieron gracias a que los escombros que cayeron sobre Tukuha no fueron mortales. Desesperado, dejó el huevo en un lugar seguro y prometió regresar por Satoshi.
Corrió hacia donde escuchaba los gritos y vio un camión arrancando con su hija dentro. Lo siguió desesperadamente.
Tukuha: *Desesperado* ¡Debo correr, no quiero que mi hija sufra! ¡VAMOS, TUKUHA, ¡NO PUEDES IR MÁS RÁPIDO?!
De repente, fue atrapado en una red y rodeado por humanos.
P1: *Sobervia* No es hembra, pero tiene fuerza. Puede servir para nuestro ejército.
P2: Sí, yo quería una Vaporeon. Demonios.
Tukuha: *Furioso* ¡SUELTENME, DEJEN A TODOS LOS QUE SECUESTRARON!
Un trabajador intentó retenerlo, pero Tukuha lo quemó con un ataque Escaldar.
P2: *Con dolor* ¡AJJJJ, JODEEER!
El otro trabajador sacó una pistola y, en un intento de asustar a Tukuha, quiso disparar al suelo.
P1: *Enojado, a Tukuha* ¡CALLATE, MALDITO!
En un forcejeo, el trabajador disparó accidentalmente...
Pero en la cabeza de Tukuha, matándolo al instante.
P1: *Sorpresa* *Mirando al Vaporeon sin vida* ¡NO, IDIOTA, QUÉ HICISTE!
Luego, todos recibieron la orden de regresar al punto de reunión en otro pueblo, ya que las autoridades estaban llegando, dejando el cadáver de Tukuha en la calle.
Dos días después...
Tukuha abre los ojos lentamente y se encuentra perdido. De repente, se da cuenta de dónde está: en el mismo lugar donde recibió el disparo. Confundido, camina por las calles destrozadas del pueblo y pronto ve una gran congregación en la plaza.
Tukuha: *Curioso* ¿Qué estará pasando?
A medida que se acerca, ve a los Pokémon, vecinos y amigos llorando desconsoladamente, lo que lo deja perplejo.
Ai: *Triste* ¿Por qué te fuiste? ¡AHHH!
Shiroi: *Llorando* Sus hijos... su familia... ahora no sabemos dónde está Toroku ni el huevo... Esto no debería haber pasado.
Confundido, Tukuha intenta hablar con sus amigos.
Tukuha: *Confundido* Amigos, pero yo estoy aquí, ¿dónde más estaría?
Pero por más que les habla, parece que no pueden escucharlo, como si no existiera.
Tukuha: Shiroi, ¿Ai? ¿Qué les pasa?
???: *Voz tenebrosa* Ay, pobrecito, no sabes la verdad, ¿verdad?
Tukuha se da la vuelta y ve a un ser extraño, una nube negra-morada con un aspecto aterrador.
Tukuha: *Asustado* ¿De qué hablas?
???: Ohhh... Acércate más a donde están los ataúdes de este funeral, porque estás en uno, por cierto.
Tukuha se acerca y se sorprende al ver entre los fallecidos una foto suya junto a un ataúd. Se da cuenta de que está muerto, de hecho, él es un fantasma. Esto lo deja atónito y con una sensación de estar perdido.
Tukuha, con un nudo en la garganta y los ojos llenos de incredulidad, apenas logra articular palabras.
Tukuha: *En shock* Yo... yo... ¡No puedo estar muerto!
???: *Con malicia* Oh, pero sí que puedes, y de hecho, lo estás. Pero tranquilo, todo estará bien.
Tukuha, entre lágrimas, se aferra a la esperanza de su familia.
Tukuha: *Llorando* ¿Y ahora qué haré? No sé dónde está Toroku... ni siquiera sé si Satoshi ha nacido... o si está vivo.
???: *Con sobervia* Lamentablemente para mí, tus hijos están vivos. *Con malicia* Lo bueno es que te tengo a ti. Considerando que fuiste un padre terrible, alguien debe pagar por tus errores. Me veo en la obligación de torturarte por toda la eternidad. *Ríe* ¿A quién quiero engañar? Voy a disfrutar esto.
El ser, que se revela como Nightmare, arrastra a Tukuha a un lugar oscuro y aterrador, un plano donde el tiempo corre de manera distinta a la tierra mortal. Desde entonces, Tukuha ha sido atormentado por los errores del pasado, siendo constantemente recordado de sus fallos y egoísmos, lo que le rompe el corazón día tras día.
Un día, por razones desconocidas, Nightmare permite a Tukuha deambular por el mundo de los vivos. Confundido pero desesperado por ver su hogar una vez más, Tukuha sigue la corriente. Nightmare lo deposita cerca de una casa desconocida a las 3:00 de la mañana. Mirando a través de una ventana, Tukuha observa a un Eevee Shiny durmiendo plácidamente en la litera superior, mientras que un Bounsweet descansa abajo. La escena le deja perplejo, haciéndolo cuestionar por qué Nightmare lo ha traído aquí y qué conexión podría tener este lugar con su pasado y su tormento actual.
Mientras observaba a través de la ventana, Tukuha sintió una mezcla de tristeza y nostalgia. Las figuras de los Pokémon dormidos en la habitación le recordaban dolorosamente a su vida anterior, cuando todavía era parte del mundo tangible y su familia estaba unida. Permaneció allí, con la mirada fija, hasta que un pequeño movimiento en la habitación capturó su atención. El Eevee Shiny, revolviéndose en su sueño, dejó caer un pequeño objeto de la litera, que resonó suavemente al chocar contra el suelo.
Intrigado, Tukuha vio cómo la Bounsweet, despertado por el ruido, recogía el objeto, un pequeño diario, y lo colocaba en la mesa junto a la cama antes de volver a dormirse. Tukuha, impulsado por la curiosidad y el instinto paternal, deseaba entrar y leer aquel diario, buscando cualquier pista que pudiera conectarlo con su pasado o con sus hijos perdidos.
Al momento de pensar en cruzar el umbral, una voz helada lo detuvo.
Nightmare: *Con tono burlón* ¿Crees realmente que puedes interactuar con el mundo físico, Tukuha? Eres un mero espectador ahora, un fantasma atrapado en un limbo de mi creación.
Tukuha, frustrado pero desafiante, respondió.
Tukuha: *Resuelto* No importa qué me digas, Nightmare. Encontraré la manera de hacer una diferencia. Necesito saber que están a salvo.
Nightmare se rió, un sonido que resonaba con desdén y oscuridad.
Nightmare: *Malévolo* Pues bien, observa todo lo que quieras. Mira y sufre, sabiendo que nunca podrás cambiar nada de lo que ocurra. Es parte de tu castigo, Tukuha.
A pesar de las crueles palabras de Nightmare, Tukuha sintió una chispa de esperanza. Si podía ver y aprender desde este extraño limbo, tal vez encontraría una forma de comunicarse con el mundo de los vivos o, al menos, de entender lo que había pasado con su familia.
Nightmare, con una sonrisa sardónica, replicó: *Con soberbia* Como dicen los humanos... "El cliente siempre tiene la razón."
Sin más, Nightmare arrastró a Tukuha con una fuerza inesperada, transportándolo a un lugar completamente distinto, sumido en sombras y con una atmósfera opresiva. El sitio estaba compuesto por largos y sombríos pasillos que parecían no tener fin.
Tukuha, mientras recorría el desconcertante lugar, murmuró: *confundido* ¿Dónde me has traído?
Los pasillos desembocaban en una sala central que se asemejaba a un laberinto, con puertas que se extendían en todas direcciones. Al observar detenidamente el entorno y las puertas que adornaban la sala, Tukuha reconoció algunos elementos y decoraciones que le indicaron la verdadera naturaleza del lugar. El lugar en donde estaba era un burdel; posiblemente involucrado en actividades más oscuras y profundas.
El reconocimiento del lugar aportó a Tukuha una mezcla de temor y curiosidad. Aunque atrapado en este extraño y oscuro dominio, se preguntaba qué propósito tendría Nightmare al traerlo a un sitio tan repugnante. Decidido a descubrir más, Tukuha comenzó a explorar cautelosamente, con la esperanza de encontrar respuestas o quizás una vía para ejercer alguna influencia sobre el mundo de los vivos.
Tukuha recorrió el sombrío establecimiento, perdiéndose entre sus pasillos por unos veinte minutos, lleno de confusión y desesperación.
Tukuha, reflexionando en voz alta, murmuró: *confuso* ¿Por qué me habrá traído Nightmare aquí?
De repente, su atención se vio capturada por la conversación que emergía de una de las habitaciones cercanas. Movido por la curiosidad, se acercó a la puerta y la atravesó sin dificultad, recordando que su forma fantasmal le permitía pasar a través de los objetos sólidos.
Dentro de la habitación, tres Pokémon, una Gardevoir, una Lopunny y una Sylveon, compartían historias tristes de sus vidas. Las palabras de la Sylveon resonaron con una tristeza palpable.
Sylveon, con una voz cargada de resentimiento y tristeza, compartió: "¡Ay, amigas, lo mío fue terrible! Mi madre desapareció sin dejar rastro. Pensé que mi papá, un Vaporeon, nos cuidaría... pero no fue así. Siempre estaba más concentrado en su trabajo que en nosotros, sus propios hijos. Una vez lo confronté y me gritó que yo no sabía nada del mundo y que lo estaba comparando con mi mamá. Luego de eso, salió y nunca regresó, ni siquiera cuando yo y mi hermano, que aún era un huevo en ese tiempo, lo necesitábamos. Supongo que a él no le importábamos, y creo que nunca nos ha buscado. A veces pienso que mi hermano ha muerto, y que nuestro padre ya se ha olvidado de nosotros."
Al escuchar esto, el corazón de Tukuha se quebró en mil pedazos. Las palabras de Sylveon le hicieron enfrentar los sentimientos de culpa y frustración que lo abrumaban desde su muerte. Rompiendo en un llanto inconsolable, Tukuha gritó, abrumado por el dolor:
Tukuha: *llorando desconsoladamente* ¡Ay, Toroku... Toroku... por qué te fallé!
En ese momento, Tukuha se percató de que la puerta comenzaba a abrirse, revelando la figura de una Braixen llamada Heather.
Heather, con tono formal, anunció: *Seria* S30-5, se solicita tu presencia en la cabina 20/1.
Sylveon, con un suspiro cargado de tristeza y resignación, respondió: *triste* Bueno, el deber me llama...
Tukuha, en un estado de creciente agitación, exclamó: *desesperado* ¡ESPERA! ¿Cómo que 'presencia'? ¿Para qué... *dándose cuenta de lo que le van a hacer a su hija* no, no puede ser! ¡NOOOOO! ¡Basta ya, Nightmare! *llorando, horrorizado por lo que le hacen a su hija en este burdel* Mi hija, mi preciosa niña, ¿por qué tengo que verte sufrir así? ¡Dejenla en paz, por favor! ¡Piedad para mi hija!
Nithmare: *Riendose* JAJAJA..... OHH POBRECITO......... COMO VES, TU HIJA, LA QUE TANTO INTETABAS, ES UNA PROSTITUTA EN CONTRA DE SU VOLUNTAD........TODO POR TU CULPA......JAJAJAJAJA
Tukuha: *con un dolor horrendo en su corazón, llorando amargamente* CÁLLATE NIGTHMARE, MALDITO DEMONIO ...... MI TOROKU, PEQUEÑA......AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH
2 años después en una noche lluviosa, volviendo al presente
Tukuha se encontraba en estado de shock, presenciando con horror cómo su querida hija, Sylveon, conocida en el mundo terrenal como S30-5, fue sometida a torturas casi mortales por una desalmada humana obsesionada con el dinero, sin importarle la vida de inocentes Pokémon. Ahora, la veía agonizar en un sórdido basurero, luchando por respirar entre sus propias heridas
Tukuha, destrozado, apenas podía articular palabras entre sollozos.
Tukuha: No... Toruku... *suplicaba, desesperacion* No te vayas así, por favor".
Con el corazón destrozado, observó impotente cómo los ojos de su hija se cerraban lentamente, mientras su corazón dejaba de latir y su respiración se extinguía.
Tukuha: No, por favor, ¡no me hagas esto!" *desesperacion* ¡Todo es culpa mía! No debí descuidarlos a ambos. Ahora no puedo hacer nada, no quiero verte morir hoy. ¡No quiero verte morir hoy! Perdón... ¡Perdón, Toruku, perdóname hija!"
En ese preciso momento, irrumpió Sol, quien recientemente había alcanzado la región espectral. Llegó visiblemente agitada, con la respiración entrecortada por la prisa.
Sol, con una expresión de preocupación marcada en su rostro, exclamó: *preocupada* ¡Apenas logré escapar del dominio de Nightmare! ¿Qué está pa...? *se detiene abruptamente al ver a Sylveon gravemente herida y sangrando* ¡¿Pero qué?! ¡Sylveon! *llorando desconsoladamente*
Tukuha, abrumado por la culpa y la frustración, murmuró en voz baja: *frustrado* ¿Qué estaba pensando ese maldito día cuando la dejé sola? Ahora todo esto es culpa mía. Solo el amor por ella y su hermano me ha mantenido cuerdo. Aquí, en la región espiritual, no encontraré ni un ápice de felicidad, todo lo contrario.
Sol, llena de dudas, respondió: *con incertidumbre* ¿Y qué hacemos ahora? Ya no podemos hacer nada por alguien que ya está prácticamente muerta.
Tukuha, rehusándose a aceptar el destino de su preciada hija, se llenó de una determinación férrea. *determinado* ¡Oh, no, Toroku! No permitiré que esta noche mueras. Me encargaré personalmente de salvarte la vida. Tengo dos días antes de que estés completamente muerta. Me ocuparé de cuidarte, amarte y protegerte. No me importa si la muerte intenta separarnos; siempre serás mi pequeña...
Haciendo una pausa, Tukuha miró a su hija con ternura y un nuevo propósito brilló en sus ojos.
...ya no te llamaré Toroku, porque no quiero que tu vida esté marcada por la desgracia y el abuso. Desde ahora, deseo que seas un símbolo de paz, amor, consuelo y alivio para los demas...
...mi pequeña Mint.
Tukuha: Los hijos son un regalo preciado, Valoralos
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