Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13


—Detente— Sion me sujetó del brazo deteniéndome en medio del pasillo. Se tomó unos segundos para recuperar aire al mismo tiempo que extendía una carpeta para que lo cogiera— Aquí tienes mi parte.

—¿Lo haz terminado?— no puedo evitar sonar sorprendida. Sion lo pasó por alto.

—Obvio. Aún así si no fuiste a mi casa para terminarlo juntos..

—¿En serio creíste que lo haría?— pregunté divertida, comenzando a caminar hacia mi casillero, pude sentirlo siguiéndome.

—Ya, no tienes que ser tan obvia por querer ir a mi casa.

—Ya quisieras.

—Puedo llegar a ser tan iluso, si.

—No puedo creerlo.

—Oye, mis primos han preguntado por ti. Dicen que porqué ya no has vuelto a ir.

—Vaya— aparté la mirada de mi casillero y pude ver sus ojos azules detallando mi rostro— ¿Y que les has dicho?.

—Que probablemente te han asustado con sus payasadas.— se encogió de hombros.

—¡Sabes que no dije eso!— protesté.

—¡Tenía que buscar alguna excusa!— enrojeció, alce una ceja cuando se llevó el cabello hacia atrás, visiblemente nervioso— ¿Cómo les digo que la chica que ellos pensaban que era mi novia ahora está con otro chico?.

—No tienes que decirlo de esa forma— puse los ojos en blanco.

—¿Y de qué manera debería decirlo?— murmuró. Quizá pasó una eternidad entre que me quede observando sus preciosos ojos azules y la gente iba pasando a nuestro costado observándonos extraños.

De pronto, Sion miró por encima de mi, pareció haber visto algo, pretendí girar a mirar pero fue tarde cuando sujetó mi muñeca y comenzó a estirar de mi por los pasillos.

—¡Oye! mi casillero.. suelta— le di un manotazo cuando me empujó obligándome a retroceder unos pasos quedando dentro de un salón de clases vacío. Apenas unas pocas mesas y sillas habían ahí.

Sion cerró la puerta tras de sí y me miró. Lo fulmine con la mirada y no tardé en acercarme para poder salir y largarme de aquí pero me negó el paso posicionándose frente a mi.

—¿Qué te pasa?— espeté ceñuda.

—Solo déjame probar algo— pidió. Fruncí aún más el ceño.

—¿Probar qué? no estoy para bromas Sion, dejé mi casillero abierto..

—Solo..— cerró los ojos como pidiendo misericordia, alzó las manos en señal de alto— Un minuto.. déjame probarte un minuto.

Retrocedí.

—¿Probarme? debes especificarte, no te entiendo.

O quizás sí que le entendía, y solo pretendía hacerme la tonta.

Sion volvió a abrir sos ojos. Tragué saliva cuando, a cortos pasos, fue acercándose a mi. Fue acercándose más y más a lo que me vi obligada a retroceder, visiblemente intimidada por su cercanía. Los pasos se limitaron cuando sentí mi trasero rozar con una mesa. Cuando no tuve más opción que quedarme allí, entre la mesa y Sion, alce la mirada, mi pulso estaba disparado cuando pude ver los ojos anhelantes de Sion.

—No lo hagas, Sion— el tono de mi voz salió dudosa. Él ladeó el rostro, sabiendo a lo que me refería, observó mis labios, hambriento. Los relamí sin poder evitarlo.

—¿Estas segura que no quieres que lo haga?— susurró, su rostro estaba tan cerca del mío que podía sentir su aliento rozando mi nariz. No aparte mis ojos de los suyos, incluso si se había acercado un centímetro más.

—Yo estoy con Austin y-

Bien. Primera regla si quieres evitar que Sion Popov te bese: NO menciones a Austin Wheeler.

Tan rápido como mencioné al peli negro, Sion estampó sus labios contra los míos.

Alcé las manos contra su pecho, quise empujarlo pero Sion lo evito al momento que me sujetó de la cadera y de un tirón me alzó sobre la mesa. Solté un jadeo cuando mordisqueó mi labio inferior, y por consiguiente, su lengua comenzó un recorrido dentro de mi boca, volviéndose un beso húmedo y ruidoso.

Prácticamente era inútil oponerse cuando Sion me sujetaba de la cadera con tanta posesión. Succionaba mis labios como si lo hubiera anhelado desde toda la vida, y me era complicado seguirle el ritmo. Pero besaba muy bien, no voy a negarlo. La forma en la que su boca cubría la mía me hacía olvidar hasta en donde me encontraba ubicada ahora mismo. Sion ladeó el rostro, borrando el último milímetro que quizás nos pueda estar separando. Su mano derecha ascendió por mi cintura hasta que se posicionó en mi nuca, atrayéndome más si era posible.

Todo esto era tan.. fuerte. Me obligue a golpear sus hombros, hasta que tuve que soportar el dolor de sus dientes estirando de mis labios cuando lo empujé con brusquedad. Lleve una mano a mi labio inferior, lo sentía inflamado y palpitantes. Observé perpleja a Sion, quien estaba con la respiración bastante agitada y sus ojos oscuros no dejaban de mirarme con deseo.

—¿Se puede saber que estás haciendo?— inquiero entre dientes.

—¿Y tienes el descaro de preguntarlo?— brama abriendo los brazos— Pues te lo digo: Estaba besándote.

—¡Eres un idiota! ¡Sabes que estoy con Austin!— bramé también. No esperé a que respondiera cuando bajé de la mesa.— No puedes ir besando a personas que tienen-

—¿Novio?— Sion se acercó un paso, por lo que yo lo retrocedí, otra vez pegando mi trasero al borde de la mesa.

—No te acerques.

—¿Novio, Keith? ¿es que Austin Wheeler es tu novio?— creí escucharlo dolido. Tragué saliva apartando la mirada, aún podía sentir mis labios sensibles.

—Eso no te incumbe.

—¡Me incumbe!— vociferó. Fruncí el ceño— Mientras que tú me gustes, me incumbe.

Observe sus ojos, aunque apagados y dolidos, estaban del color azul intenso que lo hacían relucir por montón. Apreté los labios cuando volvió a acercarse.

—¿Por qué decirlo ahora?— susurre.

Sion volvió a acortar el espacio entre nosotros, llevó ambas manos a cada lado de mis caderas, cargando su peso sobre la mesa, acorralándome. Nuestras narices rozaban cuando él hizo una expresión de dolencia.

—Porque.. soy un tonto, Keith— observó mis labios— Pero realmente no tienes idea de lo mucho que me gustas.

Ojalá tuviera idea de que poder decirle. Ojalá que las palabras me salieran con total fluidez, y encuentre la frase correcta para no herirlo. Pero sus ojos deseosos, su forma calmada de hablarme, como miraba mis labios como un felino hambriento. Me distraía bastante. Solo sentía la ansiedad de alzar mis manos y tocarlo. Estaba mal. Pero por más que lo pensaba, ni siquiera podía recordar el rostro del chico que realmente me gustaba, que creía que así era.

—Estoy tan deseoso de ti, Keith— mordió sus labios enderezándose. Con una mano comenzó a recorrer mi muslo, sobre la tela de la falda.

Al instante pude sentir mi piel erizándose— ¿Que-é ha-aces?— le pregunté. Trague saliva nuevamente, Sion rozó mi piel desnuda con los dedos, y mirándome a los ojos, separó mis piernas con brusquedad.

Jadee vergonzosamente cuando se posicionó entre mis piernas, y con sus manos, sujetó mis muslos obligándome a rodear su cadera. Podía sentir la tela de su pantalón rozando mi ropa interior. Enrojecí al momento que Sion comenzó a acariciar la parte interna de mis piernas, aún sin dejar de mirarme a los ojos.

—Tan deseoso de ti, que me imagino envistiéndote sobre esta mesa— murmuró.

Entreabrí los labios. Maldigo a mi bocata de siempre que ahora mismo no encontraba las palabras coherentes para poder responder, ni siquiera mis piernas respondían a mis órdenes. Por lo contrario, estaban muy bien sujetas alrededor de la cadera de Sion. Mordí mi labio inferior sintiendo mis ojos escocer cuando Sion presionó su pelvis contra mi intimidad.

—De.. detente— pedí. Sion ladeó el rostro, observándome desde su altura, con el ceño fruncido pero con la decisión plasmada en sus ojos.

No iba a detenerse.

Sus ojos recorrieron el cuello de mi camisa. Con total naturalidad alzó las manos hasta ella. Pude sentir la anhelación de mis piernas ante la ausencia de sus manos sobre ellas. Sion desabrochó el primer botón de mi camisa. Seguí las acciones de sus manos sintiendo que el corazón se me iba a salir por la boca si no calmaba mi pulso ya mismo. Pero me era imposible cuando Sion hacía cada acción rozándome como si fuera la cosa más delicada y no pretendía dañarme o romperme.

—Sion..

—No voy a obligarte a hacer nada que no quieras.— replicó con naturalidad, mientras que aflojaba mi corbata y la hacía a un lado, descubriendo mi clavícula. Me observó a los ojos cuando no escuchó una respuesta de mi parte— Lo prometo.

—Alguien puede venir..

—No lo harán.. y si así fuera, le he puesto seguro a la puerta.

De nuevo, no respondí.

¿Es que era tan complicado hacerlo?.

Pues si. Tan complicado como lo era tener la fuerza como para poder alejarlo. Pero lo peor era que no quería, no quería alejarlo de mi. Sion bajó las manos a mis piernas, contuve la respiración cuando sujetó cada extremo de mi falda, y con lentitud, comenzó a levantarlo. Enrojecí cuando dejó al descubierto mis bragas rojas, Sion sonrió de lado y con brusquedad sujetó mi cara. Iba a maldecir cuando de un tirón me obligó a volver a besarlo.

Bien, es brusco.

Pero no disgusta para nada.

Su lengua entró con vehemencia en mi boca, experimentando todo de mi y chupando mi lengua con antojo. Ahogué un jadeo cuando, en medio del beso, Sion clavó sus dedos en mis piernas y estiró de mi, pude sentir su miembro presionando contra mi vagina. Aún si la ropa iba de por medio, podía sentir su erección perfectamente.

—Joder, podría ser una jodida adicción besarte.

Sion mordió sus labios al momento que paseaba su mirada por mi clavícula descubierta, fue descendiendo hasta mi falda, justo por dejaba de ella, se percibía la tela húmeda de mis bragas, jadee solo por recibir aquella penetrante atención. Sion llevó su mano a mi segundo botón, lo desabrocho dejando al descubierto mi escote negro, mis pechos saltaron a protagonizar, pues Sion no tardó en obsérvalos, lujurioso.

—¿Que debería de hacer contigo?— preguntó de repente.

—Es gracioso que lo preguntes ahora.

Sion soltó una risa burlona. Acarició su pelvis con la mía, incitándome con ello. Mi cuerpo respondió, el escalofrío recorrió todo mi abdomen hasta ahí abajo, obligándome a apretar los labios para no gemir como una verdadera cualquiera.

—¿Jugamos un rato?— preguntó con inocencia.

—¿Qué-

Sion presionó su agarre en mi cadera. Solté un gemido cuando estampó su pene contra mi vagina, simulando una embestida. Cerré los ojos llevando la cabeza hacia atrás.

—Estoy follándote justo ahora, Keith. Disfrútalo.

Aunque no fuera el caso. Se sentía bastante real. Parecía poder sentir su pene atravesándome, cuando volvió a simular otra embestida. Sentí el cuerpo entero respondiendo, mi vagina estaba bastante húmeda cuando Sion hizo una tercera simulación de embestida. Lo miré a los ojos, los tenía cerrados, mordía su labio inferior mientras que incrementaba la fuerza en su agarre entorno a mi cadera. Pude visualizar un rastro de sudor formándose en su frente, Sion llevó la cabeza para atrás, completamente ido. Se veía exquisitamente perfecto.

Solté otro gemido cuando simuló círculos contra mi vagina. A este punto estaba totalmente empapada, mis brazos que se mantenían detrás de mi, sujetándome sobre la besa, temblaban debido a los espasmos. Podría jurar sentir el orgasmo avecinándose, cuando Sion dio otra embestida aún más fuerte, la mesa se estrelló contra la pared cuando Sion aceleró el ritmo. Su pene estaba hinchado contra mi. Podía sentirlo grande y excitante.

—S-si tan.. solo— otra embestida, la mesa volvió a impactar contra la pared.— Pudiera follarte— me sujete de sus hombros cuando creí que podría caerme, aunque totalmente irónico considerando que estaba sobre la mesa.

—Sion..— gemí.

—Voy a tocarte, Keith— de pronto se detuvo, observó mis ojos, la advertencia plasmada en los suyos.— Ahora.

Tragué la saliva que estaba acumulándose en mi boca— ¿Mas de lo que estás tocándome ahora?— mi voz se vio interrumpida entre jadeos, apreté los labios cuando Sion sonrió maquiavélicamente y no tardó en alzar su mano derecha en alto.

Movió su dedo del medio y el anular. Creí que babearía ahí mismo cuando sonrió, mostrando su perfecta dentadura, aunque sus ojos oscuros me demostraban lo caliente y excitado que estaba justo ahora.

No pude evitar tratar de cerrar mis piernas cuando su mano buscó escabullirse dentro de mis bragas.

—Sion, esto..

—Shuu— Sion detuvo su mano a medio camino y buscó mi mirada— Te encantara, solo dime si quieres que pare.

No tuve tiempo en responder cuando se acercó y lamió mi labio superior, pidiendo acceso nuevamente a mi boca. Comenzó un beso lento, atrevido y con mucha humedad de por medio. Se podía escuchar nuestras bocas succionando en toda la habitación. Era un beso bastante sensual, lento y tentador, que no pude contener la temperatura alta que comenzó a experimentar mi cuerpo. Sentí mi corazón oprimirse en tanto sentía mis piernas apretarse entornó a su cadera. Estaba sintiendo algo inexplicable, que nunca había sentido antes. Anhelación, deseo, y una necesidad inmensa de que no se alejara de mi. Sus labios eran suaves y sabía perfectamente cómo moverse. La temperatura seguía ascendiendo, tenía un entumecimiento en todo el cuerpo. Besarlo se sentía de una forma bastante magnética.

A mi gran pesar, se alejó levemente de mi. Sus ojos estaban brillosos, mientras que sus labios estaban húmedos y enrojecidos. Su cabellera rubia estaba semi desordenado.

No volví a temer cuando siguió su recorrido dentro de mis bragas. No aparte la mirada, solo observé sus ojos, él ladeó el rostro al percibir mi atrevimiento. Las piernas me temblaron cuando sentí sus dedos rozando mi entrada. Pretendí aparentar indiferencia, pero no pude contener el jadeo cuando volvió a acariciar mi entrada con más insistencia. Lleve mis manos a su cabellera gimiendo.

—Sion— proteste escociendo los ojos. Él me dedicó una sonrisa sádica antes de que, por fin, ingresara dos dedos en mi, deslizándose con bastante facilidad gracias a mi mojada situación ahí abajo.

El gemido que abandonó mis labios sonó más fuerte de lo que pretendía. Apreté mi agarre entorno a su melena rubia, como si fuera mi soporte en estos momentos. Sus dedos dentro de mí se sentían complacientes, me removí sobre la mesa como una maldita necesitada cuando Sion aún no movía ningún músculo.

—¿Que quieres, Keith?— preguntó con inocencia— ¿Mhm?.. dímelo, ¿qué quieres?.

Solté un quejido ansioso volviendo a removerme, Sion ni siquiera se inmutó cuando volví a estirar de sus hebras, pues había empujado más profundo sus dedos dentro de mi.

—Por favor— volví a jadear. Sion se hizo del desentendido, Y Oh Dios mío como quisiera borrar esa sonrisita de su rostro.

—Pídemelo Keith, por favor. Anhelo escucharlo— susurró.

¿Qué no le dolía el pene de la excitación? ¿Cómo podía burlarse ahora mismo de mi?.

Por favor..

—¿Por favor, qué?.

—Mu-uévelo— cerré los ojos con fuerza cuando volvió a profundizar sus dedos dentro de mi.

—¿Así?— insinuó— ¿O así?— comenzó a mover sus dedos. Gemí apretando más los labios.

Era una mezcla entre dolorosa y placentera, tan pero tan placentera que no quería que parara.

—Mhm.. veo que estás corta de respuestas..— Sion sacó de golpe sus dedos de mi. Abrí los ojos, totalmente ida.— Te lo preguntaré de nuevo, escucha bien.

—Te odio— solté en un hilo de voz. Sion frunció el ceño.

—¿Así?— volvió a introducir sus dedos, bruscamente y sin contemplaciones. Solté un gritito estirando de su pelo.— ¿O así?— movió sus dedos.

Gemía y gemía. Realmente no tenía fuerzas para responder, solo podía sentir mi boca cargada de saliva, entreabrí los labios cuando Sion aceleró sus movimientos. Podía sentir la saliva escurrir por mi mentón cuando soltaba jadeos tras jadeos. Incluso apretaba los dedos de los pies en tanto presionaba mis piernas alrededor de su cadera. Su melena rubia era un lío bajo mis manos mientras que sentía el orgasmo avecinándose. Sion metía y sacaba sus dedos en mi. Mi boca era un lío de gemidos. Su mano libre sujetó mi rostro y con lentitud secó mi saliva.

Podría haberme dado vergüenza. Pero no podía pensarlo, era una jodida locura lo que estaba experimentando ahora mismo. Sus dedos dentro de mi me llevaba a un viaje desconocido en el que no me permitía ver más allá que sus ojos oscuros y deseosos observándome. Sion seguía embistiéndome con los dedos cuando pude comenzar a sentir el nudo del orgasmo instalándose en lo bajo de mi abdomen.

—Tan mojada.. me preguntó cuanto más tardarás en correrte para mi— soltó con mofa.

El orgasmo estaba tan cerca que no podía dejar de soltar gemidos tras gemidos. Incluso temía que puedan escucharme desde fuera, pero lo dudaba, había demasiadas personas como para que alguien se detuviera a oír algo. Rezaba porque así sea.

Hasta que me corrí. Sion sonrió al percibir mis espasmos, movió sus dedos fuera de mi. Mi respiración estaba hecho un lío cuando me quede viéndolo. Sion se llevó ambos dedos a la boca y chupó de mi sabor en ellos. Ni siquiera podía reaccionar, solo me quede mirándolo, él me guiñó un ojo sonriendo.

—Deberías de arreglarte un poco. No me quejo, pero podrías llamar la atención— se encogió de hombros y giró para dirigirse hacia la puerta.

—¿Te vas?— me puse de pie tan rápido que ni siquiera lo medí, mis piernas apenas respondieron, tuve que sujetarme del borde de la mesa, vergonzosamente.— Dios— me quejé.

—Efecto de Sion Popov— sonrió con diversión, volviendo a acercarse.

—Ja ja, chistosito— hice una mueca cuando sentí una punzada en mi abdomen bajo.

—¿Estás bien?— buscó mi mirada cuando aún seguía con la atención puesta en el suelo.

—Y-yo si..— enrojecí— Solo que.. nunca había hecho eso— admití.

Sion me sujetó de la cintura y sonrió cuando al fin lo miré. Podía sentir mis mejillas ardiendo, él acomodó mi pelo detrás de mi oreja.

—Pues.. me alegra escucharlo— sonrió, acarició mi mejilla con el índice y medio.

Pude notar su forma de mirarme. Cómo no dejaba de sonreír mientras que aún me miraba con esa melosa forma que hacía estragos en mi interior. Su agarre en mi cintura era gentil y, de paso, su mano en mi mejilla se sentía tan caliente. Un nudo se instaló en mi garganta, traté de apartarlo tragando saliva. Sion seguía mirándome. ¿Cómo podía mirarme con tanto amor?. ¿Por qué yo?. ¿Por qué siento que no podría corresponderle de la misma forma?. ¿Por qué cuando lo veo, solo puedo compararlo con Austin?. Me era imposible no pensar en él. Y el pecho se me oprime al hacerlo ahora.

Soy inestable, ni siquiera sé qué quiero. ¿Como Austin estaría con alguien así?.

Mierda, estoy jodida.

***

Me he pasado toda la mañana y parte de la tarde evitando a Austin. Me he escabullido como diez veces en medio de los pasillos cuando veía su alta figura esbelta acercándose. Y aunque sé que quizás ya me habrá visto, finjo demencia pretendiendo que no.

—Eres una especie de Bella en su triángulo amoroso con Edward y Jacob— señaló Kendall.

Estábamos yendo a mi casa, Kendall aprovechó que Lay había ido con los chicos al centro comercial para comprar algunos abrigos que estaban en oferta en Supreme. Irónico, lo sé. Así que mi mejor amiga insistió en pasar la tarde juntas, como acostumbrábamos a hacerlo.

Suspiré.

—Lo sé. Empiezo a cuestionar mi belleza ahora mismo.

—¿De buena o mala forma?.

—De la buena. ¿Haz visto a Sion y a Austin? ¿cómo puede ser que ambos adonis estén encaramados conmigo?.

—Chica, eres hermosa. Ni siquiera hay duda de ello.

Volví a suspirar.

—¿Qué debería hacer?.

—Definitivamente decidirte. Ambos chicos están siendo sinceros contigo, lo más razonable es ser genuina y darle un final feliz a esto. Obviamente para ti. Con eso quiero decirte que elijas al chico que sabes que te hará más feliz.

—¿Y cómo podría saberlo?— la miré ceñuda.

—Fácil. Ponlos a prueba.

—¿A prueba?.

—Será como un juego de supervivencia. Suena loco, pero es necesario. Pasa tiempo con ambos, creo que tú corazón logrará decidirlo al final.

Me detuve en medio de la acera.

—¡Eso suena cruel, Kendall! para ambos..

—Venga, lo sé— puso los ojos en blanco, girándose hacia mi— Pero suena divertido también, vamos que sé que te gusta la idea— alzó y bajó las cejas.

Solté un resoplido comenzando a caminar a zancadas.

—No lo sé— dudé.

—Te juro que tendrás las cosas claras a finales de Diciembre. Inténtalo.

La idea sonaba.. no me veía haciendo tal disparate. ¿Estar con dos chicos al mismo tiempo?. Venga Keith, que ya lo estabas haciendo incluso antes de aquella idea. Entonces no tuve que dudarlo mucho, solo sería hasta que Diciembre acabe, si a ese punto no tenía las ideas aclaradas y el corazón decidido, me alejaría de los dos.

Lo juro.

Pasé el resto de la tarde con Camila y Kendall a mi lado. Vimos películas e hicimos pollo al horno para cenar. Jugamos a las escondidas y Camila terminó llorando por lastimarse el pie cuando se quedó estancado dentro de una caja en el sótano de la casa. Terminamos durmiéndonos a las diez de la noche, cuando las tres estábamos con los ojos lagrimosos, Kendall y yo por las risas y, evidentemente, Camila por los llantos.

Al día siguiente, Austin se plantó en mi camino.

Me miraba ceñudo, con las dudas claras en su rostro.

—¿He hecho algo mal? ¿por qué estás evitándome?.

—Austin— retrocedí, enrojecí, lo que lo confundió aún más.

Y lo peor. Es que veía a Sion detrás de Austin, viniendo hacia nosotros.

—¿Y bien?— Austin ladeó el rostro, buscando mi mirada.

Lo miré, y quizás hubiera estado más enfocada en que tenía al otro chico dueño de mis dudas viniendo hacia nosotros. Pero algo había en Austin, algo hizo que me centrara completamente en él. Era su rostro, estaba extremadamente pálido y ojeroso, sus ojos grises no brillaban, como siempre lo hacían, su aura se percibía ausente, pero él estaba aquí, preguntando si él y yo estábamos bien.

—¿Sucede algo?— pregunté en cambio, él frunció el ceño.

—Es lo que te pregunto yo a ti..

—¿Por qué te noto bastante pálido?— pregunto en cambio— ¿Estás enfermo?.

Su rostro se contrajo en entendimiento. Suspiró llevando su pelo hacia atrás, observó el suelo antes de volver a mirarme.

—He estado vomitando, de nuevo comí algo que cayó mal a mi estómago— dijo riendo— Debías verme, he ido al baño como unas diez veces en una sola noche.

—¿Haz ido a consultar?— pregunté preocupada.

—Oh si.. me recetaron analgésicos, lo de siempre— hizo un ademán con la mano, restándole importancia— Aún no haz respondido a mi pregunta— se acercó un paso, eché más la cabeza hacia atrás para poder mirarlo mejor.

—¿De qué..?— trague saliva, desorientada.

—¿Estas..— alzó una mano a mi mejilla— enfadada conmigo?— observó mis labios y luego nuevamente me miró a los ojos.

Tragué saliva.

Dios.. esto es.. estoy nerviosa.

Y aún no me olvido que Sion venía hacia nosotros hace un minuto atrás. Pero mirando por donde venía, no estaba. No sé si lo había alucinado pero Sion ya no estaba por ningún lado. Me permití olvidarlo entonces, centrándome en la mirada suspicaz de Austin.

—No estoy enfadada, Austin— negué.

Solo por el hecho de qué hay algo que no quieres decirme..

Oye, tú también no le cuentas mucho, ehh.

—Es un alivio.— Austin suspiró. Miró nuestro alrededor, estábamos parados en medio del jardín, las personas pasaban a nuestro alrededor, totalmente ajenos a nosotros.— ¿Deberíamos saltarnos las clases de hoy?.

—¿Deberíamos?— sonreí.

La mejor idea fue ir al lago que Austin había descubierto hace unos meses. El cual se volvió nuestro. Esta vez, trajo nuevamente su cámara colgando de su cuello. Así que no perdió tiempo en comenzar a fotografiar todo lo que llamara su atención. Incluso me fotografió a mi. Comiendo unas galletas, riendo, hablando con la boca llena, con el cabello molestándome en la boca, otra vez hablando con la boca llena, y luego una fotografía de nosotros juntos, besándonos. Si, lo he obligado..

—Si tuvieras un deseo que pedir ahora mismo, ¿cual sería?.— pregunta.

Estaba sentada sobre el césped mientras que su cabeza reposaba sobre mis piernas. Él miraba las imágenes que había fotografiado minutos antes, sin embargo, no dejaba de responder a nuestra conversación. Suspiré comenzando a dar caricias en su pelo, automáticamente cerró los ojos dejando a un lado la cámara.

Tener las ideas claras y poder elegirte.

No tengo deseo alguno.. creo— miento— ¿Tú lo tienes?.

Austin permanece unos segundos en silencio.

—Mi deseo es estar siempre contigo.

Es tan lindo.

Observo sus largas pestañas rozándole los pómulos. Aún con los ojos cerrados él sonríe al no escuchar respuesta alguna de mi parte. Seguramente imaginándose que me ha dejado sin palabras por culpa de la timidez. Cuando en realidad era que se me había formado un nudo de sentimentalismo en la garganta, dándome ganas de llorar. No sé qué está pasándome, ¿como pude pasar de no saber nada de chicos a tener que lidiar con la corazonada de no poder elegir entre 2 personas tan lindas como lo son Austin y Sion?.

—Creo que ya tengo un deseo en mente— murmuro, parpadeo alejando las ganas de llorar.

Austin abre los ojos.

—¿Cual es?.

—Sean cual sean las circunstancias, deseo poder verte feliz siempre.

Hipócrita Hipócrita Hipócrita.

Austin no duda en regalarme una sonrisa angelical, es cuestión de segundos para poder sentir sus labios pegándose a los míos. Jadeo echando mi cuerpo en el césped cuando Austin me empuja por los hombros. Terminamos en una posición bastante comprometedora cuando planta ambas rodillas a cada lado de mis caderas, y ambos brazos a cada lado de mi rostro, acorralándome bajo su cuerpo. Comienza a besarme dulcemente, su lengua pide acceso a mi boca, y no dudo en concedérselo.

—Linda— da un beso en mis labios— Linda linda— comienza a ascender por mi nariz hasta detenerse en mi frente, besando allí con esmerada dulzura— Eres linda, Keith.

El dije de su cadena me rosa la mejilla cuando sigue repartiendo besos en todo mi rostro. Me cohibo cuando comienza a descender hasta llegar a mi cuello. Los escalofríos recorren mi cuerpo entero cuando besa mi clavícula lentamente, y su aliento chocando contra mi me hace buscar su abrigo con desespero, sujetándome de ellos, evitando desvanecerme por la sensación tan linda que recorre todo mi cuerpo.

—Dentro de una semana es tu cumpleaños— señala.

—Ujum..— rodeó su cintura cuando reposa todo su peso sobre mi, pero evitando lastimarme.

—¿Ya tienes pensado que hacer ese día?.

—No. Más bien solo pienso en el baile de otoño, será el 15, así que..

—Entonces me aseguraré de estar de humor esos dos días, por ti— sonríe besando mis labios.— Esta bien si quieres pasar tiempo con tus amigos, solo dímelo.

La idea no está mal. Pero vamos, que serán unas largas 24 horas, tendré que organizar mi tiempo para poder estar con todos sin drama. Por mi madre no me preocupo, nunca lo he pasado junto con ella, entonces habrá más tiempo en mi agenda imaginaria.

—La pasaré contigo, como con ellos.. podemos vernos por la tarde. De allí para delante estaré totalmente disponible para ti— llevo mis manos a su rostro, ahuecándolo para volver a besarlo. Su cuerpo se relaja por completo cuando comienzo a acariciar su barbilla, trazando líneas por su cuello hasta detrás de su oreja.

—Mhm.. me encanta la idea.

—¿Y tú cuando cumples años?.

—Cumplo el 13 de mayo.

—Pff, es una pena. Tendremos que esperar meses para que sepas que te regalaré.— protesto. Él ladea el rostro, interesado.

—¿Por qué no me lo dices ya? es decir, estoy bastante curioso..

—No te lo diría ni por eso ni porque el mundo se acabará mañana mismo.

Hace una mueca.

—¿Que tal si me das una pista?.

—No te la daré.

—Estoy seguro que ni siquiera sabes aún lo que me regalaras.

—Estoy entre varias opciones.

Y realmente lo estoy.

—Intentaré leer tu mente— dice cerrando los ojos y llevando ambos índices en mi sien. Comienzo a reír intentando apartarlo— Mhm, unos tulipanes negros. Fácil.

—Nop— niego riendo.

—Okey. Me esmeraré aún más— finge pensarlo— Unos abrigos del tianguis.

Vuelvo a reír negando.

—No luches en vano, querido adonis— tan rápido como lo dije me arrepiento totalmente. Austin me mira, comienzo a enrojecer cuando una sonrisa torcida adorna sus labios.

—¿Adonis?.— inquiere con mofa.

—Apártate— trato de empujarlo pero en un movimiento ágil me sujeta de las muñecas y las presiona contra el césped sobre mi cabeza. Aprieto los labios mirándolo a los ojos.

—¿Por qué? me gusta esta posición— protesta.— A ver, repítelo, ¿que acabas de decir?.

—¿Yo?— me hago la desentendida.

—Si, tú.

—Nada— aparto la mirada.

—Algo como a.. a.. ¿adonis?— ladea el rostro sonriendo. Vuelvo a enrojecer.

—¡Ya!— me remuevo intentando que me suelte pero es inútil, evidentemente me supera en fuerza.

—Está bien, dame un beso y pensaré en soltarte— cierra los ojos y estira los labios.

Comienzo a reír. Se veía gracioso con el rostro contraído en diversión mientras que sus labios se movían como invitándome a darle un beso. Ni siquiera lo iba a dudar, me solté de su agarre cuando aflojó su fuerza, y lleve mi mano a su nuca atrayéndolo para poder tocar sus labios. Su respiración se mezcla con la mía cuando nuestras lenguas se rozan con vehemencia, llevo mi mano libre a su cabello estirándolo con ímpetu cuando comienza a ascender sus manos por mi cintura. Los chasquidos de nuestros labios resuenan en todo el lago, si es posible, mientras que suelto jadeos cuando Austin succiona mis labios con insistencia.

—Me ha encantado— murmura cuando me alejo de él. Suelto a reír negando con la cabeza— Tú me encantas, linda.— vuelve a murmurar, sonríe cuando ve mi característico sonrojo, se acerca y roza su nariz con la mía, en un tierno gesto.

Bien, creo que podría tener las cosas claras antes de que termine diciembre.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro