Capítulo 02
KEITH
El primer día de clases había culminado, llegue a casa y pude darme cuenta que mi madre estaba en el living con mi hermana pequeña reposando sobre sus piernas, ambas en el sillón viendo la televisión. Pasé de largo sin siquiera mirarlas.
La relación entre mi madre y yo no era tan buena que digamos, bueno, en realidad no era nada buena. En cortas palabras, a ella nunca le he importado.
Creo que realmente no he sido deseada, me culpa siempre por el hecho de que mi padre nos abandonó, con la frase "Tu padre quería que te abortara, y no lo hice, es por eso que él me dejó". Y claro, él se quedó con nosotras apenas un mes, en donde decidió que una adolescente de 19 años era mejor partido que mi madre, y la dejó por ella, pero es algo que mi madre no quiere ver, que la culpa no era mía, sino del deseo pecaminoso de mi padre hacía una mujer menor que él.
Aún así él sigue viendo por mi y me paga la mensualidad del instituto, y claro que me aprovecho totalmente de ello, ¿que pensaban?, ¿No aceptaré del dinero de un padre que decidió abandonarme?, pff ¡patrañas!, mientras más dinero invierta en mi, más satisfecha estaré. Es mi padre después de todo, es su deber hasta mi mayoría de edad.
Luego de 7 años de tal abandono, mi madre conoció a Marco, un sudamericano amante de los viajes por todo el continente, se conocieron en un bar cuando Marco se perdió en la comunidad de Tuilsom y fue a parar al lado de una despechada mujer como lo era mi madre en ese entonces, allí fue donde hicieron el arduo trabajo para que 10 años después Camila, mi hermanita, estuviera aquí en vida, con nosotras.
Marco retomó su viaje y ahora mismo se encuentra en Tailandia, nunca se ha pasado del mes para la mensualidad de Camila también, al menos ambos hombres cumplen hasta hoy en día.
Al entrar a mi habitación dejé caer mi bolso a un lado y fui directo a las duchas, salí luego de unos largos minutos y comencé a secar mi pelo cobrizo. Al pegar mi mejilla en la almohada, caí totalmente rendida en sueño.
00:23 am.
Un fuerte sonido ha hecho que me levante de golpe, sintiendo que la cabeza iba a estallarme del dolor y los ojos me pesaban con fervor. Miré la hora notando que he dormido más de lo que pretendía.
Preste atención a mi alrededor, y con la somnolencia palpando en mi cuerpo frágil me dirigí a la ventana en medio de la oscuridad, con solo la luna siendo protagonista de luz allí en mi habitación.
La ventana daba a la calle frente a la casa, me fijé en la casa del frente, que hasta ahora me entero que ya está siendo habitada, ya que desde hace 2 años que allí había el cartel de "se vende" pero nadie al parecer se animaba a pagar tantos dólares, pues la casa lo requería, es prácticamente una mansión de tres pisos, con 4 baños, 7 habitaciones, una sala de cine y contaba también con alberca en la parte trasera de la casa.
De esa casa es que provenía el sonido ensordecedor. Unos chicos estaban en la acera, 3 chicos para ser exacta, 2 de ellos recostados por un automóvil Tesla color negro y el otro parado frente a ellos, la música provenía del auto haciéndome saber que la caja de esa cosa podría ser de la potencia más grande que alguna vez he escuchado. No podía ver muy bien desde aquí, ya que la oscuridad los envolvía y lo único que podía ver es que el humo de cigarro desprendía de los tres mientras reían y tomaban quien sabe qué en medio de una "interesante" conversación.
Gruñí viéndome con la obligación de abrir la ventana de golpe y alzar la mano para al menos llamar la atención del chico que estaba mirando para la calle, es decir, hacia mi casa.
Agitaba el brazo sin cesar pero cada vez lo veía más absurdo, puesto que ellos seguían con sus griteríos por sobre la música.
¿Qué no había conciencia por las personas que SI requerimos dormir nuestras buenas 8 horas diarias?.
Bueno, ya lo he pasado, ¡PERO ESE NO ES EL PUNTO!.
Salí de mi habitación empeñada a ir a dar un gran griterío en la calle si era necesario, para que aquellos pijos me dejaran dormir lo que resta de la noche. Baje mis shorts de pijama un tanto, pues era más corto de lo que pensaba y no quería que mis nalgas sean el centro de atención, y salí para la calle.
Crucé y al pasar por detrás del auto el corazón se me agitó por la presión de la música, está sumamente alta y daba la sensación de sacudirte el cuerpo locamente. Disimule una mueca abrazándome al sentir el frío colarse entre mi abrigo color negro.
Capté la atención de los 3 chicos y no pude evitar sentirme intimidada cuando giraron hacia mi y uno de ellos incluso se paró firme a un lado de su automóvil de cientos de dólares.
—Disculpen, he estado bastante complacida en sueños hasta que el sonido ensordecedor de esta cosa ha decidido en interponerse entre mis babas en la comodidad de mi cama— hice mi queja señalando el auto.
Los 3 compartieron miradas y no dudaron en echarse a reír tan exageradamente que no pude evitar sentir la ira en mis entrañas. Uno de ellos, el chico que se paró recto a observarme, le dio una calada a su cigarro y luego se bajó a meterse por la ventana del auto y apagó la música, causando un alivio brusco en todo mi sistema.
—Oh perdone usted majestad— se burló otro— No pretendíamos despegarla de su aposento.
—Son unos maleducados, ¿saben qué día es hoy?— vociferé, ignorando su burla.
—¿Viernes de combo gratis en el MC?— se burló de nuevo.
El aire fresco hizo que mis piernas se erizaban mientras me empeñaba en cruzarlas sufriendo en aquel frío nocturno.
—Muy gracioso. ¡Pues no!, es martes, ¿saben lo que significa eso?— dirigí mi mirada entre los tres— Ni siquiera pretendo que lo sepan.
—Tranquila linda, solo estábamos echándonos unos tragos— dice esta vez el chico que apagó la música.
—Pues bien, los felicito, quien como ustedes.
—Pero dinos, ¿que significa el día martes para ti?— dijo el chico burlón, para luego calar de su cigarro, sin apartar ni un solo momento su mirada de mi.
—Serás idiota— murmuro, más para mi misma que para ellos— Pues no sé ustedes pero yo aún soy estudiante y hoy me espera unas largas horas de Literatura en la institución, sabrán entenderme ¿no es así?.
—Pues no le veo el inconveniente, cierras tus lindos ojitos y pa' el mundo de los sueños se ha dicho.
Si que sabía hacer notar su burla en cada maldita palabra, se nota que disfruta joderme bien los flujos que traigo en la vagina justo ahora, pues su risa no cesa, mas lo mantiene bajo y burlón para él mismo.
—Serás idiota— esta vez lo digo fuerte— ¿Quien podría dormir con esta caja de la potencia de turbo calando en mis oídos? ¡pareciera que inicié una clase de zumba en mi habitación en plena noche!— elevé la voz.
Soltó una risa ronca en tanto se despegaba del Tesla y con cautela se acercó dos pasos hacia mi, los cuales retrocedí uno, alerta a lo que podría hacerme. Sus pasos se sumaron a dos más y paró justo frente a mi, obligándome a alzar la mirada, pues me superaba en estatura. Teniéndolo cerca pude observar sus ojos juguetones, color azules, su cabellera rubia caía a los costados de su rostro, es un chico sumamente atractivo, sin dudarlo. El olor a cigarro mezclado con alcohol inundó mis fosas nasales.
—Tu humor es curioso— mencionó, dirigió su mirada a mis piernas y sonrió— ¿Tienes frío?— se burló una vez más.
—¿Tú qué crees?— respondí altanera, no quería que me intimidase, ni si el escalofrío de miedo me costase.
—Tráiganle un buzo a la niña— dijo girando a reír con sus dos amigos.
—Está bien, no la intimides Sion— la profunda voz de su amigo se escuchó, quien no ha dirigido ni una palabra hasta ahora, pues se mantuvo atento al show sin mediar apoyo alguno a sus amigos. Caló de su cigarro y lo tiró a sus pies, pisándolo— Vayan a casa, el vodka ya se aguó por el hielo.— sin más, dio media vuelta y avanzó hacia la puerta principal de su, yo creo, nuevo hogar.
—¿Es en serio, Owen?— su amigo le gritó— Pensé que nos quedaríamos a fumar yerba también— no ocultó en decirlo.
Owen alzó la mano en forma de despedida sin esforzarse en girar de nuevo, y entró a la casa dejándonos totalmente solos en la acera de la noche desolada de Tuilsom.
Ambos chicos giraron a observarme de nuevo. Trague saliva mientras retrocedía un paso, alejándome del tal Sion, otro paso al ver que ellos no hacían nada más que observarme, inexpresivos.
—¡Yupi!, la fiesta se acabó— celebré alzando los brazos. Sion sonrió de lado en tanto el otro chico gruñía tirando su cigarro al suelo, rodeó el auto y abrió la puerta de acompañante.
—¡Vámonos Sion!, tenemos clases en la mañana.
Miré al rubio frente a mi, también tiró su cigarro al suelo, pisándolo tal como lo hizo Owen.
—Haz conseguido apagar mi música— mencionó, cómo si fuera el delito más estrepitoso en lo que va de la noche. Sion me observó unos segundos más, paseando su mirada por mi figura hasta posarla nuevamente en mi rostro— Buenas noches, procura tomarte la temperatura.
Dicho aquello, Sion retrocedió hasta su auto sin apartar la mirada, hasta que subió al asiento del conductor, no sin antes sonreír con burla hacia mi. Su amigo me miró unos segundos más y también subió al auto.
Me quede pensativa mirando el Tesla mientras el chico encendía el motor, "procura tomarte la temperatura" ¿que habrá querido decirme?.
La caja dentro del auto retumba con música haciéndome sobresaltar y juro sentir mi corazón detenerse mientras mi estomago se removía por el susto.
Sion bajó la ventanilla y sacó la cabeza riéndose de mí mientras ponía en marcha el auto.
—¡ERES UN IDIOTA!.
El Tesla negro se perdió de mi vista cuando decidió girar a la derecha en la siguiente cuadra.
Trate de calmar mi corazón y miré las calles desoladas, cruce la calle corriendo y no dudé en volver a mi majestuosa cama, feliz porque mi cometido ha sido concluido.
***
Ya amaneció y me dispongo a prepararme para el segundo día de clases, frente al espejo observo mis manos con concentración mientras hago el nudo de mi corbata. Hoy tenemos Educación Deportiva, así que se nos asignará el uniforme en la institución, y me cambiaré en los vestidores, como los demás.
—Keith, mi mamá quiere que bajes a desayunar— Camila entra corriendo a mi habitación y no tarda en subirse a mi cama saltando juguetona.
Siempre tenía la costumbre de tachar a nuestra madre como suya nomás.
—¡Camila, ensucias mi sabana!— me quejo acercándome a espantarla lejos de mi cama, ella lloriquea desde la lejanía.
—¡Nunca me dejas jugar en tu habitación!.
—Bueno pues será porque no se considera juego el hecho de que ensucies mi cama— respondí con lógica, arreglando mi sabana arrugada.
—Mi mamá si me deja saltar en la suya— mencionó. Giré a mirarla enfadosa.
Camila es una niña de hermosos ojos feroces, tenía la piel morena como su padre y los ojos oscuros como los de él también, aunque se parece mucho a mi madre respecto a sus facciones.
—¡Es mi mamá también!, deja de designarla como tuya siempre— le dije en cambio.
Camila me sacó la lengua en forma de insulto y corrió fuera, pude deducir que iba a la cocina junto a nuestra progenitora.
Tomé mi bolso y salí de mi habitación bajando a la cocina, allí mi madre se encontraba leyendo en su laptop, quizás cosas de su trabajo.
—Buen día— saludé.
—Te encargo llevar a Camila a la escuela— dijo en cambio.
—¿Por qué yo?— no tardé en decir. Mamá me miró hastiada.
Si llevo a Camila está por hecho que llegaré tarde al instituto, pues su escuela queda bajeando toda la cuadra del barrio y la mía queda arribando, totalmente otro lado.
—Porque yo te lo estoy diciendo.
—Llegaré tarde mamá, ¿por qué no puedes llevarla tú?— contraataque. Me senté a consumir del hotcake que esperaba por mi.
—No tengo porqué darte razones, la llevas y punto.
La miré sintiendo un tic en mi ojo izquierdo, pues como sabía sacarme de mis casillas. Dejé caer el tenedor y volví a levantarme de golpe, tomé mi bolso de vuelta y salí a zancadas de la cocina, mi mamá ni siquiera volteó a observarme, importándole menos.
—¡CAMILA, MUEVE EL CULO SI QUIERES QUE TE LLEVE!.
—No le hables así a tu hermana— mi madre se apresura detrás mío— ¡Es una niña!— reprende.
—¡Ay por favor!, hace unos días estaba viendo "50 sombras de Grey" en tu laptop mientras tú cogías con el enfermero.
Una cachetada fue lo que recibí como respuesta. Mi madre me abofeteó, y realmente lo hizo con fuerza, mi mejilla comenzó a picar pero no me dejé intimidar. Ha hecho eso ya tantas veces.
La miré mientras llevaba mi mano a la zona afectada, ardía de puta madre pero más dolía ver la cara de desprecio de mi madre hacia mi.
—¡Te prohibo totalmente que me irrespetes de esa manera Keith O'Sullivan!.
Mis ojos comenzaron a picar pero reprimí cualquier lágrima al escuchar los pasos en la planta de arriba de Camila, iba a bajar en cualquier momento.
—Tú fuiste la que nos irrespetaste a nosotras primero, recuérdalo, desde esa noche luego de tu turno en el hospital, trajiste a un compañero para coger en tu habitación, no tienes vergüenza.
Ella iba a decir algo, se notaba en la iris cuánto quería agredirme justo ahora, sus pupilas estaban engrandecidas mientras respiraba agitada.
Camila bajaba las escaleras entre saltos, gritando estar ya lista mientras tarareaba alegre. Pasó por mi lado vociferando un "hasta luego mami" y salió a la acera en mi espera.
—Nos vemos, mami— hice énfasis antes de salir echando un portazo.
Afuera el fresco nos recibió, como ya era costumbre. No tardé en visualizar el tesla negro de Sion al otro lado de la acera, él venía llegando y no tardó en bajar del auto al verme.
Grata fue mi sorpresa al verlo con el uniforme del instituto Tuilsom, no tenía ni idea de que íbamos al mismo colegio..
—¡Oye, chica pijama!— gritó alzando la mano. ¿Como me llamó?.
—¿Quien es ese, Keith?— Camila sacó a flote su curiosidad.
—Eh..— no sabía realmente qué decir— Un chico nomás.
Alcé la mano saludándolo, pretendiendo así que dejase el llamado de atención, pero eso solo hizo que me sonriera, más que feliz con mi respuesta, y dejando a un malhumorado Owen atrás, caminó hacia nosotras cruzando la calle.
—¿Haz amanecido bien?, ¿o debería de disculparme por el sobresalto de anoche también?.— se esta burlando de nuevo. Más su sonrisa vaciló al observarme de cerca, está viendo mi rostro enrojecido por la bofetada.
—¿Anoche?— Menos mal Camila llamó su atención. La menor miraba entre ambos totalmente ajena de lo qué pasó anoche a altas horas en donde ella de seguro soñaba con ponys mientras yo iba contra tres chicos adictos a la yerba.
—¡Anoche!, o si claro, que sobresalto me haz dado al matarme en el free fire— dije.
¡Yo ni siquiera juego free fire!.
Si Camila sabía que salí a media noche a hacer escándalo por música en alto volumen, se lo contara a mi madre, quien no creerá que salí precisamente para aquello, y se inventara una escena en donde yo salga siendo la villana del cuento.
Sion arqueó la ceja, podía ver la confusión en su rostro pero aquello no duró mucho cuando se dio cuenta de lo que pretendía con mi pequeño invento. Sonrió asintiendo, ahora es cuando comienzo a detallar mejor su rostro, pues anoche poco y nada vi por la oscuridad de la noche, Sion contaba con el cabello rubio húmedo, sus ojos azules brillaban en demasía mientras sus labios eran rojos y bastante llamativos, tenía unas leves pecas en los pómulos y en la nariz, respecto al físico, es un chico alto, pero no tanto como el chico nuevo del instituto; Austin.
—Mucho gusto— Sion se bajó a la altura de Camila— Soy quien juega por las noches al free fire con tu hermana— mintió alzando la mirada a echarme un vistazo— He de admitir que es muy mala quejándose en el juego, su voz da mas ternura que cualquier otra cosa.
¿Se refería a mi disputa de anoche? ¿a mis quejas sin control?, ¡que vergüenza en serio!.
—¿Ternura?— Camila dudó cruzándose de brazos— Aturde mas que nada, ternura.. si claro.
—Pues gracias Camila— respondí irónica.
—De nada— sonrió angelical.
Sion comenzó a reír mientras se alzaba de nuevo, la bocina de su automóvil hizo que miremos al otro lado de la acera, Owen la tocaba insistentemente mientras nos observaba con aburrimiento. Sion nos miró.
—¿Las llevo, doncellas?.
Dudé, más que nada por ser ellos unos desconocidos para mi, pero más bien me lo deben por el suceso desagradable de anoche. ¡Me despertaron en media noche!, y para recalcar, Sion fue tan burlón conmigo, así que si, me lo deben.
—Pero antes debemos de ir calle abajo para dejar a Camila en su escuela— mencioné.
—¡Eso no es problema!.
Luego de dejar a mi hermana menor en su sitio de estudio, nosotros marchamos al instituto.
—Oye Sion..
—¿Si?— ambos nos miramos a través del espejo retrovisor. Él conducía mientras Owen iba de acompañante a su lado, y yo atrás solita.
—¿Como es que no sabía que iban al mismo instituto que yo?— inquiero.
—Oh, pues realmente no íbamos al mismo instituto. Los tres somos alumnos nuevos en Tuilsom. Owen, Lay y yo.— explica.
—¿Era tan necesario mudarse en último año a otro colegio?.
—Tan necesario como también lo fue mudarse de ciudad— sorprendentemente fue Owen quien respondió, mirándome de lado.
—Owen tuvo que mudarse solo aquí en Tuilsom, pues sus padres se separaron y realmente él no quiso quedarse con ninguno de los dos, son excesivamente ricos y no dudaron en comprarle para su propia propiedad.— contó Sion. Miré el perfil de Owen, buscando algún indicio de incomodidad, pero nada...— Lay y yo nos mudamos juntos en un departamento a unas calles de aquí.
—Por idiotas.— Owen suspiró— Fácilmente podrían haberse quedado en casa, conmigo.
Sion sonrió juguetón mientras doblaba la cuadra que nos faltaba para llegar.
—Sin ofender bro, pero eres excesivamente gruñón cuando te lo propones. No duraríamos ni una semana cuando tú mismo hayas decidido hacernos volar lejos de tu mansión.
Owen sacudió la mano como: <si si, a la chingada>
Llegamos al instituto y grata incomodidad me fui a llevar cuando todas las miradas fueron a parar a nosotros. Bueno, creo entender el porqué, voy llegando con dos chicos de los 3 nuevos de Tuilsom, en un auto de cientos de dólares. Lo extraño sería que nadie nos notara.
Rápidamente reconocí a Gina entre la multitud, ella se encontraba en compañía de sus dos amigas y de las demás porristas del instituto. Todas nos observaban con la envidia palpando en sus miradas, así que si, me sentí orgullosa de mi decisión por primera vez, dejar que Sion me trajera.
Y claro, son realmente guapos, Owen tenía un envidiable cuerpo moreno, su uniforme le quedaba de puta madre, y he de admitir que he dirigido mi mirada a zona indebida, y ahí abajo se le marcaba en demasía a través del pantalón de uniforme, su saco le quedaba justo, haciéndolo lucir realmente majestuoso, sus ojos eran de un color miel bastante llamativo que resaltaba mucho por su piel morena, los rulos caían como cascada alrededor de su rostro.
Empezamos a caminar, yo en medio de los dos chicos, pareciera que fueran mis guardaespaldas. Alise mi falda sin motivo alguno, sintiendo el nerviosismo calar mi sistema, no quería sentirme intimidada pero la mirada de Austin Wheeler sobre nosotros me lo ponía bastante difícil.
—Guao, pareciera un comercial de calzados escolares. "Calzados Keith, la mejor decisión de tu vida"— alegó Jimmy, en cuanto nos detuvimos junto a él y Kendall, quien me miraba con los ojos entornados, seguro quería acribillarme por hacer pasar este gran detalle.
—Keith, querida mejor amiga Keith— saludó ella, acercándose a darme un abrazo el cual perduró al momento que susurró en mi oído:— ¿Y estos bombones, qué?.
Le sonreí dándole a entender que después se lo contaría todo, Sion se interpuso en mi vista y me sonrió ladino.
—Así que Keith, ni siquiera recordaba que aún no conocía el nombre de la chica pijama— y saltó el chismoso a decirlo. Bufé comenzando a caminar, y rápidamente Kendall se colgó de mi brazo derecho mientras Jimmy iba por su lado con pasos presurosos pero torpes por no poder acelerar tanto por su traje de zorro, parecía un pingüino en urgencias.
Owen y Sion también nos seguían, a mi lado izquierdo ambos miraban el alrededor con total curiosidad, mientras tanto los demás en Tuilsom también lo hacían hacia ellos, pareciera que Austin Wheeler pasó a segundo plano para ellos. Lo pensé hasta que todas las miradas fueron a caer detrás nuestro y supuse que Austin venía siguiendo nuestros pasos.
Eche la mirada hacia atrás percatándome de que no era precisamente Austin quien venía a pasos presurosos, sino Lay, el amigo que a decir verdad olvidaba que faltaba entre ambos chicos a mi costado. Pare mi caminar y los 4 me imitaron girando a la espera del chico que llegó con el ceño fruncido hasta nosotros, no tardó en darle un golpe en el brazo a Sion.
—Prometiste esperarme en casa de Owen. ¡Tuve que venir corriendo!— hizo berrinche con un tono de voz bastante infantil. Kendall prácticamente me hubiera fracturado el brazo de no ser que no contaba con la fuerza suficiente en los dedos, pues me dio un apretón bastante fuerte. La miré ceñuda y ella estaba que le brillaban los ojos observando al recién llegado fascinada.
¡Oh no, la hemos perdido!.
—¡Lay!, Dios mío, me he olvidado completamente de ti— el tono de culpa era notorio en su dicción— Me distraje con la chica pijama— se excusó señalándome con el dedo.
—¡Disculpa!— interrumpí— Él fue quien se ofreció a llevarnos.— alegue.
—¿"Llevarnos"?.
—Bueno pues también transportó a Camila a su escuela— conté— Después de ello insistió en traerme hasta aquí.— mentí.
—¡Eso es mentira!. Owen insistió en que debíamos escoltarla a cómo de lugar— Sion alargó la mentira, señalando al moreno a su lado.
—¿Qué?, ¡eso no es cierto!— Lay lo miraba con desilusión— ¿Estas de coña, bro?, ¿en serio vas a creerles?— el desespero era notorio. Mordí mis labios aguantando una risa.
—Yo no entender nada— dijo de pronto Jimmy.
—¿Y cómo explicas el hecho de que me hayan dejado abandonado como perro en la acera de tu casa, Owen?— Lay siguió con el dramatismo, ignorando a mi amigo el zorro.
—¡No hay nada que explicar!, creo que ante todo es evidente que nunca debes creer en las palabras de Sion Popov.
—¡Oye, que mala onda de tu parte, bro!. Yo siempre hablo con la total verdad.
—¿Popov?— pregunté en cambio.
Sion infló el pecho con orgullo, sonriendo con sorna mientras esperaba a que alguien más respondiera a mi duda.
—Su madre se casó con un ruso— contó Lay— Así que Sion es mitad ruso, mitad canadiense.
—¡Ohh!— coreamos todos.
Sion se miró las uñas fingiendo ser el chico más cool del mundo mientras una sonrisa diminuta surcaba de sus labios.
—Quiere decir que sabes ruso— fue más que nada una afirmación por parte de Kendall, que al fin decidió que andar dentro del hechizo por Lay no es adecuado, menos si apenas lo vio hace unos minutos.
—Konechno, krasivo.
—¡Ohh!— coreamos nuevamente.
—¿Que haz dicho?— preguntó Jimmy.
—Son unos malparidos.
—¡Oye!— dijimos todos pero fue Owen quien le dio un golpe en la frente.
—Si que saben cómo huir de las reprimendas— dijo Lay— Lo dejaré pasar por ser nuestro primer día de clases. Ahora, ¿serían ustedes tan amables de hacernos un tour por el Instituto de Alto Desempeño Tuilsom?.
Jimmy se colocó la cabeza de zorro e hizo un saludo militar antes de arrancar la cola y salir disparado de nuestra vista. Era obvio que no quería recorrer este grandioso edificio ni por nada del mundo.
—¡Gracias!— le gritó Lay.
—¡Hola!.
Esa voz yo la conozco. Y demonios como la odiaba, es Gina con sus secuaces: Aisha y Melanie.
—¿Tú de nuevo?— inquieto hastiada. Gina me fusila con la mirada.
—Es una falta de respeto no presentarse con los desconocidos— se excusó— Soy Gina Wilson, capitana del equipo de porristas y la más deseada del instituto Tuilsom— la pelirroja extendió su mano en dirección a Lay, quien la recibió gustoso, luego pasó su mano a Owen y luego a Sion.
Ella en serio no dijo eso, ¿o si?.
—Así que la más deseada— se burló Sion. Disimule una risa.
—Que no te sorprenda— Gina fingió restarle importancia mientras echaba un ojo a sus amigas— Ellas son Aisha y Melanie, como pueden ver bastante bonitas también, pero bueno.. quien pudiera superarme.
Si yo fuera ambas chicas ya le hubiera dado una dolorosa cachetada y luego la destronada de esa nube en la que va. Pero Aisha y Melanie solo sonrieron agarradas del brazo como si eso fuera su soporte ante la vista del trío de belleza que observaban.
Sion arqueó sus cejas, está sorprendido. Bueno, si no conociera a Gina Wilson de seguro estaría igual o peor, pero sobretodo tiraría mi veneno de entrada, como lo haré ahora;
—Obvio yo te supero Gina, ¿que dices?— me burlé mandando mi cabello para atrás pretenciosa. Gina volteó los ojos ya harta de mi, a lo que me pareció más gracioso aún.
Sion comenzó a reír en tanto Lay sonreía y Owen miraba hasta el final del pasillo, totalmente ajeno a nuestra escena.
—Ni en mil años luz me superarías Keith. ¿Ves esto?— Gina se giró modelando su falda de porrista, voltee los ojos cruzándome de brazos— No tienes estos atributos.
—No necesito mostrar el culo para ser mejor que tú— respondí indiferente.
—El culo es lo que te lo miran primero, de seguro por eso nunca haz tenido novio, no sabes nada para atraer hombres— contraatacó siendo ella la que mandaba su cabello para atrás, haciéndome burla.
—Te ves patética— dijo Owen. Al parecer si estaba pendiente— Mostrando el culo, y más, diciendo esas cosas absurdas— uuuuuh!
Kendall y yo nos miramos con la boca abierta. Es la primera vez que un hombre le dice tal cosa a Gina Wilson, pues aquí en Tuilsom todas la alababan más que nada.
Mis respetos a Owen.
Gina lo miró fulminante, abría y cerraba la boca sin saber que decir, se le notaba en la expresión de indignación que tenía mil palabrotas que profanar hacia el moreno frente a ella.
—Lo primero que yo miro en las mujeres son los senos— habló Sion. Todos lo miramos como <¿es en serio Sion?>, a lo que él soltó una risa incómoda, rascándose la nuca— Digo, como China lo mencionó— alegó, señalando a Gina.
—¡¿Eres sordo?!— vociferó la pelirroja— ¡Es Gina, GI-NA!. ¡Y en cuanto a ti!— señaló a Owen con su esmaltado chillón— Te arrepentirás de haberte metido conmigo.
Y dicho aquello, giró sobre su eje y le hizo una seña a sus amigas, quienes soltaron un mohín de indignación, girando también a ir por detrás de una enfurecida Gina Wilson.
—Como la odio— murmuró Kendall.
—¿Qué le pasa?, tiene el ego bastante alto— Sion miraba asqueado por donde Gina había ido— Y ni siquiera es propio de una mujer como ella.
—¿Como sería "como ella"?— inquiero.
—Bueno, es una chica bastante común— fue Lay quien respondió— Si miras atentamente cada facción de su rostro, puedes notar que tiene una máscara de maquillaje sobre ella. Al tinte ya le está pasando efecto y se puede ver claramente cómo la raíz castaña está creciendo.
Vaya, si no lo decía nunca me hubiera percatado de que Gina no es pelirroja natural. Y también, ¿usaba maquillaje?, demonios, se nota que los hombres si te miran a todo esmero cada parte de tu rostro.
¡Que vergüenza!, y yo que solo me aplico rímel, rubor y gloss. ¡¿Lo habrán notado ya?!.
Kendall soltó una exclamación alertándonos, cómo si de la nada se hubiera acordado de algo terrible.
—¿Qué?, ¿qué pasó Kendall?, ¿olvidaste de soltar a tu perro antes de salir de casa, de nuevo?— pregunté con la preocupación notoria en la dicción.
Los 3 pares de ojos de los chicos a nuestro lado se posaron totalmente en Kendall, expectantes y curiosos de lo que tenga que decir.
—Lo siento, debo robarme a Keith unos segundos— se dirigió al trío en tanto me tomaba del brazo y me estiraba junto con ella por el pasillo. Se detuvo abruptamente haciéndome chocar por ella y miró de nuevo a los chicos, quienes tenían los brazos elevados en nuestra dirección, como si quisieran detenernos— ¡O quizás minutos!— vociferó en un chillido preocupante.
—¡Oigan!, ¿y nuestro tour?— pero no nos detuvimos ni por aquello.
No entendía nada de lo que estaba pasando, así que cuando nos detuvimos frente al baño, con las respiraciones agitadas y con una muy acelerada Kendall, no dudé en hablar;
—¿Qué te pasa?, sabes que no corro ni porque me pagaran— dije llevando mi mano al pecho respirando con dificultad.
—Debes de ayudarme a quitarme el maquillaje que traigo hoy— dijo tomando de nuevo mi mano, estirándome dentro del baño.
—¿Por qué?— inquiero. Kendall me miró como si fuera lo más obvio del mundo.
—¿Qué no escuchaste?, al chico nuevo no le gusta las chicas con maquillaje.
La miré ceñuda, segundos después comencé a entender su preocupación. Quería que Lay la viera naturalmente.
—Oye, no porque haya dicho aquello significa que no le gustan las chicas que se maquillen, ¿sabes?— explique recibiendo el algodón con agua micelar, que segundos antes ella aplicó en tanto dejaba a un lado su bolso sobre el lavado.
—¡No importa!, es mejor que vea mi belleza natural antes de que opine lo mismo de mi.
Kendall cerró los ojos haciéndome señas con la mano para que la comience a desmaquillar. Suspire resignándome.
—Está bien, pero me debes una, eh.
—Te deberé la vida, Keith.
***
Luego de desmaquillar a Kendall e ir en busca de los chicos de nuevo, no logramos encontrarlos cuando el timbre de entrada retumbó en todo el edificio. Ambas nos dirigimos en nuestras respectivas clases, ella en Matemáticas y yo en clase de Literatura.
Grata fue mi sorpresa al percatarme de que compartía clase con Sion.
No dudé en sentarme a su lado.
—Es muy obvio que tendremos una amistad que perdurará, al menos, todo el año— dijo él con una sonrisa maquiavélica en el rostro.
—Me temo que estoy comenzando a retractarme de haberte conocido— me burlé esta vez yo de él. Sion llevó la mano al pecho fingiendo indignación.
—Pero solo han pasado horas— lloriqueó.
—Exactamente— comencé a reír en cuanto la seriedad se apoderó de él.
—Buen día chicos— oh no, había olvidado que el profesor Ruperto era quien nos guiaba en Literatura.
¡Ese hombre era un grano en el culo!, por todo nos regañaba y si llegamos tarde nos da una sanción de 2 semanas, ¡suena cruel y así es!, ¿una sanción de 2 semanas?, eso solo lo hacía Ruperto Parker.
Ni siquiera nos dio tiempo para devolver el saludo cuando comenzó a hablar de nuevo.
—Seré breve, ustedes no me quieren ver la cara por tanto tiempo y yo menos a ustedes.
A mi lado, Sion soltó una risa disimulando con un fingido estornudo. El señor Ruperto arqueó la ceja observando a Sion, sin embargo no dijo nada.
Lo reproché con la mirada dándole un codazo, por lo cual se quejó pero no dijo nada más.
—Proyecto Institucional de Último Año— habló de nuevo el profesor— El tema que fue asignado este año es del Abuso. Se asignará dúos para que cada cuál investigue cada punto que sea lo que una la definición de lo que es el tema. No pasaré a la chingadera de unirlos por lista, hacen dúo con el compañero o compañera de al lado y ya. Índice, introducción, objetivo general, específico, nudo, desenlace, conclusión, anexo, bibliografía, dedicaciones.
Lo dijo tan rápido que me temo que de entrada ya reprobé esta materia, ¿como recordaría todo aquello?.
Lo pensé hasta que un poco más delante, visualicé cómo Kurt Jhonson, ex novio de Gina, mantenía su teléfono bajo la mesa, en él los segundos transcurrían. Está grabando todo lo que el profesor iba diciendo.
El profesor Ruperto abrió la carpeta negra que llevaba en manos y comenzó a leer su contenido.
—Son 20 alumnos en esta aula, por ende, trataremos 10 tipos de abusos. Dúo 1: Abuso Físico, Dúo 2: Abuso Sexual, Dúo 3: Abuso Emocional, Dúo 4: Abuso de Autoridad, Dúo 5: Abuso en relaciones Familiares, Dúo 6: Abuso Infantil, Dúo 7: Abuso en el Trabajo, Dúo 8: Abuso Económico, Dúo 9: Abuso de Confianza, Dúo 10: Abuso de Derecho— el profesor tuvo que limpiarse la boca, pues la rapidez de su hablar ocasionó que baba se le acumulara en los labios.
No tuvimos que ser tan inteligentes para saber que el dúo se empezaba a contar desde los primeros 2 compañeros que estaban al frente del lado izquierdo. Así que comencé a contar, Sion y yo somos el dúo 9; Abuso de Confianza.
—Entrega de investigación anticipada, mitad de año institucional. Se verá los pro y contras, luego corregirán lo que les diga que deban corregir, luego de ello exponen su información ya sin la revisión. Si la información no me parece conclusa, estarán reprobados.
Las murmuraciones no se hicieron esperar, pues al reprobar no nos dará oportunidad de volver a intentarlo, y solo reprobando su materia ya nos asegura repetir el año.
—Eso es todo, consultas en la siguiente clase. Pueden retirarse.
Todos nos levantamos cuando el profesor comenzó a ir a la salida sin voltear a ver a nadie.
Lo que nos deparará este año, Dios mío.
—¿No está mal el hecho de que la clase terminara 2 horas antes de lo previsto?.
Sion y yo nos dirigíamos al campus, acepté darle un tour, pues estamos libres de ahora en más, hasta el receso, en donde nos reuniremos con los demás. Bueno, él lo hará, yo me encargaré de buscar a Austin Wheeler, pero eso es algo que Sion aún no lo sabe.
—Claro que está mal, pero nadie sería tan estúpido de mencionarlo. Y menos si se trata del profesor Ruperto.
Rápidamente Sion me miró, y una estruendosa carcajada se escuchó por todo el desolado pasillo, tan fuerte fue su risa que hasta eco hizo por las paredes. Lo golpeé por el hombro mientras lo miraba ceñuda, Sion se tomó del estómago retorciéndose de la risa.
—¿Pero qué es lo que dije?— me lo pregunté más para mi misma.
—No- AJA.. n-no puedo creer q-que se llame Ru- PUAJAJAJAJJAJA.. Ruperto!!!— Sion golpeaba el suelo con el pie sin poder contener su risa. En serio no puedo creer qué tal cosa le provocará tanta risa.
—Oye— lo sujete del hombro sonriendo sin poder evitarlo. Sion tiene una preciosa sonrisa.— Ya, ¿nunca haz escuchado nombres originales o que?— inquiero divertida con la situación.
—¿Originales?— contuvo la risa, sin embargo no dejó de sonreír. No pude evitarlo y me acerque a limpiar un inicio de lagrima que se formó en la esquina de su ojo. Sion me miró cohibido, su sonrisa pasó a segundo plano, mirándome afable— Es el nombre más feo que he escuchado en toda mi vida, recuérdame no llamar así a mi futuro hijo.
—¿Estaré realmente cuando tengas un hijo, Sion?— inquiero comenzando a caminar de nuevo. El rubio no tardó en seguirme de cerca.
—¿Por qué no?, es decir, vives frente a la casa de Owen. Y Owen y yo seremos amigos por siempre— aseguró— Así que siempre que vaya a verlo, tú estarás en la casa del frente.
—¿Como estás tan seguro que tu amistad con Owen perdurará?, y además, existe la posibilidad de que él se mude nuevamente a otra mansión, o por supuesto, yo me case y tenga que mudarme a otra ciudad.— le di las posibilidades mientras salíamos al campus del instituto.
—¿Piensas casarte algún día?.
—¿No lo piensas tú también?— pregunté deteniéndome y mirándolo. Sion se detuvo también y me observó aún con una media sonrisa en los labios.
—También pienso hacerlo— murmuró.
Ambos nos miramos, él no borraba la sonrisa de su rostro, tan bonito como sus ojos que brillaban bajo el sol, los ojos azules más bellos que he observado alguna vez, aunque realmente no he visto muchos de color azul en mi entorno. Hacía que viera a Sion único, al menos para mi.
Carraspee apartando la mirada, el corazón me dio un vuelco extraño mientras escuchaba la risita que soltó el atractivo chico a mi lado.
Alcé los brazos vislumbrando el largo pastizal del campus.
—Este, mi querido Sion, es el lugar en donde sucede la magia— dije— Aquí encontrarás de todo, déjame decírtelo. Desde la más grandiosa competencia de Deportes Institucionales hasta los juegos olímpicos de fútbol americano, el cual se lleva a cabo cada año, ambos grupos del mismo instituto, uno liderado por Kurt Jhonson y el otro sin liberación, porque el anteriormente líder ya se ha graduado— lo miré con una sonrisa diminuta en los labios— Este año se elige al nuevo capitán— dije bajando los brazos.
Sion paseó sus ojos por todo el campus, más no veía la sorpresa en sus ojos.
—¿No te gusta?— inquiero, sin poder evitar que la desilusión se apoderada de mi voz y se me escuchara un tanto diminuta. Sion me observó nuevamente, los ojos seguían brillándole mientras él negaba rotundamente.
Juraba que el campus le sorprendería, pues era excesivamente enorme en cambio de las demás canchas dentro del instituto, las gradas contaban con cientos de asientos, los cuales aún no me he tomado el tiempo de contarlos. Entonces, ¿como no le sorprendía tal magnitud de grandeza?.
—No es eso, solo que, me quede más bien pensativo por lo que haz dicho.
La miré ceñuda.
—¿Qué dije?.
—Lo del capitán de fútbol americano.
—¿Tú quieres ser capitán?— pregunté, sintiéndome tonta.
—Mhm..— Sion comenzó a caminar a lo cual lo seguí de cerca— Estaría increíble, me gustaría, si.— afirmó.
—Eso es genial Sion, pues apúntate a la lista de candidatos.
—¿Me lo recomiendas?.
Ambos subimos a las gradas eligiendo un asiento en donde teníamos una vista grandiosa de todo el pastizal, el profesor de Educación Deportiva estaba preparando la pista. ¡Demonios!, nos hará correr si o si.
—Claro, ¿por qué no lo haría?. Además, ser el capitán te da ciertos privilegios, ser popular por ejemplo, y claro, tendrías la atención de todas las chicas del instituto, incluyendo la de Gina Wilson— concluí entornando los ojos.
Sion disimuló una mueca.
—¿Realmente crees que requiero de la atención de China Wilson?— hizo burla a su nombre. Reí mirándolo.
—¿No es así?.
Sion me miró también— Detesto la primera impresión que me ha dado, ¿crees que eso cambiaría luego?— arqueó las cejas, haciéndolo sonar lógico.
—Bueno, así son todos los chicos aquí, no creí que fueras la excepción.
—Yo siempre soy la excepción en todo, Keith.— replicó.
No supe realmente qué responder, así que solo miré al frente sonriendo, extrañamente contenta al saber que un hombre no había caído en las garras de Gina.
—No me importa ser popular también— lo escuché decir— El sentimiento ensordecedor de saber que lideras un equipo, creo que eso es lo más importante para mi.
—Confío en que serás capitán entonces.
—Confió en ello también.
Nos quedamos en silencio unos breves minutos, yo disfrutaba del viento, pues a pesar de que el sol hizo acto de presencia esta mañana, el frío predominaba aún más, y se sentía realmente delicioso.
Hasta que Sion mencionó lo que pareciera, le estuvo rondando en la cabeza todo este tiempo.
—Está mañana, ¿alguien te ha lastimado?— su voz sonaba cautelosa, como si temiera de que haya cruzado terreno prohibido.
Confirme que se ha percatado de mi mejilla enrojecida hoy al verme.
Sonreí cerrando los ojos, el viento ayudaba a que mi cabello vaya hacia atrás y no estorbara.
—Si— respondí.
Un suspiro fue lo que escuché de su parte.
—¿Quien exactamente?, ¿puedo saberlo?.
—¿Crees que estás en posición de saberlo?— le pregunté en un susurro, más aún así no abrí los ojos.
—Lo que creo es que no le veo el porqué no estar en posición, también ¿no?.
Sonreí nuevamente, abrí los ojos lentamente mientras tragaba el nudo que comenzaba a instalarse en mi garganta. Miré a Sion, podía ver la preocupación en sus ojos, ¿por qué se preocupaba por mi?, yo solo soy una simple chica a quien su madre no la quería, pero él ni siquiera sabía aquello.
—Mi madre me abofeteó al decirle que se cogía a su compañero de trabajo— conté.
La sorpresa se apoderó de él. Sion buscó la burla o la broma en mis ojos, pero no encontró nada, nada que viera que podía ser mentira lo que le dijera, porque no era así, lastimosamente no lo era, así que retuvo el aire y luego lo soltó, procesándolo.
—Guau, yo..
—No tienes que decir nada, tú lo preguntaste, yo te lo conté, hasta ahí el tema. No hay el porqué de alargarlo.
—¿Qué hacen aquí?— abajo, en las escaleras de la grada, se encontraba Lay, quien nos miraba curioso.
—¿Tú qué haces aquí?— le dijo Sion. Lay río subiendo hasta nosotros.
Aspire aire en tanto Sion me miraba de reojo, miré para atrás limpiando las esquinas de mis ojos, tratando de recuperar el animo.
—He escapado de clases, ¡demonios, a primera hora nos tocó Matemáticas!, como las odio— se quejó dejándose caer en medio nosotros, separándonos.
—Puedes meterte en problemas— comenté.
Sion soltó una risa burlona, en tanto Lay sonreía.
—Ese es mi don, querida— dijo, guiñándome un ojo.
Arquee las cejas, luego suspire apartando la mirada, al momento que recordé algo.
¡Kendall también tiene Matemáticas a primera hora!.
—Entonces compartes clases con Kendall— señale lo más relajada posible, como si la curiosidad no me esté picando en las tetas justo ahora.
—De hecho si— volteó a mirarme— Me senté junto a ella. La detalle mejor entonces, tienes una amiga tan naturalmente hermosa, Keith.
¡Bingo!.
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