
II
Hoy me levanté con mal cuerpo y no se la causa porque ayer cené bastante ligero: una simple tostada de aceite, se que suena a desayuno pero yo a veces ceno ese tipo de cosas.
De todas maneras iba a tener que ir al instituto igual así que me vestí, cojí la mochila y bajé a la cocina. En ella se encontraban mamá y Sophie desayunando, como tenía el estómago revuelto, cogí una manzana y después de lavarla, me la comí en pocos mordiscos. Miré la hora y apuré a Sophie ya que íbamos justos de tiempo y no quería correr con la camioneta por que obviando el hecho de que está un poco vieja, el arcén y la carretera están bastante resbaladizos por las lluvias y demás.
-Que os vaya bien chicos.-animó nuestra madre desde la puerta.
-Hasta luego- nos despedimos.
(...)
Llegamos justo a tiempo, cuando acababa de sonar el timbre.
-Hey Jazz, hola Sophie-saludaron Erik y Angela.
Sophie saludó con la mano y yo simplemente sonreí.Giré la cabeza hacia la izquierda y me encontré observando a los Cullen pero sobretodo a una morena y alta con aires de misterio.La vi salir con el que creo recordar, que era Emmet y con su novia Rosalie, pasaron y entraron a clase y nosotros hicimos lo mismo.
Me tocaba literatura con el profesor Masen y a Sophie biología con la profesora Young. Erik me acompañó ya que íbamos a la misma clase y me presentó al señor Masen. Al entrar me di cuenta de que todos estaban sentados por parejas menos dos personas, una chica emo y Amelie Cullen.
Al acercarme más al profesor, pasé al lado de un ventilador y todo mi pelo se revolvió, no se por qué pero miré a Amelie y esta solo me miraba y se tapaba la nariz con la mano como si oliera algo asqueroso,miró hacia otro lado y yo aproveché para olerme pero simplemente olía a mi perfume y a champú de limón.
-Bueno Jasper,solo queda el sitio libre al lado de la señorita Cullen así que siéntate allí e intenta coger el ritmo de la clase.
Asentí y me senté a la derecha de Amelie, esta seguía tapándose la nariz y a medida que pasaba la clase sentía la mirada de todos puesta en nosotros. Tenía que ir a cambiar el horario, no quería que me tocara otra vez con ella, es bellísima si, pero no me inspira mucha confianza.
Al acabar las clases fui a secretaría para cambiar el horario, lo que no me esperaba era que ella estuviera allí por las mismas razones.
(...)
Al día siguiente me senté con ella otra vez dispuesto a presentarme y hablar como personas civilizadas.
-Hola, soy Jasper Hale.
Ella se dirigió a mi con una sonrisa, pero esta era amable.
-Amelie Cullen, encantada Jasper.
Después de eso no hablamos más porque el profesor nos echó la bronca así que me puse a atender.
Al salr de la clase acompañé a Amelie a su casillero ya que el mio quedaba de paso.
-Amelie, tu-ella me miró expectante.-bueno, nada déjalo.
Me fui huyendo a mi taquilla como un crío y todo el día me la pasé esquivándo a mi compañera de mesa, muy patético.
La verdad es que no sabía que le iba a decir y no quería quedar en ridículo frente a ella, aunque ya lo haya hecho.
-Hey Hale,¿Qué pasa?-pegué un brinco por el susto que me había dado.-Eh tranquilo no creo que sea tan feo para dar miedo.
-Lo siento Tyler, pero ultimamente estoy un poco paranoico, no es nada de lo que preocuparse.
Él me miró inseguro y dudoso pero al final sonrió como siempre y nos fuimos charlando a la cafetería donde nos juntamos con los demás.No miré atrás como el otro día, no voy a morir por no mirar un día.
-Eh Jasper- me llamó Angela mirándome pícaramente- uno de los Cullen está bastante pendiente de ti.
La miré extrañado y giré la cabeza.
Amelie me estaba observando demasiado seria y cuando se dio cuenta de que la estaba mirando yo también, se giró rápidamente hacia sus hermanos. La morena bajita, Alice, se quedó estática durante unos segundos en los que todos sus hermanos se la quedaron mirando con preocupación, cuando volvió de su ensimismamiento, leí sus labios y supe que había dicho mi nombre, todos los presentes en la mesa dirigieron sus miradas hacia a mi. Emmet me miraba sonriendo, Rosalie seria con desaprobación, Josh me veía con curiosidad, Alice con una gran alegría y Amelie confundida.
Yo abrumado por tanta atención, desvié la mirada hacia mi hermana y los demás.
-Jasper¿estás seguro de que estás bien?-Tyler insistió.
Yo alcancé a asentir antes de que tocara la campana indicando que las clases habían terminado.
-Vamos, estás demasiado raro hoy hermano.-Sophie me cogió del brazo y me llevó al vehículo para irnos a casa. Alcancé a ver a los Cullen en su coche, mi hermana fue hacia el asiento del conductor y yo los miré intentando averiguar por qué hablaban de mi.
No fui consciente de otra cosa hasta que escuché el grito aterrorizado de mi hermana, corrí hacia el otro extremo de la camioneta y me quedé pasmado con lo que vi.
Un cuerpo inerte yacía en el suelo al lado del aparcamiento, era un chico de unos dieciocho años, alto, complexión fuerte y pelo cobrizo. Estaba seguro de haberlo visto rondando por los pasillos con sus compañeros de clase riendo y saludando a toda la gente.
Angela y todos los demás se acercaron a ver la escena, algunos tenían cara de trauma y otros con curiosidad y miedo. Me fui acercando poco a poco al cuerpo del chico hasta llegar a unos escasos centímetros suyos, me agaché para tomarle el pulso y comprobé con no tenía latido, su piel estaba fría, estaba palidísimo y su cara estaba contraída en un gesto de dolor y horror, los ojos abiertos a más no poder y la boca entreabierta, como si hubiera visto a un fantasma.
-¿¡Pero qué hacéis ahí todos pasmados!? ¡Llamad a la policía y a la ambulancia!- grité a todo pulmón para que me escuchara todo el mundo.
Los Cullen estaban mirándo la escena, como si estuvieran escaneándo el cuerpo para saber qué lo había matado, se miraban unos a otros con el cejo fruncido y vi que Amelie estaba sumamente cabreada. De pronto, miraron al chico con lástima y pena, lo que me pareció muy normal pero había algo que no me convencía, parecía que sabían algo que nosotros no.
La ambulancia llegó pasados unos dos minutos junto con el coche policía de mi madre.
-¿Qué ha pasado, chicos?- preguntó el paramédico palpando al fallecido.
-Habíamos salido de clases hace nada, nos fuimos a nuestros respectivos coches cuando escuchamos el grito de una chica y vinimos a ver qué pasaba por si necesitaban nuestra ayuda.-dijo un chico de tercer curso.
Siguieron preguntando a más gente lo que habían visto pero mis ojos no se despegaron en ningún momento de Jason, así dijeron que era su nombre. La expresión de su rostro no se me olvidaría en la vida.
-Perdona, ¿sabes dónde se encuentra la Sheriff Renée?- me preguntó un hombre rubio, alto y con ojos dorados.-Soy el doctor Cullen, Carlisle Cullen.
Me quedé atónito, osea que este es el padre adoptivo de los Cullen. Su inigualable belleza hace que sus hijos parezan biológicos y no adoptados. En ese momento Josh Cullen rió mirándome. ¿Acaso lo había dicho en alto? Porque no creía haber sido así.
-Emm la sheriff Renée, si, está allí hablándo con los paramédicos de la ambulancia, yo soy su hijo Jasper Hale y la que está al lado de la sheriff es Sophie, mi hermana.
-Bueno Jasper, gracias, no estoy muy alegre de presentarnos de esta forma pero de todas maneras bienvenidos al pueblo.-el señor Cullen sonrió de medio lado y me dio una palmada al hombro al pasar para ver a mi madre.
Mamá nos mandó ir a casa, allí no pintábamos nada según ella, así que le hicimos caso. Sophie seguía con el susto en el cuerpo y no había dicho nada desde que pegó el chillido, pero decidí que era mejor no alterarla más y dejarla un rato descansando.
(...)
Era la hora de cenar y mamá había llamado diciendo que hoy iba a llegar tarde y que no la esperáramos para comer así que preparé unos cuencos de sopa caliente y le llevé uno a Sophie, que desde que llegamos no había salido de su habitación.
Llamé a la puerta y esperé a que abriera. Como no abría, pasé a su habitación y me encontré con la sorpresa de que allí no había nadie, rápidamente entré en pánico y me fijé que la ventana estaba abierta. Corrí hacia allí a ver si la veía o no se, por si me encontraba algo, en el marco de la ventana estaba enganchada su sábana que, enganchada a su vez con otra sábana, llegaba al suelo.
Sophie se había escapado pero, ¿Por qué?
Llamé a mamá por teléfono por si estaba con ella pero, igual de preocupada me dijo que ahí no estaba y que venía hacia aquí en un momento.
Puse en la mesa del recibidor una carta diciendo que había salido a buscar a Sophie y que me llevaba el móvil por si acaso sucediera algo, o si la encontraba.
Salí disparado por la puerta y pensé en dónde podría haberse metido esta niña, una bombilla se encendió en mi interior y recordé que me había dicho que le gustaba el bosque que había aquí porque, según ella, miró en el Google Maps y le encantaron los frondosos árboles y la vegetación que había, además de la fauna y los lagos.
No se para qué estudiamos geografía.
Corrí adentro del bosque y seguí un caminito que había en frente, no se por cuánto tiempo caminé pero se que había sido un rato, un rato largo.
Escuché sonidos a unos metros de distancia y pensé que podría ser Sophie, no obstante fui con cuidado porque podría ser un animal y no queremos más desgracias de las que ya hay. Fui con pasos cortos y sigilosos, me iba guiando por mi oído y de vez en cuando cerraba los ojos para concentrarme por si perdía el hilo del sonido.
Llegué a un descampado que estaba iluminado por la luna creciente, por lo que podía ver,-a duras penas- era un paraje hermoso, con sus flores y demás plantas. Seguí el sonido, que estaba más cerca ahora, caminando por el medio del claro cuando todo quedó en silencio. Por más que cerraba los ojos,agudizase el oído o intentase concentrarme, me era imposible volver a escuchar.
Me giré y vi una figura parada cabizbaja a unos cincuenta metros de distancia de mi, era una figura esbelta y con curvas por lo que deduje que ra una mujer y el pelo le llegaba por la cintura. Era lo único que podía distinguir de ella.
-¿Sophie, eres tú?-pregunté rezando que fuera ella y nos pudiéramos ir de aquí ya.
Vi como negaba con la cabeza, aún baja, y levantaba el mentón dejándome ver una sonrisa blanca sádica y unos ojos rojos. El miedo se apoderó de mi y me quedé estático. Observé como se dirigía lentamente hacia mi, como si supiera que no podía moverme. Cada vez que se acercaba más podía verla mejor. Era pelirroja, pálida, facciones fínisimas, alta y esbelta, era, en resumen, hermosa pero, los ojos rojos que poseía me miraban con atención y seguridad y me aterrorizaba con solo mirarla a la cara.
Cuando estaba a unos cinco metros de mi, una fuerza la empujó brutalmente hacia atrás haciendo que parte de un árbol quedara destrozado por el fuerte impacto, pensé que la chica habría muerto pero se levantó del suelo con, solo, un poco de dificultad. Yo ya me podía mover pero del miedo seguía parado en el sitio.
-¡Corre Jasper! ¡Corre y sal de aquí!- me gritó una voz femenina.
Me encaré hacia donde provenía la voz y a mi derecha pude ver como Amelie estaba mirando a la chica de ojos rojos con furia y con los puños apretados.
-¿Amelie? Pero...
De pronto la cogió del pelo y le echó la cabeza hacia atrás, la pelirroja se deshizo del amarre y dio una voltereta quedando encima de Amelie. Esta la agarró de los brazos y la tiró a la hierba- al estilo de los boxeadores- provocando una grieta en el suelo y una fuerte sacudida del terreno, además de un ruido estridente.
-¡QUÉ CORRAS TE HE DICHO, MALDITA SEA!- El tono que usó me hizo dar un paso atrás y correr hacia casa sin voltear.
Corrí y corrí hasta que mis piernas fallaron al llegar a la puerta de mi hogar, las sábanas que anteriormente estaban en la ventana de Sophie habían desaparecido y las luces estaban encendidas. Pasé adentro y me encontré a mamá cabreada con mi hermana y recriminándole lo que había hecho, yo ni cené ni nada, estaba agotado tanto mental como físicamente así que me fui derecho a dormir.
Me tiré a la cama y empecé a pensar.
¿Qué había pasado en el claro? ¿Qué hacía Amelie alli? Y la más importante:
¿Quién o qué era Amelie?
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