Jules D'amico  

—Hola, Nicol. Hoy volví a rezar y fue de la manera más traumática que te puedas imaginar, algo típico de mí. La llevé a nadar, casi se ahoga por un mareo... su cuerpo estaba laxo y frío cuando lo saqué del agua. No respiraba. Dios mío, yo tampoco podía hacerlo.

Oré y clamé como nunca lo hice en mi vida, ni siquiera sé cuánto tiempo estuvo inconsciente. Unos segundos. Diez minutos. Fue una maldita eternidad para mí. Después de lo que pasó con Cyliane, no creí que algo tuviera el poder de asustarme a ese punto.

Ella está bien ahora, vinimos a mi apartamento y la he dejado un instante para llamarte.

Nicol, no puedo dejar de llorar. Estaré despierto hasta que me devuelvas el mensaje y espero sea pronto.

Adiós flor pequeña, delicada y bonita.

Erin Mckenna

Querido padre, pasé la noche fuera y estoy escribiendo esto temprano en la mañana luego de llegar a casa. Mamá sigue dormida, no se ha dado cuenta de mi ausencia.

Casi me ahogo ayer, papá. Afortunadamente, Jules estaba ahí o podría haber muerto... no lo sé y no quiero pensarlo.

Últimamente he tenido mareos y náuseas, por un momento se me ha pasado por la cabeza estar embarazada... luego me he dicho lo imbécil que soy ¿Embarazada de quién si no me acuesto con nadie desde hace un año y medio?

No soy ni virgen ni mucho menos como para hacer de papel de María. Tengo que ir al médico para asegurarme de que no sea algo grave y poder estar tranquila.

Volviendo al tema, si en realidad me hubiera ahogado me habría ido sin nada. Hay fotos mías en revistas. Tengo cierta fama en el mundo del modelaje. El dinero no es un problema para mí... y.... ¿Qué más?

No hay magia. Ni príncipes. Ni princesas. Tampoco castillos encantados.

Mi madre es una persona rara, no sé si le afectaría que ya no esté.

Mi tía murió.

Ivelisse... sería la única que lloraría por mí.

No tengo otra cosa, y no me refiero a querer tener niños como una lunática... jamás seré madre eso está claro. Pero aún persiste el sentimiento de no tener nada. Me siento vacía.

Atentamente, tu hada sin magia.

Posdata, ojalá estuvieras aquí, papá. Te amo como nunca amé a nadie.