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Capítulo 10

Hadley Pearce

El fin de semana habia llegado, me encontraba en casa de mi abuela, desde pequeña acostubre a pasar los fines de semana con ella, se volvío una tradición para mi madré y yo.

Me encontró tumbada en mi cama viendo Los 100, ya perdí la cuenta de cuantas veces la he visto esta serie y siempre termino llorando por la muerte de Lincoln, el no merecia morir, tenia que llegar hasta el final con Octavia pero por el idiota de Pike no se pudo.

Me encontraba tan concentrada viendo la serie hasta que empecé a sentir un olor a quemado, me levanté de un brinco de la cama y salí del cuarto casí corriendo. Me dirijí hacia la cocina y como lo presentia, a mi abuela se le habian quemado las galletas que tenia en el horno. Me pusé un guante y las saqué rápidamente y las hice un lado.

—¡Abuela! —grité desde la cocina— ¡Se te han quemado las galletas!

—¿Cuáles galletas? —dice mi abuela mientras entra a la cocina

—Estas abuela—señale a las galletas, ella al verlas abrió los ojos como plato

—Hay Dios mio, no me acordaba—dice mientras les empieza a dar aire con una manta.

—Hay Tita—digo mientra me rio

—Cada día estoy más vieja Hadie—mi abuela y yo nos acostumbramos a llamarnos así unas con otras —. Ven ayudame a hacer otras, deja de ver a ese tal licuadoras— dice mientras empieza a buscar por toda la cocina los ingredientes

—Se llama Lincoln, Tita, no licuadora—le correjí con una sonrisa divertida en mi rostro

—Si ese, como sea que se llame—dice sin importancia y pone las cosas en la isla de la cocina—Ven ayudame

—Esta bien, esperame un momento, iré a apagar la laptop— ella asintió y me dirijí rápidamente al cuarto, la apagué y bajé nuevamente.

Tita ya tenia todo preparado para empezar a hacer las galletas. Ella preparaba la masa, mientras yo le pasaba los ingredientes, al estar lista le ayude a amasarla. Al cabo de una hora y media ya estaban listas, esta vez no se quemaron ya que estuvé muy atenta a ellas.

La tarde ya casí acababa, todo el día pasé ayudando a Tita con la comida y el ordén de la casa, disfrutaba pasar tiempo con ella, ella es una persona muy imperactiva a pesar de su edad. Ella vivia sola, ya que mi abuelo falleció hace unos meses, para ella a sido algo difícil pero trata de no ponerle cabeza a la trisiteza, siempre trata de estar ocupada en algo para evadir sus pensamiento. 

Decidí salir al porche de la casa, me senté en uno de los pequeños sillón que tiene mi abuela mantiene allí. Me quede observando el cielo por un rato, el sol ya se estaba ocultando, la luz era suave y difusa y los colores se veian bien saturados. Saqué mi celular para tomarle una foto, esta seria una más para mi colección, mi celular tiene más cantidad de fotos de atardeceres que mias.

Por alguna razón que desconozco, ver los atardeceres me encanta, me ayuda a conectarme con la naturaleza y me trasmité paz y tranquilidad, en esos momentos se me olvidan todos mis problemas y aflicciones, es como si todo desapareciera.

Un auto se estacionó en frente de la casa interrumpiendo mis pensamientos, de el bajo mi madré, gracias a Dios consiguió el trabajo, estaba trabajando para una agencia de moda muy reconocida en la ciudad, le esta yendo muy bien y eso me hace muy feliz, aúnque me a comentado que pasá algo ocupada desde entonces.

—Hola mi niña—dice acercandose a mi para darme un abrazo al cual yo correspondí— ¿Que haces aquí afuera? —pregunta mientras nos separamos

—Salí a ver el atardecer un momento—respondí— ¿Que tal te fue?

—Algo cansada pero bien—respondio mientras se sentaba en el sillón del lado—hay una chica que creo que no soy de su agrado, al parecer ella se llevaba muy bien con el director y pues, ella dice que desde que llegue el se a centrado más en mi—comento

—No le hagas caso, esta celosa, tu solo sigue adelante—indiqué

—Así es mi niña y a ti ¿que tal te fue?

—Bien, ayude a Tita con cosas de la casa—comuniqué—por cierto a Tita se le quemaron las galletas que horneó

—Siempre tan distraída ella—exclamó divertida mi madré

—Si, y pues horneamos otras nuevas juntas—finalizé en un suspiro

—Me alegro, iré a verla—dice mientras se dirige a la puerta— ¿vienes? —yo asentí y entramos juntas a casa

El día finalmente oscurecio, la noche ya había llegado. Me encontraba sentada en uno de los sofás de la sala, mientras escuchaba hablar a mi madré y mi abuela, Tita actualizando a mi mamá sobre lo que ha sucedido estos dias. Tita es la señora que todo el vecindario conoce y saluda, también es la que se entera de todo lo que sucede en la vecindad sin necesidad de andar preguntando, el chisme simplemente llega a ella.

—Hadie, ahora que me acuerdo—hizo una pausa—Andrew vino a buscar en esta semana—al escuchar ese nombre mi corazón empezo a palpitar a mil por hora y mi cara de torno a roja de la vergüenza

Andrew y yo eramos muy unidos desde que estabamos pequeños, tuvimos una bonita amistad hasta que empezamos a crecer y ambos empezamos a sentir sentimientos más allá de una amistad por el otro. Creo que teniamos unos 13 a 14 años cuando nos hicimos "novios", dicha relación no duro mucho tiempo ya que sus padres decidieron mudarse y pues no volvimos a contactarnos, y aúnque solo fue un noviazgo de niños le tomé mucho aprecio ya que habiamos sido amigos desde pequeños.

—¿V... volvio?—tartamudeé al hablar

—Si, se quedara un tiempo con su abuelo—anunció—Por cierto, esta muy guapo el chico, cuando estaba pequeño pensé que iba a ser algo feito—mi madre y yo reimos por su comentario, eso ayudo a normalizar mi actitud y a dejar de sentirme nerviosa.

Finalmente el día habia acabado, Tita y mi madré se habian ido a dormir, yo decidí quedarme un poco más despierta, salí a la ventana para ver un poco las estrellas, el viento soplaba en mi cara, la noche estaba fria, en este lugar hay mucho árboles por lo que la zona se mantiene fresca siempre.

Venir a la casa de Tita me trae bonitos recuerdos, cuando estaba pequeña solia jugar con mi abuelo a las atrapadas en el gardin, el solía hacerme cosquillas cuando me lograba atrapar mientras yo suplicaba que se detuviera, el se detenia hasta que yo le prometiera un abrazo y que le dijiera que lo queria. Mi abuelo se convirtio en el papá que hubiera querido tener, su partida nos dejo algo afectados a todos, en unos dias estuviera cumpliendo años y eso hace que mi abuela este triste en estos dias, ella es una de las más afectadas por su fallecimiento, desde que el se fue, ella ya no tiene ese brillo en los ojos que solia tener antes.

Cerré la ventana y me puse comóda, mañana tendria que acompañar a Tita a la iglesia, eso implicaba levantarme temprano. Miré el celular por unos minutos antes de ir a dormir, Elena me habia escrito, al parecer su padre les dio un gran sermón a Thomas y a ella por escaparse de casa en otra ciudad. Thomas le rayo la cara mientras ella dormia, ella se enojo y para compensarle él la llevo a comer un helado, no lograron llegar a tiempo a casa y su padré ya habia llegado y pues los regaño.

Me despedí de Elena, me envolví entre las calidas sabanas y finalmente me dormí en un sueño profundo que duro hasta el día siguiente.

***

Hasta aquí a llegado este capítulo, espero les haya gustado :)

¡Llegamos al décimo capítulo!

Trataré de estar un poco más activa estos dias. 

Los quiero, Bye😘

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