Pasaron los días y seguíamos hablando. Es impresionante la cantidad de detalles que puedes conocer  de alguien a través de internet y de verlo una vez a la semana. Aunque no lo crean, cuando alguien te escribe, está revelando mucho de sí mismo. Sobre todo si la persona es sincera contigo. 

Fue así como realmente te fui ganando tanta confianza que sólo tu me comprendías. No tenía idea de lo importante que te ibas a convertir a partir de ahora. 

Nunca me esperé que ese día fuera a llegar tan pronto. Creo que se notó demasiado tu enorme deseo por hacerme tuya en cuanto antes. 

Ni siquiera estaba 100% segura de si me gustabas. Empezaba a sentir algo, es cierto. Pero no me diste el tiempo suficiente para averiguarlo. Tú amor por mí ya era tan grande que con simples palabras, me conquistaste. 

Y llegó ese día. Mis mejores amigas te apoyaron en todo momento, pero decidiste llevarles la contraria y tomar las riendas por ti mismo, dispuesto a arriesgar todo por mí. Estabas completamente seguro de la respuesta que te iba a dar. Y yo estaba totalmente insegura de mi respuesta. Apenas empezaba a sentir algo, pero eso no significaba que las cosas no pudieran salir mal. 

En fin, el plan inicial había sido ir al cine y que me sorprendieras ahí con todos los demás. Sin embargo, salió un improvisto y por más que lo intenté, no pude ir. Así que ese plan, quedó cancelado. Ese día yo estaba con mi mejor amiga y habíamos quedado de estudiar. Así que fui a su casa y empezamos a hacer la tarea que nos quedaba pendiente para adelantar. Fue ahí cuando nuestra sesión de estudio quedó interrumpida por alguien que tocó a la puerta. 

En el transcurso de nuestras horas de estudio, sentía que algo iba mal. No soy tan observadora ni buena para descifrar que está pasando (menos si son sorpresas) y me caen muy de golpe. No obstante, había estado notando que interrumpíamos constantemente nuestro ritmo de trabajo debido a que mi mejor amiga se mensajeaba y hablaba por teléfono con alguien. Incluso parecía que discutían. En fin, decidí pasar esto por alto, decidiendo que tal vez eran imaginaciones mías y seguimos estudiando aproximadamente otro cuarto de hora.

Volviendo al momento en que alguien tocó a la puerta, ella intentó hacerme saber que había estado planeando algo. Entonces me dijo que me asomara al balcón y fue ahí cuando te vi. Me sentía insegura más que nunca y después de hacerte esperar por un largo rato, decidí bajar. 

Sabía lo que iba a pasar. 

Te acercaste con unas rosas (era la primera vez que alguien fuera de mi familia me regalaba rosas) y unos chocolates y por un momento, se produjo un largo silencio incómodo de esos que se sienten eternos. 

Hasta que conseguiste el valor suficiente y me lo preguntaste....

Y yo, te dije que sí.