—Sasha, cielo, nosotros protegemos a las personas de nuestros enemigos. Pero lo que tú haces es la razón de nuestra existencia.
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Desperté repentinamente incorporadome mientras mi cerebro procesaba en donde me encontraba y así sucedió me encontraba en mi habitación nosé como me había quedado dormida; si el destino de tres personas estaba en mis manos así que me levanté y me dirigí al baño para lavarme la cara y poder despejarme de aquel sueño que había tenido, mientras me miraba en el espejo.
—<<¿quién eres?>>– me quede pensando, nunca se quién realmente me acompaña en mis sueños, lo único que si sé es que esa persona me transmite mucha calma.
—señorita Sasha se encuentra bien– el llamado del otro lado de la puerta me saco de mis pensamientos.
—si, un minuto– secandome el rostro para enseguida averiguar de quién se trataba.
—perdón si la interrumpí– era un chico alto, tez blanca, ojos azules como el mar y cabello rubio largo y lacio– soy el caballero de Virgo, Shaka.
—mucho gusto y claro que no interrumpes; de hecho estaba por salir.
—solo vine ya que el patriarca no la había visto en cuanto regreso y quería saber si necesitaba algo.
—no te preocupes estoy bien muchas gracias, por cierto lo has visto.
—si, está en el campo de entrenamiento gusta que la lleve con el– acepte el gesto de Shaka ya que por alguna razón me transmitió confianza.

Templo de Géminis

—oigan nosotros también deberíamos de idear un plan y ayudar a la señorita Sasha– opinó un chico de cabellera marrón.
—no podemos interrumpir en los planes de Athena, Aioria– le respondió un peliceleste.
—como es posible que no quieras ayudarla Camus.
—Milo, no podemos interferir en lo que ella sabe que es mejor para todos.
—Aioria tú yo hay que hacer un plan.
—no harán ningún plan– el peliceleste miro al escorpión de manera amenazadora.
—que sucede aquí, los dejó solos un par de minutos y cuando  regresó ya están peleando– el guardián de aquella casa, Saga llegó a la sala donde se encontraban los presentes reunidos.
—estos dos cabezas duras quieren intervenir en los planes de la señorita Athena.
—no podemos quedarnos de brazos cruzados sin hacer nada– hablo Aioria.
—asi es no podemos quedarnos de brazos cruzados– los presentes se quedaron sorprendidos ante su comentario– por lo tanto yo la acompañara en su misión– todos quedaron sorprendidos.

Campo de entrenamiento: caballeros aspirantes.

—ya llegamos señorita– miré con asombro aquel lugar gigantesco a mi parecer, y con una vista muy favorecedora ya que estábamos en la parte superior de el campo.
—es gigantesco este lugar– observando a los aprendices en sus entrenamientos y comenzando a bajar.
—debe tener cuidado al caminar por este lugar– mientras buscábamos a Shion.
—lo encontre– Shaka miró la dirección donde señale, para que me siguiera y era de esperarse sí corrí hacia Shion en cuanto lo vi.
—señorita pero que hace aquí puede resultar lastimada por cualquiera de ellos.
—queria hablar sobre algo que tengo en mente.

Santuario de Apolo

—que saben acerca de Hades– pregunto una voz fuerte que se escuchaba en uno de los pasillos.
—nada señor, hasta el momento ninguno de los soldados lo ha visto.
—esto no me gusta nada– susurro para si mismo— vayan por las tres ahora– los soldados se dirigieron de inmediato a la habitación donde se encontraban las chicas.

Santuario de Athena, biblioteca

—digame que plan tiene en mente– tomamos asiento donde se encontraba un escrito y dos sillas un poco descuidadas.
—tengo en mente darle a Apolo una réplica exacta de Nike y de la armadura de Athena.
—creame que es un dios muy inteligente y no creo que lo pueda engañar tan fácil.
—dejame intentarlo se que va a funcionar... porfavor– de manera suplicante.
—esta bien, pero sí no funciona prometame no volver a intentarlo– solo asentí.
Después de platicar con Shion me dirijo a el templo de Saga para contarle lo que tenía en mente.
Para cuándo llegue a Géminis me di cuenta que ya estaba oscureciendo; así que entre rápidamente y buscarlo en la parte privada del templo.

Templo de Géminis: sala privada

—Saga estás aquí– pregunte pero nadie respondió así que lo busque por varias partes, pero no lo encontré hasta que pase por una de las habitaciones.
—¿Sasha eres tú?
—Saga– lo llame.
—puedo hablar contigo.
—claro, de hecho venía a hablar contigo también. Así que abri la puerta y me encontre con el mirando por la ventana.
—acabo de encontrar una forma muy sencilla de engañar a Apolo– emocionada fui hasta el, pero cuando llegue lo vi muy pensativo. Y lo siguiente que dijo me dejó sorprendida.
—Sasha no quiero que me mal intérpretes pero creo que el ir a buscar a Apolo es demasiado arriesgado y no quiero que te pongas en peligro.
—pero que dices, tú mismo me dijiste que me apoyarias– volteando a verme.
—Sasha entiendelo en ese momento lo único que quería era que pensaras las cosas de una mejor manera, además este puede ser el comienzo de una guerra.
—pues no lo sabremos si no arriesgamos, además de que no pienso abandonar a mis hermanas y a Pan.
—Sasha– tomando mis manos— estás segura que funcionará lo que planeas.
—las traeré de vuelta sanas y salvas; te lo prometo– mientras conectabamos nuestras miradas.
—por eso eres mi diosa preferida– para darme un abrazo.
—es la única diosa que tienes– mientras reíamos.

Próximo capítulo
—ya estamos en camino, pronto llegaremos.
—Apolo déjalas libres ya tienes lo que querías.
—ojala de verdad hubiera renunciado a ser Athena no sirvo para esto– dirigiéndome a la salida.
—Sasha espera– Saga se adelantó prohibiendo que pudiera salir.
—que es lo que quieres.
—si renuncias a ser Athena...yo renunció a ser caballero.
—por qué harías algo así.