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Parte 14

Casi a las tres de la mañana, Jongin se cepillaba los dientes mientras Kyungsoo no podía creer que había llegado a tener una confianza así con alguien en su vida. Mientras se ponía cómodo, le contó la desagradable experiencia con sus compañeros de grupo y el mayor de los dos se enfureció.

–¿Pero qué les pasa? Se nota que están celosos y que no saben manejarlo. ¡Qué inmaduros!

–Tal vez tienen un poco de razón– comentó Jongin, pero eso enojó aún más al dueño de casa.

–¿Cómo van a tener razón? Tuviste que prepararte el doble. No es tu culpa que además de trabajador seas talentoso. Me parece una tontería completa, son unos ridículos inmaduros.

–Me gusta que me defiendas.

Kyungsoo se quedó callado y se sonrojó. Afortunadamente para él la luz estaba apagada y no podía ser atrapado en su pequeño momento de debilidad emocional. El hecho de haber estado trabajando tanto, que sus vidas hayan dado un giro tan sorprendente y que no hubieran tenido la oportunidad de verse con mucha frecuencia parecía estar afectándolo. Se había prometido jamás expresarse de otra forma que no fuera la música y estaba ahí, extrañando y deseando pasar tiempo con Jongin, para que él lo consuele, lo consienta y lo llene de emociones contradictorias.

Su cuerpo esperaba al otro muchacho con los brazos abiertos mientras su mente intentaba escapar de todas las formas posibles. Pero no podía. No era tan fácil, porque ya había creado un lazo con Jongin. Uno tan grande, que lo recibía en su casa a las tres de la mañana porque el bailarín había tenido un mal momento después de su exitoso debut. ¿Cómo alguien hubiera podido pensar si quiera que eso le esperaba en el futuro? Cuando practicaba largas horas en el coro estudiantil y se imaginaba su vida como músico, ¿cómo podía imaginar que terminaría enredado con un bailarín que quería ser idol? Una historia así le hubiera causado mucha gracia a su yo del pasado y le estaba dando problemas a su yo del futuro.

Pero el Kyungsoo del presente sólo quería que Jongin terminara con sus asuntos y fuera a la cama. Necesitaba ser abrazado. Por primera vez, se sentía mal y no quería cantar, sino quería calor corporal. Sabía que no era una buena señal, pero era demasiado tarde (o temprano) para intentar buscar una solución.

–Hablar sólo por teléfono no me gusta– Jongin se metió debajo de las cobijas. Se había lavado y olía bastante bien. – Pero es sólo la primera etapa. Cuando nuestros horarios estén definidos, podremos hacerlo, ¿verdad?

–Háblame sobre el concepto del grupo y de tus impresiones del debut. Me gustó mucho, pero me pareció un video un poco triste para debutar. Una historia de desamor. Es interesante.

El menor de los dos se mordió la lengua. Era obvio que Kyungsoo estaba luchando contra sí mismo otra vez. Siempre que había algo que le afectara emocionalmente, intentaba mantener conversaciones frívolas y huir del problema. Eso le preocupaba mucho, porque no podía ayudarlo si no quería ser ayudado.

–Estás helado– susurró Jongin, pegándose más al cuerpo ajeno y buscando contacto físico. Era la única forma en la que podía, más o menos, comunicarse con Kyungsoo.

–Hace frío– fue la única respuesta.

–Bueno, nuestro concepto no es muy sencillo. Vamos a representar los cinco sentidos y cómo cada uno influye en la percepción que los seres humanos tenemos sobre los sentimientos y las emociones. Nuestros vídeos siempre van a mostrar una situación dura con la que tenemos que lidiar. La primera es el desamor, después vendrán otras.

–Eso... es... muy, muy interesante– Kyungsoo se acomodó debajo de las mantas y abrazó al otro chico, exigiendo más información.

–¿Quieres adivinar qué sentido soy yo?– bromeó el bailarín y no pudo ver la sonrisa de medio lado de su acompañante.

–El tacto– aseguró el dueño de casa mientras paseaba sus manos por los fuertes pectorales de Jongin. –Tú todo lo haces con tu cuerpo, ¿verdad?

–Vaya– jadeó el menor de los dos. –Sí que me conoces.

Kyungsoo se acercó a su cuello y dejó pequeños besos mientras bajaba sus manos por los brazos ajenos, sintiendo la firmeza de la piel y los músculos trabajados con tanto empeño. Jongin parecía no poder reaccionar y mantuvo sus propias manos en la espalda de su hyung, temblando un poco por la ansiedad que sentía.

–Están celosos– susurró el cantante, atrapando el lóbulo de su oreja y dejándolo ir enseguida.

–¿Q-qué?

–Tus compañeros. Están celosos de ti, porque eres alto, guapo, atractivo, talentoso, popular y agradable. Podrías ser un solista y te iría mejor que a todos ellos juntos. Tu fandom es el más grande en todas partes y no sólo puedes bailar, también cantas muy bien.

–¿Acabas de decirme todas esas cosas, en serio?– La risa nerviosa de Jongin le causó mucha gracia al otro chico y no pudo evitar reír.

–Parece que pasé tener un primer fan a ser un primer fan, ¿no lo crees? Bueno, como tu primer fan, te diré que intentes ser profesional con esos idiotas que tienes de compañeros, pero no dejes que te humillen o te molesten.

–Eso haré, gracias por el consejo.

–Ni lo digas, tú eres...– Kyungsoo iba a decir que él y Baekhyun eran todo lo que tenía en la vida. Mucho tiempo su profesor había sido el único preocupado por él, pero sólo hablaban por teléfono. Con su manager y su mejor amigo las cosas eran diferentes. –Muy talentoso.

–¿Muy talentoso?

–Hacer música y, especialmente cantar, es como un regalo. Es algo que sale de ti y que entregas a las personas para llenar sus silencios con armoniosas y bellas notas que pueden cambiar desde su día hasta su vida. Esa es la magia de la música. Pero tú no te conformas con eso, tomas toda esa belleza y usas tu cuerpo para interpretarla.

Jongin tomó su rostro y lo besó con ganas. Kyungsoo se dejó llevar por un largo rato y se separó con una risita cuando se dio cuenta que no podía respirar muy bien y tomó mucho aire.

–Creo que es hora de dormir– con un último pico, se acomodó.

Jongin no se quedó tranquilo. No era normal que alguien que se veía tan triste no llorara jamás, no pidiera ayuda y no supiera expresarse de otra forma que no fuera cantando. Kyungsoo necesitaba ayuda emocional y no sabía cómo dársela. 

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