Tulipanes
El edificio que se alzaba delante de ellos era simplemente impresionante, el lujo y el dinero emanaban por los cuatro costados, desde los coches que pasaban por allí hasta las personas claramente con alto nivel social. A Taekwoon le recordó bastante a los hoteles que solía visitar junto a sus padres en cualquier evento, y le dio repelús rememorar aquellos odiosos tiempos, pero como sabía que el motivo de estar allí era algo completamente distinto, decidió quitárselo de la cabeza y disfrutar.
Se preguntó en todo momento como Hakyeon había sido capaz de pagar toda una boda en un sitio como aquel, sabía que entre los sueldos de ambos no iban mal de dinero, pero desconocía hasta que punto. Igualmente lo comprendía, si algún día Taekwoon también daba el paso, tenía claro que no escatimaría en nada, aunque tal vez lo haría más sencillo. La única finalidad de querer casarse era estar unido a Wonsik de manera oficial, realmente le daba igual si la boda era en un lugar de lujo o en el mismo salón de su garaje.
- ¡Woonie!
La voz de su amigo lo sacó de sus pensamientos, Hakyeon se encontraba justo en la recepción, esperándolos. Se acercó a ellos, aunque fue directo a abrazar a Taekwoon, haciendo que su mano, entrelazada a la de Wonsik, se deshiciera.
- ¿Habéis tenido buen viaje?
- Sí. – Respondió algo seco su novio, y volviendo a unir sus dedos.
- Todo genial, Yeonie. Aunque la próxima vez avísanos con algo más de tiempo, ha sido una locura desde que me llamaste.
Y era cierto, había comprado rápido y corriendo dos trajes decentes, preparado una maleta con las cosas más necesarias y había tenido que adelantar cosas en el trabajo para el lunes ir tranquilo a la oficina. A todo esto añadir que no había podido comprar ningún detalle a Hakyeon y tenía un gran remordimiento, aunque conociéndolo sabía que no le importaría.
- Sé que ha sido todo muy de repente... Pero como aquí es legal nuestro matrimonio, Jaehwan y yo quisimos aprovecharlo.
Se le veía tan feliz e ilusionado que Taekwoon volvió a sentir envidia, pero se la guardó por su amigo, no podía estropearle su día.
- En fin, me caso en exactamente trece horas. – Dijo mirando su reloj. – Tiempo suficiente para llevarte a mí despedida de soltero. - Y antes de que pudiera contestarle, de nuevo fue separado de Wonsik y apresado por los brazos del moreno. – Te lo devolveré sano y salvo. – Quiso reír ante la cara de pocos amigos que le dedicó a Hakyeon. – Mi Jaehwan está en el bar, ve con él. Diré que dejen vuestras cosas en la habitación.
Wonsik aceptó el plan repentino de mala gana, se le notaba que no le hacía mucha gracia que estuvieran separados tanto tiempo. Pero la corta, e intensa, despedida fue suficiente como para que Taekwoon se marchara tranquilo, ya que había visto su sonrisa después del beso, y luego se susurraron varios "te quiero" antes de soltar sus manos.
🕺🕺🕺
Le dolía la cabeza, mucho. El sol entraba con fuerza por la ventana, y Taekwoon casi no podía ni abrir sus ojos. Por un momento no tuvo ni idea de donde estaba, tampoco la que hora era, solo sabía que necesitaba que Hakyeon bajara su voz, pues hablaba demasiado fuerte.
- Sí, creo que sigue dormido. Espera, ya no... - Lo escuchó decir. – Nos vemos luego.
Sintió muchio frío, así que buscó algo con lo que taparse, pero no encontró más que una fina sábana. Le sirvió y también la aprovechó para cubrirse la cabeza, así de ese modo la habitación no estaría tan iluminada.
Repasó en su mente la noche anterior, y aunque fueran lagunas, sabía lo que había estado haciendo. Hakyeon lo llevó a una coctelería cerca del hotel para no coincidir con Jaehwan, y recordó que la mezcla con nombre extraño que pidió estaba realmente deliciosa, a pesar de que él no fuera muy fan de las bebidas alcohólicas.
Notó el colchón hundirse a su lado.
- Ya ni me acordaba de lo poco que aguantabas un simple cóctel. – Oyó desde debajo de su cobija. – Tómate esto, no me gustaría que el padrino de mi boda estuviera con resaca.
Notó un clic en la cabeza y abrió los ojos de golpe, su amigo tenía razón. Debía estar ahí para él, igual que Hakyeon lo había estado durante la mayor parte de su vida fuera de su madre. La noche pasada conversaron de todos los momentos vividos, de lo mucho que siempre se habían apoyado mutuamente, así que a pesar del horrible dolor de cabeza, Taekwoon se destapó y aceptó la pastilla, deseando encontrarse como nuevo al instante.
- Deberíamos comenzar a prepararnos, nuestros respectivos prometidos ya están allí.
- ¿Cómo?
- Wonsik ha venido a traerte el traje y se ha ido con Jaehwan.
La extraña amistad que había surgido entre su novio y el de su amigo le pareció curiosa. No tenían nada en común y aun así se llevaban bien, aunque no sabía que fuera hasta el punto de que Wonsik no lo esperara para ir juntos a la ceremonia. Solo había pasado una noche sin él y ya lo echaba de menos.
Decidió dejar ese pensamiento a un lado para centrarse en asearse, y estar lo más presentable posible. La ducha le vino bien, y desayunar entre risas con su mejor amigo en la habitación del hotel hizo un buen efecto reparador. Lo ayudó a ponerse el traje, y a Taekwoon le pareció demasiado sencillo para ser el novio, aunque no le dijo nada. Igualmente el color blanco de la tela hacía un contraste perfecto con el moreno de su piel.
Luego se puso el suyo, camisa negra y chaqueta con tonos rojos; pantalones ajustados y zapatos de charol, se miró al espejo para terminar de arreglarse el pelo, recordando la reacción de Wonsik cuando se lo probó hace dos días, y terminó sin él.
- ¿Por qué sonríes? – Preguntó Hakyeon a su lado, y notó su cara arder. Giró su cabeza para responderle, pero la flor que tenia en su mano lo distrajo. – Es un tulipán, muy típico en Holanda – Mientras lo decía se lo colocó en el bolsillo superior de la chaqueta. – Principalmente representan el amor... Y los de color rosa son para el fraternal.
Taekwoon tenía claro que iba a llorar en la boda de su amigo, lo que no se esperaba era hacerlo sin ni siquiera haberla comenzado. No dijo nada más, simplemente lo abrazó, Wonsik era lo más importante en su vida, pero Hakyeon también significaba mucho para él.
🌷⚘🌷⚘
A diferencia del lujo del hotel, el lugar de la ceremonia era de lo más sencillo, aunque nada quitaba lo precioso que estaba todo. La entrada al jardín del evento estaba rodeada de grandes arbustos verdes decorados con tulipanes de todos los colores posibles, todo era al aire libre y si por fuera era así de bonito, Taekwoon ya tenía muchísimas ganas de ver el interior.
Pero no podía. Hakyeon le había pedido que lo acompañara al altar por la ausencia de sus padres, y pensó que era una pena que justo ese día operaran a su madre de la cadera, pues se perdería el gran paso que daría su hijo.
Le colocó a su amigo un mechón que se le había salido de su sitio, y después le ajustó la pajarita blanca, tenía que estar perfecto para el gran momento.
Los invitados ya se escuchaban desde el otro lado de los arbustos, incluso sonó el ladrido de un perro, y algunas voces de niños. Hakyeon le había contado que no había venido mucha gente, únicamente los amigos más cercanos a ellos que sí habían podido viajar hasta Holanda.
Lo oyó respirar profundo antes de hablar, se le notaban los nervios:
- Bueno... llegó la hora.
- ¿Estás listo?
- Yo sí... ¿Y tu?
- No creo que sea muy complicado llevarte hasta Jaehwan. – Respondió con diversión.
- No me refiero a eso.
Y dicho esto, vio a su amigo arrancar un tulipán rojo de la decoración y colocarse delante de él con una expresión en su cara muy distinta a la que llevaba viendo desde que había aterrizado en el país holandés.
- Estos representan el amor eterno, y... - Suspiró con una sonrisa en la cara. - Es el que deberías llevar tú hoy. – Taekwoon no comprendía ninguna de sus palabras, sobretodo mientras le quitaba la flor del bolsillo y la substituía por la de color rojo.
- Hakyeon...
- Me encantaría llevarte al altar... - Le cortó. - Pero hay alguien que se ha ofrecido.
La mirada de su amigo pasó a quien estuviera detrás suyo y por inercia se giró, intentando entender lo que estaba ocurriendo. Los ojos se le abrieron ¿Qué hacía su hermana allí? ¿Porqué también vestía de blanco?
- Vaya... por tu reacción imagino que no has sospechado nada. – Dijo ésta cruzándose de brazos y con otra sonrisa cómplice.
- Creo que después de esto me haré actor de doramas. – Comentó Hakyeon colocándose a su lado y en la misma posición.
- ¿Qué... qué está pasando? – No tuvo más remedio que preguntar, aunque las palabras no conseguían salir con claridad.
- Lo que pasa, Woonie, es que tu Wonsik te está esperando al otro lado, con más nervios de los que tienes tú ahora mismo, y está listo para casarse contigo.
Taekwoon asimiló las frases de Sora con lentitud, tal vez porque no terminaba de creérselas o seguramente porque se trataría otro de sus sueños mezclado con las ganas que tenía que toda la situación fuera real. Abrió la boca para hablar, pero no sabía ni que decir, las manos le temblaban y las ganas de llorar eran claramente evidentes.
Vio a Hakyeon hacer algún tipo de señal en la entrada principal, y después de guiñarle un ojo desapareció, dejándolo a solas con su hermana.
- Disfruta este momento. – Le susurró mientras le ofrecía su brazo, y Taekwoon, aún tembloroso se agarró a él. - ¿Sabes que lleva meses preparando todo esto?
Su cabeza comenzó a retroceder algunas semanas mientras caminaba con paso lento, preguntándose si el motivo por el que encontró un anillo suyo en el estudio de Wonsik, era ese; confirmando en cada pisada que los detalles de la decoración eran obra suya.
Sólo él colocaría todos los colores existentes en los tulipanes en la entrada de una boda.
Avanzó un poco más.
Sólo él haría que todos los invitados a la ceremonia vistieran de blanco.
Cada vez estaba más cerca.
Sólo él usaría un traje color verde clorofila para su propia boda.
Taekwoon asimiló toda la situación cuando sus manos al fin se tocaron.
Se estaba a punto de casar con el hombre perfecto, aquel al que no había soportado al principio, y el mismo que lo había sacado de quicio en muchas ocasiones, pero la misma persona que en muchísimas otras lo había enamorado cada día más.
- Hola, gatito. – Dijo simplemente con aquella sonrisa suya, agarrándolo de los dedos y dejando un beso en los nudillos, igual que lo haría un príncipe de cualquier cuento, aunque definitivamente Wonsik los superaba a todos. - ¿Listo para pasar toda una vida juntos?
- Siempre lo he estado.
- Entonces, vamos allá. – Y tiró de él para estar a la misma altura.
- Espera.
Su voz habló lo suficientemente alta como para que todos quedaran en silencio, hasta el mismo Wonsik se sorprendió. Pero el único motivo de parar el comienzo del discurso del juez, no fue otro que el de necesitar besarle, y por supuesto lo hizo. Se abalanzó a sus labios con ganas, entrelazando sus manos en su cuello, recorriendo cada recoveco de su boca.
- ¿Sabes que esto suele venir después, no? – Susurró su pelirrojo cuando ya les faltó aire para seguir.
- ¿Y desde cuando haces tú las cosas correctamente?
Wonsik unió sus frentes.
- Te quiero, Taekwoon. – Fue su única respuesta.
- Te quiero, Wonsik.
Y justo después de aquellas muestras de cariño, que hicieron a los invitados gritar de la emoción, todo siguió su curso de modo perfecto. El juez habló del amor, de la unión de dos almas gemelas e incluso de la importancia de un poco color en la vida de las personas. Mencionó un futuro donde Taekwoon los veía a la perfección, no en el porche de una casa y dos mecedoras, pero sí envejeciendo en un sofá rojo con manchas de pintura.
Tal vez el momento que más enterneció a Taekwoon fue el ver a su precioso sobrino llegar hasta ellos, acomañado del pequeño Buttie, y con un cojín lila en sus manitas, en él se acomodaban dos alianzas plateadas.
- Un día aparecí en la cafetería de mi mejor amigo... – Comenzó. – Y me encontré un gatito que me cautivó al instante. Al principio era algo tímido, pero eso no le quitaba lo precioso que era. – Wonsik tomó el anillo. – él me ayudó a reflotar mi inspiración, a ver el mundo con muchos más colores y a descubrir un sentimiento que ni sabía que existía. – Notó el frío del metal rodear su dedo, percatándose a pesar de las lágrimas que querían salir de sus ojos, del detalle azul que tenía. – Hoy quiero seguir esa aventura, pero solo si es contigo, gatito. ¿Te apetece?
- Por supuesto. – Pronunció perdiéndose en sus ojos sinceros.
Taekwoon tembló al coger la otra alianza con el detalle en rojo. Él por supuesto, no había preparado ningunos botos nupciales, aún así sus palabras salieron solas.
- En mi caso iba caminando... y en el escaparate de una tienda vi un cuadro que me llamó la atención. En ese instante me pregunté quién sería el loco que pinta un lienzo con tales incoherencias cromáticas, y recrea una escena tan bonita como la de una primera cita. – Ambos se sonrieron. – La verdad, nunca pensé en amar a alguien que me sacara de mis casillas tan rápido y a la vez me hiciera descubrir un mundo de colores. – Le colocó el anillo lentamente. – Te acompañaré allá donde vayas, Sikkie.
Taekwoon escuchó el típico "os declaro oficialmente casados" a lo lejos, pues ya tenía los labios de su ahora marido pegados a los suyos. Creyó también oír los vitoreos de la gente, sus gritos de "vivan los novios" y algunos enhorabuenas, pero como estaba tan inmerso en un beso perfecto, decidió dejar los agradecimientos para después.
Por un momento se sintió como la protagonista de aquella película, pero la gran diferencia era que todo era real y la felicidad no era fingida. Los créditos tampoco aparecieron porque ese instante era la continuación de su propia historia de amor, y lo que estaban viviendo ahora era otro momento a añadir.
Uno de muchos más.
💍💙❤💍
Me ha hecho gracia leer en los comentarios del anterior que habría un funeral... ¿Tan mala creeis que soy?😂😂
Con lo bien que me lo he pasado escribiéndolo❤
Pregunta:¿Os apetece parte 3? (Fiesta/noche de bodas😏/un poco de Hyukbin/Haken) ¿O lo veis muy largo ya el fanfic? No era mi idea principal escribirla, pero algo puedo hacer🤗
Besitoss😘😘
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