9. Real
Las noticias no hablaron de otra cosa durante toda la mañana, y la gente parecía bastante interesada en el tema, así que Hyuk no tuvo más opción que subir el volumen de la televisión de la cafetería para que sus clientes escucharan con atención a los reporteros.
Ravi ha vuelto para protestar en contra de la nueva ley y lo ha hecho de la manera más original, pues ha calcado un dibujo que días atrás había sido borrado por la policía.
Se escucharon comentarios de todo tipo, desde gente indignada a personas que admiraban su valor, desde luego su pequeña hazaña daría mucho de qué hablar.
- Es impresionante... - Hyuk levantó la mirada del vaso que estaba secando en ese momento. – Me encanta su actitud, si yo tuviera la oportunidad también lo hubiera hecho. - Hongbin se apoyó en la barra sonriendo. - ¿Tu qué opinas?
- Creo que el que lo ha hecho está loco. – Habló fijándose en lo especialmente guapo que estaba hoy el fotógrafo.
- Pues ojalá más gente tuviera ese tipo de locura, todos deberíamos ser como Ravi.
- ¿Lo conoces? – El castaño asintió.
- Hace tiempo que sigo sus obras, son realmente originales, reflejan con claridad la personalidad del artista a pesar de no saber quién es, creo que es brillante.
Era la primera vez que Hyuk sentía un punto de odio, o tal vez celos, hacía su mejor amigo. Hongbin era otro fan incondicional de Ravi, y le contó incluso que en una de las oportunidades pujó por uno de sus cuadros en una subasta.
- Me encantaría conocerlo. He escuchado por la redacción que Taekwoon lo va a entrevistar, sinceramente espero que lo consiga y poder hacerle una sesión de fotos.
Por un momento Hyuk quiso decirle que él conocía al mismísimo Ravi en persona e incluso que era su mejor amigo, pero sabía que la definición de arriesgar de la que estuvo hablando con Wonsik la noche anterior no era aquella, si no otra muy distinta. Como ser capaz de invitarlo al bar musical donde un grupo versionaba canciones de todas las épocas, incluida la de Billy Joel.
Pero toda la decisión que tenía en ese instante se perdió al ver a su amor platónico responder el teléfono con un "Hola cariño", y una despedida con la mano demasiado rápida. Suspiró, pues en ese instante hubiera dado lo que fuera para que ese saludo fuera dirigido a él y no al actor guapo y perfecto que lo había llamado.
Siguió con su jornada laboral algo más desanimado que de costumbre, y para añadir sal a la herida, el drama de Park Yesung comenzó a emitirse en su televisión justo después de las noticias de la tarde, y los comentarios de las pinturas de la calle fueron sustituidos por halagos hacía lo guapo que estaba en ese traje azul marino o lo buen actor que era.
Hyuk solo quiso vomitar, aunque por desgracia tenía que admitir que la parte femenina de su clientela tenía toda la razón.
.
La tarde fue más llevadera, una empresa extranjera tenía una reunión con los directivos de la revista, así que estuvo preparando aperitivos sin parar y por suerte sin pensar en Hongbin. Cuando se dio cuenta, el reloj ya pasaba de las nueve de la noche, así que en cuanto terminó de colocar las últimas tazas de café en su lugar, decidió cerrar y volver a su casa, pero una silueta apoyada en una de las paredes cercanas a la cafetería, lo hizo parar sus pasos, al menos cuando distinguió de quien se trataba.
- ¿Hongbin? – El aludido lo miró, pero no con su típica sonrisa. - ¿Qué haces aquí?
- Yo... no me apetece volver a casa.
- ¿Te encuentras bien? – Lo oyó suspirar. – No tienes buena cara. - Hyuk conocía todas sus expresiones y sabía que detrás de aquel intento de sonrisa, pasaba algo.- ¿Quieres hablar?
Preguntó aquello con algo de miedo, pensaba que tal vez lo molestaría, pero le partía en dos verlo de esa manera. Casi parecía que estuviera dispuesto a contarle lo que le pasaba, pero no fue así.
- Prefiero no aburrirte con mis problemas.
- Entiendo. – Hyuk agachó la cabeza, algo decepcionado, por un instante creyó que confiaría en él. – Bueno, sea lo que sea, seguro que se soluciona.
Por un momento se formó un silencio incómodo al verlo sonreír de nuevo, pero con la mirada triste y sin respuesta a su última frase. Hyuk estaba dispuesto a marcharse para no alargar el momento, pero al abrir la boca para despedirse Hongbin se le adelantó.
- ¿Quieres venir conmigo? – El menor abrió mucho los ojos. – Tengo entradas para un club, hay un grupo que versiona canciones de cualquier año, inclusive la de Billy Joel. – Esta vez sonrió de verdad. - y también hacen unos cócteles deliciosos.
Hyuk se quedó sin respiración y sin habla, dudando de que si realmente su chico de hoyuelos le estaba proponiendo el mismo plan que él tenía pensado. ¿Aquello estaba pasando de verdad?
- Si no puedes lo entiendo... has estado todo el día trabajando, y estarás cansado...
- Me encantaría. - Respondió sin pensarlo dos veces.
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Hongbin tenía razón, pues la noche anterior había dormido solo un par de horas, por culpa de cierto amigo, y luego había abierto temprano la cafetería, solo le apetecía tumbarse en la cama y descansar.
Pero esta vez no haría caso a su cansancio, si no a su tonto corazón que no paraba de latir rápidamente cada vez que el castaño le dedicaba una mirada. Fueron hasta el local en su coche, hablaron de todo y de nada durante todo el camino, haciendo que el menor estuviera cada vez más relajado y por consiguiente con la confianza que siempre quiso tener con él. Para Hyuk, Hongbin era el ser perfecto en todos los sentidos, pero el conocerlo más a fondo fue la clave para saber que no exageraba.
Se sentaron en una mesa cerca del escenario, los músicos ya habían comenzado a tocar, y ambos escuchaban con atención el bonito tono de voz del cantante principal. Bebieron los cócteles escogidos especialmente por Hongbin y siguieron comentando la actuación, al menos hasta que la canción de Billy Joel sonó por los altavoces. Los dos se miraron y sonrieron, y sin vergüenza alguna, comenzaron a cantar al compás del vocalista.
Lo que parecía que estuviera torturando a Hongbin hacía unas horas, había desaparecido por completo, Hyuk disfrutó de su compañía hasta el final e incluso cuando tuvieron una tonta discusión por ver quien pagaba las bebidas.
- Lo he pasado muy bien. – Dijo el mayor en cuanto subieron al coche camino a su casa. – hacía tiempo que no me divertía tanto.
- Bueno, cuando sales con... tu novio... - Le costó pronunciar esa palabra. – también lo haréis ¿no? – Imaginó que fue el poco alcohol que llevaba encima el que hizo atreverse a preguntar eso, y se arrepintió en cuando la sonrisa de su acompañante se esfumó.
- A él no le suelen gustar estas cosas... además no podemos ir a lugares públicos sin que lo acaparen las fans, o ir a algún lado sin que lo sepa su mánayer. – Suspiró. – Últimamente está más pendiente de su trabajo que de nosotros dos.
Hyuk se sintió mal cuando lo vio entristecer, a veces era un bocazas y se merecía un golpe bien dado. Hongbin continuó hablando.
- Esta noche iba a venir conmigo al pub, pero ha habido problemas con el rodaje y se han tenido que quedar más días en la isla Jeju. En realidad no me importa, es su trabajo, pero no es la primera vez.
- Siento haberlo mencionado. – No sabía que más decir, se sentía realmente estúpido.
- Más lo siento yo... no quiero que pienses que te he invitado por compromiso o no se... - soltó una leve carcajada. – realmente quería salir esta noche. Gracias Hyuk.
Su pulso se aceleró cuando le cogió de la mano mientras sonreía, no sabía la de veces que había soñado con una simple conversación más a allá de la cafetería, pues lo que estaba viviendo en ese momento era toda una realidad que le costaba creer.
- ¿Es aquí? – Preguntó Hongbin una vez habían parado delante de su edificio, Hyuk asintió.
No quería que la noche terminara, pero en ese instante no tenía el valor para arriesgarse como le había aconsejado Wonsik, y aunque debería de estar feliz por lo mal que le iban las cosas al fotógrafo con su novio y tal vez aprovechar la oportunidad, aún no creía que fuera el momento. Suspiró entristecido y fingiendo una falsa sonrisa se despidió.
- Buenas noches.
El mayor le respondió de la misma manera y él abrió la puerta del coche para salir, pero de nuevo la mano le fue apretada.
- Hyuk...
Y con la misma rapidez que Hongbin pronunció su nombre, lo estiró hasta que cayó otra vez en el asiento, cara a cara con el castaño y seguidamente con su boca pegada a la suya.
No tardó en corresponder, pues el cosquilleo que sintió en el estómago lo hizo aferrarse a su camiseta y disfrutar de aquello como tantas veces lo había soñado. En ese caso era muy real, mucho mejor que lo imaginado, con sus lenguas entrelazadas y saboreándose el uno al otro.
Tal vez en la calle la temperatura era bajo cero, pero la que había en ese momento en el coche era mucho mayor, sobre todo cuando las manos de Hongbin bajaron a la cintura de Hyuk para cogerlo con facilidad y sentarlo sobre él. El menor se acomodó colocando las piernas a cada lado de las contrarias, en ningún momento se soltaron la boca.
Hyuk sintió una mano deslizarse por debajo de su camiseta y sintió un escalofrío recorrerle de arriba abajo y por consiguiente, algo que lo hizo volver a la realidad de la que no quería salir. Se separó muy a su pesar, con la respiración entrecortada y con la cara ardiendo.
- Hongbin... - susurró mientras lo apartaba por los hombros, pero este solo aprovechó para lamer su cuello. – Hongbin, para...
- ¿Qué pasa? – Dijo con la voz ronca y contra su esternón.
- Tú no quieres hacer esto. – Acarició su pelo que había agarrado con anterioridad sin darse cuenta.
- Sí que quiero. – Y volvió a subir a sus labios.
- No. – Respondió como pudo, impidiendo con dificultad que su lengua invadiera su boca.
Ambos suspiraron intentando regularizar sus respiraciones demasiado sonoras y quedaron en silencio, y mirando cada uno para un lado completamente avergonzados.
- Lo siento. – Habló al fin el mayor. – Yo...
- No digas nada. – Se bajó de su regazo abriendo la puerta del conductor y saliendo. – Gracias por esta noche, Hongbin.
Se sonrieron levemente y con la mano se despidieron, Hyuk quedó parado en medio de la calle, mirando como el coche desaparecía en una de las esquinas. Aquella noche le costó pegar ojo, aun sentía el recorrido de su lengua por el cuello o sus labios carnosos amoldados a los suyos. No tenía ni idea de que significaba lo que había pasado, ni las consecuencias que tendría, tampoco sabía cómo iba mirarlo a la cara después de aquello.
Lo que si tenía claro era que la realidad superaba, en este caso, a sus sueños.
❤☕📸❤
Una curiosidad: la historia del Hyukbin está basada en un sueño que tube😏
Capi dedicado a l@s Hyukbin shippers, sobretodo a una a la que le tengo mucho aprecio😊
He pensado que habrán dos dias de actualización, los lunes y los jueves... (y si voy bien tal vez los sábados)
Besitos😘
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