44. Bolígrafo
La mañana del domingo estaba siendo sumamente aburrida, lo único que lo entretuvo fue la foto que Hyuk le había mandado de su pequeño Buttie jugando con uno de sus muñecos. Sonrió ante la pantalla mientras reproducía otro vídeo, en él el peludo no paraba de ladrar a Hongbin por no darle el juguete. Le gustaba ver a su mejor amigo tan feliz, y lo mejor de todo era que tal vez en poco tiempo Wonsik también estaría en la misma situación.
Tenía muchas ideas en mente, pero ninguna de ellas le parecía lo suficientemente buena. Rumió el plan peliculero de Hyuk varias veces, pero sabía que no se podía arriesgar. Por lo que había escuchado de los trabajadores de la mansión, la futura boda estaría vigilada por los cuatro costados, desde el parking donde estacionarían los invitados, hasta los mismos vestuarios donde los novios se cambiarían. Así que esa opción quedaba descartada por el momento.
Mientras pensaba volvió a abrir la galería de imágenes, muchas veces el montón de fotos que tenía de su gatito lo ayudaba a desarrollar su imaginación, pues sus ganas de estar a solas con él eran demasiadas, sobre todo desde que tenían encuentros a escondidas, y por desgracia nunca pasaban de los besos. Lo necesitaba, su alegría masculina se lo advertía cada mañana y Wonsik solo la mantenía a raya con una buena ducha de agua fría. Era desesperante, pero no podía hacer nada.
Taekwoon siempre estaba ocupado, si no era por la empresa era por culpa de la odiosa de su madre o la idiota de su prometida. Si no existieran los momentos en los que se colaba en su cuarto o los días en los que lo llevaba al trabajo, nunca podía disfrutar de él, y por ello necesitaba un plan en cuanto antes.
Pero de mientras no se le ocurrió mejor idea que jugar un poco, sabía que se arriesgaba, pero si salía bien valdría la pena. Volvió a desbloquear el teléfono, siempre le fascinaba la imagen que tenía de fondo, una de su gatito durmiendo y que le tomó una mañana después de haberlo hecho gritar durante toda la noche. Buscó las conversaciones con él y comenzó a escribir justo después de hacerse una foto desde arriba, con el torso desnudo.
Aquí te espero, gatito.
Y le dio a enviar.
Para su sorpresa, Taekwoon lo leyó al momento, y sonrió cuando en el mismo instante dejó de estar en línea. Ya se lo estaba imaginando mirando el teléfono rápidamente en medio de su desayuno con su prometida. Luego seguro que se había sonrojado y lo había escondido intentando disimular de manera adorable.
Como era aún temprano decidió dormir en su día libre, y esperar a que fuera de noche para escabullirse de nuevo a su habitación, pero unos golpes en la puerta lo sobresaltaron. Por un momento deseó que fuera su Taekwoon, pero sabía que era imposible, veía complicado que hubiera venido tan rápido, igual la abrió dispuesto a no acceder a nada que lo hiciera mover un solo músculo.
Pero para su sorpresa el rostro más precioso del mundo apareció detrás de la puerta, llevaba esa camisa blanca que tan bien le sentaba junto a unos pantalones negros, y lo mejor de todo su atuendo eran esas añoradas gafas rojas. Wonsik cambió el chip de "no acceder a nada" al de estar dispuesto a tener todas las agujetas del mundo, así que le dedicó una sonrisa con la intención de robarle un beso, pero una mano en su pecho desnudo lo detuvo, dejándolo con los labios en forma de pez.
- No mereces que haya fingido estar enfermo para no ir al club con mi madre y Seohyun. – Y se cruzó de brazos, completamente serio.
- ¿Qué te pasa? – Dijo con el ceño fruncido.
Pero la única respuesta de Taekwoon fue enseñarle el teléfono con su reciente foto, y Wonsik no pudo más que soltar una carcajada.
- ¿No te ha gustado? – Y sin cambiar su expresión lo atrapó de las caderas, acercándolo a él. El pelinegro no se resistió en ningún momento, pero tampoco le siguió la broma.
- ¿Qué hubiera pasado si lo llego a leer delante de alguien? ¿O que me lo hubieran quitado?
- A lo mejor hubiera sido una buena manera de decirles que te mueres por el jardinero y que dentro de muy poco te fugarás con él. - Jugueteó con uno de sus mechones mientras hablaba.
En ese instante logró ver como los ojos de Taekwoon brillaron más de lo normal, absolutamente precioso y cambiando esa expresión de falso enfado a la de enamorado, la favorita de Wonsik. Se sonrieron antes de chocar sus labios sin saber quién lo había comenzado, y les dio igual porque el beso ya era claramente intenso desde el primer roce.
Se separaron solo por necesidad de respirar, pero eso le vino bien para apreciar el ya típico sonrojo de su gatito.
- ¿De verdad nos fugaremos? – Preguntó como si de un niño se tratara.
- Por supuesto.
- ¿Y si no funciona? – Taekwoon agachó la cabeza, pero rápidamente se la levantó con un dedo bajo su mentón.
- Entonces te raptaré, y no pediré rescate.
Supuso que le pareció buena idea, ya que su respuesta fue colgarse de su cuello y saltar hasta rodear su cadera con las piernas. Wonsik por inercia lo sujetó fuerte de los muslos, acomodándoselo a su cuerpo, encajando a la perfección tal y como debía ser. Cerró el pestillo como pudo antes de llevárselo hasta la cama mientras besaba cada parte de su cara, haciéndole cosquillas y deleitándose con su risa.
Lo tumbó sobre el colchón y se colocó encima, con los codos apoyados a cada lado de su cabeza para no hacerle daño. Le dedicó una última mirada antes de abalanzarse sobre sus labios de nuevo, haciendo que su lengua recorriera cada recoveco de su boca, creando un beso lo suficientemente lascivo como para que el ambiente comenzara a caldearse al instante.
Se necesitaban tanto el uno al otro, que no tardaron nada en comenzar a disfrutar del cuerpo contrario, Taekwoon volvió a la rutina de recalcar sus tatuajes, haciendo que su piel se erizara a pesar del calor que hacía. Wonsik comenzó a frotar su ya abultado miembro sobre él, recibiendo como recompensa sus ardientes gemidos. Esta vez sí, nadie iba a impedir que aquella mañana de domingo fuera absolutamente perfecta.
Metió sus manos bajo la camisa blanca, desabotonándola a la vez que acariciaba su blanquecino abdomen, y su gatito no hizo más que dejarse hacer cuando continuó con la misma acción por el resto de su cuerpo, hasta finalmente dejarlo completamente a su merced. Se separó por un instante para observar tal obra de arte mientras terminaba de quitarse la ropa que le quedaba, y de ese modo estar ambos en las mismas condiciones. Pero si tardó en hacerlo fue solo porque necesitaba tener esa imagen en su cabeza para toda la vida, Taekwoon con el pelo revuelto, las gafas rojas sobre su nariz algo torcidas, desnudo y claramente excitado. Se relamió.
- ¿Qué pasa? – Preguntó al ver que Wonsik no movía ni un solo músculo.
- Que eres mi mayor inspiración. – Respondió antes de volver a la posición inicial y robarle un beso. – Lo mejor de mi vida. – Otro beso. – Te quiero, Jung Taekwoon.
Cada vez le sorprendía más la facilidad con la que le salían esas palabras azucaradas que tanto había criticado en su momento, pero con tal de recibir esa sonrisa por parte de su novio a cambio, era capaz de decirlas a todas horas, buscar en libros, series o internet muchas más, y no se cansaría nunca.
Igual que hacer el amor con él.
Adoraba el modo en el que se mordía el labio, intentando sin éxito el no gritar cada vez que lo embestía; le encantaba cuando sus caderas y boca le pedían cada vez más duro o fuerte, y no podía evitar derretirse cuando Taekwoon gemía su nombre entre lamidas y mordiscos. Le pareció escuchar lo mucho que lo había echado de menos, a lo que respondió con una clara succión de cuello y una marca que seguramente tendría que tapar para evitar problemas.
Cuando sus respiraciones se volvieron mucho más erráticas de lo que ya estaban debido al sumo placer que ambos sentían, no tardaron en terminar rendidos, sumamente felices de haberse entregado el uno al otro por primera vez en mucho tiempo. El sudor perlaba sus frentes mientras se miraban con cariño, y sus labios volvieron a pegarse nuevamente mientras Wonsik abandonaba su interior.
Le gustó tumbarse sobre su pecho sin decir palabra mientras escuchaba su acelerado latir del corazón, y lo relajó de sobremanera que acariciara su pelo lentamente. Daría todo lo que fuera por que el tiempo se detuviera en ese mismo instante. Permanecería en esa posición toda la vida, con ratos para descansar, y de ese modo volver a la lujuria con más fuerzas.
- Sikkie... - Su melodiosa voz lo sacó de sus pensamientos, contestó con un sonido de garganta. - ¿Ibas en serio con...lo de – lo miró desde abajo para descifrar lo que tanto parecía costarle decir - ...lo del traje?
Por un momento no entendía lo que quería decir, pero le vino a la mente la perfecta imagen de su gatito vestido de novio, e inmediatamente se dio cuenta. Wonsik nunca había pensado en nada parecido a casarse, pero tampoco lo hizo con la idea de enamorarse y allí estaba, abrazado al ser con el que haría todo y más.
- Claro que sí.
- Ah. – Susurró volviéndole el sonrojo a la cara, seguramente pensando como continuar. – Entonces, tú quieres... ¿casarte?
- Solo si es contigo. – Taekwoon le sonrió. – De hecho, te lo voy a pedir oficialmente.
- ¿Qué? – Ahora fue Wonsik quien levantó las comisuras de sus labios, y luego se levantó de la cama.
E igual que no planeó el tener novio, amar a alguien, reconciliarse con su padre o trabajar con niños, tampoco lo hizo con la propuesta que le vino a la mente en ese momento. No era experto, pero sabía que esas cosas se solían hacer con un anillo. Pero el problema era que él no tenía ninguno, ni siquiera nada con lo que hacerlo oficial, pero sí había algo que podría servir.
Sonrió al encontrar un bolígrafo en su mochila, lo tenía de casualidad cuando firmó unos papeles con Yangmi y lo guardó como un objeto más, pero ahora tendría un significado.
Volvió a la cama, se sentó y Taekwoon se colocó a su altura, mirándolo extrañado, le hizo gracia verlo temblar como un flan, y lo comprobó cuando le tomó de la mano derecha. Quitó el tapón del boli, y con sumo cuidado colocó la punta en el anular, justo donde debería haber un anillo, luego comenzó a dibujar mientras hablaba:
- No es de oro ni de plata, y ni siquiera tiene diamantes. –Trazó varias líneas sobre la piel, rodeando el dedo. – Y li más seguro es que cuanto te des un baño se borrará. – Lo vio muy sencillo, así que lo decoró con redonditas. – Pero mira la parte buena, nunca lo vas a perder y cada vez que no esté, te haré otro diseño.
Dio su toque final añadiendo un corazón en la parte de arriba. Sonrió satisfecho antes de cogerle la mano y darle un beso en ella. Lo miró a los ojos detrás de las gafas, le pareció verlos llorosos, aun así continuó. No sabía porque estaba tan nervioso, si tenía claro que iba a recibir una respuesta afirmativa.
- ¿Te casas conmigo, gatito?
Taekwoon asintió con la cabeza muy lentamente, luego sonrió tan ampliamente que pudo verle las encías, y a todo ello lo acompañó un sonoro "¡SÍ!".
Se abrazaron, besaron y se acariciaron tirados en el suelo, la efusividad de su ahora prometido, los hizo caer sobre la alfombra que decoraba la habitación. Como toda la escena ocurrió sin ropa alguna sobre sus cuerpos, el calor volvió en pocos segundos, y celebraron su reciente compromiso por todo lo alto, aprovechando siendo aquella mañana de domingo la mejor de sus vidas.
❤👨🏻🎨👨🏻💻❤
Cuando terminé de escribir este capi pensé que me había precipitado con el tema de una proposición de matrimonio, ya que en el tiempo de la historia no han pasado ni cuatro meses... peero luego me dije: ¡Es Ravi! Si a él le da la gana pedirselo ahora que lo haga... y entonces tuve una batalla conmigo misma y mira quien acabó ganando 🤣🤣
En fin... esto pasa en mi cabeza todos los días...🤦🏼♀️
¡Nada más! Os dejo con sobredosis de dulzura y ñoñerias varias😍 ¿Os ha gustado la propuesta? Creo que es muy Ravi ^^
Besitos!😘😘
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