3. Inalcanzable
Hyuk sabía que la idea de su amigo era una locura, Wonsik no solo había permanecido en el anonimato por diversión, si no por no ser atrapado. Sus obras lo habían hecho famoso y a la gente parecía gustarle, pero el que su arte estuviera plasmado en algunas paredes de lugares públicos no era algo que a la policía le pareciera bien, así que podía decir que su amigo estaba en busca y captura, y Hyuk encargado de ser su cómplice online y voz en muchas conversaciones telefónicas, también era conocedor de las advertencias de la parte legal de su país.
El que aceptara hacer esa entrevista era muy arriesgado, y podía dar muchas más pistas a la policía, definitivamente no era un buen plan. Pero el que lo fuera o no, a Wonsik le era indiferente, y Hyuk lo conocía suficiente como para saber que cuando se le metía una idea en la cabeza, era imposible arrebatársela.
Miró el reloj, aún le quedaba por recoger algunas mesas y hoy estaba extremadamente cansado como para terminar, pero sabía que mañana sería un día duro, así que se olvidó de su amigo por un rato, encendió la radio y comenzó a imitar el silbido de la canción que sonaba en ese momento mientras cogía la bandeja. Lo conocía muy bien, pues era una melodía que le recordaba a su padre.
- No sabía que conocías a Billy Joel. – Una voz inigualable lo sobresaltó y comenzó a temblar. No podía evitar hacerlo, era su debilidad, aun así cogió fuerzas y se giró.
- Ssi... - Sonrió, quiso decir más, pero no lo logró, como siempre, las palabras se le atragantaban cuando lo veía.
- ¿Sabes? Esta canción sonó cuando hice mi primera sesión de fotos... Fue todo un desastre.
A Hyuk le gustaban los hoyuelos que se le formaban a Hongbin cuando sonreía, su siempre combinación de chaqueta con una camiseta simple y los ricitos castaños que caían sobre su frente.
- ¿En serio? – Logró pronunciar a pesar de haberse perdido en sus ojos.
- Un día para no olvidar, ya te contaré.
Hyuk asintió y siguió con sus tareas, aun estando a solas con el hombre de sus sueños. Hongbin era el fotógrafo de la revista, encargado de realizar las mejores sesiones de fotos para todas las portadas y algunos artículos. A pesar de su juventud, el muchacho castaño había ganado varios premios y era alguien muy reconocido en el mundo de la fotografía.
Pero el menor siempre veía más allá de su fama, pues llevaba enamorado de Hongbin desde la primera vez que lo vio, y aunque sus esperanzas con él fueran nulas, a causa de su noviazgo con un reconocido actor de dramas, se conformaba con la bonita amistad que mantenían.
Había muchos atardeceres como aquel, donde Hongbin se quedaba horas de más para preparar decorados o elegir con minuciosidad la mejor foto, y en cuanto se le comenzaban a cerrar los ojos, bajaba a la cafetería, donde Hyuk le preparaba el café que lo ayudaría a terminar unas pesadas horas de trabajo.
- Hoy hazlo bien cargado, por favor. – Dijo mientras se sentaba en uno de los taburetes de la barra.
- ¿Un día duro?
- Intenta juntar a dos modelos que no se llevan bien en una misma sesión, y logra que en la foto parezcan las mejores amigas del mundo. – Hyuk sonrió mientras colocaba el azucarillo sobre el plato.
- Todo un reto.
Se quedaron un rato sin hablar y únicamente se escuchaba la radio, Hyuk siguió secando algunos vasos mientras que Hongbin mantenía una conversación escrita por teléfono. Por el rabillo del ojo, el menor podía observar como su perfecta sonrisa aparecía en cuanto la persona con la que hablaba, tal vez su novio, le respondía, y él solo sentía celos.
Sabía que Hongbin era un sueño inalcanzable, así que aunque el sentimiento no fuera mutuo, siempre guardaba con cariño y en su mente, la mirada agradecida cada vez que se despedía de él. Era imposible no controlar el fuerte latir de su corazón en cuanto cruzaban más de dos palabras, o el pequeño roce de manos cuando el mayor se disponía a pagar el café con las monedas sueltas que encontraba en su bolsillo.
Fueron muchas las veces en la que Hyuk pensó en dejar su trabajo, e incluso Wonsik se lo había recomendado, pero el que amara ese pequeño comercio lo mantenía preso y el poder ver, aunque fuera a través de una barra, a su amor platónico lo ataba más aún. Aunque tuviera una vida monótona, era la suya y estaba conforme.
...
Value in Excelsis abría sus puertas a sus trabajadores a partir de las seis de la mañana, pues el personal de limpieza pasaba por todo el edificio antes de que cada uno ocupara su despacho o mesa. Hyuk sabía eso, así que aunque tuvo que madrugar más de lo normal, entró a la revista sin problemas, pues el personal de seguridad lo conocía de las veces que había tenido que subir algún café o preparar un desayuno para la sala de reuniones.
Conozco a Ravi, puedo ayudarte con tu entrevista. Te espero en la cafetería a la hora del almuerzo. Yo acudiré a ti. No se lo digas a Hakyeon.
Escrito a mano y dictado por el mismo Wonsik, buscó la mesa de Taekwoon y dejó la nota sobre el teclado del portátil, a su amigo le gustaban este tipo de cosas, como si de una serie americana se tratara. Era muy importante no escribir su nombre, por si el papel caía en malas manos. La tarde pasada Hyuk lo volvió a llamar, para recordarle que seguía siendo una mala idea, pero terminó por hacerle caso y discutir sobre lo que escribir en la dichosa notita.
Pero lo que en realidad deseaba era que Taekwoon reaccionara a todo esto como una broma, y si aparecía por el bar que fuera solo para tomar café con Hakyeon, como hacía siempre, de esta manera no hablaría con él y nunca se reuniría con Ravi. Otra de las opciones que también pensó era que si aparecía a la hora acordada, Hyuk nunca se le acercaría más que como barman, pero la parte mala era que si no funcionaba, el mismo Wonsik iría a la revista y se delataría para conseguir su objetivo, lo conocía lo suficiente como para saber que lo haría.
Estaba entre la espada y la pared, así que cansado esperó que la idea de su amigo funcionara sin problemas, y acabara cuanto antes. Miró a los lados esperanzado de que nadie lo hubiera visto, y bajó de nuevo a su lugar de trabajo mientras escribía un mensaje de texto a Wonsik, indicándole que ya había cumplido su misión, sabía que no le iba a responder, así que guardó el teléfono y abrió las puertas de su negocio para comenzar un nuevo día.
Uno que pasó demasiado rápido en cuanto vio aparecer a Taekwoon por la puerta.
Haciendo caso a las indicaciones, el pelinegro llegó sin acompañar y se sentó en una de las mesas más apartadas de la cafetería. Parecía nervioso, pero no más que él mismo, miraba continuamente a los lados y le pareció ver como también se mordía la uña del pulgar. Hyuk preparó el café que Taekwoon solía pedir todos los días, casualmente con las mismas características que también gustaban a Wonsik, y se acercó, siguiendo el plan que había preparado con anterioridad.
- ¡Buenos días!
- Hola Hyuk. ¿Sabes si alguien ha preguntado por mí?
De nuevo se le pasó por la mente la idea de descartar el plan, pero ya escuchaba la voz de su amigo reprochándoselo, así que después de suspirar asintió.
- Ha venido una persona y me ha dejado esta nota para ti. – Taekwoon la cogió rápidamente, y él solo hizo el mejor papel de actor. - ¿Un admirador secreto? – Dijo riendo.
- Esto es algo mucho mejor.
Hyuk vio como bebió todo su café muy rápido, sonriendo agarró la nota con fuerza y se fue, no pudo evitar preocuparse.
❤☕📸❤
Soy de lo que no hay... me digo a mi misma de no actualizar hasta el sábado y mira...🤦♀️
Bueno en realidad lo hago por que seguramente estaré liada con el trabajo y por que es un capitulo cortito en comparación con el resto.
Además así también veis el rumbo del Hyukbin❤
Gracias por leer!! Besitos😘
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