20. Duérmete (Parte 2)
La alarma del teléfono lo despertó a las cinco y media de la mañana, tenía sueño por haberse dormido tarde, pero esas eran las consecuencias de haber estado preocupado por alguien. Miró a Wonsik antes de levantarse, seguía en la misma posición y el sueño profundo que tenía seguro que no lo dejó escuchar el despertador.
No sabía si aun estaría enfadado, pero Taekwoon había comprado dos billetes, si lo acompañaba se sentiría mucho mejor, y le explicaría la importancia que era estar con su hermana estos días. Si decidia no escucharlo, tampoco se iba a enfadar, pues era su decisión y lo comprendería, después de decirle que estaba arrepentido de que fuera con él, era normal.
Se levantó de la cama, cogió a oscuras la ropa que se iba a poner y se metió en el baño. Miró sus ojeras claramente notorias, al quitarse la camiseta observó que las marcas de su cuello y pecho ya estaban por desaparecer, y por algún motivo se sintió triste, realmente le gustaban, sobretodo por la manera en la que se crearon.
Suspiró, seguramente Wonsik no querría volver a pasar otra noche igual.
Decidió relajarse en la ducha, el agua caliente chocó fuerte en su espalda, le vino muy bien que la potencia con la que salía fuera fuerte, cerró los ojos y consiguió dejar su mente en blanco durante varios minutos, o al menos hasta que dos manos sobre su cadera lo sobresaltaron. Se giró aunque ya sabía de quien se trataba, y antes de que pudiera reclamarle que saliera, Wonsik lo atacó directo a los labios. Sus ojos se cerraron por inercia, al igual que sus dedos que fueron directamente a enredarse en las hebras rojas, ahora brillantes a causa del agua.
La lengua contraria chocó con la suya, y comenzaron a danzar entre sí de manera sonora, la saliva no se distinguía de las gotas que caían sobre ellos, creando un momento sumamente excitante. Ahogó un gemido en cuanto Wonsik cambió la posición de sus manos, de un suave roce a un apretón fuerte en sus nalgas, haciendo que ambos miembros semidespiertos chocaran y terminaran frotándose el uno con el otro, endureciéndose al instante.
El agua caliente les dio mucha facilidad de movimientos, sobre todo a los dedos del pelirrojo, cuando comenzó con un primero introduciéndose dentro de Taekwoon con facilidad, haciendo que este emitiera un grito sonoro pero placentero, estaba rojo, excitado y lo único que necesitaba en ese momento era más contacto del que ya tenía.
- Date la vuelta, gatito. - Hizo caso de inmediato.
Su pecho tocó la fría pared en un giro rápido, le encantó la sensación helada sobre sus pezones y que la punta de su miembro también lo notara. Luego, como si lo hubiera hecho siempre, separó sus piernas para darle más facilidad a Wonsik, el lado salvaje que no conocía de sí mismo comenzó a surgir.
El menor continuó su tarea, se mojó los dedos nuevamente para volver al ataque, y esta vez volvió con dos, moviéndolos con cada vez más velocidad, y haciendo que Taekwoon se ajustase a ellos. Era increíble su habilidad de hacerlo sentir así, con ganas de ser alguien que se mantenía oculto y solo quería que los lametones que añadía Wonsik a su cuello se convirtieran en mordidas, se excitó mucho más al imaginarlo.
- ¿Estás listo? - Preguntó después de dejar un beso en su hombro, él solo pudo asentir con ganas, estaba más que preparado.
Notó como salía de él, y los dedos pasaron a recorrer sus costillas, subiendo poco a poco, y obligándolo a poner las palmas de sus manos contra la pared encima de su cabeza, a la vez que las entrelazaban. El agua seguía cayendo entre ellos, por eso la dureza preparada entró sin problemas, de una sola estocada y haciendo que su espalda se arqueara.
Comenzó de manera lenta, al principió volvió a doler, pero a los pocos segundos cambió completamente, dando paso a un vaivén demasiado placentero, uno que lo hacía gemir sin control sobre los azulejos de la pared del hotel, y con las esperadas mordidas en el cuello, no le importó solo quería más.
El choque demasiado bien combinado con el agua de la ducha, hacía eco en el baño y se mezclaba con los gritos de ahora los dos, sobre todo cuando Wonsik comenzó a coger velocidad, notaba como lo apretaba fuerte.
- Dios... - No creía en él, pero en esos momentos lo hacía.
Y más en ese instante, cuando el miembro contrario tocó aquel punto dulce en su interior, y emitió un gemido que seguramente escuchó hasta el mecánico. Luego la mano derecha de Wonsik guio a la suya, bajando por su abdomen, y llegando hasta su propia excitación.
- Vamos gatito, diviértete. - Susurró en su oreja con voz ronca. Si seguía hablando de esa manera, a Taekwoon no le haría falta ni tocarse a sí mismo para llegar al clímax, pues solo con ese tono ya se daba por satisfecho.
Pero le hizo caso, porque en ese momento estaba a su merced, y si él quería que se masturbara lo haría. Apretó su punta sensible, y comenzó con el movimiento, desde el principio con rapidez, a la par de las estocadas que recibía por detrás.
Nunca imaginó llegar a tal punto de placer, siguió gimiendo hasta que al girar la cabeza se topó con los labios contrarios y comenzó un beso necesitado por parte de ambos, uno con el que Taekwoon sintió el líquido espeso llenar todo su interior en un último movimiento brusco de Wonsik. Él no tardó en copiarse y, ayudado por una segunda mano, toda su esencia salió sin control y desvaneciéndose al instante a causa del agua.
Se quedaron en esa posición un tiempo que no contaron, el agua seguía cayendo, y sus respiraciones irregulares resonaban con fuerza. A Taekwoon le temblaban las piernas, si no fuera porque estaba sujetado por Wonsik, habría caído al suelo de la bañera. Se giró para mirarlo a los ojos, y comprobar que no tenía la misma mirada que cuando salió de la habitación la noche anterior, por suerte le encantó encontrarse con sus preciosos ojos marrones y una sonrisa en los labios.
Fue a por ellos como si no los hubiera probado en años, volvió a atraparlos mientras lo abrazaba, pidiéndole disculpas con cada movimiento, odió separarse porque aún seguía con falta de aire.
- Deberíamos darnos prisa si no queremos perder el tren. - Esas palabras lo hicieron sonreír una vez más, y asintió como cuando a un niño le ofrecen ir al parque de atracciones. Luego lo vio girarse para coger el champú y echarse un poco en las manos para luego ponerlas en su cabeza. - Mi gatito tiene que estar limpito para ver a su hermanita.
Y aquel gesto solo hizo que se sonrojara, que cerrase los ojos para que no le entrara la espuma, y así escuchar su acelerado corazón al notar los dedos contrarios en su pelo. Se relajó demasiado, Wonsik llevó su cabeza debajo de la ducha para quitar el jabón con suavidad, y acariciarle como si realmente fuera un animal.
Un beso fugaz lo hizo abrir los ojos, y darse cuenta de que había apagado el grifo y estaba cogiendo una toalla para colocársela encima y comenzar a secarlo. Se puso nervioso, cada paso tierno de Wonsik, hacía que en su estómago revoloteara algo, una sensación de calidez que no podía explicar, pero que le encantaba. Tenía ganas de abrazarlo de nuevo y no soltarlo jamás, como cuando volvió a la cama la noche anterior.
En cuanto salieron de la ducha, algo más secos, se escucharon golpes en la puerta.
- Ese debe ser nuestro desayuno. - Taekwoon frunció el ceño sin comprender. - Aun falta media hora para que llegue el taxi que nos lleve a la estación, tenemos tiempo de comer algo. - Un nuevo beso inesperado lo hizo sonreír. - Termina de vestirte, te espero fuera.
Sintió otro pinchazo, cupido estaba haciendo de las suyas, cada vez estaba introduciendo más la flecha y no le desagradaba, aunque estaba algo asustado. Se vistió con rapidez y al salir, un carrito lo esperaba, lleno de pastas, fruta y dos vasos de café. Su estómago rugió, tenía hambre, y entre risas y dulces los dos comieron sentados en la cama.
..
Todo iba sobre ruedas, habían llegado a tiempo al tren de las siete, su hermana ya contaba con ellos, en poco más de una hora estarían en Busán. Taekwoon se sentía feliz, el paisaje pasaba rápido en la ventana, estaba amaneciendo y los tonos anaranjados del cielo le gustaron mucho, así que intentó hacer una foto para mandársela a Hakyeon.
No había hablado con su amigo desde nochebuena, salvo los mensajes navideños al día siguiente. Aún era temprano para llamarlo, pero sentía curiosidad por cómo habría ido la comida con Jaehwan y su hermana, así que le envió un texto preguntándoselo. Le sorprendió que estuviera en línea, así que respondió al momento. No lo llamó porque Wonsik dormía plácidamente a su lado.
Ayer me lancé con Jaerin, le pedí que saliéramos juntos oficialmente.
Eso es genial! Aceptó?
Sí... mi madre está feliz de que tenga novia...
Y por qué tu no pareces feliz?
Creo que lo hice porque es lo correcto... y no porque lo sintiera.
No te gusta Jaerin?
Claro que me gusta! Ella es preciosa, simpática e inteligente... le cayó muy bien a mi familia
Pero...
Ella no es Jaehwan.
La sinceridad de su amigo lo sorprendió, pero él mismo sabía que no tardaría en confesarlo, cada vez que hablaban de Jaerin, salía sin querer el nombre de Jaehwan. Siguieron tecleándose un rato más, Hakyeon le explicó con detalles lo que pasó en la comida y allí comprendió todo. Su conversación terminó con una quedada en cuanto los dos volvieran a trabajar, tenían que hablar más a fondo y también confesarle a su amigo las nuevas sensaciones que estaba teniendo con el pintor.
Una voz femenina avisó a los pasajeros del tren el nombre de la siguiente parada, aún quedaban treinta minutos para llegar, miró a su lado, Wonsik había abierto ligeramente los ojos y estaba mirando el reloj.
- Puedes seguir durmiendo. - Le dijo.
- No sé si podré, el asiento es muy incómodo y tú no paras de teclear con el móvil. ¿Por qué hablas tanto con tu compañero de trabajo? ¿Te gusta? - Aquello lo sorprendió, sobre todo porque tenía el teléfono en silencio, no había podido hacer ruido.
- Hakyeon es solo mi amigo.
- Ya, claro. - Se cruzó de brazos.
- ¿Te gusta a ti Hyuk? - Lo vio erguirse indignado.
- ¡Pero si es como mi hermano pequeño!
- ¿Lo entiendes ahora? - Lo miró. - Hakyeon fue mi primer amigo cuando decidí irme de casa. - Se quedó callado unos instantes, tal vez era el momento de explicarle todo, necesitaba hacerlo. - ¿Puedo contarte porque es tan importante que esté en Busán estos días? - Wonsik asintió y prestó atención, le gustó que lo hiciera. - Mi madre siempre ha querido que sea el hijo perfecto, aquel que estudia empresariales para heredar la empresa de su padre y se casaría con la hija de alguien de la competencia para aumentar el capital.
>> Tendríamos la boda ideal, llena de gente importante, así mi madre podría presumir delante de todos, y mostraría orgullosa a su nieto, futuro heredero de todos sus bienes. - Taekwoon suspiró. - Pero ese no era mi mundo, yo quería ser periodista, así que en vez de hacerle caso, tuve el valor de plantarle cara, y eso me costó discusiones bastante fuertes e incluso alguna bofetada por su parte. - Vio a Wonsik apretar la mandíbula. - Así que me fui de casa, lo dejé todo atrás para cumplir mi sueño.
>> Pero todo comienzo era complicado, por supuesto mis padres cancelaron todas las tarjetas de crédito y vaciaron mi cuenta bancaria, así que gracias a que fui un poco precavido, utilicé un dinero que tenía ahorrado para sobrevivir en mi nueva independencia, pero nunca me llegó para estudiar lo que yo quería.
>> Por suerte mi hermana no es como mi madre, y dio conmigo en el hostal donde me quedaba. Ella me ayudó a espaldas de la familia, me pagó los estudios y un piso de alquiler hasta que yo me estabilizara, fue mi gran apoyo. El problema vino cuando a los pocos meses, se enteraron de sus acciones y, aunque ambos tuviéramos la libertad de escoger, nos prohibieron vernos.
Wonsik había escuchado todo con atención, sin mencionar palabra pero expresándose con las facciones de su cara, Taekwoon se lo agradeció. Contarle ese momento de su vida lo hizo sentirse mejor.
- El final es más feliz, pues ninguno de los dos hicimos caso a nuestros padres, y ambos nos seguimos encontrando, sobre todo desde que ella se casó y tuvieron a Minyul. Él es mi trocito de felicidad, siento que es un pedacito de mí. Suelo hablar con él cada vez que puedo por video llamada, y mi hermana siempre me envía fotos de todo lo que hace. - Sonrió. - Los días de navidad es la fecha del año en la que puedo visitarlo por más tiempo, ya que nuestra madre siempre está a su alrededor y esta semana suele viajar con mi padre algún país lejano para fin de año.
Miró a Wonsik, completamente serio.
- Siento haberme enfadado contigo ayer. - Agachó la cabeza. - Pero me daba mucha rabia perderme un día con Minyul, y lo pagué contigo.
- No tienes por qué disculparte.
En un movimiento rápido, lo agarró de la mano y entrelazó sus dedos para colocarlos en el reposabrazos que había entre los dos, aquello lo reconfortó de sobremanera, y se relajó muchísimo, más de lo que ya lo estaba después de aquella fascinante ducha. Como si fuera un acto reflejo, y olvidándose de alguna que otra mirada de los otros pasajeros del tren, recostó su cabeza en el hombro de Wonsik.
- Gracias. - Susurró, él solo asintió. - Hakyeon es solo mi amigo, no estés celoso. - Cerró los ojos con una sonrisa en los labios.
- No lo estoy. - Escuchó su voz un poco nerviosa, y eso le gustó.
- Claro.
- Duérmete, gatito.
Era la segunda vez que se lo decía en menos de un día, pero eran las palabras exactas para que lograra conciliar el sueño rápidamente.
❤👨🏻💻👨🎨❤
He aquí la segunda parte, espero que no se os haya echo muy pesada al meter tanta información, y os haya gustado😏
Besitos😘
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