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❝ Miradas.❞
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Unos largos meses habían pasado desde aquella tarde que marcó la vida de ambos magos sin que estos se dieran cuenta, los meses habían transcurrido rápido de alguna forma y los encuentros de ambos magos se hacían cada vez más frecuentes. Al principio los tomaban como una casualidad al encontrarse en unañ pequeño pueblo que quedaba de intermedio entre ambos gremios, después empezaron las visitas con frecuencia con la sola intención de encontrarse de nuevo entre ellos.

En ese pequeño pueblo había una gran biblioteca en la cual ambos magos de magias contrarias se veían por "casualidad". En esos días empezaban hablando de los libros que deberían leer juntos y sin darse cuenta, pasaban la tarde juntos, entre pequeñas risas y miradas disimuladas. Con el tiempo, empezaban a decidir los días en los cuales encontrarse, alejándose de a poco de aquella biblioteca, centrandose en una pequeña cafeteria ubicada en el mismo pueblo.

Iban a por unos libros yendo después a esa cafetería y sentarse en una mesa alejada, para así, leer juntos toda la tarde los libros con el café en su mesa y el olor de los postres por todo el lugar.

Ellos no decían nada, pero... Sus miradas se encontraban de vez en cuando, perdiendo la lectura y centrándose en los ojos del contrario, mirándose de forma profunda para después soltar un suspiro y esbozar una gran sonrisa en sus rostros. Los chistes sobre la lectura no estaban de más en algunas ocasiones, logrando así una risa pequeña entre estos mientras un sentimiento de calidez de instalaba en los pechos de ambos, llenado sus corazones con una opresión que no causaba dolor, si no, una gran calidez y felicidad que lograba en ambos una gran sonrisa en sus rostros, mirando con sus ojos cargados de sentimientos hacia el contrario.

Empezaban a disfrutar la compañía del otro.

Un día, ambos se habían encontrado en la misma cafetería, disfrutando de su lectura con pequeñas miraditas cómplices después de cada párrafo interesante. Las horas habían pasado volando y sin notarlo, había caído la oscura noche. Estos al notarlo decidieron pagar la cuenta e irse, en el camino hacia la estación de tren pararon en un parque encontrando un árbol enorme justo en el centro de todo, tomando en cuenta que no era tan tarde decidieron sentarse durante un momento en el pasto alrededor de este majestuoso árbol, ambos mirando hacia el cielo nocturno repleto de estrellas y la luna brillando justo en el centro, su brillo era intenso pero tenue a la vez, al mirarla podías sentir una paz dentro de tu ser. Una pequeña brisa golpeaba sus cuerpos, aquel momento era sumamente mágico.

—Lucy..— Susurro el moreno sin despegar la mirada del oscuro cielo estrellado, detallando cada estrella en el cielo pero sin apartar su mirada de aquella Luna llena.

—¿Si?— Respondió está susurrando de igual forma, ambos miraban las estrellas, hablando sin mirarse en esos momentos, disfrutando así de la vista.

La rubia sentía un poco de frio en sus brazos pero no el suficiente para temblar. El moreno posiciono su mano sobre la de esta en el suelo tomándola con cariño.

—¿Ves la luna?— Ella asintió, sabía que el no la estaba mirando en esos momentos, pero, el moreno estaba al tanto de cada movimiento de ella.— ¿Ves como brilla en todo el cielo oscuro?— Continuo esta vez mirándola causando que esta lo mirada de igual forma, ambos ojos de diferentes colores pero con el mismo sentimiento reflejados mantuvieron su mirada fija en el contrario, sin apartarla ni un segundo, ella volvió a asentir.— Tu eres mi luna... Sin importar cuanta oscuridad haya en mi, tu sigues brillando sin importar que, iluminando mis oscuridad.— Finalizó el, ahora hincandose sobre una pierna, quitándose su capa y poniéndola sobre la rubia, a la cual sus ojos brillaban de una forma especial al igual que los Carmesies ojos del moreno, en ningun momento apartaron la mirada.

Ella sintió como su corazón dió un gran revuelco ante tan hermosas palabras del moreno y sin siquiera pensarlo se lanzó a los brazos del moreno abrazándolo en el acto, este correspondió el abrazo.

Ambos tenían una gran sonrisa, las cuales, irradiaban una gran cantidad de sentimientos, tales como, Emoción, ternura y cariño, pero algo que ninguno noto fue... El amor que mostraban ambos en esas sonrisas.

Los días pasaban y los encuentros ahora eran ese parque desde las 12 pm hasta altas horas de la noche, solo en la compañía de ambos, entre risas, chistes, anécdotas y recuerdos.

Ese parque, se había convertido en el lugar favorito de ambos.

Y los sentimientos que sentían en lo más profundo de sus corazones se iba incrementando, aquella conexión que sintieron desde los Great Magic Games se había intensificado sin ambos saberlo, en tan solo pocos meses ya conocían muchísimo del contrario, aún más de lo que sabían los miembros de sus gremios, los cuales aún no sabían de los constantes encuentros de ambos.

Ellos sentían que era algo de ambos, algo que solo ellos debían saber, no por el hecho de que sus gremios se llevarán mal porque no era así, simplemente lo sentían como su secreto, solo se ambos... Algo que los llenaba de felicidad al saber que, era de ambos y solo ellos lo sabían.

No sabían que iban creando de apoco, una gran historia de amor.

Con el tiempo, la confianza fue creciendo hasta el punto de contar sus pasados y momentos en los que sus almas se rompían por la perdida de un ser muy querido. Ambos compartían ahora, sus penas y felicidades, aquellas cosas pequeñas que los hacían sentir felices como aquellas cosas que lograban partirlos en dos.

Se habían vuelto realmente unidos y los momentos bajo aquel árbol con el tiempo se habían vuelto muchísimo más especiales para ambos. Las personas que pasaban a su alrededor a cualquier hora los miraban y soltaban un pequeño suspiro, ambos sin notarlo, se veían realmente bien juntos, desbordando felicidad de sus amigas.

Y sin darse cuenta, esa atracción que ambos sintieron al principio, se fue convirtiendo en amor.

Un amor realmente fuerte pero que ellos aún no eran conscientes de esto que sentían pues...

Sus miradas reflejaban todo lo que sus corazones sabían pero que ellos no.