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Cap 14: ¡Te odio!

Salí de la sala común aún con el parche cubriendo mi ojo, debía asistir al castigo que no conocía y tratar de hablar con Sirius.

Llegue al despacho de McGonagall, tenía los nervios a flor de punta, pero la parte positiva era que no había matado a mucha gente por el camino...

Me acerque para tocar la puerta con los nudillos de mi pálida mano pero esta se abrió de golpe dejándome con la mano en el aire, dentro estaba Sirius que nisiquiera se había dignado a mirarme y la profesora tenía en su mano la varita, yo le sonreí con gratitud.

-Vaya, parece que estemos en otra época, aquí las puertas ya funcionan solas-dije asombrada mirando la puerta, entre con paso lento y espalda recta pero McGonagall con su varita cerro la puerta haciendo que me sobre saltarse y me ponga a la defensiva con la varita, mire la puerta y a regañadientes guarde la varita bajo la mirada matadora de la jefa de mi casa.Al fin y a cabo nunca venía mal tener la varita en la mano.

-No puede entrar así en mi oficina Evans-dijo la profesora mirándome, yo me quedé pensando que había hecho.

-¿Como? ¿Con diversión?-dije curiosa pero McGonagall puso cara seria y miro mi ropa yo baje la mirada y pude ver como estaba toda embarrada mi ropa pero vi como no llevaba una zapatilla y del zapato que conservaba salía un montón de agua que dejaba huellas por el suelo.-Ups, le debo una disculpa a Flich.

Vi de reojo como Sirius se mordió la parte interna de su mejilla para no reír, eso fue una idea para mí Black.

-Minne, tengo una pregunta-dije con el sobre nombre que ella odiaba, ella me miró mientras yo me colocaba al lado de Sirius enfrente de escritorio de mi maestra.

Ella asintió con la cabeza dándome permiso a preguntar:

-¿Y si por casualidad, no se, hubiera empujado de camino aquí a un niño de primero en un charco de agua? -pregunté desinteresada, la cara de McGonagall se deformo al escucharme.

-¿¡Que?!-dijo alarmada, yo solo me centre en Sirius que se apretaba los dedos para no reír.

-Como lo has escuchado, también he perdido una lechuza-dije calmada, su cara se convirtió en una de sorpresa por lo que seguí. -Si, al mandar una carta hacer un rato vi de reojo como un lechuza alzaba el vuelo.

-Eso suma más a su castigo señorita Evans-dijo firme la mujer mientras escribía mis actos en una hoja, mire de ojeada a Sirius que reía por lo bajo tapándose con la palma de su mano.

-Oh, Minne también he roto una baldosa hace unos días... -comenté vagamente, ella cada vez más escribía con más fuerza y las risas de Sirius eran más notorias.

-¿A si? -su tono de voz se notaba que estaba muy tensa.

-¡Claro! Si no, no se lo hubiera comentado-dije con pilleria haciendo que las risas de Sirius se transformarán en carcajadas. -Oye... ¿Y si.... -empecé pero ella me corto.

-Solo dígame una cosa señorita Evans. Para tener una discusión tan salvaje -dijo mirandonos a ambos haciendo que Sirius parará de reír y nos miraríamos entre nosotros -Algo debió de haber ocurrido, ¿cuántas normas habéis quebrantado? ¿Tantas como para ser expulsados del lugar? -dijo inigmatica mientras ambos nos tensamos.

Podíamos culparnos entre nosotros como en el gran comedor que terminó en desastre, él podría asumir la responsabilidad cargándose el muerto, podría ser yo la que tuviera dicha valentía o ambos en el peor de los casos ya que sería mejor uno que dos.

-Mire profesora, he s...-empeze con pesar después de un duradero silencio pero Sirius dio un paso más enfrente mientras su voz resonaba en el lugar.

Mis nervios estaban de flor de punta, no sabía que pesar pero la voz de Sirius me obligó a mirarlo:

-He sido yo, la he arrastrado conmigo. Ella no es culpable. -dijo el cargándose con el muerto de mis hombros y el suyo, aunque eso significaba la expulsión.

-¿¡Que?! -dije rápidamente sin querer que lo hecharan de una padada del castillo-No, claro que no, mientes Sirius. He sido yo. -declare mirando a la profesora que nos miraba a ambos sin expresión detrás de sus gafas.

-¡¡No!! -grito con fuerza Sirius mirándome a los ojos. -¡Yo te he obligado ha seguir el plan!

-¡¡Y yo lo acepte Sirius, sabiendo en los problemas en que nos metíamos!!-chille rechazando su sacrificio, el negaba con la cabeza rápidamente con rabia.

-¡Déjame aceptar la expulsión! No quiero que te marches. -admitió el un grito, yo lo mire sin decir nada pero segundos después volví a empezar.

-¡Tu eres un mago, yo soy una hija de muggles! Mereces más quedarte.-objete con decisión pero una voz nos callaron de inmediato:

-¡Ya está! No sigáis gritandos-se opuso McGonagall en nuestra discusión, ambos la miramos sin decir nada. -Ambos seréis castigados, pero ninguno expulsado.

No pude evitar sonreír al ver como ninguno nos ibamos a ir.
Pero la felicidad siempre dura poco...

-Y el acontecimiento que tubo lugar en el gran comedor se os restará 20 puntos de Gryffindor-dijo McGonagall haciendo que nos quedáramos de piedra.

-¿¡Que?!-gritamos atacados al unísono, pero ella siguió.

-A cada uno-recalcó haciendo que nuestros ojos casi calleran de la impresión.

-Pero si somos tus alumnos favoritos-me queje negando perder tantos puntos.

-¡Exacto Minne, nosotros te queremos mucho!-dijo Sirius con pesar pero ella no cambió de opinión.

-Es mi última palabra y apartir de hoy hasta nuevo aviso tendréis que ordenar los libros de la biblioteca sin excusas, cada día a las siete de la tarde-contestó ella levantándose del sitio y saliendo del lugar, yo mire a Sirius y antes de decir nada me interumpio.

-Que te haya salvado el trasero de la expulsión no significa que te haya perdonado-con esas palabras salio del lugar mientras mis ojos se cristalizaban.

-¡Ni yo te he perdonado necio!-grite con dolor sabiendo que me había escuchado ya que sus pasos se oían más lejos con más prisa...

***

Escuchaba el eco en mis pasos atravez del puente a techado, nesesitaba ir ha ver a Hagrid.
Él me daría una solución... O al menos un apoyó condicional.

Ahora mismo no me atrevía a ver a Lily a la cara, ni ella me dejaba vérsela. Llevaba una semana desde las últimas palabras con Sirius, con James he estado hablando un poco y aunque me cuesta admitirlo el me a ayudado mucho, es un buen amigo al final y todo. Ja, ¿quien diría que llegaría pensar eso? Nadie, igual que nadie se imaginaria el lío que había creado, como si de un monstruo hambierto se tratase este solo podía devorar más problemas y caían encima de mis hombros.

Toque con inseguridad a la puerta, unos pasos resonaron dentro de la casa. *Ya voy*grito una voy en el interior, ese era Hagrid pero ya no estaba tan segura de querer hablar y la carta de mi madre tardaría unos días más, así que no me importaría esperar....

Tarde.

Hagrid estaba en la puerta y su cachorro Fang estaba a su lado, a que se veía mucho más grande desde la última vez.

-Hola, Hagrid-salude y el empujo para que entrará.

-¡_____! ¡Cuanto tiempo!-comentó alegre Hagrid sentandome en una silla y poniéndome una taza de té en la mano. -¿Quieres azúcar? -pregunto refiriendose a mi té, yo nege con la cabeza.

Él se sento en su silla delante mía, nos separaba solo la mesa y yo depues de tomar un largo y insesario sorbo pude hablar con tranquilidad, estuve explicándole todo a detalle durante quince minutos y el suspiro mirándome a los ojos.

Hagrid no había hablado durante mi explicación.

-No sé qué hacer, ¿que debo hacer?-dije.

-Esa no es la pregunta-negó Hagrid-Si no que es, ¿que quieres hacer?

-¿Y que quiero hacer? -pregunte extrañada, el se pasó una mano por la barba.

-Eso deberías saberlo tu- me acuso Hagrid, una mueca se dibujo en mi cara.

-Pues en ese caso no se nada.-decalre.

-¿Y quién es la chica valiente que gasta bromas a todo Hogwarts?-contrataco Hagrid.-¿Y la chica más inteligente de su generación? Mira, a mi me agrada tu gemela Lily pero eso no significa que no pueda objetar de su comportamiento. Ella debería perdonarte, sois gemelas deberías estar unidas.

Sus palabras estaban bañadas en sabiduría, jamás lo había escuchado así.

-Pero-añadió -Tampoco no te dicho nada a ti ni Sirius cuando vino. No podéis jugar con los sentimientos de la gente que queréis y apreciais. Es como si los quieres pero los tiras de un acantilado. Ya casi no volvera a confiar en ti Lily, ____.

-Espera. ¿As dicho que no le has dicho nada a Sirius cuando vino aquí?¿Sirius a venido a visitarte?

-No debí haber dicho eso, no debí haber dicho eso... -se reprochó en voz baja mientras recojia nuestras tazas vacias y las ponía en el fregadero.

Con un rápido adiós me fui de ahí en busca de Sirius. No podía creerlo, el también buscaba una solución a nuestro problema. Ya sabía donde encontrarlo, en el castigo que estábamos a punto de asistir.

Con gran paso llegue a la biblioteca, venía un poco tarde ya que Sirius ya estaba ordenado los libros de las estanterías con una hoja en la mano. Parecía no estar ahí ya que si cara no mostraba sentimientos, como si fuera un robot.

-Mhm-dijo el entre dientes, no sabía que estaba ahí. Estaba concentrado con los libros, aún que me parecía extraño su concentración desvíe la mirada topandome en una mesa un hoja con mi nombre y muchos títulos de libros y sus secciones que debía ordenar.-Joder...-susurro el con enfado sin querer que lo escucharán.

Mire su mano mientras recogía mi lista, tenía un ejemplar de la sección de antídotos sobre bestias y él estaba en la sección de información sobre bestias. Lo pude saber ya que pasaba mucho tiempo en la biblioteca, y lo pude recordar.

-No es ese pasillo-dije al fin, el sorprendido de mi preciencia, me miró de reojo sin apartar totalmente la vista del libro-Son dos más secciones a la derecha, en la parte del medio, desde la estantería más alta hasta la la tercera. Es la sección de antídotos sobre bestias. Abajo de ahí, en las restantes estanterías, está los antídotos de enfermedades causadas por bestias.-explique lentamente para que me entendiera bien.

El frunció el ceño con indecisión, pero antes de darme cuenta él ya había caminado hacia donde la había indicado y había colocado en su estantería especial, ordenado alfabéticamente los títulos.

-Gracias-murmuró cobido, yo asentí con la cabeza conforme o aceptandole su agradecimiento.

Un silencio Incómodo estalló en el lugar, yo solo me limitaba a caminar de un lugar a otro colocando libros mientras por el rabillo del ojo miraba como Sirius no se aclaraba.

-¿Nesesitas ayuda? -pregunte sin amabilidad, como si jamás hubiera hablado así, lo quería ayudar, si, pero no lo quería dejar que viera que me dolía la situación. Más encima no lo mire, lo que mencioné fue mientras caminaba a otra sección sin detenerme de mi labor.

-Aja-fue lo único que lo escuche mencionar, pero escuche a parte varios murmullos más, como si tratase de decir algo sin poder hacelo o como si no sabia las palabras correctas que debía utilizar.

Un respiro salió de mi boca, y me acerque a Sirius. Todos los alumnos de la biblioteca nos miraron como si fuéramos lo más entretenido en ese lugar, todos querían saber el decenlace de esta elaborada situación.

-¿Donde pongo esto? -se limitó a contestar notando las miradas clavadas en el.

-En un lugar para que tu desarrollo mental sepa aceptarlo -esas palabras estaban cargadas de acidez, no sabía por qué pero mi orgullo estaba empezando a actuar solo.

Todos abrieron los ojos asombrados, ya que creían que Sirius contestaría algo pero solo se encogió de hombros, como si le diera igual ese tema. Parecía que trataba de volver a unirse a mi, como si quisiese volver a gastar bromas, ya que desde que no hablamos entre nosotros nadie más lo ha hecho (aparte de James conmigo). Y tampoco los Merodeadores atacar con su malicia plasmada en bromas.

-¿Entonces me ayudas? -dijo el curioso, yo lo mire y cogí la mitad de su libros y lo empecé a colocar sin decir nada, el volvió a girarse y colocar libros.

Aún nadie separaba su mirada de nosotros, haciendo que cada vez colocará con más furia los libros en la estantería. Los míos los había terminado y por eso me ofrecí.

-¿Habéis perdido algo? -pregunté de mala gana dirigiéndome a la gente que nos observaba.

Ellos rápidamente fingieron prestar atención a los papeles o libros de su mesa.

-Mira ____....

-Black, no tienes derecho a usar mi nombre-le corte fría, ¿Por qué? Ni yo lo sabía, pero mi orgullo tomaba el control.

-Disculpa Evans- remarcó mi apellido- Solo que quería decir que siento haberte dejado mal en el gran comedor y haberte herido el ojo.

Todos estiraron el cuello para observarme y después de un tiempo conteste.

-Ya, pues yo no lo siento. Por mi te hubiera hechizado.

-Eres la persona más bipolar que nadie en la Tierra.

-Y tu más arogante, pero yo no meto las narices donde no me llaman.

-Pues bien que lo has hecho en el Gran Comedor.

-Y bien que tú no insultaras con palabras Muggles, ya que das a entender que eres un estúpido.

El ambiente cada vez se calentaba más, y sin importarnos de los insultos seguíamos colocando libros. Al principio parecía que queríamos hablar y ahora aprecia que queríamos discutir otra vez.

-Ja, y tú con insultos de brujos.

-¿Estas insinuando que no soy una bruja?-dije empezando a subir el volumen y mirándolo a los ojos acercándome a el.

-Si eres bruja, pero Evans, me das pena y vergüenza ajena.

-¿¡Que yo te doy vergüenza?! ¿¡Te has mirado al espejo pedazo de imbécil?!-todos empezaron a dejar de fingir leer y nos miraban, la gente cada vez venía más y la señora bibliotecaria nos miraba con rabia.

Sirius abrió la boca para contestar pero la bibliotecaria nos echó al paisllo y todos los alumnos salieron con nostros.

-¡Claro que me he mirado al espejo!-declaro enfadado, los alumnos hicieron un círculo con nostros en medio.-¡Y no doy vergüenza, soy muy guapo!

-¡Egocéntrico! Eres una persona atroz, desagradable y analfabeto.

-¡Rata de biblioteca!

-Oh,no lo dijiste, rata. ¡Yo es que te odio! ¡Eres un ser horrible! ¡Eres una persona cruel y injusta! ¡Ojalad no te hubiera conocido nunca!-todos calaron de golpe al escuchar mis palabras, y yo de verdad no supe lo que había hecho hasta ver como Sirius se fue corriendo, sin soltar ninguna lágrima, pero adolorido.-Sirius...

-¡____!-dijo una voz entre la gente y de ahí salió James preocupado.-¿Qué ha pasado? ¿Por que hay tanta gente aquí?

El acababa de venir, y sin dale respuesta a sus preguntas le respondí:

-Lo siento...

Y con rapidez salí corriendo de ahí notando como mis ojos se critalizaban y lo último que escuche fue la voz de James.

-¡______! ¿Que ha pasado? ¿Que te a pasado?

💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟💟

¡No me matéis! Lamento no haber subido capítulos de esta historia, pero los exámenes corrían delante de mí y tenía que adelantarlos. Trataré de ser más visible.

Un saludo desde Hogwarts,
Diana 💜

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