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Capítulo 1: El nuevo compañero

Freddy

   Era un día normal en la pizzería, la atmósfera era agradable, hacía unos cuantos papeleos por aquí y por allá. Foxy estaba en su nueva cueva pirata, o "Pirate Cove" como a él le gusta llamarle. Chica se encontraba en la cocina haciendo sus cosas, supongo. Hace días que veníamos buscando a un guitarrista para nuestra banda, pues digamos que no suena muy acoplada con mi expectacular voz, un triángulo y una batería.

   De un momento a otro, escuché una voz masculina y familiar, llamándonos a Chica, a Foxy y a mí. Salí de la oficina y fui al lugar de donde provenía la voz. Al llegar, me encontré con Foxy y Chica dejando a Mike, el guardia de seguridad, sin oxígeno. Lo soltaron en cuanto me vieron.

   — Ugh... ¡Casi me matan! —el guardia estaba con una mano en el pecho, recuperando el aire que Foxy y Chica le habían sacado.

   Ambos se disculparon con el guardia, y conmigo por alguna razón. Me acerqué al guardia con cierta preocupación. Luego de revisar que estuviera bien él se frotó las manos y anunció algo por lo que hemos esperado tanto tiempo. Y que, por fin, tendríamos. Creo que para este punto ya es obvio de que hablo, ¿cierto?

   — Bueno... ¿Recuerdan que estaban buscando un guitarrista para su banda? Pues, ya no tienen que buscarlo, está afuera —el guardia se agarró las manos, nervioso. La última vez que llegó alguien nuevo, que fue Chica, no terminó muy bien que digamos.

   — ¿En serio? ¡Que bien! —saltó de la emoción, a Chica siempre le han emocionado los nuevos.

   — Tranquila. Sólo espero que lo traten bien y que se comporten. Y sí, te estoy hablando a ti, Foxy —el guardia nocturno se cruzó de brazos mirando a Foxy con seriedad, estaba recordando el desastre que fue la llegada de Chica a la pizzería, y todo por culpa del zorro color período femenino.

   Foxy se hizo el desentendido, mientras que Chica comenzó a reclamarle. Ambos comenzaron a discutir y a pelear, y en los ojos rosados de chica se veía que estaba mega furiosa.

   — ¡Ya cásense-! Digo, ¡cállense, ustedes dos! —los interrumpí para que esa discusión no pase a mayores, como las últimas 75 veces—. ¿Y cómo va a ser nuestro nuevo compañero, Mike? —volteé a ver al guardia, después de asegurarme de que los otros dos estén calmados.

   — Sólo diré que es azul —hizo un ademán raro con su mano, y luego volvió a su pose original.

   Luego de decir esas palabras, Mike dejó entrar al dichoso nuevo guitarrista. Y, Dios, nunca vi a alguien con semejante belleza en mi vida. Era un conejo azul índigo con hermosos ojos rojos cual rubí, tenía una camisa de doble manga, color blanco. Un chaleco morado ligeramente chico sobre la camisa, unos pantalones negros azabache con bolsillos.

   Sus botas eran rojo carmesí, y no olvidemos el moño igual rojo en su cuello, simplemente una belleza en todo el sentido de la palabra, veas por donde lo veas.

(Diseño de Bonnie, y ya sé que quedó raro, no me sale el pinshi Bonnie).

   El conejo se veía algo sonrojado de la vergüenza, aunque mucho no se notaba ya que cubría su rostro con sus orejas. Para mí, era lo más lindo que haya visto en mi vida, no podía creer que alguien con semejante hermosura pudiera existir. Simplemente, algo casi imposible describir con palabras. En mi interior comenzó a surgir una sensación extraña, algo que me hacía querer que ese conejito fuera mío, y sólo mío. Pero que tendría que tomar medidas drásticas con quien quisiera quitármelo.

   Cuando volteé la mirada un poco, vi a Foxy mirando al conejo de una manera que me hizo enfurecer, parecía bobo, claramente, a partir de ahora, él sería un rival para mí, uno con el que tendría que acabar pronto. No me dio tiempo ni para decir algo porque Foxy se acercó a él, mientras yo permanecía impotente creando mil y un escenarios diferentes en mi cabeza para separarlo de mi conejito.

   — Buenas tardes, conejito. Mi nombre es Foxy, ¿tú cómo te llamas? —se presentó el zorro haciéndole una ligera reverencia a mi conejito.

   — Pues... Pues yo- yo soy- —me quedé mirando su bello rostro, esperando a que dijera su nombre, pero fue interrumpido.

   — ¡Foxy, no incomodes a nuestro nuevo amigo! —exclamó Chica, con una sartén en mano.

   Miré la escena con satisfacción, e incluso pensé en poner a Chica en un pedestal por alejar a ese pirata barato de mi conejito hermoso. Sonreí de forma victoriosa, listo para ir donde el conejito.

   — ¡Sólo estaba siendo amable! ¡¿Qué más quieres, polla?! —gritó Foxy, firmando su sentencia de muerte como el idiota que es y siempre será.

   Como era de esperarse, Chica le dio un sartenazo a Foxy que lo mandó a volar por toda la sala. A veces me pregunto de dónde saca Chica tanta fuerza. Admito que me sentí un poco mal por él, pero también se lo merecía, en partes, me habría gustado ser yo quien lo matara.

   — ¡¿Ustedes también quieren?! —se volteó hacia donde estabamos mi conejito y yo, seguía con su sartén en las manos y estaba lista para golpear a cualquiera.

   — Ehm... -el conejito y yo intercambiamos miradas y volvimos a mirar a Chica—. No, gracias -respondimos al unísono, sólo que mi voz resonó más porque él habló bajito.

   Chica hizo que su sartén girara en sus manos, y después se fue a la cocina a dejar la sartén en su lugar. Aproveché esa soledad para mirar de reojo al conejito de ojos rojos parado junto a mí, su sonrojo apenado aún prevalecía, al igual que sus orejas que seguían hacia adelante. No tuve mucho tiempo para admirar su belleza por dos cosas: la primera porque me volteó a ver y se dio cuenta de que lo estaba mirando, y la segunda porque volvió Chica donde nosotros.

   — Bien, chicos. Volviendo al tema inicial: mi nombre es Chica Hendrix y soy la cocinera de la pizzería, la baterista y la cantante de apoyo de la banda —se presentó cordialmente al nuevo integrante de la banda, ella suele ser bastante bipolar a veces, con una actitud muy explosiva.

   Me volteé hacia el nuevo, yo también tenía que presentarme después de todo, pero cuando lo vi de frente mi cara me comenzó a arder a más no poder, de cerca era incluso más bello. Me puse nervioso y me costó articular palabra alguna de manera natural. Me sentía como si, en cualquier momento, fuera a cometer algún error que arruinarían toda esperanza de estar con él.

   — Y y-yo soy F-Freddy Fazbear, e-el vocalista y-y... ¿Cuál es t-tu nombre? —me presenté lo mejor que pude, jugando con mis dedos por lo nervioso que estaba.

   El conejito volteó a verme, eso me dio una ligera punzada en el corazón por lo tierno que se seguía viendo. El intenso resplandor de sus ojos parecía transportarme a otro mundo, tan mágico como su melodiosa voz  Él bajó la mirada y se tomó su tiempo para presentarse.

   — M-me llamo Bonnie Fitzgerald y... Sé tocar la guitarra eléctrica... —se presentó al fin, levantó un poquito sus orejitas mientras hablaba, pero después las bajó hacia adelante otra vez, parecía muy asustado.

   Chica y yo intercambiamos miradas y luego miramos a Bonnie nuevamente, al parecer a los dos se nos hizo tierno. Ella soltó una risita.

   — Bueno, Bonnie. ¡Te damos la bienvenida a Freddy's Fazbear Pizza! —saludó cordialmente, extendiendo los brazos para que viera alrededor—. Y a Freddy se le olvidó decirte que él es el jefe —agregó a la conversación, había puesto sus manos en sus caderas, y tenía razón, por estar viéndolo lo olvidé por completo.

   Bonnie, un poco más en confianza con nosotros, ladeó la cabecita hacia un lado, confundido. Con el seño algo fruncido, aunque se notaba su expresión confundida y sorprendido.

   — ¿E-en serio? C-creí que eras tú —admitió, jugando un poco con sus dedos.

   — No, no lo soy, yo cocino —Chica rió suavemente—. En fin, como tu llegada nos tomó por sorpresa Freddy te orientará en lo que necesites, pídele cualquier cosa que quieras sin vergüenza, ¿de acuerdo? —dijo, con una sonrisa.

   Bonnie le devolvió la sonrisa y asintió, sin responder, pues aún estaba un poquis nervioso.

   — ¿Tú qué opinas, Freddy? —preguntó, girándose para verme, tenía una cara de psicópata que mejor ni opinar.

   — Por mí está bien —respondí haciendo un "like" con la mano y rezando 25 padres nuestros en el interior.

   Un silencio incómodo se hizo presente en el lugar, invadiendo la atmósfera agradable y transformándola en algo máw siniestro e incómodo, hasta que Chica rompió el hielo al preguntarle a Bonnie si tenía hambre, el conejito asintió aún apenado y ambos se fueron a la cocina, no sin antes dejarme el recado de que fuera a ayudar a Foxy.

   Una vez que Chica se llevó a Bonnie a la cocina y yo fui donde Foxy, lo llevé a su Pirate Cove y regresé a la oficina del guardia. Por alguna razón, no podía dejar de pensar en Bonnie, era muy lindo y adorable. Sus ojos rubíes me volvían loco, y su timidez lo hace mil veces mejor. Su voz era tan suave y relajante que podría escucharlo hablar durante horas sin aburrirme.

   Pero había un problema: Foxy. Él es mi competencia ahora, no puedo permitir que sea su novio, no podrá darle todo el amor que yo sí. Si es necesario, lo mataré. Lo mataré y nadie recordará siquiera su nombre o su existencia. Nada. Ni siquiera Chica, o Mangle. Ese desgraciado no me quitará a Bonnie, es una promesa. No importa lo que pase, no dejaré que nadie me arrebate a mi conejito.

   Quise seguir con mis pensamientos, pero la voz de Chica llamándonos a mí y a Foxy me lo impidió. Salí de la oficina y fui directo a la cocina, allí ya estaba Foxy. Como estaba resentido y planeando más de mil y una forma para asesinarlo, me senté junto a Bonnie, quizás así pueda sacarle algo de pelea al cachudo.

   — Oye, Bonnie. ¿Puedo preguntarte algo? —pedí, algo bajo para romper un poco la tensión entre nosotros.

   Bonnie alzó ligeramente las orejas y volteó a verme, se veía curioso por lo que le quería preguntar. Se tomó su tiempo para responder, por mientras, miré de reojo al zorro rojo, quien se veía claramente disgustado por verme tan cerca del conejito, pero me valió y volví a mirar a Bonnie.

   — Uhm... Claro —me respondió con una dulce sonrisa, de cerca sus ojos se veían aún mejor.

   — ¿De dónde vienes? —ladeé la cabeza mientras hacía esa pregunta, tenía curiosidad.

   Bonnie no respondió, se quedó en silencio unos segundos. Se veía algo pensativo y estaba apunto de retractarme por haber preguntado eso, pero antes de que pudiera hacer algo, soltó un suspiro y luego respondió.

   — ... Déjame recordar, ehm... De Canadá, creo. No lo recuerdo. Pero si hablas de hoy, pues de la capital, no es tanto, sólo como 7 u 8 horas en bus —respondió, mientras trataba de recordar. Sonrió de forma torcida.

   — Oh, eso es bastante largo. Igual tengo buenas noticias para ti —informé, con una sonrisa de que denotaba que tenía un plan—. O, al menos, espero que lo sean... —añadí, en un murmullo.

   Bonnie tensó las orejas y pude apreciar mejor su rostro.

   — ¿Cuáles? —cuestionó mientras me miraba, confundido.

   — Primero deja que te explique, todos los que trabajamos aquí vinimos de lejos porque ningún local quiere trabajar en este "cuchitril", y por eso nos dan unos dormitorios, por así decirlo, en un condominio cercano a la pizzería. Y bueno, ahí viviremos hasta que decidamos renunciar, o nos despidan —comencé a explicar un poco nervioso—. Así que, técnicamente, tú también deberías, ya sabes, vivir ahí... —jugué un poco con mis manos debido a los nervios que cada vez crecían más.

   — Pues, eso es- —decía Bonnie, pero no terminó de hablar porque lo interrumpí.

   — Pero hay un pequeñísimo problemita —continué hablando, un poco rápido—, son compartidos. Y como Foxy duerme con Chica, tú tienes que dormir conmigo...

   Bonnie abrió los ojos por completo, con sorpresa ante los que le había dicho, y parpadeó un par de veces. Aún sorprendido, sacudió la cabeza para hablar, no sin antes soltar un suspiro pesado.

   — Ok, ok —decía Bonnie—. Supongo que no me queda de otra, está bien.

   En ese momento, me invadió una enorme sensación de alivio que recorrió todo mi ser, e incluso estaba apunto de saltar de alegría. Quería seguir hablando con Bonnie, no quería que se fuera. Si por mí fuese, estaría con él día y noche, sin importarme el resto.

   Pero, todo lo bueno acaba. Así que, luego de comer, estuvimos muy ocupados dándole mantenimiento al local. No era nuestro trabajo, pero siempre ayudábamos a los demás trabajadores para que puedan irse temprano. Aunque a ellos les valía tres hectáreas de harina si no nosotros salíamos tarde, igual había que ser un buen samaritano.

   Se hizo de noche. Mike regresó al local y fue a la oficina del guardia para cuidar el lugar. Nos despedimos de él y todos nos fuimos juntos al condominio, una vez allí, Chica y Foxy se fueron por su lado y yo fui con Bonnie. Cuando entramos, y como no esperaba tener que compartir mi habitación algún día, nos recibió un ligero desorden. No se imaginan la pena que me dio en ese momento, aunque por suerte Bonnie no lo tomó tan mal.

   A la hora de dormir, fuimos a la habitación, la cual contaba con dos camas individuales, aunque como antes no tenía compañía digamos que a la otra cama la usaba de apoyadero. Así que, tuve que ordenarla para Bonnie. Aunque, el conejito me dijo que lo hiciera mañana con más tiempo, por lonque tuvimos que dormir juntos (no malpiensen).

   Se durmió bastante rápido, a mí me costaba un poco más dormir. Así que, estaba despierto, admirando su belleza y acariciando su brillante pelaje. De pronto, Bonnie me abrazó, su pelaje era tan suavecito, parecía un peluche. Correspondí el abrazo y apegué a Bonnie más a mí, sentía que ese conejito era muy vulnerable. Muy profanable, sé que dije que no lo haría, pero me vale.

   No te preocupes, Bonnie. Yo te cuidaré. En las pocas horas en las que te conocí ya te has vuelto una parte importante de mi vida y existencia, y quiero que sepas que acabaré con cualquiera que se atreva a acercarse a ti, porque... Tú sólo eres mío.




   Continuará...

   ¡Hellouder, Wolves! ¿Cómo están? Espero que bien, espero que les haya gustado el primer capítulo de esta adaptación. No tiene mucha diferencia con el original, pero sí le agregué mi propio toque.

   De verdad, les agradezco por haber llegado hasta aquí. Antes de irme le quiero mandar un saludo a azul_gamer24 y a Meteoro21 por ser los primeros en esperar que sacara esta historia. Nos vemos en el siguiente capítulo, ahora sí, sin más que decir, ¡adiós!

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