Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

30



Duele mucho lo que te ha hecho, pero duele más que no puedas dejar de pensar en ello.

Una semana había pasado desde aquel encuentro en el hospital, y ya me encontraba totalmente recuperado, disfrutando de las vacaciones que me otorgó el hospital. El tiempo libre me había permitido reflexionar y, finalmente, decidir enfrentar algunos de los recuerdos que había estado evitando.

Estaba sacando cosas viejas del armario cuando me encontré con mi viejo álbum de fotos. Lo saqué con cuidado y me senté en el suelo, pasando las páginas con nostalgia. En ocho de cada diez fotos, Taehyung y yo aparecíamos juntos. Desde nuestro primer día en el jardín de niños hasta hace unos años, cada fotografía capturaba momentos de risa y alegría.

Me encontré apreciando cada momento de esas fotografías. Nuestra infancia, la adolescencia llena de aventuras y sueños, y los años que nos vieron convertirnos en adultos jóvenes. Cada imagen era un recordatorio de una amistad que había sido fundamental para mí.

Pasando las páginas, llegué a otro álbum, uno que me hizo detenerme y respirar profundamente. Era el álbum de mi boda con Yoongi. Éramos tan jóvenes entonces, de tan solo 19 años. Recordar esos días me trajo una mezcla de dulzura y melancolía. Tal vez por eso nos equivocamos tanto, pensé. Éramos demasiado jóvenes, llenos de sueños y expectativas, pero sin la madurez para manejarlos.

Cada foto de la boda era un testimonio de nuestra juventud, amor y precipitación. Fue una boda sencilla, con solo tres invitados, porque nuestros padres se oponían a que nos casáramos siendo tan jóvenes. Pero nosotros no quisimos esperar. Queríamos estar juntos, queríamos empezar nuestra vida juntos, aunque no teníamos idea de lo que nos esperaba.

En ese momento, la puerta se abrió y Yoongi entró en la habitación. Me vio con los álbumes de fotos y se acercó, sentándose a mi lado en el suelo.

—¿Qué estás viendo? —preguntó suavemente, mirando las fotos conmigo.

—Fotos viejas. —respondí, sonriendo levemente—. Estaba recordando cómo era todo antes, con Taehyung y también con nosotros.

Yoongi asintió, una pequeña sonrisa asomando en sus labios. Tomó una de las páginas y la acarició con la yema de los dedos.

—Mira esto —dije, señalando una foto de nuestra boda. Estábamos de pie, tomados de la mano, sonriendo como si no hubiera mañana—. Éramos tan jóvenes.

—Sí, lo éramos —respondió Yoongi, con una mezcla de ternura y tristeza en su voz—. Creo que no entendíamos realmente en qué nos estábamos metiendo. Pero, a pesar de todo, esos momentos fueron hermosos.

Seguimos pasando las páginas juntos, apreciando cada fotografía, cada recuerdo capturado en el papel. Nuestras sonrisas, nuestras miradas, los pequeños detalles que hacían de cada momento algo especial. La simplicidad de nuestra boda, con solo tres amigos presentes, fue un recordatorio de lo mucho que habíamos querido estar juntos, sin importar las circunstancias.

—A veces pienso que si hubiéramos esperado un poco más, si hubiéramos sido un poco más maduros, las cosas habrían sido diferentes —murmuré, sin apartar la vista de las fotos.

—Quizás —respondió Yoongi, su voz tranquila—. Pero lo importante es que estamos aquí ahora, dispuestos a intentarlo de nuevo.

—Sí, hemos aprendido. Y ahora tenemos la oportunidad de hacerlo bien.

Yoongi me miró y me sonrió, una sonrisa llena de promesas.

—Vamos a hacerlo bien, Jimin. Te lo prometo.

Nos quedamos allí, sentados en el suelo, rodeados de recuerdos, pero con la mirada puesta en el futuro. Los recuerdos de nuestra juventud, mezclados con la madurez que ahora tenemos, crean una combinación perfecta de nostalgia.

—Al ver estas fotos, imagino que esta boda será mejor —digo, mirando a Yoongi a los ojos, con una sonrisa en mis labios.

Él se detiene y me observa detenidamente, una chispa de alegría y determinación en su mirada.

—¿Eso significa que debo empezar a preparar nuestra boda? —pregunta, su voz suave pero llena de emoción contenida.

—Sí, debemos empezar a prepararnos —respondo, asintiendo con convicción—. Esta vez, quiero que todo sea perfecto. No solo porque sea una gran boda, sino porque estamos listos.

Yoongi sonríe, su rostro iluminándose con una felicidad que hace que mi corazón lata más rápido.

—No puedo esperar a tener entre mis brazos a mi futuro esposo —dice, acercándose más y tomando mis manos entre las suyas.

—Hazlo —respondo, sintiendo una oleada de emoción recorrerme.

Nos acercamos lentamente, nuestros labios encontrándose en un beso que es a la vez suave y lleno de pasión contenida. Es un beso, una nueva oportunidad para amarnos de la manera en que siempre quisimos.

Yoongi me abraza con fuerza, sus brazos alrededor de mí proporcionando un refugio seguro y cálido. Nos quedamos así, enredados el uno en el otro, dejando que el momento se prolongue, disfrutando de la intimidad.

—¿Sabes? —murmura Yoongi contra mis labios—. Esta vez, quiero que nuestro matrimonio sea todo lo que siempre soñamos.

—Yo también quiero eso —respondo, mi voz apenas un susurro.

—Entonces, comencemos a planearlo —dice Yoongi, sus ojos brillando con determinación—. Empecemos a construir nuestra vida juntos, desde hoy.

—Desde hoy —reitero, sintiendo una oleada de felicidad y esperanza.

Nos besamos de nuevo, esta vez con más intensidad, entregándonos el uno al otro. Nos quedamos así, perdidos en el momento.

El beso se profundiza, y puedo sentir el cambio en nuestra conexión. Hay una madurez en la forma en que nos tocamos, en la manera en que nuestras manos exploran y redescubren los contornos familiares de nuestros cuerpos. No es apresurado ni impulsivo; es una danza lenta, llena de reverencia y cuidado.

Yoongi me lleva suavemente hacia el dormitorio, sus manos firmes pero gentiles guiándome. Cada paso que damos parece estar cargado de significado, de una promesa renovada. Al llegar a la habitación, él cierra la puerta detrás de nosotros, y por un momento, nos quedamos allí, simplemente mirándonos, respirando juntos.

—Te amo, Jimin —susurra Yoongi, sus ojos brillando con una intensidad que hace que mi corazón se acelere.

—Yo también te amo, Yoongi —respondo, mi voz temblando ligeramente por la emoción.

Nos acercamos de nuevo, y esta vez, nuestros besos se vuelven más urgentes, más profundos. Yoongi me acaricia la mejilla y luego sus manos se deslizan por mi cuello, bajando lentamente hasta desabotonar mi camisa. Cada movimiento es deliberado, cada toque una reafirmación de lo que estamos construyendo juntos.

Me despoja de la camisa y luego de los pantalones, su mirada nunca apartándose de la mía. Sus manos, ahora tibias y reconfortantes, recorren mi piel con una familiaridad renovada. Yo también desabrocho su camisa, sintiendo el calor de su cuerpo irradiar hacia el mío.

Nos tumbamos en la cama, y Yoongi me abraza, nuestras piernas entrelazándose mientras continuamos besándonos. La manera en que me toca, con una mezcla de pasión y ternura, es diferente ahora. Somos adultos, y comprendemos mejor lo que significa entregarse completamente a otra persona.

Yoongi se inclina sobre mí, sus labios recorriendo mi cuello, mi pecho, deteniéndose en lugares que sabe que me hacen estremecer.

—Eres hermoso —murmura contra mi piel, sus palabras enviando una ola de calidez por mi cuerpo.

—Yoongi... —suspiro, sintiendo cómo cada parte de mí se despierta bajo su toque.

Nos movemos juntos, sincronizados en una danza íntima que es a la vez apasionada y profundamente emocional. La habitación se llena de susurros y gemidos, de palabras de amor y promesas de un futuro compartido. Nos amamos de una manera que solo dos personas que han pasado por tanto pueden hacerlo: con un conocimiento profundo de nuestras debilidades y una apreciación aún mayor de nuestras fortalezas.

Finalmente, llegamos al clímax juntos, aferrándonos el uno al otro mientras una ola de éxtasis nos envuelve. Nos quedamos allí, enredados, respirando pesadamente, sintiendo el latido del corazón del otro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro