27
Cuando uno miente demasiado, termina por creerse sus mentiras.
Yoongi me mira con esos ojos llenos de amor y esperanza, esperando mi respuesta. Siento una mezcla de emociones: felicidad, miedo y algo de escepticismo.
—Yoongi... —comienzo, respirando profundamente para calmar mis nervios—. Estoy cerca de mis 30 años ahora. Ya no soy ese adolescente que cree que el amor lo es todo. He aprendido que el amor, aunque importante, no lo es todo en una relación. Necesitamos confianza, comunicación y compromiso.
Él asiente lentamente, asimilando mis palabras.
—Lo sé, Jimin —dice con seriedad—. Y estoy dispuesto a trabajar en eso. No solo quiero que estés a mi lado, quiero que estemos bien, que seamos felices juntos.
Lo miro, y veo la sinceridad en sus ojos. Sé que está hablando en serio, pero todavía tengo mis reservas.
—Yoongi, he pasado muchos años tratando de odiarte, de olvidarte, de arrancarte de mi corazón y dejar de amarte —admito, con la voz temblorosa—. Trataba de odiarte pensé que si lo hacía demasiado tiempo se volvería realidad. —Alejo a Yoongi de mi cuerpo, observándolo a los ojos—. Quiero que me ames más de lo que yo puedo amarte —respondo, manteniendo mi vista en el suelo.
—Lo sé —responde tan tranquilo—. Hazlo, Jimin, hazme depender de ti, haz que mi vida no signifique nada sin ti. Y cuando te sientas conforme con mi amor, yo seguiré esperándote. Sabía que no sería fácil, Jimin, y aun así estoy aquí intentándolo —contesta, manteniendo una sonrisa como si todo estuviera bien.
Nos quedamos en silencio por un momento, sintiendo el peso de nuestras palabras y promesas.
—Yoongi —susurro—, no quiero apresurarme. Quiero que lo hagamos bien esta vez. Necesitamos construir una base sólida antes de dar cualquier paso grande como casarnos.
—Lo entiendo —responde él, apretando suavemente mis manos—. No estoy pidiéndote que te cases conmigo mañana. Solo quiero que sepas hacia dónde me gustaría que nos dirigiéramos en el futuro. Quiero que sepas que estoy comprometido contigo.
—Y lo aprecio —digo, con una pequeña sonrisa—. Pero necesitamos tiempo. Necesitamos asegurarnos de que esta vez funcione. Ya no soy un niño que se deja llevar solo por sus emociones. Quiero que esta relación sea diferente, más madura y estable.
—Entonces, ¿Estamos saliendo considerando el matrimonio? —pregunta Yoongi, con un brillo de esperanza en sus ojos.
—Sí —respondo, sintiendo una ola de alivio y determinación—. Vamos a darnos esta oportunidad. Pero a nuestro ritmo, construyendo una base sólida. No quiero cometer los mismos errores del pasado.
Yoongi sonríe y me envuelve en un abrazo cálido.
Yoongi se recarga en mi hombro y besa mi mano, dejando el anillo en mi palma.
—Puedes usarlo cuando decidas casarte conmigo —dice, su voz suave y llena de esperanza.
Miro el anillo en mi palma, un símbolo de todo lo que hemos pasado y todo lo que aún nos espera. Pero justo en ese momento, mi celular suena. Miro la pantalla y veo el nombre del hospital. Contesto rápidamente, con el corazón acelerado.
—¿Hola?
—Doctor Park, hemos recibido un corazón para Soobin. Necesitamos que regrese al hospital de inmediato.
Una mezcla de alivio y urgencia me invade. Este es el momento por el que hemos estado esperando.
—Voy en camino —respondo, colgando el teléfono.
Miro a Yoongi, sus ojos reflejan comprensión y apoyo sin necesidad de palabras.
—Es Soobin. Un corazón ha llegado —digo, mi voz temblando con emoción contenida.
Yoongi asiente, sabiendo lo importante que esto es para mí.
—Vamos, te llevo —dice, levantándose y tomando mi mano.
Salimos del gimnasio rápidamente, el anillo aún en mi palma, mientras Yoongi me guía hacia su coche. El viaje de regreso al hospital está lleno de tensión y esperanza. Yoongi no suelta mi mano ni por un momento, su presencia es un ancla en medio de la tormenta de emociones.
Llegamos al hospital y corro hacia la unidad de cuidados intensivos. Antes de entrar, me giro hacia Yoongi.
—Gracias por estar aquí. Esto significa mucho para mí —le digo, mis ojos llenos de gratitud.
—Siempre estaré aquí para ti, Jimin —responde Yoongi, con una sonrisa tranquila.
Entro al hospital, preparado para enfrentar lo que venga, con el anillo de Yoongi aún en mi mano, recordándome que hay esperanza y amor esperándome al final de esta jornada.
Estoy en el área de lavado, preparándome para entrar al quirófano. El agua fría corre sobre mis manos mientras las froto meticulosamente, cada movimiento automático y preciso, siguiendo el protocolo al pie de la letra. Es entonces cuando noto que aún estoy aferrado al anillo en mi palma. Con un suspiro, lo coloco en un bolsillo seguro de mi bata quirúrgica y continúo con la rutina.
El profesor Ahn entra al área de lavado, su presencia es imponente como siempre. Me sorprende verlo allí, pero no dejo de lavarme las manos.
—Hubiese querido hacer el trasplante solo, pero Soobin insistió en que estés con él —dice, su voz es profesional, pero hay un matiz de algo más que no puedo descifrar.
—Gracias —respondo, manteniendo la vista fija en mis manos, incapaz de mirarle a los ojos.
De reojo, noto que su mirada se dirige a mi bolsillo.
—¿Te casas? El anillo es muy brilloso —comenta con un tono que intenta ser casual, pero no lo es del todo.
—A eso... yo aún no lo sé —respondo, intentando mantener mi voz firme.
El profesor Ahn se acerca y, para mi sorpresa, me envuelve en un abrazo. Su cercanía me toma desprevenido, y por un momento, no sé cómo reaccionar. Finalmente, levanto mis manos, aún mojadas, y las coloco torpemente en su espalda.
—Quise ser yo, tu esposo —susurra, sus palabras llenas de una tristeza que atraviesa el aire como una flecha.
Me aparto ligeramente, mirándole a los ojos por primera vez.
—Lo siento... —digo, sintiendo una punzada de culpa y confusión.
—No tienes que disculparte, Jimin. Solo... cuídate, ¿sí? —responde, su expresión mezcla de resignación y ternura.
Asiento, incapaz de encontrar las palabras adecuadas. Nos separamos, y el ambiente cambia rápidamente a la profesionalidad. Nos preparamos para el trasplante, pero las palabras del profesor Ahn y el peso del anillo en mi bolsillo permanecen en mi mente, recordándome que, a pesar de todo, la vida sigue adelante, y con ella, mis decisiones y sus consecuencias.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro