10
"Aléjate de las personas que te lastiman, Siempre puedes conocer nuevas".
Sonreí apenado con mi mismo, sintiéndome mal conmigo mismo, por no quererme lo suficiente para querer alejar a quien me lastima.
Un par de lagrimas resbalan por mis mejillas, mientras mas me acercaba a la salida de ese lugar al que solía llamar hogar.
Dejando atrás la etapa mas emocionante y dolorosa de mi vida.
Dejando atrás a la persona que amo.
YoonGi esperaba al final de las escaleras, mientras Taehyung sostenía su brazo.
—¿No has olvidado algo? —Indago Taehyung entre burla y desesperación, aferrándose con mucha mas fuerza a YoonGi.
—Podrías... por favor sólo cállate. —Pidió en un susurro YoonGi.
Taehyung retrocedió un poco soltando el brazo de su ahora pareja, viéndole confundido.
Su fría e insegura mirada fue a dar a la mano de mi ex-pareja quien aun se aferraba con fuerza al pequeño pedazo que quedaba de nuestra pequeña y corta historia de amor.
Mi anillo de matrimonio.
Salí de aquella casa, queriendo dejar atrás todos esos bellos y dolorosos recuerdos.
Pero por mas que lo intentaba no podía dejar de pensar.
Porque no se aferro a nuestro amor, por que no se aferro con la misma fuerza a la que ahora se sujeta nuestros anillos.
Con solo saludarme todas las mañanas al despertar, desearme un lindo día antes de que antes de ir a trabajar, si me hubieras besado una vez mas. Si hubieras hecho eso al menos una vez mas, me habría quedado, si solo me hubieras pedido perdón.
Si solo lo hubieras intentando un poco mas.
Pensé entre torpes e inútiles esperanzas, mientras pensaba en él.
Mientras decía un poco de lo que me había guardado solo para mi.
Pero que ahora el este besando los labios de otro, me confirman que un nosotros, no volverá a suceder.
Solo yo puedo dejar de lastimarme.
Cuando la oscuridad estaba consumiendo no solo mi cuerpo, si no mi alma, recordé a esa persona.
Nunca estas completamente solo.
Toque el timbre un par de veces, esperando al borde de la entrada, viendo el piso.
La forma tan abrupta y grotesca en la que nos alejamos, me obligaba a querer llorar en sus hombros y pedirle perdón.
Con manos temblorosas y miedo al rechazo, toque un par de veces la puerta de aquel departamento, esperando que la persona detras de la puerta, fuera la misma que solia conocer.
No pasaron mas que algunos segundos cuando escuche su voz, la misma voz de hace años, con la misma energia y mismo tono calido, hablar desde el otro lado de la puerta. —Ya voy. —Fui capaz de escuchar, seguido la puerta se abrio, dejando ver su delgado cuerpo, y la sonrisa que solo un hermano mayor te puede dar.
—SeokJin. —Hable, apenas le vi al rostro. —Yo... yo, me separé. —Balbucee, entre lagrimas rebeldes que salian sin aviso previo. —¿Tendras un lugar para mi?
—Siempre. —Sonrió, ayudandome con las maletas.
SeokJin preparo te de manzanilla, y me ayudo a instalarme en su casa, mientras recordábamos nuestros días como estudiantes.
Habían pasado tres o tal vez mas meses, pero SeokJin nunca trato de indagar la razón de mi separación.
Espero, SeokJin espero a que estuviese listo.
Ese día en particular, había resultado ser calmado, cálido y por fin había dejado de llorarle a un amor.
Bebí un par de copas de vino, mientras esperaba la llegada de Jin.
Justo a las ocho y seis de la noche, él llego, como todos los días, sostenía un maletín y se notaba cansado después de un gran día de trabajo.
—¿Como te fue hoy? —Pregunte, mientras le servia una copa de vino.
—El trabajo social es un dolor de cabeza, no entiendo como hay padres que pueden abandonar a sus hijos, e hijos que abandonan a sus ancianos padres. —Explico exasperado por su trabajo. —Pero ya termine mis horas de trabajo, no pensemos en eso.
—YoonGi me engaño. —Solté, apenas vi a SeokJin recostarse en el sofá. —También hay personas que abandonan a su pareja. —Sonreí, bebiendo rápidamente de mi copa de vino.
—Jimin... ¿Ahora estas bien? —Indagó, cambiando la expresión en su rostro.
El alcohol siempre es bueno para hacer hablar a las personas.
Me mantuve en silencio algunos segundos, mientras volvía a llenar mi copa, aun bajo la atenta mirada de Jin.
—Si, ya lo he superado. —Conteste con frialdad. Deseando desde lo mas profundo de mi ser, que logre hacerlo pronto.
Que Min salga de mi corazón tan pronto sea posible.
—¿Tan pronto? —Pregunto entre dudas, quitándome la copa de vino, para ponerla sobre la mesita.
—Hoy quiero creer que ya lo supere. —Acepté, con una sonrisa. —Yo... me acabo de inscribir a la facultad de medicina... Quiero estar feliz. —Hable, intentado cambiar el tema.
Intentando...
—Siempre quisiste ser medico.
—Si, pero el examen para medicina es de los más complejos, así que debo estudiar mucho para aprobar el examen. —Expliqué, atormentándome con el examen.
Llenándome la cabeza de nuevas cosas, para dejar de pensar en otras.
—En el colegio siempre pasabas con honores. —Recordo con una sonrisa, mientras intentaba animarme.
—Lo se, pero eso fue hace tres años, y no he vuelto a tocar un libro desde entonces. —Confesé, recordando mis días de estudiante, y lo sucedido en esa época.
—Wow ¿Fue hace tanto? —Pregunto, sorprendido.
—Si, fue cuando estabas enamorado de Jungkook. —Añadí, recordando a SeokJin mirar a escondidas a Jeon.
—Taehyung y tu dejaron de hablarme, por que Tae y Jungkook empezaron a salir. —Culpo Jin, en un suspiro, haciendo un puchero.
Al recordar aquellos tiempos, donde los tres eran mejores amigos.
—Bueno, ahora Jungkook esta soltero. —Continue, intentado arreglar lo sucedido hace años.
Creyendo que tal vez de haber apoyado a Jin, sería él quien se hubiese casado con Jungkook
—¿Enserio? ¿Como? —Indago tan rápido como pudo, delatando sus sentimientos.
—¿Aun te gusta? —Replique, observando en sonrojo en Jin, quien se sorprendió.
—Ah, no, no claro que no, Jungkook es solo un chico que solía gustarme. ¿Como es que esta soltero? —Nego un par de veces, sonrojándose, mientras movía sus manos intentando negar.
—¿Te dije quien es la nueva pareja de YoonGi? —Pregunte, bebiendo el último trago de vino, sintiendo el alcohol controlarme, SeokJin nego en silencio, haciendo una mueca de interés. —Con Taehyung. —Confesé mordiendo mi labio inferior. —Así que no tienes que volver a preocuparte por Tae... Solo ve por Jeon, tus ojos cambiaron de color cuando lo mencioné.
—¿Debería?
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