5. La mujer más fuerte de la humanidad
Año 848
Era la expedición número 55, los jóvenes surcaban por los árboles derrotando a los titanes que amenazaban con devorarlos, desde que se creó que nuevo equipo de maniobras, algunos soldados reclutas se habían acoplado perfectamente a este; constaba con un ajuste de cinturón y otras dos cuerdas de repuesto en caso de que fallaran las primeras, además que habían hecho que el equipo fuera menos pesado de usar pero con su misma calidad de función.
Habían pasado dos días desde que salieron al exterior tratando de encontrar una nueva esperanza para la humanidad intentando capturar a un titán que aprobara todas las condiciones que deseaba la capitana Hange.
Sí, habían ascendido primero a la castaña al haber hecho varias investigaciones que habían aportado información a la humanidad, en cuanto a Levi y su novia, estaban de alguna manera empatados, ambos tenían el mismo rendimiento físico y militar, pero el aporte del nuevo EDM3M había sido aprobado por todo el mundo, poniéndola en una posición perfecta, ambos por ahora eran cabos pero pronto uno de ellos sería capitán o capitana. A pesar de que el invento no era de ella, fue condecorada por ser una soldado valiente y haberlo presentado.
—¡Levi! ¡A que no me alcanzas! — gritaba desde la chica de pelo t/c mientras cortaba algunas nuca de titanes en su recorrido.
—Oye, esto no es una carrera, idiota —bufó molesto el azabache tratando se seguirle el paso, aceptaba que su técnica de ataque era demasiado buena y aún no podía descifrar cómo lo hacía su compañera. Desde que se conocen, ella siempre fue mejor que él en todo, y era obvio que esto no sería la excepción—. No te alejes del camino, no tengo tiempo para estar cuidando de ti y de los otros mocosos...
Sin antes de terminar su frase, interceptó con un golpe seco al titan que tenía atrapada a la soldado Ral.
—Gracias —titubeó la rubia mientras era sujetada por la mayor, el equipo de maniobras de la salvada se había roto.
—Te lo dije, ahora está mocosa ya se orino del miedo, otra vez, y tu serás quien le lave la ropa por tu ineptitud — sentenció el azabache para luego alejarse de las dos chicas.
—Tiene razón — se dirigió la mayor mientras dejaba en una de las ramas del bosque a la rubia—. Lo siento, hace bastante que no salíamos y me emocioné de más.
—No se preocupe, fue mi culpa por distraerme del camino, es mi segunda expedición y me pareció maravilloso el lugar que me di cuenta tarde que estaba el titán frente a mí, de cualquier manera, gracias por salvarme — las piernas de la chica rubia temblaban, y parecía que Levi tuvo razón cuando ambas notaron que el pantalón de la chica de orbes azules estaba empapado—. Rayos, qué pena que me vean así.
—No te preocupes, creo que a tu compañero Auruo también le pasó.
La menor soltó una risa nerviosa y colocó las nuevas cuerdas del equipo, se quedaron hablado más tiempo del que era dejándolas atrás.
»Los idiotas nos dejaron atrás, tenemos que seguir adelante antes de que anochezca.
La rubia asintió y se dirigieron rápidamente a los demás.
—Cabo Diermissen, gracias.
—No hay de qué... — deja la palabra al aire al no saber el nombre de la menor.
—Petra Ral.
—No hay de qué, Petra.
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—¡Pequeña! — saludó la castaña acercándose a la t/o cuando ambas chicas llegan y abrazó a esta—. ¿Por qué tardaste tanto? Estaba muy preocupada ¡por fin encontramos al titán perfecto!
—Me alegro por ti, Hange-San —ambas estaban tomadas de las manos emocionadas por la pequeña victoria que tuvieron, lo cual significaba que pronto regresarían a casa.
—Oye, aleja tus asquerosas manos de ella, estuviste expuesta a la sangre de ese asqueroso gigante.
—Lo que tú digas enano, solo di que no quieres que me acerque a tu chica — soltó en una carcajada la castaña mientras aprisionaba en sus brazos a la otra chica correspondiendo esta a su agarre.
—Te contaré hasta tres para que la sueltes o te lanzo de patada al río, no me importa que te congeles.
Hange la soltó dejando las manos en el a modo de rendición, la chicas de cabello t/c miraba divertida todo lo que pasa y sale una carcajada de sus labios.
Era usual esas situaciones, aún no comprendían como aquellos dos siendo los más fuertes eran tan unidos siendo completamente diferentes en su manera de ser.
Ambos se complementaban con la acción del otro, había sido así desde hace años y parecía que indirectamente eran el uno para el otro, pero todos lo sabían menos ellos.
—Muchachos, vayan todos a descansar, mañana regresaremos a casa — dictó el rubio dirigiéndose a su propia casa de campaña.
—Yo también me voy — se despidió la capitana Zoë dando una sonrisa pícara a los dos cabos que ahora estaban sentados tomando un poco de té frío.
Los demás soldados siguieron esa acción despidiéndose de los dos que aún estaban cenando, a lo lejos se quedaron los integrantes del escuadrón de Levi, se encontraban cenando y no querían interrumpir a sus superiores.
—Tsk. Este té sabe horrible cuando está frío — se quejó el azabache mientras alejaba de sus labios aquella bebida.
—Yo me lo tomaré si no lo quieres, ni pienses en tirarlo — retó la chica intentando tomar la bebida del azabache y dando un sorbo.
—Hey, no dije que no me lo tomaría — le arrebató la taza tratando de que no cayera el contenido y continuó bebiendo, miraba de reojo a su acompañante quien ahora parecía estar sumida en sus pensamientos para luego dirigir su mirada a la marca de donde ella tomó recientemente—. Oye, ¿en qué estás pensando?
—Estaba pensando que nos conocemos de hace mucho — habla ella después de unos segundos de meditarlo—. Y siempre piensan que somos una pareja pero me gustaría saber qué es lo que piensas tú.
Las palabras de ella lo tomaron desprevenido, un leve sonrojo se hizo presente en las mejillas del pálido, se giró para que la chica con la que bebía té no se diera cuenta.
—No entiendo por qué les haces caso —susurró el azabache volviendo a mirar a su acompañante—. ¿Tú qué piensas al respecto? Y no se vale que me devuelvas la pregunta.
Ella le hace una mueca y suspira para dirigir su mirada a aquellos ojos azul grisáceo que tanto la solían alborotar secretamente.
—Yo creo que somos buenos amigos, ¿no? — en su mente se golpeó mentalmente, ¿por qué simplemente no le decía la verdad? Tomó otro sorbo de su bebida sintiendo sobre ella la profunda mirada del hombre.
—Tienes razón — soltó una sonrisa ladina—. Nos conocemos de hace mucho, eres como una hermana mayor inútil.
Ella le dio un golpe en el hombre a su acompañante, haciendo que masajeara el lugar golpeado.
—Lamento lo de la tarde, si no hubiera sido imprudente no habría tenido Petra que asustarse.
—Algún día tendría que aprender, que se haya orinado en sus pantalones no tenía justificación, esa cobarde... — susurró el azabache mientras dirigía su mirada a los muchachos que se encontraban cenando, ella se dio cuenta de eso y una sonrisa pícara se hizo presente.
—Oye, ¿y qué piensas acerca de la recluta Ral? — alzó la voz tratando de que todos oyeran su conversación, el azabache le dio una mirada asesina mientras ella colocaba las manos sobre su cabeza y cerraba los ojos relajada.
—Eres una idiota, ¿qué pretendes hacer preguntándome eso? — respondió con molestia mientras daba el último sorbo de su té negro.
—Pues es normal, ya que convivirás más con ellos que conmigo, me gustaría saber lo que piensas de cada uno.
Se quedó mirando su taza vacía, no sabía qué responderle, no había tomado tanta atención acerca de los cuatro jóvenes que se miraban la escena de aquellos dos.
—Son unos mocosos, qué quieres que te diga. Solo espero que no mueran pronto — habló Levi con su tono normal de voz. Se levantó del lugar para regresarle la jugada a su amiga—. Y creo que Ral es linda.
Dicho eso último, hizo que la chica de orbes t/o perdiera el equilibrio de su posición para luego dirigirle una mirada sorprendida al chico que ahora se había ido de su lado. A lo lejos, una rubia se encontraba sonrojada.
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—¡A su izquierda! —gritaron los dos mientras cortaban las nuca de algunos titanes para luego dirigirse a donde estaban Erd y Auruo, el segundo se había vuelto a orinar—. Idiota, cuando vuelvas lavarás doble vez eso.
Habían sido rodeados de titanes de al menos cuatro metros de alto, solo quedaban dos y de esos se encargaría Hange-San, pues sin querer había matado al que capturaron.
—Tsk. Esa cuatro ojos, ya estaríamos en el cuartel de no ser por sus estupidos caprichos que le conceden — habló el azabache observando como atrapaban a los titanes, a su lado se encontraba la t/c mirando divertida las muñecas de enojo que hacía el de menor estatura.
— ¡No! —gritó desesperada la castaña dirigiéndose ahora a los cuerpos en descomposición de los titanes— ¡Moblit! ¡Los mataron!
—¡Se la iban a comer! ¡Yo solo quise defenderla — respondió triste el joven que ahora miraba con dolor las lágrimas de la cuatro ojos.
—¡No me iban a comer! ¡Ahora tendremos que capturar a otros!
—Ni siquiera lo pienses, Cabo Zoë — replicó el comandante Erwin haciendo aparición detrás de la t/c asustandola por la sorpresa—. Hemos perdido a muchos, no podemos esperar a más. ¡Retirada!
Todos soltaron un suspiro de alivio, por fin regresarían a casa los sobrevivientes, solo la chica de ojos color t/o se sintió mal por la castaña, estaban tan cerca de obtener unos y su descuido la hizo sentirse mal, pero no podían dejar que muriera tan pronto.
—Hange-San, vamos — se acercó a ella para tomarla de la mano y dirigirla a su caballo, sus sollozos la hacían sentirse quebrarse un poco—. Cuando lleguemos al cuartel te daré mi ración de pan, ¿te parece?
—Gracias, pequeña, eres un amor. Ya veo por qué el enano te cuida tanto — sorbo su nariz mientras caminaba tomada de su mano y calmaba poco a poco sus lágrimas. Levi solo rodó los ojos.
Llegaron pronto a Trost, algunos les dieron la bienvenida mientras que otros solo los miraban con desprecio, y para los que habían perdido a familiares, su victoria está vez fue un poco mejor, no perdieron a tantos como usualmente solían hacerlo en las expediciones.
Pronto llegaron al cuartel donde la mayoría fueron a descansar, a excepción de cierto azabache y su compañera, tendrían que hacer un papeleo acerca de lo ocurrido y pasarlo a las manos que tuvieran que entregarlo entre ellas las del capitán Smith y Zoë, pero esta vez su amiga la mayor se haría cargo de su papeleo pues la castaña seguía deprimida.
—Qué ridículo que haga tanto alboroto solo por un titán cara de estreñido — susurró el azabache mientras llenaba el papeleo correspondiente, su compañera solo le dedicó una risa.
—Fueron días duros, deja que descanse solo hoy, estoy seguro que te pondrías igual conmigo, Levi.
—No, porque tu no tienes cara de titán, solo de una boba — replicó molesto el azabache por la mala broma que la chica hizo.
El lugar se llenó del silencio absoluto, solo se escuchaba el lejano canto de los pájaros y las hojas de los dos cabos.
—Levi, tampoco me gusta hablar de esto pero debes aceptarlo, quizás algún día yo...
—Ni en tus sueños lo permitiré — interrumpió Levi antes de que ella articulara otra palabra—. No entiendo por qué estás tan obsesionada con eso, han pasado dos años desde que regresaste y no te ha ocurrido nada gracias a ese cerebro que tienes, aunque pareciera que a veces lo desconectas a propósito para decir estupideces.
Ella se quedó pensando un rato en sus palabras, era verdad lo que decía pero, qué le garantizaba que no moriría hoy o en un año.
—Lo siento — murmuró la t/c mientras continuaba rellenando los papeles—. Siempre he sido de preocuparme demasiado y siempre ser fatalista, no quise lastimarte.
—Está bien. Aunque sé que de nuevo seguirás con lo mismo — le dirigió una fugaz mirada para volver de nuevo a lo suyo—. Pero si lo vuelves a hacer frente a mí, ten por seguro una patada de mi parte.
Ella lo miró sorprendida y a la vez algo asustada, un patada de él la regresaría al vientre de su madre y eso era lo menos que quería; recordar su pasado.
—Está bien, señor Patadas. Me comportaré pero tengo una duda, ¿a quiénes has pateado que no te arrepientes? O más bien, ¿de cuál te arrepientes haber pateado?
—Tsk. Que pregunta tan tonta — por dentro le hizo gracia la rara pregunta que le planteó ella y por molestarla no la contestaría—. No es de tu incumbencia — una sonrisa que pasó desapercibida por ella se hizo presente en los labios del azabache, le gustaba mucho molestarla.
—¡Oh! Eres un grosero, nunca contestas mis preguntas — hizo un puchero mientras volvía un poco aguda su voz, le regresaría la jugada a cualquier modo.
—Silencio — siseó el azabache mientras le dedicaba una mirada afilada, a lo cual ella solo soltó una pequeña risa.
—Como lo ordene, mi capitán, oye, ¿quieres un poco de té? — asintió y ella se dirigió a la cocina de la oficina, sin saber que los miembros del escuadrón de Levi habían entrado a la oficina.
Al notarlo, se colocó detrás del marco de la puerta tratando de pasar desapercibida intentando escuchar la conversación entre los cinco jóvenes.
—¿Entonces nos puede dar el permiso? — la voz de Eld la hizo preguntarse de qué querían un permiso— ¡Gracias, señor! — con esas palabras creyó que les había dado el permiso para lo que sea que iban a hacer y escucho como algunos pasos se dirigían a la salida.
Estaba a punto de salir de su escondite cuando se dio cuenta que aún quedaba alguien junto con Levi dentro del lugar.
—¿Qué quieres, mocosa? — la voz del azabache se hizo presente, la joven acercó su oreja a la orilla para escuchar mejor.
—Bueno, yo... — la voz balbuceante de Petra la sorprendió—. Quería pedir permiso para poder tener un entrenamiento con la Cabo Diermissen, le estoy muy agradecida y creo que con ella, además del entrenamiento con usted como nuestro líder, me podrán hacer mejorar en la batalla.
No escucho respuesta por parte del azabache, haciendo que se intrigara en la respuesta que le daría.
—Por mí está bien, pero pregunta a ella su opinión también. Está en la cocina.
Sintió sus manos y mejillas hervir al darse cuenta que unos pasos apresurados se dirigían a donde ella estaba, trató de hacer algo por parecer que no sabía acerca de la situación, lo único que pudo hacer fue tratar de revolver con una cuchara el contenido vacío de la taza.
—¡Señorita Diermissen! — saludó con el normal saludo entre soldados mientra le dirigía una mirada de emoción, la otra chica le respondió con una sonrisa—. Estuve hablando con el capitán Levi acerca de si puedo entrenar con usted. Admiro mucho que me haya salvado y que además no me haya dejado sola, fui muy cobarde al no poder defenderme de aquel titan y sé que con su ayuda y la del líder Levi, podré ser una buena soldado. Con las dos personas más fuertes de la humanidad me gustaría ser la tercera —soltó una risa nerviosa la rubia mientras miraba con emoción a la mayor.
Las palabras de la rubia la sorprendieron y enternecida por las palabras de admiración por parte de la menor asintió.
—Primero que nada, gracias por tus palabras, y con gusto me gustaría ayudarte a ser mejor, Petra — colocó una mano en el hombro de la ojiazul, sorprendiendola para después dirigirle un rostro de felicidad acompañado con un leve sonrojo. Checaré con el enano sus actividades y mañana a las seis de la tarde nos veremos en el jardín, ¿te parece? — desde lejos se escuchó un gruñido por parte del azabache al nombrarlo por su estatura, ambas rieron en lo bajo y Petra asintio con la cabeza para luego despedirse.
Le emociono que le dijeran que era muy fuerte.
—Nos vemos luego, Diermissen-San — se despidió la rubia para salir de la cocina también despedirse de su mayor—. Gracias, Líder Levi, nos vemos.
Ella por fin regresó un poco molesta a su asiento mientras le dedicaba una mirada de enojo al azabache, quien reía dentro de sí.
—¿Y mi té? — preguntó sin despegar la vista de los papeles que leía.
—Tienes manos y pies para prepararlo tú mismo, enano demente.
—Eso te pasa por escuchar conversaciones ajenas — se levantó de su lugar dedicándole una sonrisa burlona. Ella también se levantó de su lugar con la meta de perseguirlo y posiblemente golpearlo.
—¡Enano no corras! — soltó un gruñido comenzando a seguirlo por toda la habitación.
El nombrado hizo caso omiso de sus palabras alejándose lo más rápido que podía de la chica que lo perseguía a muerte, y la cual sin darse cuenta no se percató que en su andar el cesto de basura lo hizo tropezar, cayendo sobre él.
—No puede ser — maldijo por lo bajo el azabache mientras se recuperaba del golpe, al abrir sus ojos se dio cuenta que a centímetros de su cara se encontraba una t/o colorada de la situación en la que se encontraban.
Se miraron por un tiempo que se hizo eterno, sus respiraciones podían mezclarse por la cercanía, ella decidió ser la primera en separarse, hasta que se percató que era sostenida de la espalda por el azabache, impidiendo que se separaran.
ෞᜀෞᜀෞᜀෞᜀෞᜀෞᜀෞ
¡Holis! Espero que se encuentren bien y les haya gustado este capítulo, ¿qué tal su día de hoy? Espero que se encuentren bien.
Si les gustó el capítulo pueden hacérmelo saber en los comentarios o con sus votos uwu y me gustaría saber: ¿de quién les gustaría tener una capítulo? ¿Desde la perspectiva de rayis o Levi?
Sin más qué decir, nos vemos en el próximo capítulo. Cuídense, bye!
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