No creas en las cosas porque simplemente te las dicen o las lees en escrituras sagradas. Ni tampoco en las tradiciones porque han sido transmitidas desde la antigüedad. Mas tampoco debes creer en los rumores. Tampoco debes creer en los escritos de los que se consideran sabios. Tampoco creas en las ideas que tu mente te ha de traer porque puedes pensar que son de inspiración divina. Más aun tampoco supongas que tienes la verdad desde tus pensamientos.

Solodebes creer cuando el escrito, la doctrina y los máximas de los sabios esténsancionadas por tu propia CONCIENCIA. Es por eso que te invito a que a no creasciegamente en lo que veas o leas, sino a creer en los dictámenes de tu propiaconciencia, así como también a queactúes según tu consciente en total y absoluta libertad, sin que sea estaelección un trabajo mental que te conlleva tu mayor esfuerzo. 

Un Abrazo Fraterno