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Epilogo.

Algunos meses después...

—¡Liam!

El grito de Zayn hizo eco en la casa mientras sus mejillas se sonrojaban, el enojo y la vergüenza se mezclaban en su interior, dejandolo aun más fastidiado. La casa estaba bastante silenciosa, las voces y risas de los niños entraban por el balcón, suaves y reconfortantes. Los pesados pasos subiendo la escalera con urgencia sonaron aún más fuertes gracias al ambiente tranquilo, un momento después Liam estaba de pie en el umbral de la puerta.

Llevaba oscuros jeans holgados y una camiseta azul que proclamaba "No puedes asustarme, tengo hijos", la cual le habían regalado los mellizos para su cumpleaños y parecía adorar. Tenía el cabello desordenado y aun sostenía un paño de cocina en su mano.

—¿Que sucede, cariño?

Intentando evitar un puchero, mordisqueó su labio un momento antes de susurrar—. No puedo levantarme.

La preocupación desapareció, pero Zayn estaba bastante seguro de que Liam no estaba suprimiendo la risa, porque si el imbecil se atrevía a reirse de su situación, le iba arrancar la cabeza mientras dormía.

Acercandose a la cama, Liam elevó una ceja en su dirección—. ¿Y que esperas que haga?

—¡Que me ayudes!

—Teniendo en cuenta que me arrojaste con un zapato por la cabeza y me gritaste que me perdiera, hace menos de media hora, realmente no esperaba escucharte pedirme algo así en lo que resta de tu vida —cruzó los brazos sobre su pecho—. Bueno, fue exactamente eso lo que me gritaste mientras me iba, que no necesitabas mi ayuda para absolutamente nada y que nunca la pedirías nuevamente sin importar las circunstancias.

Los orbes ámbar se estrecharon en su dirección—. ¡Deja de arrojar mis propias palabras contra mi!

—No estoy arrojando nada, solo te recuerdo lo que dijiste.

—No me importa lo que dije —le frunció el ceño—. Me importa lo que digo ahora, ¡ayudame!

—¿Estas seguro?

—¡Que te joda un elefante, Payne! —gruñó. Sintió sus ojos arder con lágrimas cuando se movió hacia un lado, intentando salir de la cama por sus propios medios.

—Espera, espera, espera, no te enojes conmigo, amor —Liam le detuvo, cargandolo en sus brazos—. Solo estaba bromeando contigo.

—No me gustan tus bromas, no eres gracioso.

—Bueno, gracias.

—Estas siendo sarcastico —acusó, lágrimas bajando por sus mejillas—. Eres malo conmigo, ¿por qué tienes que ser tan grosero?

Liam cerró los ojos un momento, soltando un suspiro—. Jesús, amor, tus cambios de humor me marean.

—¿Me estás culpando de ello?

—No, yo...

—¡Yo no tengo la culpa de ser un desastre emocional! —lloró—. Estoy gordo, mis pies estan hinchados, me duele la espalda y tengo que correr al baño cada cinco minutos porque los bebes parecen haberse turnado para apretar mi vejiga. ¡No puedo controlar como me siento!

—Shh, lo sé —lo abrazó cerca, sentandose en la cama y poniendolo sobre su regazo—. Lo siento, amor, sé que no estas cómodo, lo entiendo. Es solo que a veces no tengo idea de como debo tratarte, tienes cambios de humor muy drasticos.

—Lo siento. —sollozó.

—No lo hagas, está bien, yo fui quién erró —su mano acarició la notable barriga del moreno.

Zayn jaló su camiseta de pijama más abajo, intentando cubrirse, pero la tela se resintió con rápidez, volviendo a su lugar y dejando su ombligo a la vista—. Joder.

El castaño rió, apartando el resto de la tela para poder acariciar la piel directamente, el movimiento no tardó en comenzar bajo su palma—. Es increible —susurró, pasando su mano por la piel estirada—. Creo que nunca voy a dejar de estar fascinado con esa sensación.

El moreno se recostó en su pecho, con la cabeza en el hombro del mayor—. Espera a que nazcan, esa sensación que tienes solo se incrementará cuando los sostengas en tus brazos.

—No puedo esperar para eso —beso sus labios antes de correr un camino de besos hasta su cuello, quedandose escondido allí y respirando su perfume—. ¿Quieres que te lleve al jardín? Los niños han estado preguntando por ti y creo que te haría bien sentarte en el porche un rato.

Asintió—. Está bien, pero, ¿me prestas una de tus sudaderas?

—Puedes tomar lo que quieras, amor.

Diez minutos después, estaba sentado bajo la sombra del techo exterior, vistiendo una sudadera gris de Liam que cubría su barriga completamente. Nee y Nick estaban sentados en el pequeño espacio de reunión que Liam había construido bajo unos árboles cercanos, ambos agitaron las manos en su dirección en cuanto lo vieron allí antes de volverse hacia sus respectivos amigos.

Sus vidas habían sido tranquilas desde que la madre de Liam había fallecido y su padre había ido a la carcel por lo que habían hecho con los mellizos. Bianca se había quedado fuera de todo, Louis y Liam le habían dejado claro que de acercarse a ellos, terminaría en la celda contigua a su padre. Ella no era lo suficientemente inteligente para hacer nada contra ellos, según palabras de Louis: su mente estaba tan vacía como un globo.

Mientras se mantuviera lejos, Zayn estaba bien con que ella hiciera lo que quisiera. La cicatriz y la falta de movilidad en dos de los dedos de Nee, le recordaban cada día lo cerca que había estado de perderlo. No le importaba que mierda sucediera con esa familia mientras su propia familia estuviese a salvo.

Escuchó a Liam moverse alrededor de la cocina, seguramente preparando bocadillos, mientras se acomodaba en la reposera. Estuvo allí un rato, disfrutando de la suave brisa de la tarde, cuando comenzó a sentirse incómodo. Su barriga comenzó a molestarlo, sus musculos se tensaron y un el dolor explotó bajo su ombligo como un cuchillo atravezando mantequilla.

Sabía lo que significaba eso, ya lo había sentido antes.

Respirando a través de ello, bajó de la reposera y se acercó a las puertas que daban a la cocina—. ¡Liam! —el castaño apareció corriendo, alerta—. Los bebes ya viene.

—¿Que? —se acercó—. Pero la cesarea esta programada para la próxima semana.

Se aferró a su barriga cuando otro calambre lo atacó—. ¿Has oido acerca de las cesareas de emergencia? —gruñó—. Creo que necesito una de esas.

—Yo... uh, está bien.

—¡Liam, llevame al jodido hospital ahora!

Eso lo hizo reaccionar y comenzar a moverse para preparar todo, si Zayn hubiese podido concentrarse lo suficiente para rodar los ojos hacia él, lo habría hecho. Liam era un desastre peor que él cuando estaba nervioso.

(...)

Aferrandose a la mano de su hermano, Nee entró corriendo a al hospital, su tío Yago siguiendo sus pasos de cerca. No habían podido acompañar a sus padres antes, por ello su tío se había hecho cargo de ellos mientras sus amigos se despedían y comenzaban a marcharse en cuanto sus propios tutores pasaban a recogerlos.

Una vez que todos se habían ido, ellos se habían apresurado para llegar detrás de sus padres.

—Voy a preguntar en recepción, esperen un momento. —su tío se alejó hacia el escritorio.

Nick se giró a mirarlo, estaba saltando sobre la punta de sus pies, pareciendo malditamente emocionado—. ¡Tendremos dos nuevos hermanitos!

—Si, ya me había percatado de eso —susurró, sintiendose malditamente nervioso.

Yago volvió y les hizo un gesto para que lo siguieran—. La cesarea ya comenzó, solo nos queda esperar.

Ambos asintieron al mismo tiempo, ya que sus padres les habían explicado con tranquilidad lo que sucedería ese día. Se habían preparado para recibir a sus hermanitos la próxima semana, pero al parecer, ellos no acataban muy bien las ordenes, a Nee ya le agradaban.

Se sentaron en las sillas de la sala de espera, uno junto al otro y esperaron tranquilamente como se les había pedido. Sus demás tíos comenzaron a llegar poco a poco y se esparcieron por el lugar, tomando asiento cerca de ellos.

—¿Como crees que sean? —Nick preguntó de pronto en un susurro bajo.

—Hermosos como su hermano mayor —aseguró—. Y antes de que te hagas ilusiones, me refiero a mi.

—Idiota. —rió.

Recostandose uno al lado del otro, hablaron de cosas varias hasta que se aburrieron y comenzaron a dormitar. Alguien sacudiendolos los despertó, logrando que se irguieran de golpe.

—Hey, ¿como estan? —Liam le sonrió.

—Oh, nos dormimos.

—¿Cómo está papi? —Nee interrogó—. ¿Podemos verlo? ¿Y nuestros hermanitos?

—Los tres estan muy bien. —prometió.

—¿Podemos verlos?

—Por supuesto. —asintió sonriendo, poniendose de pie donde había estado arrodillado y haciendoles un gesto con la mano—. Vamos.

Ambos saltaron ante la oportunidad, corriendo detrás de él por los pasillos del hospital. Liam abrió una puerta y les hizo un pequeño gesto para que entraran. Se detuvieron al mismo tiempo en la entrada, su papá estaba acostado en una camilla, viendose exhausto, pero sin borrar la sonrisa feliz de su rostro.

—Hola, pequeños.

—¡Papi! —corrieron hacia él, alcanzando su mano al mismo tiempo en cuanto llegaron a su lado—. ¿Estas bien?

—Estoy bien, amores, cansado, pero bien. —les aseguró antes de hacer un gesto hacia las dos pequeñas cunas hospitalarias cerca—. Sus hermanitos estan esperando para conocerlos, vayan.

Su papá Liam se acercó a Zayn en la cama mientras tomaban un par de pasos tentativos a los dos bultos envueltos en mantas. Una manta violeta y otra verde, una niña y un niño. Si sus ojos se llenaron de lágrimas al ve el abundante cabello oscuro de ambos, Nee lo negó, pero Nick solo dejó caer las lágrimas mientras sollozaba.

—Son hermosos. —susurró.

Lo eran, Nee aceptó.

Miró a su mellizo, quién le devolvió la mirada—. Se siente como si pertenecieramos aquí ahora, ¿verdad?

El menor sonrió—. Estamos en casa ahora, hermano.

—Ellos serán unos buenos hermanos mayores. —Liam susurró, mirandolos con ternura antes de besar a Zayn en la mejilla.

El moreno giró a mirarlo, permitiendose un pequeño beso en los labios—. Eres y seguirás siendo un gran padre, Liam. —otro besó—. Y espero que a partir de ahora puedas ser un buen esposo también.

—¿Que?

El menor sonrió—. Te amo, Liam, ¿te casarías conmigo?

—Espera, ¿que? —parpadeó antes de hacer un puchero—. Yo iba a hacer eso, me robaste mi momento.

Zayn rodó los ojos, divertido—. Te gané, pregunté primero, ¿aceptas?

El castaño suspiró—. Nunca dejarás de sorprenderme, ¿verdad?

—Solo mantén tu mirada en mi, cariño —movió las cejas—. ¿Que dices? ¿Te gustaría pasar el resto de tu vida conmigo?

—Es todo lo que siempre he querido —aseguró—. Te amo, Zayn.

Con una sonrisa, Zayn se permitió descansar, percatandose de que finalmente tenía todo lo que quería.

Una familia unida.

FIN.

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