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Capitulo Veintiséis.

Dos semanas después...

Moviendose inquieto en su asiento, Nee traqueteó sus dedos sobre la mesa de limpio marmol frente a él mientras miraba alrededor con aburrimiento. A su alrededor, los demás alumnos parecian jodidamente interesados en lo que sea que el profesor había dejado como lectura de tarea, su la mirada fija que mantenian en el libro abierto frente a ellos decía algo. Por su parte, no había escuchado ni siquiera la mitad de lo que había dicho el hombre regordete de cabeza calva, su atención había estado demasiado centrada en la forma en que su cabeza sin pelo brillaba bajo las luces del salón.

Acomodando sus lentes, le dio una mirada al libro abierto, como si este repentinamente se fuese a tornar interesante antes de rendirse en su intento de siquiera intentarlo. Le pediría los apuntes a Nick luego, esa era la forma en que pasaba de curso en su escuela anterior, así que suponía que funcionaría también en el colegio de niños ricos donde su padre los había anotado.

Por su parte, ya se había aburrido de estar sentado. Aprovechando la falta de profesor en el aula, se deslizó fuera de su banco y se dirigió a la puerta. Nadie le dedicó una segunda mirada mientras salia al pasillo, como si fuese algo totalmente normal, por lo que supuso que la mayoría pensaba que se había tomado un receso para ir al baño.

Habían empezado a asistir a este colegio hacia una semana y como estaba acostumbrado, más allá de su hermano, no tenía ningún amigo. No era una persona sociable, no porque le fuese imposible ser amistoso, si quería podía serlo, era solo que no le interesaba para nada. Nick, por su parte, había entablado amistad con un grupo de chicas, algo usual en él, era demasiado niña a veces y aunque le gustaba espolearlo con eso, a Nee realmente le alegraba que pudiese hacer amigos que lo entendieran.

Nee se consideraba un lobo solitario. Un lobo que tenia que dejar de ver tanta televisión, porque sus pensamientos comenzaban a tornarse extraños.

Arrastrando los pies por el pasillo, observó los cuadros colgados en las altas paredes pintadas de un suave tono beige. El suelo bajo sus pies parecia hecho de algún tipo de marmol gris, al igual que los bancos contra las paredes que salpicaban los espacios cada cierto tiempo. Había un par de ventanas más adelantes, estas no concordaban demasiado con el resto del edificio, ya que eran bastante modernas y contrastaban con el ambiente antiguo del resto del lugar, pero dado que el lugar había sido restaurado para hacer funcionar la escuela allí, supuso que tenía sentido que hubiesen cosas nuevas también.

Mientras avanzaba, se imaginó a sus padres, como los había visto en aquella fotografia que había tomado de las cosas de Zayn, vistiendo el mismo uniforme que el llevaba y caminando por aquellos pasillos. Le era dificil crear una imagen de ellos, pero suponia que seguramente había sido divertido ir al colegio todos juntos, con sus tíos.

Sus padres habían avanzado bastante en su relación durante las dos últimas semanas desde su primer cita. El que su papá Liam se pegase a su otro padre talvez tenía que ver, Nee aun no comprendía como nadie se había dado cuenta de que algo estaba pasando. ¿Acaso los Payne eran tontos para no investigar donde se metía su hijo durante el día? Teniendo en cuenta el tiempo que pasaba a su alrededor, él estaba yendo a su trabajo por solo unas pocas horas.

¿Nadie se daba cuenta de que eso era extraño?

De igual manera, no era como si le interesara, en realidad, era una ventaja, ya que podía pasar tiempo con su padre sin interrupciones. Aun cuando no se llevaran totalmente bien, tenían una relación bastante llevadera.

El sonido de traqueteo, seguido de cerca por el grito de,— ¡Abrete, jodida mierda! —logró que apresurara su paso y girara en dirección a donde se encontraba un largo conjunto de casilleros.

Al llegar frente a ellos, se sorprendió bastante al ver a un chico, un poco bastante más bajo que él, pateando uno de los casilleros de la parte inferior. Llevaba una sudadera con capucha azul que cubría su rostro, pero la parte inferior de su atuendo pertenecía a el uniforme que reconoció como los de los chicos de primaria. Los edificios estaban separados, en un lado estaban los pequeños y en el otro secundaria, pero aun así, rotaban entre edificios a veces, tomando clases en aulas pertenecientes a otros grados.

—¡Abrete! —siguió pateando el metal.

Podrian decir que Nee era un buscapleitos, y él jamás podría negarlo, pero la actitud de "jodete" del niño, lo llamó como un iman—. ¿Que haces?

Ojos del color del hielo se giraron hacia él—. ¿No es obvio?

—No sé, ¿intentas tirar el edificio abajo o solo la puerta de ese casillero?

—Solo el jodido casillero hijo de perra, gracias.

—¿Intentaste poner la combinación? —si las miradas mataran, seguro lo habrian encontrado muerto en aquel pasillo—. Bien, solo comprobaba.

—Si la combinación funcionara, entonces no estaria pateando la maldita cosa.

—Tengo la impresión de que estarias pateandola igual —miró la puerta—. ¿Siempre dices tantas groserias?

—Por lo general.

—Genial. —inclinandose, observó de cerca el pequeño candado antes de tomarlo y girarlo—. ¿Te diste cuenta de que pusiste la llave alreves?

—No pude poner la llave alrevés, ni siquiera podria encajarla allí de ser así.

—Bueno, pero lo hiciste —hizo un gesto a la misma—. Mira.

El chico se arrodillo a su lado y miró de cerca, haciendo una mueca—. Diablos, no me di cuenta, estaba demasiado apurado por llegar a clases y cuando no pude abrirla, solo la deje. —le dio un pequeño golpe a la puerta—. Se supone que tendria que estar en Educación Fisica, pero mi ropa esta allí adentro.

Tomando la llave, Nee intentó quitarla, pero se le había hecho tanta fuerza que se había torcido un poco, por lo que no había forma de sacarla—. Tenemos que conseguir algo para cortar el candado, no hay otra manera —se puso de pie y miró su reloj—. De igual manera, ya perdiste más de la mitad de la clase, no creo que importe si te pierdes el resto mientras solucionamos esto.

—Dudo que el conserje me preste alguna de sus herramientas, no me tiene mucho aprecio.

Por el gesto travieso, Nee supo que seguramente se había ganado eso a pulso—. A ti no, pero a mi sí, acabo de llegar, nadie me conoce, aun puedo hacerme pasar por un alumno responsable sin levantar sospechas.

El chico sonrió antes de extender su mano—. Soy Dylan.

Aceptando el saludo, estrechó la mano ligeramente más pequeña—. Nilo, pero puedes decirme Nee. —hizo un gesto hacia el pasillo—. Vamos, Blue, consigamos algo para abrir esto.

—Mi nombre es Dylan.

—Te escuché la primera vez. —aseguró, pasando a su lado y empezando a alejarse.

Blue-Dylan, lo siguió al instante, sus pasos haciendo un pequeño sonido mientras metía las manos en sus bolsillos y se ponía a su par.

(...)

—Así que, ¿es tu nuevo amigo?

Empujando la puerta del local, Nee le permitió pasar a su hermano primero antes de entrar detrás—. No diría que es mi amigo, más bien, conocido.

Nick asintió y Nee rodó los ojos, porque su hermano no iba a dejarlo pasar con tal simpleza. No, desde que lo había visto charlar con Blue, como él lo había rebautizado, no había dejado de hablar de él en todo el camino. Pocas veces quería golpear a su hermano, pero esta era una de ellas.

—Es lindo. —comentó.

Nee encogió suavemente un hombro—. Supongo.

Giró para mirarlo, caminando de espaldas—. ¿Te gusta?

—¿De que hablas ahora, chiflado?

—No sé, te estoy preguntando —sonrió traviesamente—. Él es lindo, ¿te gusta?

—¿Quién le gusta a qué o quién? —la voz de Kai hizo saltar a ambos cuando el chico se apareció a su lado con un par de menús en sus manos. Miró curioso entre ambos—. ¿De que hablan, niños?

Nick sonrió enorme—. Nee hizo un amigo y creo que le gusta.

—¡No me gusta!

—¡Te sonrojaste! —señaló, burlandose—. Es obvio que te gusta.

Ahora Kai lo miraba expectante—. ¿Te gusta un chico?

—¡No!

—Somos mellizos, puedo sentir sus emociones por nuestra conexión telepatica, estoy muy seguro de que le gusta.

—¡Que no me gusta! —gruñó—. Y nosotros no tenemos ninguna conexión, esos son los gemelos.

—Bah, es lo mismo, Nee, gemelos o mellizos, la cuestión es que puedo sentir lo que sientes.

—Lo único que vas a sentir es mi pie en tu trasero si sigues fastidiandome. —amenazó.

Pasando entre ambos, tomó uno de los menús de las manos de Kai y se sentó en una mesa vacia, rodando los ojos cuando ambos lo siguieron. El mayor de ellos, inclinandose para mirarlo de cerca—. Entonces, ¿ese chico te gusta o no?

Mirando a los ojos avellanados del joven, Nee sintió su rostro sonrojarse, pero no sentía vergüenza por la pregunta, sino que por la próximidad del otro—. No. —respondió lo más serio que pudo, aunque obviamente, su tonto hermano tomó su sonrojo por el lado equivocado.

—Mira, esta rojo como un tomate, es obvio que...

—Si alguien más dice que me gusta Blue, juro que voy a golpearlo.

Y como para no ser menos, su tío Harry, quién los había ido a buscar al colegio, se dejó caer en una silla vacía a su lado y lo miró—. ¿Quién te gusta?

—¡Dylan!

—¡Nadie! —gritó sobre la voz de su mellizo.

—¿Dylan? —el rizado preguntó, confundido—. Pero tu padre me dijo que te gustaba un tal Kai, hablando de ello, deberías presentarmelo.

La tierra podría haberse abierto y haberselo tragado tranquilamente y Nee habría ido con una sonrisa en ese momento. Harry no conocía a Kai, no aun, pensaba presentarselo en ese momento, por ello lo había llevado al restaurante japones del cual los padres del chico eran dueños. No tenía idea de que su padre le había dicho eso a su tío, bueno, él no tenía idea de que su padre lo supiera para ser sinceros.

Manteniendo ambas manos en su rostro, miró a través de sus dedos, sintiendo sus mejillas pasar de rosa a rojo en un instante al ver a Kai observandolo con sorpresa.

Mierda, mierda, mierda.

—Eh, tío Hazz, él es Kai —Nick murmuró desde el otro lado de la mesa.

—Oh, joder —masculló el mayor—. Creo que acabo de arruinarlo todo.

Kai se movió su peso de un pie a otro por un momento, sus ojos aun pegados en él—. Yo... Nee...

—Me voy a casa, los veo luego. —y con eso, se puso de pie de un salto y corrió hacia la puerta delantera, apresurandose en dirección al edificio donde vivian.

Su piel enrojecida agradeció la fría brisa que la golpeó cuando caminó por la vereda, esquivando peatones en su intento de huida. Nunca había estado tan avergonzado en su vida, siendo sinceros, él pocas veces sentía eso, pero ahora, no podía esperar para llegar a su casa y enterrarse bajo las sabanas de su cama a hibernar por un par de años.

Ahora Kai pensaria que era raro, todo gracias a la bocota de su tío, genial.

Estaba llegando a edificio cuando notó algo extraño en la puerta. Deteniendose, examinó con cuidado a la joven mujer apoyada en el auto, estacionado frente a la entrada. Era extraño ver algun vehiculo detenido allí en primer lugar y la mujer... tenía algo inquietantemente conocido.

Ella eran malas noticias, solo lo sabía.

Con una mirada más estrechada en su rostro, algo hizo clic dentro de su mente al conectar los puntos. Nunca la había conocido antes, estaba seguro de ello, pero si había visto una fotografia de una mujer identica a esa, pero un poco mayor. Estaba muy seguro de que era su tía, la hermana de su papá Liam, y el que estuviese frente al edificio donde vivian le provocó escalofríos.

Volteandose para poder volver por donde había llegado, soltó un pequeño chillido cuando fue atrapado entre brazos maculinos—. ¡Te atrape, mocoso! Es hora de la venganza en nombre de Bob.

Revolviendose para intentar escapar, el nombre se filtró en su mente y miró a la persona que lo había atrapado, ojos identicos a los de su padre le devolvieron la mirada—. ¡Tío Yago!

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