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【Tu, MikaTaku】

Todos somos diferentes, sobre todo en aspectos como la personalidad, apariencia, pensamientos y creencias.

En general, lo somos. No hay nadie idéntico a no ser genéticamente.

Claro, eso es lo que pensaba Yūichirō, pero en el momento que vio a Mikaela entrar por el salón, un chico raramente atractivo, muy diferente a lo que él imagino que podría llegar a divisar en su monótona vida.

¿Qué tan diferente podría ser este chico?

Porque él siempre creyó que siempre hay diferencias, aún así, las personas son predecibles.

—Buenos días, espero que todos hayan dormido bien, y bueno, usted profesor, del cual desconozco el nombre, puedo afirmar que se la pasó la noche en Tinder buscando pareja. Sé que está soltero, no se preocupe, la señora María, de la limpieza, está interesada en usted. Mi misión está cumplida, sería un placer si me sienta en la parte de atrás del salón y hace como si no existiera, gracias. Y para el chico de allá atrás, el nuevo, soy Mikaela. Pero llámame mejor, el amor de tu vida.

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