La melancolía jugando con el vacío
entre las paredes del pecho
creando fisuras que trascienden,
un alma inerme a la soledad.

El tacto en ausencia
me descompone en cada paso
dejando fragmentos dispersos
en partes de otro cuerpo.

Hay fuego a distancia
queriendo abrigar al que deambula
calles frías en penumbra
da temor al transitar.

El prisma de la vida
blanco y negro ha quedado
el olor de la esencia
no logro recordar.

Este dolor consecuente a la partida
fue como un rayo caído del cielo
sin previo aviso
arrasa con su implacable descarga.

Quede sin nada
esperando a la llegada
despertando de madrugada
anhelando que esté aquí.

Es tan nebuloso mi al rededor
tengo frío, quiero el calor
despojarme del temblor
quedar sin el miedo.

Este mar de hielo
entumece cada tendón y nervio
abraza fuertemente,
dejando sin aliento.

Grito a la nada
reclamamo el fuego de un cuerpo
que descongele al frígido ambulante
ceder a la esperanza del nuevo sentir.

Entre blanco y negro
me plasme ante aquel gris.