Es hora de volver al comienzo
regresar al génesis
al despertar del subconsciente.

Placenta tornasol, abrigo mío
se rehúsa a soltarme,
nace conmigo.

Un bebé brillante
el que la madre mira
dulce bienvenida al mundo terrenal.

Fluye la historia
que escrita ya estaba
vivir la vida, vida en perversión
esa que hoy me deja sin aliento.

Un nudo en la garganta
convertido en un tapón mortal
sin inhalar ni exhala
quede sin respirar.

Ansiedad como explosión
piel blanca a morada se ha tornado
de impotencia llora el camaleón.

El oxígeno de paseo se ha ido
dejando rabia que brota
como lava ardiente
un volcán que humea por la boca.

Cuanta importancia
se jacta el segundo,
regresión por cada habitación.

Se abren puertas de la mente
heridas escondidas
expuestas van quedando.

Habitación que esconde
la inocencia violentada,
cuán despreciable aquellos
que con mal el bien pagan.

Ojos que lámpara de luz no habita
cuerpo sin alma,
que se aferra a la injusticia.

Azul aquella puerta que invadió
en su interior el miedo y rencor
tienen sed de sangre,
deseosos de exprimir corazones.

He arrancado esta puerta
por si deciden escapar
escudriño todo espacio,
libertad emocional.

Lisiados incapaz de amar
convertidos en bestias,
buscando a quien devorar.

Siguen más puertas a la espera
voy en busca de la salida
mientras la máscara de oxígeno
alimenta, me despierta.

El volcán estalla
grito de liberación como lava cae,
cenizas de algo que hubo
el tiempo su limpieza hace.

Esta camilla fría y húmeda
que sostiene al cuerpo rígido
cuanto repudio aún brota
Tóxico veneno liberado.

No sabía de estas puertas
que habitan recuerdos en la mente,
puertas que esconden heridas
esas que evitan ser consciente.

En cada exploración algo fue libre
explosiones derribando puertas
emociones que agobian a la mente
Purificadas ahora quedan.

Amada Catarsis.